La profecía de Lenabee, Vienen tiempos oscuros, La llegada de la "Princesa del más allá" Aprox. En el año 1446-1448 D.C.

1. Aún persiste con nitidez en mi memoria aquel instante en que conversé con el Serapheon, cuyo nombre, como llegué a saber, era Lenabee.

2. Este ser, con una voz dulce y solemne, me relataba pacientemente todo lo que os he expuesto hasta ahora.

3. Su semblante, que hasta ese momento irradiaba calma y sabiduría, se transformó de súbito en una expresión cargada de inquietud y desasosiego.

4. Con genuina preocupación, me atreví a preguntar:
"Mi señor Lenabee, ¿os encontráis bien? ¿Ha sucedido algo que perturbe vuestro ánimo?"

5. El Serapheon, tras un breve silencio, respondió con tono grave pero sereno:

6. "Estoy bien, Kimura, pero debo confesarte algo.

7. Mientras te relataba estas verdades, una revelación inesperada se ha manifestado ante mí.

8. Es un mensaje que los cielos han querido revelarte a través de mí, y debo transmitírtelo sin demora."

9. En ese instante, mi corazón comenzó a latir con fuerza, pues intuía que aquello que estaba a punto de oír sería de gran trascendencia.

10.  Con reverencia y atención, ajusté mis orejas y preparé mi espíritu para absorber cada palabra que Lenabee estaba por pronunciar.

11. "Kimura, Glaceon, noble padre de familia,

12. Mientras mis palabras te ofrecía, una revelación en mi espíritu surgió,
Una premonición, luminosa y sombría, se ha abierto ante mí...

13. ¡Oh, presta oído, escucha con devoción mi voz,
pues aquello que ahora vislumbro, aunque distante parezca,
sin duda se cumplirá en su hora designada!

14. ¡Mira, Kimura, mira!

15. En días futuros, velados aún por el manto del tiempo,
un Mal sombrío al Limbo llegará...

16. Sí, su sombra se alzará como una tempestad,
y su presencia, como espinas, en muchos corazones se clavará.

17. Almas inocentes tomará, prisioneras de su oscura ambición,
vidas apagará como la llama de una vela al viento,

18. y la Flor de Hielo, tan virgen y pura,
la destrozará sin clemencia, despojándola de su esencia.

19. Será tiempo de terror y confusión,
un caos que reinará en los días donde ellos gobiernen,
como un eco funesto que resonará por las sendas del Limbo."

20. Yo, al escuchar aquellas palabras, no pude evitar sentir cómo un frío calaba hasta lo más profundo de mi ser.

21.  ¡Era, sin duda, una profecía imponente, llena de un peso que difícilmente podía sostener!

22. En ese instante, mis pensamientos se entrelazaron con el temor y la incertidumbre, y con voz temblorosa me atreví a preguntar:

23. "Lenabee, mi señor, ¿cuándo vendrá ese oscuro tiempo? Y, sobre todo, ¿tendrá fin? ¿Habrá esperanza para nosotros?"

24. Lenabee me observó con compasión, y aunque la preocupación aún se dibujaba en su mirada, una leve sonrisa curvó sus labios luminosos.

25.  Entonces, con un tono lleno de solemnidad y dulzura, respondió:

26. "Kimura, oh noble Glaceon, lamento decirte que ni siquiera yo puedo precisar cuándo se alzará esa tormenta oscura.

27.  Las visiones del futuro son como un río; sus aguas fluyen sin descanso, pero sus senderos son inciertos.

28.  Sin embargo, no desesperes, pues te traigo palabras que seguramente aliviarán el peso de tu inquietud."

29. Al oír esto, mis oídos se llenaron de expectativa, y mi corazón, aunque aún tembloroso, se dispuso a recibir el consuelo prometido. Entonces, Lenabee pronunció con voz clara y luminosa:

30. "En los días de sombra y desolación, entre las ruinas del mal y el llanto de los caídos, surgirá un rayo de esperanza.

31. Escucha bien, Kimura, pues esto te digo:

32. En aquel tiempo, nacerá una Pokémon cuya vida estará marcada por un pasado de tristeza y lucha.

33. Sin embargo, será su espíritu indomable, y no su fuerza física, lo que la elevará por encima de la oscuridad.

34. Con la ayuda de sus amigos, enfrentará al mal en la tierra y en el cielo.

35. Princesa del Más Allá será su nombre, un título forjado por sus actos de valor y sacrificio.

36.  Y he aquí la señal: una cicatriz en su pecho llevará, como testimonio de su dolor y su destino.

37. Ella será la que traerá la liberación, la que desterrará al mal que amenaza con devorar las almas y la luz del mundo.

38. Esta es la profecía del porvenir, Kimura. Escríbelo en las estrellas de tu memoria y anúncialo a todos, pues aunque parezca lejano, ese día llegará sin falta."

39 El peso de estas palabras resonó en mí como un eco eterno, cargado de esperanza y de un deber ineludible.

40.  Supe entonces que aquel mensaje no era solo para mí, sino para todos los seres, vivos o espirituales, que aguardaban la llegada de aquella figura destinada a redimirnos.