Fin
Diez años después...
"Esto ha sido demasiado difícil, pero... ¡Lo logramos una vez más! Un aplauso para ustedes por favor" Baitoey alentaba emocionada a todo el personal administrativo de la empresa que se encontraba reunido en la sala de juntas.
Exactamente como Bait lo pidió, los aplausos, las sonrisas y la alegría de los empleados no se hizo esperar e inundaron completamente el lugar. La buena vibra se apoderó del ambiente y la euforia quedó al tope. Creo que yo era la única en la mesa de trabajo que mostraba un poco calma y cordura, aunque... no puedo negar que también quería gritar, celebrar, pararme de esta silla, ir al frente y saltar junto a Baitoey y seoul. Mis amigas, como todos, no escondían lo emocionada que estaban.
Y es que, como no estarlo si acabamos de escalar un nuevo logro, cerrar con éxito otro importante negocio para el futuro de (ATM). Ahora, no solo seríamos la compañía número uno de publicidad en Seúl. Con este nuevo proyecto que empezaría a surgir en unos meses nos tomaríamos toda Corea del Sur aparte de tailandia. El fruto de nuestro esfuerzo, de las largas horas de trabajo, de las trasnochadas, de los meses sin descanso... todo, totalmente todo se veía compensado en un momento como este. Esto era algo épico. Y no solo para mí como cabeza principal de esta compañía, también para seoul, para Baitoey, para el personal ya que esto traía mucho más beneficios económicos, reconocimiento y nuevas oportunidades de trabajo.
Seguramente papá se desmayaría de la felicidad cuando le contara esto. Se sentirá mucho más orgulloso de mí que nunca.
"Bien chicos, chicas, pido calma... Tomen asiento de nuevo" Esta vez habló seoul. Mi amiga no dejaba esa sonrisa de su rostro "Han hecho un excelente trabajo. Muchas gracias y ya pueden retirarse a sus casas. ¡Que tengan un feliz fin de semana!" Los despidió, apagó las pantallas donde habíamos hecho la proyección, y luego vino a sentarse junto a mí mientras poco a poco el personal comenzaba a abandonar la sala de juntas.
"¡Esto fue un gran logro y tenemos que celebrarlo colegas!" baitoey, llegó frente a nosotras. Su entusiasmo tampoco bajaba. "Les voy a proponer algo señoras... ¿Vamos a divertirnos a un bar con chicas lindas? ¿O vamos a celebrar con una copa de champagne a la aburrida oficina de becky?"
"Yo elijo la aburrida oficina de becky" seoul le respondió "No necesito ir a divertirme con 'chicas lindas'... para eso tengo a mi esposa. ¡Deberías respeta a tu noviecita!"
"Tú no me dices qué hacer! ¡Y me importa una mierda tu opinión, seoul!" baitoey le hizo un 'fuck you' con su mano... y diablos... no pude aguantarlo y solté una carcajada mientras le pegaba puños a la mesa.
Este era el pan de cada día en las oficinas... ¡El par de idiotas nunca iban a cambiar!
Ambas me quedaron mirando serias por un rato, pero era inevitable soportarlo y comenzaron a reír como estúpidas. No había duda que este era un gran momento. La preocupación, la tensión y el ligero dolor de cabeza que traía desde hace unos minutos por la reunión se habían esfumado de mi cuerpo por completo.
"Ay chicas... ustedes son tan divertidas" Les dije acariciándome el estómago. Tratando de calmarme "Claro que si bait, iremos por chicas lindas, pero... no hoy. ¡Mejor vamos por esa copa a mi aburrida oficina!" Terminé de decir y abandonamos la sala.
Caminamos unos cuantos pasillos, llegamos a la puerta de mi oficina y cuando la abrí... me quedé paralizada en la entrada, haciendo que las chicas se estrellaran conmigo.
La sonrisa que traía en mi cara se hizo más grande de lo que ya estaba, mi corazón se aceleró y comenzó a golpear tan fuerte que parecía querer salirse de mi pecho. No había nada más maravilloso en este mundo, nada más hermoso, nada más perfecto para terminar de completar mi día... que tener a mis razones de vivir frente a mí.
En el mueble principal, saltando y jugando con algunas de mis revistas... estaban Emilia y Amanda, mis bebés de apenas seis y cuatro añitos. Una risa interna me envolvió cuando vi cómo se decían cosas entre ellas, era casi como si estuvieran sosteniendo una conversación muy importante. Se veían tan graciosas.
Entré hasta la mitad de la oficina sin hacer mucho ruido, me agaché y... "¡Hermosas!" Grité con los brazos abiertos.
Ellas voltearon a ver, me sonrieron de esa bella forma que siempre lo hacían y se bajaron corriendo hacia mí. Me atraparon por el cuello y comenzaron a regar besitos por todo mi rostro. ¡Sus pequeños labios se sentían tan pegajosos! Seguramente estas traviesas habían estado comiendo dulce.
Seoul y Baitoey también entraron a la oficina, y las niñas al verlas, se soltaron de mí a la velocidad de rayo y corrieron a sus brazos. Con sus 'Tías' como ellas les llamaban.
Me quedé mirando como las chicas mimaban a mis niñas hasta que oí cuando la puerta del baño se abrió. Inmediatamente volteé a mirar, y mi corazón palpitó con más fuerza que antes.... cuando de allí salía mi otra mitad, el amor de mi vida con nuestra bebecita menor en sus brazos. Con la pequeña 'Bec' como la habíamos llamado, y a quien ella había dado a luz hace poco más de un año y medio.
"¿¡Freen?! ¿Qué haces aquí?" Fue lo primero que le pregunté, y debo decir que bastante asombrada, pero sin esconder la emoción que sentía. Freen, había dejado de venir aquí hace mucho tiempo desde que algunos empleados nos encontraron en los sillones de las oficinas en situaciones muy... Pero muy comprometedoras.
Cuando sus ojos se encontraron con los míos soltó un gritillo y rápidamente vino hacia mí. Me atrapó por el cuello con su mano libre y me dejó un ligero beso en los labios que inevitablemente me hizo suspirar.
Nuestro último beso había sido en las horas de la mañana antes de venir a trabajar... y vaya que me hacía falta. Era algo que me volvía a la vida.
"becky...Te extrañábamos mucho" Su linda frente se arrugó y un lindo puchero se hizo en sus labios. ¡Era hermosa!
"Yo también las extrañaba, mi amor... muchísimo" Le respondí y le devolví el beso.
De repente nuestra bebé comenzó a balbucear y a sacudirse, y fue inevitable que mi esposa y yo riéramos cuando empezó a estirar sus bracitos por mi cuello, buscando que yo la cargara.
Por supuesto no lo dude un segundo.
Recibí a mi bebé y le clavé un besito duradero en la cabeza. Ella comenzó a soltar más balbuceos con mi nombre, a darme palmaditas en las mejillas, a reír. Era una bebé tan risueña y hermosa, exactamente como freen. Y no solo eso, también con todos sus rasgos: Ese cabello negro y brillante, esos ojos chocolates que toman forma de medias lunas cuando sonríe, esa misma sonrisita tan perfecta y preciosa que lanza a todo momento.... Una total belleza. Sin duda será una mujer asombrosa igual que su mami.
"Sabes que has terminado de alegrar mi día, freen. Gracias por estar aquí"
"Lo sé, y no es nada amor. Estábamos visitando a Mamá y a papá, y... quisimos venir a hacerte compañía para ir a casa. Sé que fue un día duro para ti y lo necesitas" Acunó mi mejilla y se encogió de hombros.
Sonreí de ver su ternura y me acerqué para tomar sus labios de nuevo, pero...
"Estábamos visitando a Mamá y a papá, y quisimos venir a recogerte para ir a casa. Sé que ha sido un día duro para ti y lo necesitas. Pffff ¡CURSI! " baitoey comenzó a burlarse e hizo que las niñas y seoul empezaran a reír.
Freen rodó los ojos y le frunció el ceño. "Ja, ja. Que graciosa"
"Hey freen, no le hagas caso. Baitoey solo está celosa porque looknam nunca tiene atenciones así con ella" seoul atacó...Como siempre.
Y baitoey no se quedó atrás. "¡Tu querida princesita tampoco se aparece por aquí nunca! Así que ¡¿por qué te burlas de mi idiota?!"
"Mi princesa no viene porque le tengo prohibido que salga de casa. ¡Está embarazada y puede correr peligro! En cambio, tu noviecita... quién sabe en qué andará porque nunca se aparece por aquí ni a traerte un dulce" seoul fue insinuante y baitoey ya echaba humo por la nariz, apretaba los puños fuertemente, su yugular estaba punto de estallar.
Mis hijas solo se reían y se reían mientras abrazaban a seo por el cuello.
"¿¡Qué estas queriendo decir sobre looknam!?" baitoey le gritó. "¿Insinúas qué me esconde algo?, ¿¡qué me engaña!?" Oh Dios, este par parecían dos niñitas tontas. Cualquier persona que las viera en este instante ni se imaginaria que son unas de las más importantes empresarias de todo Seúl. "¡Dime, Seoul! ¿Qué diablos insinúas?"
"Es obvio lo que trato de decir no? " seoul le contestó y comenzaron a discutir.
Algunos empleados que quedaban en la empresa, se pasaban por las ventanas para mirar lo que pasaba. ¡Que buen ejemplo!
"Amor... haz algo por favor. Todos miran aquí" freen me susurró con disimulo y me dio un codazo en las costillas.
Tuve que entrar en la discusión.
"Hey! Hey chicas, cálmense por favor. No es momento de pelear por semejantes tonterías y menos frente a mis hijas. Y tú baitoey, eres quien más debe comportarse".
"¿Qué?" Se sorprendió "¿Pero acaso no ves que seoul es quien empieza todo?"
"No me importa quien empieza o quien termina, se acabó. Y ahora, es tiempo de irme con mi familia así que cállate y dejaremos la celebración para otro día" Le dije. Pasé a Bec a los brazos de freen y caminé hasta el escritorio para empezar a recoger mis cosas. Ella siguió
"Oh no becky vamos... Seoul empezó todo. Y además... no puedes irte, es solo una copa. ¡Debemos brindar por nuestro logro!" Gimió.
"Ya escuchaste que la jefe se va con su familia punnisa, no seas intensa" seoul intervino "Y además... no debemos beber alcohol delante de estas princesas" Se puso de rodillas en el suelo, dejó a las niñas y señaló cada una de sus mejillas para que ellas la besaran. Las niñas lo hicieron y luego corrieron hacía freen para prenderse de sus pies. Sus escudos personales como Emilia decía. "Bueno... si no hay más por hoy... yo también me voy familia Armstrong, buen viaje... y a ti también Punnisa, envíale saludos a looknam de mi parte... si es que está en casa cuando llegues" seoul le dio un guiño, soltó una risotada y escapó de la oficina en microsegundos ya que baitoey corrió a perseguirla.
"¡Oh por Dios... ¡Que tontas!" freen comenzó a reírse, mis niñas también y todas terminamos en una euforia en la oficina antes de abandonarla.
...
El camino a casa era calmado y silencioso en la camioneta. Emilia y amanda dormían plácidamente en el asiento trasero, mi esposa iba a mi lado tratando de que Bec se durmiera y yo, cabeceaba para mantenerme despierta y no causar una tragedia. Este día había sido de lo mejor, pero también me sentía exhausta, muy cansada.
En un instante me topé en un semáforo en rojo, y aproveché para darle una miradita a freen y a mi bebé. Sus ojitos ya estaban cerrados y respiraba con mucha calma. Al parecer los brazos de Morfeo ya la habían atrapado igual que a sus hermanitas.
No me quedé con la duda y ..."Amor, ¿está dormidita o solo lo intenta?" Le susurré a freen.
Ella me lanzó una mirada, y con sus labios, me indicó que ya estaba dormida.
Al saber eso no pregunté más y volví a poner el auto en marcha.
El camino seguía tranquilo y relajado, pero desde hace unos metros atrás las mejillas me venían ardiendo, los ojos igual, estaba sudando como nunca y todo esto era gracias a que mi bebé más grande no me quitaba la mirada de encima y sonreía todo el tiempo. ¿La razón? No tengo ni la menor idea, pero si seguía haciéndolo seguramente me haría chocar. Freen tenía todo tipo de poder sobre mí, así lleváramos todo este tiempo juntas, su presencia y esas miradas que me daba me debilitaban al máximo, me colocaban nerviosa y me hacían sentir como un pobre insecto enamorado. Oh Dios...
"freen... ¿Por qué me miras así? ¿Pasa algo? ¿Tengo algo en la cara?" Le pregunté bastante nerviosa y empecé a sacudirme la mejilla con desespero. Ella soltó una risita y negó.
"No, becbec... Es solo que has bostezado como un tierno cachorrito en todo el camino" El tono agudo de su voz me hizo sonrojar más de lo que estaba. "Dime mi amor, ¿bostezas por qué tienes hambre o por qué tienes sueño?"
"Uhmm... si te soy sincera... las dos cosas bebé. Muero por llegar a nuestra cama y agonizo de hambre" Me acaricié la panza, y en ese momento, otro bostezo se me salió sin querer.
"Oww... Pobrecito bebé" Volvió a decirme lindamente, acercó sus labios a mi sien y me dejó un beso. No lo pude evitar y mis ojos se cerraron por unos segundos ante la sensación que me provocaba. Era algo maravilloso. "No te preocupes, Rebecca Armstrong, tu esposa Freen Sarocha lo solucionará" Me lanzó un guiño.
"Mi vida, si tu solución es cocinar cuando llegues a casa entonces no lo aceptaré. Mejor buscaré un restaurante y compraré algo para la cena".
"Esa no era mi solución y no es necesario comprar nada. Las niñas y yo cenamos en casa de Mamá, y por supuesto, ella mando tu cena. La traigo en mi bolsa" Me señaló su maleta en el asiento trasero.
Le di una sonrisa y sin decir más, deslicé una mano por sus hombros y la abracé atrayéndola hacia mí. Ella recostó su cabeza en mi hombro, y yo descanse la mía sobre la suya para seguir el resto del camino. El silencio volvió a inundar el auto, no porque no quisiéramos hablar si no porque lo necesitábamos, y creo que mucho más las personitas que iban durmiendo.
Minutos después... el auto ya pisaba la entrada a nuestro vecindario. Como siempre... todo seguía igual que antes. Estaba de más decir que me encantaba este lugar y sobre todo porque mi vida entera la había vivido aquí.
Aún recuerdo hace ocho años atrás cuando freen y yo nos casamos, exactamente después de su graduación de la Universidad. Queríamos dejar este vecindario para ir a vivir a otro lugar, pero papá insistió en que ellos eran los que debían irse y nosotras quedarnos con la casa, y todo porque él quería que sus futuras nietas crecerían aquí. Yo no le llevé la contraria así que simplemente lo aceptamos, nos quedamos con la casa. Pero antes de que todo pasara, ellos no se mudaron inmediatamente. Freen y yo teníamos decidido que primero disfrutaríamos de nuestra juventud y nos iríamos a conocer todo el mundo, antes de empezar a formar una familia.
Y así lo hicimos, viajamos a cada rincón del planeta, recorrimos ciudades, conocimos lugares inimaginables. Estuvimos haciendo todo tipo de locuras en muchos países durante dos años.
Cuando decidimos regresar a casa, Papá cumplió con lo que había dicho y se fue junto a Nita a vivir a otro lugar para que finalmente mi esposa, richie, Non y yo, viviéramos felices en nuestra casa.
Los años pasaron y tuvimos que remodelar y hacer muchos cambios con la llegada de Emilia y Amanda. En el primer piso ya no estaba solo la habitación que solía ser de Papá y Nita, y que ahora era nuestra, también había otras dos y estaban conectadas por puertas interiores a la nuestra ya que nos daba terror que las niñas estuvieran tan separadas.
Las habitaciones de arriba, las que solían ser de freen y mía, seguían intactas, con las paredes llenas de fotos y recuerdos de todos estos años juntas. Supongo que en algún momento las niñas las ocuparían cuando estuvieran más grandes y no corrieran peligro de tropezar las escaleras.
...
Finalmente, después de recorrer el vecindario durante unos minutos, ya parqueaba el auto fuera de nuestro hogar. Fui la primera en bajar, abrí la puerta de mi esposa y la ayudé a salir cuidadosamente para que Bec no se despertara. Le dije que me esperara mientras yo sacaba a las niñas del asiento trasero y después de hacerlo, caminamos hacia la casa.
Entramos, freen fue directo a nuestra habitación para acostar a la bebé en su cuna, mientras yo iba a la habitación de Emilia y Amanda y las dejaba a cada una en su cama. Les quité la ropita, les puse un pijama, apagué las luces y salí a la sala.
En ese mismo instante, freen también salía de nuestra habitación. Se acercó, me abrazó por el cuello, yo envolví mis manos en su cintura y nos quedamos así mientras nos mirábamos a los ojos.
"¿Por qué eres tan hermosa eh, Sarocha?" No pude esconder mi sonrisa. Y es que... todo en esta mujer era tan sublime y preciado.
Aunque los años habían pasado, ella no cambiaba. Cada día se veía más hermosa, casi como la primera vez... Claro... ahora estaba un poco más madura... su cuerpo más voluptuoso...y con los pechos más grandes y acolchados para mi bendita y grandiosa suerte. Uffff...
"No lo sé Armstrong, así soy yo. Y tampoco sé por qué tus ojos pasaron de los míos a mis pechos ¿En qué estás pensando?"¡Mierda!
"Ehhhh" Tartamudeé "Amor, yo no estaba mirando tus pechos..."
"Si claro... " Sonrió "Ok, Armstrong... Mejor dime-... ¿qué deseas hacer primero? ¿Ducharte o tomar la cena?"
"Mmmm... No lo sé" Suspiré "¿Qué me aconsejas?".
"Bueno..." Quitó sus manos de mi cuello y las bajó lentamente por mi garganta y mi pecho hasta el primer botón de mi blusa. No era cierto... Ahora jugueteaba con él. "Es más saludable que te duches primero y luego cenes... aunque..." Oh Dios... Mordió su labio inferior con mucha sensualidad mientras me miraba y comenzaba a zafarme los botones. ¿Qué... pretende? "puedes olvidarte de esa cena... comerme a mí y luego ducharnos ¿Qué te parece?" Mierda... quiere sexo desenfrenado... como siempre.
"Sarocha...eh... tu oferta es tentativa, muy tentativa, demasiado tentativa, pero..." Quité sus manos de mi blusa "prefiero lo saludable, mi salud... así que ¡Voy a ducharme chica caliente!" Le di un pinchazo en la nariz y de inmediato corrí a nuestra habitación. Una vez allí, no pensé en nada más y me metí a la ducha tan rápido como pude. ¡No podía aceptar su oferta! ¡y menos con esa cara de excitada que me tenía!
Mi esposa había cambiado en muchos aspectos pero... ¡no en la intimidad! Aún era salvaje. ¡Demasiado! Yo aún no lograba descifrar el misterio de su energía infinita a la hora de hacer el amor. El día de nuestra boda, casi estuve en coma por tres días en la cama de un hotel en Hawái... Recuerdo que no podía mover siquiera un dedo. Gracias a Dios días como esos no se volvieron a repetir...Pero bueno, volviendo al tema... hoy... no... Yo hoy no estaba preparada, ni tenía energías suficientes como para aguantar una noche de faena con ella.
...
Finalmente, salí de la ducha, me vestí con un short, una camisa larga pero muy fresca y salí de la habitación hacía la sala mirando con cuidado de no recibir algún golpe proveniente de mi esposa.
Debo decir que eso no duró mucho porque la vi en el comedor sentadita, mirándome y muy muy calmada.
Caminé hasta ella, y cuando llegué, me deslicé en la silla a su lado. Mis ojos se clavaron en la cena que ya estaba servida, mi estómago gruño fuertísimo y eso provocó que me ganara una de sus risitas.
"¡No te burles Chamcham! En todo el día no pude probar nada" Gemí, dándole una miradita triste y de inmediato ella me hizo señas para que empezara a comer. No lo dude un segundo y cuando llevé el primer bocado a mi boca... Diablos... puedo asegurar que volví a la vida. Esto estaba delicioso. Asombroso.
Más bocados llegaron a mi boca y en solo unos minutos, mi plato estaba totalmente vacío. "¡Por Dios...!" Exclamé. Me senté recta y solté un suspiro muy profundo que hizo a freen reír de nuevo. "Esto estuvo delicioso mi amor".
"Lo sé bebé. Todo lo que prepara mamá es exquisito. ¿Aún tienes hambre? ¿Quieres comer algo más?" Llevó sus manos a mis mejillas y comenzó a acariciarme suavemente con sus pulgares. No pude evitarlo y de nuevo volví a suspirar. Sus caricias siempre tenían el mismo efecto en mí.
"Mmmm... No tengo hambre... pero... " Sonreí "Tal vez... podrías hacerme un sándwich? ¿Por favor?" Le pedí con cierta ternura y vi como asintió inmediatamente. Por supuesto mi bebé nunca se negaría. Puse mi mano sobre la suya, entrelacé mis dedos y la atraje hacia mis labios donde dejé un beso. "Gracias mi freen, gracias por cuidarme, por complacerme y por mimarme siempre".
"No tienes que agradecerme nada becky. Soy feliz haciéndolo, muy feliz" Me contestó.
Sus ojos se quedaron estudiando mi rostro detenidamente por unos minutos hasta que habló de nuevo "Te ves tan cansada".
"Lo estoy mi amor, estoy realmente cansada. Sabes cuánto odio los días como hoy en donde tengo tanto que hacer y casi no puedo pasar tiempo contigo ni con las niñas".
"Lo sé... Y gracias a Dios solo pasa de vez en cuando porque si fuera todos los días juro que ya me habría vuelto loca de estar tanto tiempo sin ti".
"¿Uh?" Me hice la confundida "Pensé que ya estaba loca mi bebé" Bromeé, y por supuesto, me gané una linda mala cara de su parte y una sonora palmadita en mi brazo. Aunque freen tuviera 28 años, estuviera casada y también fuera madre de familia... no dejaba de ser esa niña que se enojaba por cualquier cosa, bipolar, peligrosa, dulce y tonta que tanto me gustaba. Una total lotería "Sabes que estoy bromeando freen" Le robé un beso en los labios, tomé su mano y la arrastré a la cocina para que me acompañara mientras yo lavaba mi plato.
Llegamos al lavavajillas, ella me abrazó por la espalda, rodeando mi cintura con sus brazos y apoyó su barbilla en mi hombro mientras miraba lo que yo hacía.
"A partir de hoy no volveré a la empresa, tomaré unas vacaciones" Le dije divertida, pero estaba hablando muy enserio.
"¿Ah sí? ¿Y a quien le dejaras toda tu responsabilidad... a Baitoey o a seo?".
"A ninguna" Dejé el plato lavado en la encimera, me sequé las manos y giré la cabeza. Su cara mostraba absoluta confusión. "A ninguna freen, si yo tengo vacaciones, ellas también. Baitoey necesita tiempo para... mmm... eh... digamos que para estar con looknam, y seo, ella debe estar al pendiente de Chompoo y de la barriguita de Sulax... así que lo acabo de reflexionar y ... dejaré a Ken y a Noey a cargo de todo por unos meses".
"¿Ken Chan?" Levantó una ceja "¿¡Ese idiota que está enamorado de ti desde hace tanto tiempo!?, ¿Qué aún no supera que seas gay, que estés casada y tengas tres hijas? ¿Él que tartamudea cada vez que habla contigo por teléfono? ¿¡Ese maldito idiota!?".
"El mismo, y no seas grosera por favor" Me reí. Tan celosa y exagerada como siempre... "Ken, es un excelente empleado, es de mi total confianza y no está enamorado de mí, ¡deja de decir eso!".
"¡Claro que si!" Gimió.
"Claro que no. Con la mirada punzante y asesina que le diste aquella vez en mi oficina, le bastó para darse cuenta que tengo dueña... y que es muy peligrosa".
"Insisto, no me cae bien. ¡Es un idiota!".
"Está bien, mi amor es un idiota, pero..." Me di la vuelta, quedando frente a ella. Se veía tan graciosa con sus cejas ligeramente fruncidas. "Tu frente se va a arrugar más adelante si sigues haciendo eso" Le señalé su ceño para que dejara de hacerlo "freen, ese idiota y Noey se harán cargo de la empresa por unos meses. Quiero y necesito pasar más tiempo contigo y mis dormilonas. Tú también te ves cansada y es mi deber estar aquí ayudándote con las cosas del hogar, con el cuidado de las niñas. Deseo que vuelvas a realizar todas esas cosas que tanto te gustan".
"¿De qué hablas Becbec?" Ahora su ceño se había convertida en una sonrisa. "Si lo que más me gusta y más amo en este mundo es estar con mis hijas, cuidarlas. ¡Las adoro!"
"Lo sé freen, pero ya te dije que deseo que vuelvas a concentrarte en tus cosas, en todo lo que te apasiona. Ese par de chiquillas son muy traviesas cuando no están en la escuela y Bec no te da tiempo para nada... Aun no entiendo por qué no quieres que contrate a alguien para que te ayude aquí".
"¡Eso nunca! No voy a meter a otra mujer en mi casa para que te mire el trasero o para que te enamores de ella y me abandones... ¡Eso no!" Dijo cortante.
"freen, ya te he dicho más de un millón de veces que no todas las mujeres de este mundo son gays, y no todas me miran el trasero, ¡deja de ser exagerada!".
"¡Ya dije que no!"
"OK, bien... si no quieres contratar una chica que te ayude entonces cómo es que insistes en querer más bebés ¿Cómo vas a cuidar de tantas vidas?" Gemí. Y esta era la cuestión... Esta mujer insiste en que tengamos más niñas... Creo que quiere formar una guardería en esta casa.
"¡Ah no, eso sí que no Rebecca Armstrong! Tú aun me debes una niña, ni creas que con Emilia, Amanda y Bec me basta. ¡Me lo prometiste cuando éramos novias! ¡y también me lo prometiste el día de nuestro matrimonio! ¡Lo hiciste!" Gritó lo último y empezó a darme palmaditas en pecho como niña berrinchuda. No protesté ya que solo estaba siendo ella...
"Amor, lo hice, lo prometí... pero ya estoy muy vieja para eso".
"¿Vieja? ¡Apenas tienes 31 años Armstrong! ¡Y lo peor es que sigues viéndote igual que cuando nos conocimos... Tonta!".
"¿Tonta? ¿Soy una tonta por verme igual que hace 10 años?" Levanté mis cejas sorprendida. Ella solo asintió "Está bien, soy una tonta... Y no tengo 31, tengo 32".
"No tienes 32, mañana tendrás 32, por ahora sigues teniendo 31, y no creas que te vas a salvar de darme otra pequeña. ¡Necesitamos dejar más herederas para nuestro imperio!".
"Oh por Dios... ¡Está bien!" Grité un poco exagerado, moviendo las manos en el aire tratando de parecer desesperada y con la mirada pegada al techo mientras ella se reía de mis gestos. Nadie nunca podía resistirse a los deseos de Freen Sarocha...Absolutamente nadie "Seguiremos hablando de este tema después señorita, ahora, me dedicaré a preparar mi sándwich... Yo misma lo haré".
"Está bien" Me respondió en un tono mimado. Comencé a caminar por toda la cocina... con ella abrazándome por la cintura y su barbilla apoyada en mi hombro. Era un poco difícil moverse de lado a lado con ella atrás de mí, pero podía sentir sus lindos y grandes pechos contra mi espalda así que... no era tan malo después de todo.
Llegamos al refrigerador, lo abrí y...
"Vaya... necesitamos ir al supermercado con urgencia. Esto parece un desierto" Le dije al ver que estaba casi vacío.
"Ups... Siempre vamos cada final de mes... es obvio que ya no haya casi nada".
"Bueno... al menos algo nos queda para el desayuno. Mañana arreglaremos ese problema" Saqué lo poco que quedaba en la nevera, fui a la encimera a preparar mi aclamado sándwich y después fuimos a sentarnos a la sala.
Comencé a comer mientras veíamos TV, yo le daba mordiscos a mi sándwich, mi cara era de total satisfacción cuando tragaba. De reojo veía como ella me miraba seria...
"Wow... Jesús!!!... Nada mejor que algo preparado por uno mismo. Me quedó delicioso" Dije saboreándome los labios.
"Es solo un sándwich becky. No la cena para la reina de Inglaterra" Me dijo y su expresión no cambiaba. La conocía como la palma de mi mano... Sin duda estaba celosa porque dije que me había quedado delicioso. Es algo difícil de entender, pero ya verán...
"Esto sabe mejor que una cena para la reina" Dije para que sus celos crecieran, y por supuesto me hizo una mueca, cambió el canal de la TV y se acostó boca arriba sobre el sofá a mirar la pantalla. Sus pies quedaron en el suelo, ni siquiera tocaba los míos... Esta mujer era tan orgullosa.
"¿Por qué el amor de mi vida no puede soportar que algo que ella no haga me agrade? ¿Acaso es porque es demasiado celosa?" Le pregunté mientras tomaba sus pies del suelo y me deslizaba entre ellos. Mi rostro quedó pegado al suyo e inmediatamente sus pies se amarraron como un nudo en mi cintura y sus manos de igual manera en mi nuca.
"Solo yo y mis hijas podemos hacer cosas agradables para ti, ¡nadie más!".
"¿Ni siquiera yo misma?" Le dije bromeando.
Negó seria.
"¿Ni siquiera papá?"
"Bueno... papá y mamá si pero nadie más" Me advirtió con una pequeña sonrisa. Ambas reímos y nos dimos un pico en los labios.
"Sabes..." Le dije "me gusta como somos, como nos tratamos, como te comportas conmigo... Me encanta que tu personalidad siga intacta después de tanto tiempo, que pelees y te enojes por cosas insignificantes y luego yo tenga que pedirte disculpas y ponerte contenta de nuevo a punta de solo besos... Es algo que amo y me maravilla siempre".
"Si... soy lo mejor que pudo haberle pasado a tu vida. Eso es más que seguro".
"Lo tienes, amor, lo tienes" Nos reímos. "Eres y serás lo mejor que me ha pasado. Amo todo de ti, tu forma de ver las cosas, cuando hablas, cuando ríes y lloras. Amo tus ojos, tu nariz, tu sonrisa, tu boca, tus asombrosos pechos... Y podría seguir toda la noche, pero no lo haré porque voy a besarte en este instante" Terminé por decirle y así lo hice, uní mis labios a los suyos para empezar un delicioso, profundo, lento y sexy pero tierno beso.
Este lugar, la sala, había sido testigo de tantos besos iguales... de caricias... y de muchísimas cosas... De momentos mágicos.
"Armstrong, si sigues besándome de esa manera, voy a tomarlo como una señal de que si quieres esa noche apasionada que te ofrecí hace un momento" Su voz se entrecortó un poco mientras lo decía. Estaba nerviosa, pero eso no le quitaba aquella picardía que siempre poseía cuando me decía este tipo de cosas.
"Me encantaría freen, dejaría que me hicieras el amor en este instante pero... podemos correr el riesgo de que me quede dormida en pleno acto y no pueda darte un orgasmo. Antes estaba borracha del hambre, y ahora, estoy borracha de sueño".
"Uhmm... está bien, dejaré que recargues energías esta noche porque mañana..." Me miró con malicia "Mañana te tengo una sorpresa y ni siquiera... escúchame bien, ni siquiera podrás pararte de la cama. Tengo pensado que para tu regalo de cumpleaños lo mejor será romper el récord que hicimos en nuestra boda".
"Wow... Qué bueno que ya pagué mis servicios funerarios. Y por favor... que en la prensa no vaya a salir la noticia de que morí a causa de hacer el amor por mi insaciable esposa. ¡Es un trato?" Le di mi meñique, y por supuesto, ella lo agarró.
"Es un trato" Dijo no muy fuerte pero demasiado feliz. "¿Entonces... vamos a dormir?".
"Vamos a dormir" Estuve de acuerdo. Me quité de encima, la ayudé a pararse del sofá y nos fuimos agarradas de la mano a nuestra habitación.
¡Mañana sería un gran día!
...
Sábado
8 am.
"¡Mamá! ¡mamá!, despierta, mamá"
"Es tu cumpleaños, becbec, despierta... vamos...".
Dios... mi cama se hundía, mi pobre cuerpo parecía una gelatina sobre ella.
"¡Mamá, abre los ojos!¡Hazlo!" Mis niñas me gritaban en los oídos, sentía como sus manitas apretujaban mis mejillas de todas las formas posibles.
"¡Mamá! ¡Despierta ya!"
Aunque parecía que hubiera dormido solo dos horas y no estaba muy contenta con este despertar, sonreí internamente mientras intentaba abrir los ojos, pero la luz que entraba por la ventana hacía que fuera imposible. El sol brillaba al máximo, más fuerte que en otras mañanas. ¿Qué hora era?...
"¡Vamos mamá, despierta!" Sus manitas seguían y seguían apretujándome, las cogían como si fueran un par de gomas. No sé si estaban tratando de hacer muecas con mi propio rostro o algo parecido.
Finalmente, logré abrir un ojo tan lento como pude... y
"¡Feliz cumpleaños, Mamá!" Me gritaron al mismo tiempo.
No me dieron espera de nada y se lanzaron a mi rostro a dejarme una ráfaga de besos por mi barbilla, mi nariz, mis cejas, mi frente. Envolví mis brazos en sus cuerpecitos, las apreté contra mi tan fuerte como pude y comencé a reír a carcajadas sin poder ocultar mi felicidad. No había nada más gratificante que tener a mis bebés entre mis brazos en un día como este.
"Mamá, mamá te tenemos que contar algo" Ambas me hablaban al mismo tiempo. Esto era realmente difícil. Siempre era difícil.
"¿Qué pasa, chicas?"
"¡Mami te preparó un pastel!" Gritaron y ...
"¡EMILIA! ¡AMANDA!" Diablos "¿¡POR QUÉ LE DIJERON A MAMÁ?! ¡ERA UNA SORPRESA!" ¡Mierda!
Las tres quedamos paralizadas y boquiabiertas cuando escuchamos a freen gimiendo desde la cocina. Mi esposa sí que había sonado bastante disgustada.
"Ouch... que hicieron chicas, mami suena muy enojada" Traté de asustarlas y de inmediato, ambas se cubrieron los ojos con sus manitos. Estaban tan apenadas que vi como sus mejillitas se iban tiñendo de un rosa brillante.
"Discúlpense con mami ahora" Les ordené y sin ninguna espera...
"¡Lo sentimos, Mami!" Le gritaron a freen... siempre sincronizadas. Me besaron de nuevo en las mejillas y se bajaron de mí rápidamente para esconderse debajo de las cobijas. Traviesas...
Procedí a sentarme en la cama, sonriendo por las locuras de mis pequeñas. Ahora por culpa de ellas, yo tendría que levantarme, ir a la cocina y mimar a mi esposa como un bebecito para que no sintiera tan mal después de que su linda sorpresa fue arruinada.
Traté de levantarme, pero me detuve en el acto, cuando en la puerta vi a mi esposa con cara de cachorro triste y esos provocativos y rosados labios convertidos en un puchero. Se veía tan tierna, tan hermosa y tan maravillosa como siempre.
En una de sus manos sostenía un gran pastel que al parecer tenía un cubierto de chocolate, encima... se podía ver que estaba decorado con algunas frutas... en su mayoría fresas.
"Mi sorpresa fue arruinada por esas niñas amor" Caminó hasta la cama con esa carita triste y me tendió el pastel sin ninguna gana. Tuve que sonreír, a veces es como si yo fuera la única adulta en esta casa. "Feliz cumpleaños, Becbec. Este regalo es de parte de todas" Su cara no cambió.
Lo recibí sin decirle absolutamente nada, lo puse encima de la cama y la tomé por la cintura, tirándola encima de mis muslos.
Ella se sorprendió, se agarró de mi cuello y comenzó a reír.
"Gracias mi vida. Y déjame decirte que tu sorpresa no fue arruinada, y también que este pastel se ve delicioso" Cogí una fresa del pastel y le di un mordisco, dejando la otra mitad para que ella la agarrara. Freen sonrió, la tomó y comenzamos a comerla mientras nos dábamos un beso. Por supuesto no era uno muy provocativo, solo nos picoteábamos con delicadeza, ya que de reojo habíamos visto como Emilia y Amanda nos espiaban debajo de la cobija.
Nos separamos y freen disimulando, tomó la cobija y la levantó, dejándonos ver al par de traviesas con unas sonrisitas en sus rostros.
"¡Ustedes no tienes porque reírse!" Les gritó y les clavó a las dos unas palmadita en el trasero "Eso les pasa por dañar la sorpresa de Mamá".
Las niñas no se tomaron muy enserio el regaño, en vez de eso, soltaron unas risitas, se sentaron en la cama y comenzaron a meterle los dedos al pastel.
Freen, por su parte, me dio un guiño junto con otro beso en los labios y luego salió corriendo de la habitación. Seguramente había olvidado algo en la cocina.
"Hey... No hagan eso bebés" Negué mientras veía a mis hijas destrozando el pastel... Le arrancaban grandes pedazos, lo destrozaban.
Por supuesto no me hicieron caso así que no tuve de otra que abandonar la idea de detenerlas y comencé a sonreír mientras miraba esos pedacitos de mí, embarrándose todo, las mejillas, la boca, la nariz. Un completo desastre.
No pude evitarlo y recordé cuando la pediatra me las acercó a cada una el día de su nacimiento, eran tan pequeñas, tan lindas, una bendición del cielo y una bendición para toda mi familia.
De pronto...
"Dile Feliz cumpleaños a Mamá" Escuché.
Desvié la mirada de nuevo a la puerta y no pude evitar que mi sonrisa se hiciera más grande cuando vi nuevamente a mi esposa, esta vez con Bec en sus manos.
Se acercaron a la cama y mi bebé comenzó a hacer lo mismo de siempre cuando me veía, a sacudirse, a soltar risitas y a estirar sus bracitos.
No dude en atraparla y abrazarla como lo hacía cada mañana. Sus manitas atraparon mis mejillas y luego comenzó a balbucearme un feliz cumpleaños que solo freen y yo podíamos entender.
Dejé besitos en sus mejillas, uno en su cabecita y la senté en mi regazo. Ella clavó la mirada en lo que hacían sus hermanitas mayores, y por supuesto, no dudó en copiarles. Metió sus manitos en el pastel y luego las puso bien abiertas en mis mejillas, dejándome sus huellas marcadas. Freen y las niñas soltaron unas carcajadas y comenzaron a aplaudir mientras miraban mi cara llena de chocolate.
"¿Podemos hacerlo nosotras también mami?" Emilia, mi hija mayor, le preguntó a freen con cierta inocencia.
Mi esposa me miró, sonrió de medio lado con cierta maldad y asintió... "Por supuesto que sí mis amores. Hagan lo que quieran con la cara de Mamá"
"¡Si!" Las niñas gritaron emocionadas.
Yo le fruncí el ceño por ser tan maldadosa, y luego vi cuando las chicas agarraron una porción bastante grande de pastel y me la estrellaron de frente en todo mi rostro. Nuevamente escuché risitas, burlas, aplausos. Intente enojarme... pero simplemente no podía hacerlo. No en mi cumpleaños y menos cuando mis cuatro amores disfrutaban de molestarme.
"Bien... uhmm... supongo que hay un pastel de repuesto para que yo lo pueda comer, cierto?" Pregunté mientras me limpiaba la cara y me quitaba el chocolate de los ojos con las cobijas. Cuando terminé quitarme todo, vi a freen y a las niñas negando muy divertidas. Cómo era posible... ¿No había otro?
"¿No hay otro pastel chicas?" Pregunté incrédula. Todas volvieron a negar "¿Se supone que debo comerme esa cosa destrozada y manoseada por ustedes?" Asintieron.
"También era nuestro desayuno mamá" Me dijo Emilia. Miré a freen con los ojos entrecerrados y una ceja levantada, pero ella no cambiaba su expresión. La muy maldita siempre se divertía conmigo.
"¡Qué clase de cumpleaños es este!" Gemí para mí misma "Primero me destrozan el pastel antes de probarlo, y ahora, también se supone que era el desayuno de esta familia. ¡Dios mío... Sálvame de estas mujeres por favor!" Grité tomándome la cabeza, tratando de preocuparlas, pero estas chicas la única reacción que tenían era sonreír demasiado burlonas.
Bien, alguien debía poner orden en esta casa y por supuesto tenía que ser yo... así que me levanté hacía al baño en compañía de mi bebé, y obligué al trío de traviesas a que recogieran las cobijas de la cama, el pastel destrozado y llevaran todo a la habitación de lavado mientras yo limpiaba mi cara y las manitos de mi bebé.
Salí del baño y fui a la cocina para mirar si era cierto que no había otro pastel... Y si, efectivamente no había nada, absolutamente nada. Revisé los cajones, el horno, el refrigerador... y nada. Escuché unas risitas desde la puerta y ahí estaba el trío nuevamente... burlándose de mí. No sé qué tenía de gracioso que ni siquiera en mis cumpleaños tuviera un digno pastel
"Bien, ya que no hay otro pastel para mí, al menos debo tener un buen desayuno no?" Pregunté
Freen caminó hasta el refrigerador "Hay lo que viste anoche... Unas cuantas verduras. Haré algo con esto para que desayunemos"
"Hey no" La detuve cuando comenzó a sacar las cosas. Me acerqué y le entregué a Bec "Yo prepararé el desayuno mi amor, ve a esperar a la sala con las niñas y vean TV o hagan algo".
"Yo lo haré es tu... " Iba a protestar, pero la callé con un beso y luego le apunté con mi dedo hacia la sala. Calladita salió con las niñas hacia allá, vi que se acostaron sobre la alfombra, prendieron la TV y comenzaron a ver caricaturas.
Me reí. Era el colmo que yo hiciera el desayuno para mi propio cumpleaños... pero bueno... no había de otra. Caminé al refrigerador para sacar lo poco que había y comencé con mi labor.
Era extraño que yo hablara de cocinar, ¿cierto? Pero casi me había convertido en una cocinera profesional gracias a freen. Aún recuerdo años atrás, no descansaba y no me dejaba salir de la cocina hasta que alguno de los platos que yo preparaba fuera comestible. A veces podía sentir como se frustraba de siempre explicarme y explicarme lo mismo, pero... lo escondía con una sonrisa amable para que no hacerme sentir mal.
Pero bueno... Finalmente aprendí, los años habían pasado y ahora estaba aquí, cocinando un delicioso plato para mi familia.
...
Minutos después todo estuvo listo, serví los platos en el comedor y nos sentamos a disfrutar de una saludable ensalada. Siempre era grato ver a mis chicas favoritas disfrutando de lo que les preparaba, sobre todo me encantaba ver como mi bebé más pequeño aprendía a tomar mejor los cubiertos. ¡Era tan hermosa!
"¡Wow! mamá, esto te quedó delicioso" Emilia me dijo, parecía una ardillita con las mejillas completamente llenas.
"Emilia tiene mucho razón becbec, sabe exquisito" Dijo freen
"Si, es mejor que las comidas que tu preparas Mami" Emilia le dijo de la nada y no pude contener una carcajada cuando vi a freen frunciendo el ceño. Sin duda eso había sido un golpe bajo.
"Jumm por supuesto que no es mejor que mis comidas. Si no fuera por mí, becky no sabría ni abrir un huevo. Yo fui quien le enseñó a cocinar a tu mamá cuando estábamos más jóvenes porque ella era un desastre en la cocina" Le dijo enojada.
Emilia me miró, y sonrió... Esta chica era demasiado astuta. Y sabía perfectamente que freen solo bromeaba... o bueno no...
Seguimos desayunando tranquilamente, todo era risas hasta que...
"¿Cuantos años cumples Mamá?" Esta vez fue Amanda quien habló.
"¿No sabes?" Le dije simulando una carita triste. Ella me dio una sonrisa mientras negaba.
"Mamá cumple treinta y dos años bebé" freen respondió por mí.
"Oh... ¿Y cuantos tienes tú Mami?" Esta vez fue Emilia.
"Veintiocho" Le contesté yo. Vi como Emilia se sorprendía, intercambió miradas con Amanda, luego conmigo, por último, con freen, y en ese momento me di cuenta que algo raro estaba planeando.
"¿Pero por qué Mamá se ve más joven que tú Mami?"
"¿¡Qué dijiste!?" Oh por Dios... Freen nuevamente comenzó a gruñir de rabia, tenía una mala cara que no podía con ella.
"Woah Emilia... Esa estuvo buenísima" Comencé a reírme sin parar y tendí una de mis manos para que la chocara. Sin duda esa había sido la mejor del día.
"¿Acaso ustedes se pusieron de acuerdo para molestarme hoy?" freen les habló disgustada y fingiendo tristeza. De inmediato las niñas dejaron de reír y se bajaron de sus asientos para venir a abrazarla. Sus ojitos se estaban colocando llorosos.
"Hey mis niñas, yo solo bromeaba" Les dijo y comenzó a mimarlas. Logró que volvieran a sus asientos y gracias a Dios todo volvió a la normalidad.
...
Media hora después todas estábamos acostadas sobre la alfombra, freen a mi lado haciéndome mimos mientras las niñas se entretenían con unos juguetitos que habían regado en todo el lugar.
Mis ojos estaban cerrados, mi respiración era calmada... me sentía en el paraíso... y todo gracias a que freen me rosaba suavemente con sus labios alrededor de mi hoyuelo y mi boca.
"¿Qué deseas como regalo de cumpleaños Armstrong?"
"Mmmm... ¿por qué no me sorprendes Sarocha?" Le respondí sin aún abrir mis ojos. Escuché cuando soltó su típica risita, y luego sentí como su aliento recorrió mi cuello, posándose en mi oreja.
"Anoche dejamos algo pendiente... ¿Recuerdas? Cuando las niñas estén dormiditas podemos retomarlo".
"No puedo esperar hasta la noche" Le dije. Envolví mis manos con fuerza en sus caderas y la acosté encima de mí. Ella soltó un quejido, uno igual a cuando se sentía excitada.
"Yo tampoco amor. Creo que no puedo siquiera soportarlo en este momento" Me dijo casi temblando, respirando entre cortado. Tomó mis mejillas suavemente, se inclinó un poco y procedió a juntar nuestros labios.
Volví a abrazarla por la cintura mientras encontrábamos el ritmo perfecto en aquel beso... Todo se estaba subiendo de tono, mis manos ya caminaban dentro de su blusa, recorriendo la piel de su espalda desnuda, sus uñas ya se enredaban en mi cabello... su labio inferior no dejaba de ser mordisqueado por mis dientes... Sus...
"¿Mami no te duele cuando Mamá te mastica el labio así?" Mierda... Nos separamos a la velocidad de un rayo y nos sentamos rectas cuando oímos a Amanda, preguntando tal cosa. Cómo era posible que nos hubiéramos dejado llevar frente a ellas ¡Idiotas!
Levantamos la vista lentamente y vimos a las niñas con los ojos clavados en nosotras, esperando una respuesta.
"Dios... esto no puede ser cierto" Dijo freen completamente ruborizada y de inmediato escondió su rostro en mi cuello. OK, eso quería decir que ahora yo estaba sola en esto...
Me aclaré la garganta.
"Eh... No bebé--- ah... A Mami no le duele su labio... porque... yo no le hago daño. No lo hago con esa intención" Traté de explicarle mientras acariciaba el cabello de mi esposa. Trataba de confrontarla para que no se tan sintiera mal.
Amanda asintió, pero no dejaba de mirarnos... Esto no se ve nada bien.
"¿Y... por qué ustedes siempre están haciendo eso con sus labios?" Me dijo y de pronto comenzó a mover su boca de todas las formas posibles, a tirar picos... Me daba a entender por qué siempre freen y yo nos andábamos besando.
Freen lo vio y...
"¡Oh por Dios!" Exclamó incrédula. Sus ojos estaban tan abiertos como su boca. No puedo negar que yo estaba igual. ¿¡Esta niña por qué nos preguntaba tales cosas!?
"Mi amor..." freen empezó a hablar nerviosa "e-s-o... se llama besar... y mamá y yo lo hacemos porque... porque se siente bien, porque nos amamos, nos queremos. La gente que se ama lo hace siempre. ¿Entiendes?" Le dijo al borde del desespero.
Por la cara que hacían Emilia y Amanda, era obvio que no le entendían nada.
"Mami, ¿Y por qué ustedes no nos besan así ni a mí ni a mis hermanitas si ustedes nos aman muchisisisimo?".
"¡Oh no!... Becky ayúdame con esto. ¡Di algo!" freen ya no se hallaba, empezó a sudar y a darse aire con las manos, fingía que le faltaba la respiración. No sé si estaba fingiendo o era algo real.
De todas maneras, hablé.
"A las hijas pequeñitas no se les debe dar besos en la boca. Eso es algo que solo hacen las mamás" Añadí con burla. Lo siento... pero era inevitable.
"¡Si! ¡Exacto!... eso es algo que hacen las mamás cuando se aman mucho, y también lo hacen los papás... ¡pero no con las hijas...!" Oh Jesús... Esta mujer no tenía idea de lo que estaba diciendo.
"Miren niñas, ustedes son muy pequeñas y no van a entenderlo. Por ahora solo deben saber que eso solo lo hacemos las personas grandes... es todo".
"Cuando ustedes crezcan y sean mayores de edad también podrán hacerlo. ¡Pero primero tienen que pedirnos permiso!" Añadió freen elevando la voz.
Las niñas por fin asintieron, nos sonrieron una vez más y volvieron a concentrarse en su jueguito. ¡Wow! Esta pequeña conversación sí que había sido un poco rara.
"becky... Estas niñas fueron muy curiosas, ¡mira todo lo que nos preguntaron! Eso me preocupa demasiado... Y sobre todo porque nosotras nunca demostramos mucho amor delante de ellas" freen negaba preocupada.
"Ya pasó freen... ellas..."
"¡Oh por Dios!" No dejó que yo terminara de hablar. La miré bastante extrañada y tenía una cara de horrorizada. Y ahora que demoni... "¿¡Crees que ellas nos hayan visto... ya sabes... haciendo algo... en la cama!?"
"Hey!!!, por supuesto que no" Le di una palmada en la frente, junto con un ceño fruncido. ¿Cómo podía estar pensando eso? "Nosotras siempre hemos sido muy cuidadosas con ese tema desde que ellas pueden rondar solitas la casa. No digas tonterías por Dios...".
"¿Pero... y los besos?" Gimió.
"No seas paranoica freen, ya te dije. Es obvio que nos han visto besándonos... nos han visto miles de veces y nos acaban de ver. ¿Qué esperas?"
"Nos han visto dándonos picos, pero nunca besándonos de esta manera" Me replicó preocupada y de nuevo apoyó su cabeza en mi pecho.
Vi como Amanda volvió a detener su juego y otra vez posó su mirada en nosotras. Jesús... Y ahora qué clase de pregunta nos haría...
"Mmmm... ¿Pasa algo, bebé?" Le dije con algo de temor. Solo esperaba que no fuera algo relacionado con lo que freen me dijo hace unos segundos.
"Mamá, es tu cumpleaños... ¿Podemos comer helado?"
"¿Helado? Uhmm si... por supuesto que sí. Yo también quiero helado". Sonreí
"Tendremos que ir a comprarlo becky, en el refrigerador solo queda un poco y no alcanza para todas" freen me lo recordó "¿Te parece si... vamos a conseguirlo y de una vez aprovechamos para realizar las compras?".
"Me parece una grandiosa idea mi amor"
"Entonces..." Se apoyó en mí y se puso de pie "iré a prepararme junto a las niñas... y tú ve cambiando de ropita a Bec. Prometo que no voy a tardarme mucho para que también vayas a ducharte, ¿está bien?" Asentí "Y ustedes dos" Emilia y Amanda la miraron "Detengan ese juego y vengan conmigo ya... Vamos a ducharnos".
"¡Si señora!" Respondieron las dos con mucha alegría, se levantaron a atrapar las manos de freen y comencé a reír porque prácticamente se la llevaron arrastrada a su habitación. Estas chicas amaban ir a la ducha, sobre todo porque freen siempre les permitía quedarse dentro de la tina jugando...y también hasta que su piel se colocara como la de los 'abuelitos'. Ja! Si mi abuela se enterara de que mis bebés dicen eso, probablemente se pondría histérica y no con ellas... lo haría conmigo por permitirles pensar de esa manera.
...
Unas horas más tarde, recorríamos los pasillos del supermercado. Freen estaba unos pasos adelante de mí con Emilia y Amanda, mientras yo me dedicaba a esperarlas con el carrito de las compras y mi bebé sentadita dentro de él.
Siempre me causaba curiosidad y no podía dejar de mirar todo lo que mi esposa acostumbraba a hacer cada vez que veníamos aquí. Cogía productos de los estantes, (esta vez eran unas latas de atún) se los mostraba a las chicas y entre las 3 empezaban a compararlos. Todo daba inicio con una pequeña charla, luego, llegaba hasta el punto en el que freen discutía con ellas como si mis niñas pudieran darle una opinión lógica o coherente... Era algo tan gracioso, pero a la vez interesante.
"freen, podrías tú decidir cuál llevar, te he dicho más de mil veces que discutir con las niñas no te servirá nada" Traté de agilizar esto. Ya teníamos casi todas las compras y quería llegar a casa para disfrutar de mi helado.
"¡Tú no te metas Rebecca Armstrong, las chicas y yo estamos en un debate muy importante!" Ni siquiera se dignó a mirarme al decirme eso. No era posible...
Decidí que era mejor seguir recorriendo en lugar y mirar si algo se me antojaba... y así lo hice, dejé a esas mujeres discutiendo y tomé mi camino.
Unos pasillos más adelante me detuve a mirar algunos postres, estaba tan entretenida que no me di cuenta cuando la pequeña Bec, tomó uno del estante y lo lanzó al suelo. Lo único que pude escuchar fue el gran ruido que hizo cuando cayó.
"Hey bebé, eso no está bien" Le di un pequeño regaño, pero esta niña solo juntaba sus manitos y me daba esa sonrisita que era igual de hermosa a la de su madre. Negué divertida y me agaché para recoger el frasco, pero alguien lo hizo primero que yo.
"Una chica tan linda como tú no debería de hacer tal esfuerzo, toma" Volví a mi posición y frente a mi había un chico de cabello castaño, casi de mi estatura... tendiéndome el postre... Y sonriéndome. Era realmente guapo...
"Oh!... Gracias, eres muy amable" Le devolví la sonrisa, tomé el postre y lo puse de nuevo en su lugar. Esperaba que el chico se fuera... pero no lo hizo y siguió a mi lado... sin dejar de sonreírme y sin dejar de mirarme como estúpido. ¡Incomodo!
"Uhmm... ¿estás aquí... sola? Quiero decir... necesitas ayuda para llevar todas las cosas a un auto o algo así. Eh... Yo podría ayudarte... claro... si tú lo deseas... Estaría encantado, sería un placer" Oh Dios... No estoy exagerando cuando digo que este chico se ruborizó al decirme todo eso. Era algo tierno, pero sencillamente ¡NO!
"Oye... Es muy lindo de tu parte y gracias por el ofrecimiento, pero..."
"Pero no necesitamos que absolutamente nadie nos ayude" freen llegó a mi lado como una fiera salvaje. Se cruzó de brazos y juro que la mirada que le dio al chico era completamente asesina. Esta mujer sabía perfectamente como cuidar lo suyo "Ella no está sola, está conmigo 'su esposa' y también con sus hijas. Eso quiere decir que está con su familia y gracias, pero no necesitamos de tu ayuda" Se giró hacía mí y recibí casi la misma mirada que le lanzó al chico. Dios... ¿Pero acaso es mi culpa que este tipo se me haya acercado? "¿Nos vamos mi amor?" Me sonrió, pero por supuesto todo era fingido.
"Fue mi error, lo siento mucho señorita. Por favor acepté mis disculpas" El chico se inclinó, pero freen solo le rodó los ojos y lo ignoró de pies a cabeza. Yo tuve que hacer un frágil movimiento con la cabeza para que el chico pudiera retirarse. Pobre hombre...
Finalmente, el chico se fue y la mirada asesina volvió a mí.
"¿¡Por qué tenías que irte de mi lado becky!? ¿Acaso te gusta que la gente te acose? Es el décimo chico que te quitó de encima en un mes... ¡y ni hablar de las chicas!... ¿Y por qué tú no haces nada para detenerlo?... ¡Eso no me gusta!" Comenzó a hacer una escena, sacudió todo su cuerpo casi como si fuera a llorar. Las chicas se cubrieron la cara y empezaron a reírse suavemente.
Las personas que caminaban a alrededor nos miraban extraño.
"No vamos a gastar tiempo discutiendo en un tema tan tonto freen. Mej...".
"¡becky, tiene razón!" ¿Mmmm? "No vale la pena perder tiempo en un tema tan tonto... y sobre todo porque nadie hará que una mujer tan territorial como tú... Freen Sarocha Chankimha, cambié de opinión tan fácilmente".
¿Qué demonios?
Freen y yo giramos para ver quien había dicho eso... y no nos sorprendimos cuando vimos al autor.
"Maldito Tispky, te he dicho mil veces que no llames de esa forma... Y mucho menos en público" Le dijo freen furiosa. Sacó su celular del bolso y desapareció de nuevo por los pasillos junto a las niñas.
Tispky se quedó negando muy divertido.
"Esa mujer está demente Armstrong. Aún me pregunto ¿Cómo es que no has terminado en un Hospital psiquiátrico?".
"No podría responderte eso" Él río "La conoces, ella tiene todo ese tipo de facetas que siempre la hacen especial. Con solo decirte que la semana anterior tuvimos una pelea tonta... que por supuesto ella inicio, y solo porque le quité un programa de TV... "
"Me imagino...".
"Si, se enojó tanto por eso... que en medio de gritos me dijo que solo se había hecho mi novia y había aceptado casarse conmigo por interés... Fue una locura total" Negué divertida de solo recordarlo.
"Veamos... según la historia... al segundo día que llegó a vivir a tu casa ya te había sentenciado con que serías su novia, hizo que te enamoraras de ella y que le rompieras el corazón a la mujer que probablemente sería tu esposa en este momento, cuando consiguió tenerte a sus pies quiso amarrarte la soga al cuello y casarte cuando apenas eran unas adolescentes. Tú ya eras toda una profesional y serías la futura heredera de las empresas ATM... Wow... es obvio que no becky, freen no se casó contigo por interés" Su tono fue totalmente sarcástico. Ambos nos echamos a reír "Sabes... Si no fuera porque te sigue mirando con la misma intensidad de hace unos años y con la misma cara de idiota... déjame decirte que le hubiera creído".
"¡Hey tonto!... no te burles" Gemí y palmeé su hombro ligeramente. Tispky siempre era un tipo agradable. Aún recuerdo cuando freen y yo lo conocimos en una de nuestras travesías por el mundo... Pasamos tantas cosas y nos divertimos un montón que inevitablemente se convirtió en uno de nuestros mejores amigos.
"Está bien Armstrong, no me voy a burlar. Mejor me despido de ti porque se me hace tarde y tengo un compromiso" Levantó unos packs de cerveza hasta mi cara y las agitó. Vaya compromiso.
"¿Y a dónde vas con ese licor a estas horas?... "Miré mi reloj. Eran las 15 de la tarde "¿No crees que es muy temprano para embriagarte?".
"No voy a emborracharme, es solo para pasar el rato" Me contestó tranquilamente. En ese mismo instante, freen y mis niñas llegaban de nuevo. Ya no tenía su mala cara, ahora venía con su linda sonrisa.
"Ya podemos irnos a casa becbec... Y tú" Señalo a tispky "Vas a llegar tarde".
¿Va a llegar tarde? ¿A qué se refiere?
"Bueno, entonces sigo mi camino, pasen un excelente resto de día" Tispky me sacudió su mano, le dio un guiño muy coqueto a freen y desapareció por los pasillos.
Quedé completamente confundida ¿Qué había sido ese guiño? Quiero decir, no es que estuviera celosa porque Tispky es gay... pero es que... ellos solo hacían eso cuando me ocultaban algo...
¿Y... por qué le dijo que llegaría tarde? ¿Llegar tarde a dónde? Ella ni sabía de su compromiso, ni siquiera estuvo aquí presente cuando él lo dijo.
"¿sarocha, de casualidad hay algo que quieras contarme?" Utilicé cierto tonito de reclamo para preguntarle, y lo único que recibí de su parte fue una ceja alzada, unos brazos cruzados, un 'jum' que salió de su boca, y por último... su espalda cuando caminaba como si nada hacía la caja registradora.
Excelente, no me diría nada.
...
Debo decir que el regreso a casa no había sido nada agradable. Mi humor estaba por el suelo, me sentía un poco... no sé si enojada sería la palabra correcta para describir mi situación... o tal vez disgustada o triste... En fin, no me sentía nada bien.
Y las razones... Primero, freen no me había dicho absolutamente nada en el camino sobre el guiño de Tispky, todo el tiempo estuvo callada, aunque yo le preguntara y le insistiera. ¡Yo odiaba que me ocultaran las cosas! Segundo, no se despegó de su celular en todo el camino y mucho menos me dejó ver con quien conversaba. Y tercero, porque nadie, absolutamente nadie aparte de mis empleados parecía haberse acordado que hoy era mi cumpleaños... Ni siquiera el idiota de Tispky que me tuvo enfrente me dijo algo al respecto... Y ni siquiera mi Papá, ni él... había tenido la delicadeza darme una llamada. Ya eran las 16PM y había perdido todas las esperanzas de que alguna felicitación llegara.
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