En el departamento.
El viaje hasta aquí fue un verdadero caos, creo que estaba entrando a la puerta del limbo o cosas así pues el silencio fue realmente agotador, una fría y eterna tortura de veinte minutos a menos de un metro de distancia. Al llegar, baja rodeando el auto para abrir mi puerta y con amabilidad me guío. En el elevador marcó una de las plantas más altas de un edificio que está ubicado en el centro de la ciudad, un barrio muy exclusivo, algo que no podría imaginar con la personalidad que conocía hasta ayer.
Al entrar su departamento era muy acogedor y realmente brindaba la imagen de hogar, algo muy distinto a los pasillos por donde me caminamos los cuales eran minimalista y con líneas pulcras. Tome asiento en una silla rústica bastante cómoda, se notaba que no recibía visitas ya que todo estaba muy bien ordenado, organizado para su comodidad o que se yo, después de hoy creo que me volvere loca.
Para mí sorpresa se sentó en la mesa de centro quedando a solo centímetros frente de mí. Ahora los nervios son totalmente visibles de mi parte y él no lo hace mejor con sus actitudes pero está determinado. Al parecer es importante que lo haya visto en su actitud de trabajo. Leí una vez, para ver qué podía hacer con lo que me pasaba con Thomas, que para las personas con timidez o de personalidad introvertida era necesario sentirse aceptados y muchos de ellos creaban estas personalidades.
- Anaís, sólo quiero pedirte disculpas por todo – dice al minuto y súper suave.
- ¿Por qué tus disculpas? Es tu trabajo y como tal debes tratarlo de hacer lo mejor posible - digo sintiéndome un poco engañada, se que soy una tonta, pero jamás me imagine esto tan extremo.
- Pero nunca te dije a qué me dedicaba.
-En realidad yo ya lo sabía – su semblante cambia a uno muy sorprendido y yo sonrojo al recordar la conversación con David – pero estaba tranquila ya que nunca compartías en las reuniones de trabajo con el grupo de desarrollo. Siempre era tu asistente quien transmitía todas las indicaciones del proyecto, pensé en librarme esta semana de todo, pero veo que no tu éxito con esto - suspiro, estaba agotada por la mañana que había tenido.
- ¿Tú sí sabías? - dice sorprendiéndome después de un largo silencio.
- Por eso te llamaba la semana pasada – dije cada vez cortando más mi voz, estas situaciones no son lo mío, me cubro el rostro para aclarar mis pensamientos, necesitaba decirle la verdad – pero no me contestaste – suspiro - creo que después de esto me van a despedir.
- ¿Por qué lo harían? – se sorprende - no te pueden despedir, estamos saliendo desde antes de yo saber que eras parte del equipo.
- Son normas de la empresa - dije frustrada, no quería dejar mi trabajo, pero tampoco quiero dejar a Thomas.
- Cuando te vi en el estacionamiento ni siquiera lo pensé, en realidad ni nos conocíamos – cierra sus ojos llevando su mano a su cara, suspira haciéndome sentir nerviosa – creo que somos un desastre – sonríe.
- Por lo menos somos un equipo en ello – sonrío.
- Tenías preguntas – dice dulcemente, ¡este es mi chico! Quien siempre daba el primer paso pero nunca cruzaba la línea.
- Muchas, pero me llama la atención tu personalidad – maldita boca que me gasto.
Comienza a desviar la mirada, sus manos se mueven nerviosas como necesitando algo entre sus dedos, cierra los ojos después de unos segundos y duda por unos momentos, parece meditar su respuesta y piensa si contarme sus razones ¿qué tan extremo puede ser? – toda mi vida he tenido esta personalidad tímida, al principio nunca respondía a mis compañeros y cuando lo hacía tartamudeaba todas las veces – dice pensando en un pasado que parece dolerle - varias veces sufrí abusos hasta el punto que enterraron un lápiz en mi ojo y me cortaron el cuello con unas tijeras - suspira - no fueron lesiones graves, pero me causo un pequeño trauma y no querer llevarle la contra a nadie.
>> Esto duró hasta cuando entre a la universidad, todo el primer semestre específicamente, pero conocí a Kail quien me ayudó, por lo menos a aparentar en ser fuerte – ríe por lo bajo haciendo un gesto melancólico - eso es lo que viste hoy en el trabajo, una farsa para sobrevivir a esta jungla de personas despiadadas.
No parecía tranquilo, aún sus manos estaban inquietas y creo que desearía haber salido del departamento dejándome allí. Pero no lo hizo, prosiguió contándome todo.
>> Siempre fue difícil lidiar con el bulling que me podían hacer, y lo más cómodo era estar callado pues mi madre trabajaba todo el día para mantenernos a mí y mi hermana. Pero tenía que aguantar todo por ellas. No debía dar más trabajo. Además era el hombre de la casa.
- Todo esto es terrible – digo tristemente - como las personas pueden ser tan malas - digo obligándome a estar sentada y no estrujandolo en un abrazo.
- Pero eso ya paso, si te contara todo lo que hizo Kail para ayudarme, cuando lo recuerdo pienso en cómo no me traumatice más – por primera vez me mira – yo también quiero preguntar algo ¿puedo? – parece un cachorro adoptado que no sabe qué hacer, creo que el tipo de hombres que me gustan se rompió con él así.
- Si es por Bruno, es mi primo. Siempre tenemos el mismo problema, o nos confunden por pareja al tener el mismo apellido o me dicen que tiene el complejo de hermanos.
- No era eso – sus facciones comienzan a tomar el rojo intenso – es algo que me llevo preguntando hace un tiempo... quiero decir... quiero preguntarte algo.
- Suelta ya – digo sin medir mis acciones y me acerco más a él, lo que provoca que se aleje al segundo por reflejo.
-No es fácil para mi... - ahora hasta su nuca esta roja, tengo una vista perfecta ya que desvió su mirada ¿Qué será lo que me quiere preguntar?
Me levanto acercándome más a su rostro para obligarlo al contacto visual, al momento caí en que nunca habíamos estado tan cerca, tampoco nos habíamos besado o tenido algún tipo de contacto físico, lo más cercanos que estuvimos algunas vez fue en el cine sentandonos juntos. Con mi mano en su pecho siento latir su corazón desbocado, pero de un momento a otro me besa castamente
Pobres mis hormonas que no lo aguantaron más.
Todo se fue al carajo luego se esa acción tan pura.
El ambiente sereno se rompió, toda la armonía o sincronía de paz que había crecido en el lugar hasta allí llegó, como siempre él seguía cometiendo el mismo error, tomando la iniciativa llegando solo hasta la entrada, y yo tenía tantas ganas de hacer esto desde el día en que lo vi, que mi mente se fracturó y la razón salió de paseo.
Acaricie su cara lentamente girándolo hacia mí, comienzo a besar sus labios definidos suavemente hasta pedir permiso con mi lengua para profundizar el beso. Tenía claro, que aunque fuera el jefe del proyecto, el dueño del país, un rey en algún planeta o lo que fuera, no podía negar que este hombre me gustaba más de lo que quisiera asumir.
Tenía mi oportunidad.
- Anaís... un momento... - dice agitado.
- Lo siento – ¡qué mierda hiciste Anais! Te dije que sacaras los pensamientos impuros de tu mente, ¡nunca que los llevaras a la vida! Y menos en el departamento de él cuando están peligrosamente solos.
- No... está bien – sonríe pero con un rubor – no tienes que disculparte.
- No debí – digo bajito, ahora estoy yo avergonzada y esto se debe a sus actitudes.
- Si debes... - ¡¿QUÉ?! ¿Desde cuando yo puedo hacer esto? - yo moría de ganas de hacerlo – su voz es cálida, nada parecido a la oficina, pero me estaba desesperando, por lo general los hombres no se detienen en este punto – solo que quería hacerlo después de preguntarte... - y calla de nuevo ¡Quiero lanzarlo por uno de sus grandes ventanales!
Ok, tranquila, piensa por un momento, el chico es un poco tímido. En este momento estoy sufriendo un ataque de ansiedad y en cualquier momento hiperventilare, sé que es un trauma lo del bulling y todo el estilo, y que sea tímido no ayuda en lo absoluto, ¡pero ya quiero saber que quiere para seguir besándolo!
- ¿Quería saber si quieres... ser mi novia? – e igual que en los edits que hago para los comic de amor, creo que vi salir el humo rosado de su cabeza, ¡tengo que dejar de leer eso!
- Es difícil contestar eso – se sorprende – Thomas...
- Lo siento... yo realmente... quiero decir – sus nervios juegan una mala pasada y me corta a mitad de mi frase, y sí, llámenme mala pero es bastante entretenido todo esto.
- Déjame besarte de nuevo para pensarlo – sonrío como una idiota.
- ¡No hasta que me contestes! - quiero reirme en su cara pero seria de mala educación - después puedes decirme que no – creo que moriré de ternura con sus expresiones, pero no me importa contestarle.
Quiero que muera, que se traume o haga lo que quiera, pero ya probé sus labios y mis instintos despertaron, esos definidos labios y la expresión de sus ojos hace que quiera tomar malas decisiones del cómo tratarlo.
Corto toda distancia que se genera entre nuestros cuerpos, me subo en sus piernas aprovechando la oportunidad de que aún esta sentado en la mesa de centro, dejo mis brazos descansar en sus hombros. Él está tenso pero trata de corresponder el movimiento lento de mis labios sobre los suyos, ¿Quién dijo que no me besaría? Me separo un momento para observar sus bonitas facciones que están avergonzadas al extremo y con los ojos aun cerrados, puede que este asimilando todo lo que esta pasando en este momento.
No puedo negar que mientras estamos así de tranquilos, recuerdo nuestro desastroso primer encuentro, cuando me llamó y yo perdiendo toda concentración caí en sus brazos por no alcanzar el capo de mi propio auto. Cuando no se le notaba que tartamudeaba al principio porque el alcohol estaba tomando la iniciativa haciéndolo más valiente.
- Seré su novia Señor Kreter – susurro en sus labios.
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Tarde de domingo...
Estoy feliz de que la historia termine aquí, puede que aún le falte algunos detalles que tengo que arreglar por el momento. De igual manera estoy un poco triste poniéndole fin en el capitulo 11, pero sería un desastre si la extiendo más.
Quiero agradecer por los votos, los comentarios, las críticas y las guías a crecer en cada obra que publicó.
Ahora me ire a llorar a un rincón...
Se vienen nuevos proyectos...
Las amo!
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