7- "Limón"
Me quedé en silencio mientras él llenaba mi taza y me la entregaba. Mi cuerpo parecía denso. Sin embargo yo era energía. Por lo que no podía sentir ni frío, ni calor, ni aromas, ni sabores, ni deseos...
Amagaría como beber un par de tragos para que no sospechara y en la primera oportunidad que tuviera me desharía del contenido de la taza sin que él se diera cuenta.
—Espero que te guste. Es té de hierbabuena, con un toque especial de limón...— me dijo.
Limón... es un fruto conocido para nosotros, los Ángeles . Fue el primer fruto que se escogió para el jardín del Edén, fue el único aroma que el Creador Universal nos permitió oler antes de plantar el pequeño limonero en aquel paraíso terrenal ahora perdido y vedado para siempre. Pero fue tal el éxtasis que produjo su aroma y su sabor entre los ángeles del Cielo, que se decidió no incluirlo en el Edén. Su perfume intenso nos desesperó, su sabor ácido nos recordó el duro camino que el ser humano debía emprender y nos dio ansias por querer probar más, y su color amarillo nos recordó nuestro origen, nuestro nacimiento, la Fuente, la Matriz, la Gran Luz que todo lo ve y todo lo sabe. Y fue en su honor la elección de aquel color para su piel.
Recordar todo aquello me hizo estremecer y pensé en acercar la taza a mi nariz aún sabiendo que no podía oler nada. Pero tenía la esperanza de poder sentirlo, aunque más no fuera por un segundo. Hasta me sentí capaz de elevar una oración al Cielo pidiendo el favor, el milagro...
Y entonces me reí de mí mismo. "Los Serafines no rezamos", me recordé.
Y mientras lo hacía, el joven Tyr, con sus ojos insondables siempre clavados en mí, susurró:
—¿ Sabías que el limón tiene un simbolismo muy profundo en la Biblia...?
—¿ Y cuál es...?— pregunté también susurrando.
— Esperanza...— me respondió. Y justo en el segundo mismo en el que pronunció esa palabra el aroma intenso a cítrico, dulce y ácido a la vez de aquella infusión, me penetró hasta el alma y me sentí completamente extasiado como si estuviera en la presencia del mismísimo Padre Creador...
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