Capítulo 12
Oikawa había visto raro al pequeño pelirrojo, pero no dijo nada, lo observaba y lo dejaba ser, hasta que realmente entendió que pasaba.
Hinata había comenzado su nido. No pudo evitar sentirse feliz de que su hogar se hubiera convertido de confianza para su pareja, el tener un nido significaba que Hinata estaba listo para acoplarse, para formar su lugar seguro.
El castaño se sentía mal cada vez que notaba la mirada de deseo de Hinata sobre alguna manta o alguna almohada, pero no se lo permitiría. Pensó que el haberlo movido de casa tantas veces en tan poco tiempo había sido un error o que tal vez no se sentía cómodo con él para empezar uno nuevo.
Pero cuando por fin, noto que algunas de sus prendas desaparecieron y que empezaron a llegar paquetes misteriosos a su casa, le alegro.
Esperaba ser invitado algún día, pero lo respetaría hasta ser de su confianza. Se sabía que entrar a un nido sin permiso del omega era un grave error, podría hacerlo enojar o hasta darle una depresión... era un acto especial que cada omega tomaba de diferente manera.
Algunos alphas eran invitados para apoyar en la construcción, proporcionar cosas o solo para impregnar la zona. Tooru estaba feliz con solo dejar sus prendas impregnadas a la vista para luego ser robadas, le hacia gracia ver como Shoyo trataba de ocultar sus acciones, tratando de ser discreto.
Pero un día... le sorprendió la invitación.
-Oikawa... tu, quieres ayudarme con el nido?
-Que?
-Bueno, yo... he hecho dos nidos y... estuvieron bien para mi- suspiro mientras envolvía cobijas entre sus brazos, tratando de explicarse- pero... este es el primero que será compartido, quiero que sea nuestro y... para el cachorro, entonces...
-Claro que si- se levanto de un salto y cargo al omega dándole vueltas.
No pudo ocultar su emoción, había deseado ayudar desde que lo descubrió, quería ser participe, pero no lo sentía correcto, hasta ahora.
-No me cargues, debo estar pesado- se quejo aferrándose a los hombros del mas alto.
-No pesas nada, además es el bebé y tú... puedo con ambos.
-Engreído.
-Solo un poco...
No pudo evitar robarle un beso, d9nde ambos reaccionaron tarde a lo que pasaba... eran pareja? Si, pero no actúaban como una, ambos esperaban que el otro diera un indicio o el primer paso y solo se daban pequeñas caricias, besos en la mejilla o susurros de cumplidos.
Oikawa no sabia el deseo dormido que tenia hasta ahora, noto el sonrojo de Shoyo, pero no hubo rechazo y aun tentando terreno volvió a besarlo.
Esta vez fue más profundo, cargado de deseo y de feromonas. Hinata se aferro a su rostro y abrió la boca invitándolo a entrar, algo que el castaño tomo enseguida, enredando sus lenguas y mordiendo sus labios.
Se separaron cuando el aire falto y los gemidos de ambos los dejaron en trance. Estaba bien seguir?
Shoyo no tenía intención de ser tímido, no dejaría que el alpha se escapara, cuando ya deseaba algo más que solo bonitos cumplidos...
-Un poco más-suplico el pelirrojo.
-Que más necesitas omega?
-Quiero hacerlo- le susurro al oído y le dio una pequeña mordida para invitarlo.
Desde cuando no lo tocaba? Desde cuando no lo veía desnudo? Joder, sabia que su relación había empezado de una manera rara y quiso darle espacio para acostumbrarse, pero había olvidado el porque habia empezado todo.
El deseo que tenia por ese chibi no era normal...
Su primera vez surgió natural y todo encajo perfecto, el tenerlo bajo su cuerpo, dominarlo y abrazarlo, lo dejo en un limbo increíble.
-Bien... Shoyo, voy a tomarte...
-Si... si...
-Relájate, ¿de acuerdo, chibi? Yo me ocuparé de ti.
Oikawa no quiere, más exactamente, no quiere perderse en la forma en que sabe que ya lo esta, Hinata es tan atractivo en días normales, una mezcla impía y frustrante de cálido y erotico. A el le gusta luchar contra su naturaleza, pero ahora parecía que gustar de que le dominen.
Solo después de que él ha tratado tan a fondo de resistirse, que al final todo lo que el puede hacer es aceptar lo que él le da, es tan fácil de manejar, tan complaciente. El alpha no podía más, quería al omega de manera carnal y emocional.
Pero no debería excitarlo.
-Nngh-ah-aah ...- las suplicas del pelirojo ya ni siquiera son inteligibles.
El se mece en sus empujes medidos y cuidadosos con negligente abandono, con la cabeza apoyada contra las mantas de la cama, donde no se había dado cuenta que Oikawa ya lo dominaba.
La respiración de Tooru se entrecorta ante la vista, el instinto lo arrastra sobre él a pesar de que su plan era mantener cierta distancia y, por lo tanto, algo de claridad. Es todo lo que puede hacer para evitar hacer algo más que oler profundamente su cuello expuesto.
El olor de Shoyo es tan denso que casi puede saborearlo. Temblando, se obliga a inclinarse y lamer sus pechos, chupando sus pezones duros como una piedra con la boca, provocándolos en un intento por distraerse de lo que preferiría estar haciendo.
-Última vez que pregunto- se escabullo entre las piernas del omega, para hacer su advertencia, pero de nada servirá, Hinata ya le había dado una respuesta en cuanto enredo sus piernas sobre su cadera.
-Si, si quiero... dame tu nudo, Alpha...
-Joder...- sintió el tirón en su polla y todo lo dulce que deseaba ser, se estaba cayendo por la borda- tu nunca has sabido poner el freno a tus locuras, verdad cariño...
-No cuando las deseo tanto- levanto sus caderas rozando ambos miembros, logrando sacarles un gemido.
-Quieres que te monte?
-Si no me satisfaces, seré yo quien de las órdenes.
-Te arrepentirás de tus palabras- sonrió con malicia y beso con descaro sus labios.
Lamió, chupó y mordió su boca, dejando nublada la mente del omega, definitivamente lo haría rogar por más.
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