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Capítulo 1

Namjoon llegó hasta la entrada de la institución que ayudaba a omegas abandonadas y abandonados por sus parejas, encontrándose con un joven en recepción que nunca antes había visto. Era un beta, pues no tenía ningún aroma.

—Buenas tardes señor, ¿En qué lo puedo ayudar?

—Hola, creo que no nos conocemos. Soy voluntario y socio activo. Mi nombre es Kim Namjoon, vengo a ver a Taeyeon.

Jungkook abrió sus ojos. La directora de la institución ya le había hablado del señor Kim. Era un importante alfa, dueño de una empresa de inversiones con un gran corazón. Le había dado trabajo a muchos omegas. Tal vez a él también podría ayudarlo.

—Es un placer conocerlo. Mi nombre es Jeon Jungkook. Llegué hace poco a esta institución, han sido muy generosos en aceptarme y darme este trabajo.

En ese momento apareció Kim Taeyeon la directora, quien se puso muy feliz al ver a Namjoon.

—Namjoon...que alegría que hayas venido. Pasa por favor. Veo que conociste a Jungkook. Empezó hace una semana. Es nuestro flamante recepcionista. Pero espero que pronto nos pueda dejar.

—Noona...sabes que eso será muy difícil...—Namjoon los observaba sin entender. Hasta que Jungkook salió de detrás del escritorio...estaba en silla de ruedas.

—Jungkook..., no pierdas las esperanzas. Estoy segura, que pronto tu suerte cambiará —.Dirigió su mirada a Namjoon— ¿quieres pasar?, te pondré al día.

Namjoon se despidió de Jungkook quien quedó pensativo y nervioso. Sabía que Taeyeon le hablaría al señor Kim sobre él, pero también sabía que sería muy difícil que aceptaran a un omega...inválido.

—Ese chico...es un beta ¿qué hace aquí?, ¿es porque está inválido?

—Jungkook es un omega —. El alfa se quedó asombrado—.Pero es imposible, el chico no tenía ningún aroma...

—Jungkook estudió economía en Cambridge, en Estados Unidos. Su padre es profesor en la Universidad de Seúl y consiguió una beca para él, pues siempre fue un alumno brillante. Y continuó siéndolo. Fue el mejor de su generación, superando a alfas y omegas. Destacado además en deportes, artes. Un pequeño prodigio. Cuando volvió a Corea, la familia Kang, ya lo había detectado y le ofreció contratarlo.

Namjoon frunció el ceño. Los Kang eran sus mayores competidores y no tenían buenas relaciones, pues sabían que no usaban estrategias muy limpias en su lucha comercial.

—Jungkook ya conocía su fama y no quería, pero su padre lo convenció pues a pesar de ser brillante, muchos no querrían contratarlo por ser un omega.

Hace seis meses, cuando Jungkook iba hacia su entrevista de trabajo, fue atropellado por un conductor borracho. Fue horrible. Sufrió múltiples heridas, entre ellas un golpe en su columna que lo dejó inválido. Pero el daño no sólo fue físico. De alguna manera ese accidente también hirió a su lobo. Jungkook apenas lo puede sentir...es como si estuviese

dormido...desde entonces perdió su aroma...Los médicos sólo pueden curar el cuerpo humano, pero su parte lobezna...nadie sabe cómo repararla.

Namjoon estaba totalmente conmovido con lo que estaba escuchando. Ese muchacho no debía tener más de 22 ó 23 años. Y a pesar de su condición, lo había recibido con una amplia sonrisa. Era increíble y pensó que debía tener una gran fuerza interior, a pesar que su lobo estuviera dañado.

—¿Y qué pasó con el trabajo ofrecido?

—Naturalmente los Kang decidieron contratar a otro. No querían a un omega inválido, le dijeron que dañaría seriamente su imagen frente a los clientes. Podían aceptarlo a pesar de ser un omega, pero... ¿inválido?, era demasiado para ellos. Esos desgraciados...por eso Namjoon, pensé que tal vez tú podrías darle algún trabajo. Él es brillante y un joven alegre, chispeante. A pesar de todo lo que ha pasado. Sólo necesita una oportunidad. Su sueño es trabajar en el área bursátil. Si tan sólo le dieras una chance, sería maravilloso—. Le extendió una carpeta con los antecedentes académicos del joven omega.

Namjoon los vio y quedó impresionado. Los logros académicos y extra académicos de Jungkook eran excelentes. Además había obtenido medallas en atletismo y snowboard para su Universidad. Era una lástima lo que le había ocurrido. Claro que él le daría una oportunidad. Sería necio no llevarlo a trabajar a Inversiones Kim. No tenía un puesto específico para ofrecerle...pero tal vez...un pensamiento cruzó por su loca cabecita. Su hermano Seokjin se hacía cargo de los negocios bursátiles en la empresa...y le debía un gran favor...

—Quiero hablar con él, ¿puedes llamarlo?

Y ahí estaba el tímido, pero brillante omega. Los últimos meses su vida había cambiado completamente. Ese accidente le había arrebatado gran parte de sus sueños e ilusiones. Siempre había sido un chico optimista. Nunca se creyó el cuento de que los omegas eran inservibles o de segunda categoría. Él pudo demostrar que un omega era capaz de todo. Era fuerte, atlético, brillante, cantaba precioso, nada lo detenía. En Cambridge, los estudiantes alfas americanos, babeaban por él. Alfas de ambos sexos lo perseguían y él se dejaba querer. Naturalmente tuvo varios novios, pues a él no le gustaban las chicas y se sentía orgulloso de no esconder sus preferencias sexuales. Pero nunca encontró lo que él buscaba...su pareja destinada. Y ahora sabía que jamás llegaría, pues ningún alfa se interesaría en él, en una silla de ruedas, con su lobo herido y dormido, sin olor y sin celos...

—Taeyeon me contó tu historia Jungkook...lamento mucho lo que te ha ocurrido. Y quiero ayudarte. Quiero ofrecerte un trabajo en mi empresa. No sé si ella te contó, pero junto a mi hermano, somos dueños de Kim Inversiones.

—Lo sé. Y he escuchado de ustedes. Estaba muy interesado en postular ahí antes del accidente. Aun cuando sabía que su hermano no trabaja con omegas..., pero mi padre ya había sido contactado por los Kang y sin mi consentimiento se había comprometido con ellos. Creo que lo único bueno que dejó este accidente, fue eso. Yo no quería trabajar con ellos. Sé que usan métodos poco legales.

—Sospechamos que es así. Pero escucha Jungkook, quiero que vayas a trabajar conmigo. Sé que te interesa el área bursátil y eso lo maneja mi hermano Seokjin. Hablaré con él, para que te reciba...

—Pero él odia a los omegas...menos querrá trabajar con uno que es además invalido...

—Mi hermano es un idiota en ese aspecto, pero si se trata de negocios, no dudará en tener al mejor personal y sé que tú eres el mejor. Además me debe un inmenso favor. Quiero que te entreviste, si aún después de conocerte no quiero trabajar contigo, trabajarás conmigo. ¿Estás de acuerdo?

Jungkook no podía creerlo. Claro que estaba de acuerdo. Luego de su accidente, su estado de ánimo se había venido al suelo, se lamentaba no haber muerto en ese accidente. Pero con el correr de los días, una fuerza que no sabía de dónde provenía, lo hizo querer vivir y salir adelante.

Lamentablemente su lobo al parecer no sintió lo mismo y se quedó apagado.

Le agradeció a Namjoon por la oportunidad y éste se despidió de él, luego de anotar su número. Le avisaría en cuanto convenciera a Seokjin de recibirlo.

Cuando el alfa se fue, movió su silla hasta la oficina de Taeyeon para agradecerle. Ella le había tendido una mano, cuando más lo necesitaba y ahora le estaba dando la posibilidad de mejorar y cambiar una vez más su vida. Ese día, cuando su padre lo recogió le contó las excelentes nuevas noticias. Trabajaría en Inversiones Kim, un sueño hecho realidad.

—Pero hijo, ¿no te asusta que ese alfa, Kim Seokjin te pueda maltratar?, todos conocen su fama. El no soporta a los omegas. Ya sabes los rumores, sobre humillaciones y maltratos.

—Kim Namjoon, me aseguró que eso no va a pasar. Lo más probable es que me quede trabajando con él. No creo que su hermano, siquiera acepte una entrevista conmigo.

Conocía su realidad y conocía de sobra a Kim Seokjin. Después de todo, siempre había sido su modelo. Sabía que era un alfa extremadamente inteligente, hábil en los negocios bursátiles y además un gran deportista. Se sentía muy identificado con él. Salvo por el pequeño detalle, que él era un omega. Tal vez si hubiese sido un alfa, incluso podría haber entablado una amistad con el empresario. Aunque le disgustaba ese pensamiento que tenía hacia los omegas. Pero lo entendía. La sociedad empujaba a los alfas hacia lo alto y al resto le daba un papel secundario.

A pesar de todo esto, Jungkook jamás quiso ocupar ese lugar secundario y si no hubiese sido por ese olor dulzón que lo acompañaba a todas partes, muchos hubieran creído al verlo que era un alfa. Ahora todo era diferente, ya no tenía olor, pero estaba confinado a una silla de ruedas y con un omega totalmente dormido.

Mientras miraba el techo de su habitación ya a punto de dormir, pensaba en cómo iba a ser su encuentro con Kim Seokjin. Por primera vez en su vida, deseó ser alguien distinto. No ser un omega varón y menos aún estar confinado a una silla de ruedas. Tal vez así, hubiese llamado un poco la atención de ese alfa, por el cual siempre se había sentido tan atraído. Cerró sus ojos, debía eliminar esos pensamientos absurdos, que había alimentado desde que comenzó a estudiar y se dedicó a investigar a su mayor modelo.

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