Capítulo 10
El omega seguía aferrado al alfa, aunque ahora ya no lloraba. Estaba agotado, confundido y con un sentimiento de felicidad y tristeza al mismo tiempo.
Seokjin también se había calmado, al menos un poco y había tomado a Jungkook para sentarlo sobre sus piernas. Así es que el omega permanecía con su rostro escondido en el cuello del alfa.
—Jinnie, creo que lo mejor es que lleves a Jungkook a su casa y le expliques todo. Está agotado. La experiencia que vivió es muy fuerte.
Cuando el omega escuchó la dulce voz de Jimin, fue como si volviera a la realidad. De pronto vinieron a su mente todas las imágenes de lo recién vivido. Recordaba haber cerrado sus ojos y haber visto a su lobo blanco herido, cuando un lobo negro apareció. Y lo había estado cuidando e intentando despertarlo. Ahora se daba cuenta que ese lobo negro era Seokjin y sin ninguna duda era su pareja destinada. El alfa, además lo había llamado "mi amor" al confirmarle aquello.
—¿Cómo te diste cuenta que soy tu pareja destinada?, ¿fue al ver al lobo blanco? ¿Y en verdad tú me quieres? —Jungkook tenía ciento de preguntas para Jin y otras más para Jimin y no sabía por dónde empezar.
—Jungkook...Jimin tiene razón. Es mejor que te lleve a casa y hablemos. Tengo mucho que contarte y...
—¡Por favor responde lo que te estoy preguntando! ¿No te das cuenta de lo que acabo de vivir? Estoy aquí en tus brazos, tratando de entender...de procesar todo esto. Me llamaste amor...
Seokjin lo miraba con devoción. Sabía que su omega estaba confundido y de pronto sintió la necesidad urgente de contarle todo.
—Jungkook, si te quiero y sé que eres mi pareja destinada desde hace mucho—Jungkook lo miró asombrado e iba a interrumpir otra vez a Jin, pero puso un dedo sobre su boca suavemente, besando sutilmente su mejilla—Jimin podrías explicarle algunas cosas.
—Está bien, Jungkook, te explicaré algunas cosas. Pero el resto debes hablarlas con tu alfa. Seokjin debe explicarte.
Jungkook asintió y le pidió a Jin que lo sentara nuevamente en su silla. Se sentía muy bien en sus brazos, pero necesitaba explicaciones antes de seguir compartiendo esa intimidad.
—¿Recuerdas que te dije, que mi abuela me heredó algunos dones? —Jungkook asintió—. Bueno ella podía ver a tu pareja destinada con sólo tomar tus manos. Cuando cumplí 15 años le pedí que viera mi pareja destinada y arrastré a Jinnie conmigo—Jungkook se mostró sorprendido al saber que se conocían desde entonces.
—Mi abuela me habló de un alfa con todas las características que tiene mi Tae. Yo estaba feliz. Pero ella vio una sombra. Vio la muerte rondándome. Sería al tener mis cachorros.
El omega que escuchaba atentamente se sorprendió, pues sabía que Jimin había estado a punto de morir en el parto.
—Ese mismo día, Seokjin supo cómo sería su pareja destinada. Basta con verte para saber que eres tú. Hasta tus lunares mi abuela los describió.
—Sigo sin entender mucho... —Jungkook buscaba en los alfas y en el omega las respuestas que no llegaban.
—Te prometo que cuando Jin te explique lo entenderás. Sólo te pido que lo escuches. Lo más importante de todo, es que ya sabemos cómo curar a tu omega o al menos intentarlo. Tú y Jin deben conectarse como hoy y dejar que sus lobos se encuentren. La conexión está hecha y no necesitan de mí. Basta con que cierren sus ojos, tomados de la mano y se concentren.
Seokjin miraba incrédulo a Jimin. ¿Cómo podría curar a su pequeño lobito blanco si a la vez una horrible predicción decía que si lo hacía su pareja, lo pondría en riesgo?
—Yo no estoy seguro...pero creo que no es necesario que ustedes estén enlazados...ni nada. Hoy tu lobo Jinnie, cerró una de las heridas del omega y ustedes...bueno...no eran pareja al llegar aquí.
La verdad es que para todos los presentes, había sido una revelación lo que había sucedido en esa sala. Ninguno hubiera imaginado que el omega de Kook tenía sus patas heridas y que sería su alfa destinado quien podría curarlo.
—Vamos Kookie. Es tarde y debemos hablar y luego debes descansar. Lo mismo Jimin y Taehyung.
Jungkook se acercó a Jimin, que seguía todavía un poco conmocionado. Nunca había usado así sus dones y se sentía agotado y abrumado.
—Gracias Jimin, por este regalo. Espero que podamos ser amigos.
—Claro que lo seremos Jungkook. Ahora ve a casa y escucha a tu alfa, es importante.
Seokjin se despidió de su amigo omega, en un abrazo que duró por varios segundos. La emoción los embargaba. Habían sido años difíciles, en que su amistad se había quebrantado, por las decisiones que Seokjin había tomado, pero ahora sentían que el lazo volvía a ser sólido.
Al despedirse de Taehyung, éste lo apartó un momento.
—Seokjin, deja que Jungkook participe de la decisión. Todos estos años has decidido por ti, pero ahora ya no más. Él tiene derecho a saber y decidir lo que quiere. Estoy seguro que Jungkook estará dispuesto a estar contigo aún a riesgo de morir. Si estuviera en su lugar, no dudaría ni un momento en permanecer junto a Jimin y él se arriesgó a que lo embarazara aun sabiendo que su vida corría riesgo. Ambos confiamos en que nuestro amor sería más fuerte que cualquier predicción. Y así fue. Jimin está vivo y tengo a mis cachorros.
—Lo sé. Lo sé. Es sólo que no puedo permitirme que algo le ocurra...tengo miedo de ser yo quien le cause daño. No quiero lastimarlo... ¿viste lo frágil que es? Su lobo está gravemente herido. Y él está en una silla de ruedas.
—¡Por eso Seokjin! ¿No te das cuenta?, por eso apareció ahora en tu vida. Te necesita. No sé en qué momento esa maldita predicción se cumplirá. Pero entre todos lo cuidaremos, los ayudaremos. Sólo te pido que no decidas solo.
—Te lo prometo—en ese momento un ojeroso Jungkook llegaba a su lado y tomaba su mano. Eso se sentía tan bien. Eran sensaciones nuevas, que no había esperado vivir. Jamás pensó que siquiera pudiera rozar a su omega y ahora estaba a su lado, tomando su mano. Seokjin sabía que no sería fácil renunciar a eso. Tal vez al saber la verdad Jungkook querría alejarse, no saber nada más de peligros y horribles predicciones y él lo dejaría ir...¡lo amaba tanto!
Lo acomodó en el asiento del copiloto, amarró su cinturón y guardó la silla de ruedas. Cuando subió al auto, Seokjin le sonrió y le pidió que durmiera un rato. Él ya tenía la dirección en su GPS y podría llegar fácilmente a su casa. Necesitaba que su omega recuperara un poco de energía para escuchar todo lo que él debía contarle.
El camino duró aproximadamente media hora. Seokjin observaba de vez en cuando al omega que efectivamente había caído rendido. Su rostro estaba pálido y cansado. Seokjin sujetaba su mano. Sentía que su aroma al fin se había estabilizado y era agradable.
Al llegar a la casa, lo despertó y lo acomodó con cuidado en su silla. Jungkook y él entraron a la casa. No era muy grande, pero se veía espaciosa, pues tenía pocos muebles. Era lógico. El omega necesitaba espacio para movilizarse en su silla. Todo estaba perfectamente acomodado para que Jungkook pudiera alcanzar las cosas.
—¿Quieres un té o un café hyung? —Jungkook aún no sabía si podía llamar por su nombre al alfa. Después de todo seguía siendo su jefe.
—Un té sería maravilloso, Kookie. ¿Quieres que te ayude?
El omega asintió y juntos fueron a la cocina, a hervir agua y preparar té para los dos. Todo era cómodo entre ellos.
Cuando al fin Seokjin estaba sentado en el sofá, con un Jungkook frente a él expectante. Suspiró.
—Lo primero que debes saber, es que te amo. Sé que no entiendes el significado de mis palabras, pero espero poder explicarte todo.
Jungkook se ruborizó al escuchar otra vez ese dulce "te amo".
—Jimin y yo nos conocemos desde que nació. Éramos vecinos y forjamos una amistad muy íntima. Cuando se presentó como omega, a pesar de ser yo un alfa, nuestra amistad siguió igual. Sólo nos separábamos en nuestros celos. Como te dijo, cuando cumplió 15 quiso saber de su pareja destinada. Yo no quería. En la medida que fui creciendo y mi naturaleza de alfa se reveló, me di cuenta que mi sueño era tener un omega como pareja. Las mujeres no me resultaban atractivas y en eso coincidíamos con Jimin. Por eso temía que su abuela me dijera que una omega o una beta sería mi pareja destinada.
—Pero tú odias a los omegas...
—Déjame terminar Jungkook y entenderás. La abuela me dijo que tendría un hermoso omega como pareja. Ella te describió muy bien. Me dijo lo fuerte que serías, inteligente y atlético. Hasta me habló de ese lunar coqueto que tienes aquí—apuntó debajo de su labio.
—Yo me sentía feliz, pues todo lo que tenía que hacer era esperar que aparecieras. Pero antes de irme ella tomó mis manos y me dijo algo que cambió mi vida para siempre.
Entonces Seokjin siguió relatándole a Jungkook la horrible predicción que había hecho. Sobre el peligro de muerte que tendría el omega si él lo tomaba como pareja. De cómo entonces él decidió alejarse de cualquiera que pudiera ser su pareja y de cómo eso incluyó mostrar un odio y menosprecio hacia los omegas.
—Viví así, por diez años. Conocí a Yoongi en la universidad y me alimenté de sus ideas. Tae y Jimin ya eran pareja y sabían la verdad. Mis padres también lo saben. A Namjoon nunca se lo dije, no quería angustiar a mi hermano. Alejé de mi vida cualquier posibilidad de dañar al omega que esperé toda mi vida, hasta que llegaste tú inesperadamente.
Jungkook estaba totalmente conmocionado. Todo era tan irreal. Podía sentir el dolor de Seokjin, su soledad, su temor y ansiedad. Veía sus ojos llenos de lágrimas y también podía ver el amor que había en ellos.
—Namjoon me pidió que te diera una oportunidad. Me negué al saber que eras un omega, pero cuando me dijo que estaban inválido, pensé que no había peligro. La abuela te describió atlético y fuerte. Creí que habías nacido con esa condición....Pero aquel día, cuando llegaste en medio de nuestro caos...sentí un aroma que me volvió loco...flores de cerezo...entraste a mi oficina y mi lobo rugió. Eras tú Jungkookie, tú...—Seokjin entonces, puso su cabeza sobre las piernas de Kook y rompió en llanto. Era demasiado el dolor, la emoción que lo consumía.
Jungkook se quedó un momento con sus ojos mirando a la nada. Era tanta información que era difícil entender todo. ¿Entonces Jin si podía sentir su aroma?, lo supo en el momento que entró en esa oficina. Recordó el estremeciendo que sintió al ver al alfa. Comenzó a acariciar el cabello de Seokjin, quien seguía llorando sin poder detenerse. Eran años de sufrimiento, el miedo cruzando sus pensamientos.
—Querías que me mantuviera lejos. Por eso me tratabas así. Para que yo no te quisiera ni un poquito. Intentabas cuidarme de ti...
Sin levantar su cabeza Jin siguió hablando entre sollozos —.Sí, pero Tae me dijo lo mucho que te lastimaba. ¡Yo estaba haciendo justo lo que no quería! ¡Fui un imbécil! Pero ya no podía más. Te amo Jungkook, mi lobo y yo estamos locos por ti. Tu ternura, tu optimismo, tu inteligencia, todo, todo me enamoró de ti.
—Seokjin...mírame...—el alfa levantó su rostro lleno de lágrimas...
—Te amo Kim Seokjin, aun cuando mañana, hoy, en una hora, en un minuto, en un segundo vaya a morir por amarte, lo pago. Porque mi amor por ti es más grande que mi propia vida.
Seokjin selló esa declaración con un beso ardiente. Un beso demasiado ansiado, un beso desesperado. Sus labios acoplados en perfecta armonía, lenguas en movimientos sensuales y placenteros, recorriendo, buscando, explorando. El lobo de Seokjin corría buscando al omega y ahí mientras sus bocas estaban conectadas, un pequeño lobo blanco herido y un gran lobo negro se proyectaron espiritualmente. El lobo negro corrió hacia el pequeño para lamer sus patitas con llagas, para curar y sanar heridas pasadas.
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