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━033 ❝EL INFIERNO SE APIADE DE SUS ALMAS❞








































—Mi plan no puede fallar, ¿de acuerdo?— añadió Maléfica, después de haber comentado todo— Llega a fallar una mínima cosa, y sus cabezas estarán colgadas en mi pared.

Audrey pasó saliva con fuerza, al igual que Maddy.

—Bien, ya pueden retirarse, efectivamente queda una semana para que todo inicie.— dijo, con autoridad. Cuando Audrey estaba dispuesta a irse, Maléfica la tomó duro del brazo— Espero que arregles ese problema con el que empezaste a cargar desde hace dos meses, ¿entendiste, mocosa?

Audrey sabía a qué se refería.

Ella solamente asintió, y salió del lugar sin decir una palabra, al igual que con miedo.

Maddy miró con extrañeza la escena, mientras estaba recostada sobre la pared con sus brazos cruzados. Quizá lo que ella pensaba, era lo que ocurría con la princesa de Autoría.

Maléfica suspiró, caminó hacia Mad Maddy.

—Me imagino que quieres verla.

—Sí, así es.

Ya habían pasado semanas sin poder ver a su pequeña, aquella mentira que estaba llevando a cabo, le estaba costando caro.

—Hasta que se termine esto, te dejaré verla.

El corazón de la sobrina de Madam Min se arrugó una vez más. Las lágrimas se acumularon poco a poco.

—Si no me la vas a dejar ver, ¿por qué no la dejaste morir cuando pasó?— escupió, con furia— ¿Por qué no me dejaste pasar el puto duelo con tranquilidad? ¿¡Por qué mierda no la dejaste descansar en paz!?

Maléfica no se aguantó, con su magia tomó el cuello de Maddy y empezó a apretarlo.

—Deja tu maldita costumbre de quejarte por todo.— gruñó la emperatriz, Maddy apenas suplicaba con la mirada— Ella es la única que me sirve para lo que se le viene a Auradon.

Dicho esto, la chica de mechas rosadas calló sobre una de las columnas de la habitación. Comenzó a toser mientras recuperaba su aliento, las lágrimas rodaban por sus mejillas.

—Ella no va a ser inservible, no como Igna.

Definitivamente, ya no había vuelta atrás.

=\=

«¿Qué debo hacer?»

Era lo único que retumbaba en la cabeza de la castaña, mientras miraba la prueba de embarazo que tenía sobre sus manos.

Ese signo positivo le carcomía el alma, y le hacía revolver el estómago.

No sabía qué iba hacer con una criatura, si no siquiera ella sabía cuidarse y estaba en un lío muy grande.

—Mierda...— murmuró, nuevamente.

Y ni hablar de Jay.

Es una de las personas que siempre evade el tema, a pesar de que Jennie apareció en su vida, su temor a la paternidad sigue.

Le huye.

—Algo tengo que solucionar... este bebé me será un problema.

Un pequeño ser que iba a generar muchas controversias, y que no le permitiría hacer lo que quería hacer.

¿Cómo iba a ser nuevamente reina de Auradon si llevaba en su vientre un fruto no deseado?

Sí, reina de Auradon.

El plan es acabar con la vida de los reyes de Auradon, o lo más pronto con la vida de la reina de este. ¿Para qué?, para que la princesita subiera al trono siendo el títere de la emperatriz.

Algo descabellado, lo sé.







🔥.






Macaria's POV

—Como madrina oficial.

Me fue inevitable reír ante el comentario de Evie, aunque yo sé que ella quiere con todo su corazón ser la madrina de los tres, hay una alta probabilidad que solo sea de uno.

Eso me dijo Mal hace unos días.

Hice una seña para que Evie siguiera hablando. La peliazul rodó los ojos y prosiguió.

—Espero que los tres nenes tengan nombres nombres con la misma inicial.

Mal hizo una mueca mientras seguía leyendo la lista de nombres que había sacado de pinterest y las del baby shower.

—No, Evie.— dijo ella— O no sé, tengo que mirar bien. Ben dijo que él va a sugerirme si algo no le gusta.

—Ponle nombres griegos, hermanita.— sugerí — Si quieres le pido a Artemisa o a tía Afrodita de que nos otorguen una lista de nombres, ¿te parece bien?

Ella asintió con una gran sonrisa.

—Oigan...— murmuró Evie, cuando la miré, me asusté: estaba pálida — Creo que iré a...— una arcada la interrumpió, la chica salió corriendo al baño.

Nos miramos con Mal, y fuimos tras ella. Evie cerró de un portazo, y fue cuando la oímos vomitar.

—E, ¿estás bien?— preguntó Mal, una pregunta tan tonta que me provocó pegarle— Que pregunta tan idiota... Evie, háblame.

Mordí mi labio inferior, algo preocupada.

No sé si sea lo que pienso, como pueda que sea otra cosa. Así que suspiro y me voy hacia donde estaba sentada hace un rato.

Tomé mi teléfono y le escribí a mi mamá, de inmediato recibí la llamada.

—Disculpame, M, es mi mamá.

—Tranquila.

Salí de la habitación de mi hermana y contesté.

—¿Mami?

—¿Qué pasó, Macaria?— me preguntó, en un tono bastante raro— ¿Es urgente?

Escuché a alguien de fondo, así que me comencé a reír, no creí que esto se fuera a presentar de nuevo después de tantos años .

—Creo que te llamo después, dile a papá que le mando saludos.

Corté la llamada.

La mejor solución es llamar a mi tía Hestia, o a mi tía Afrodita.

En contexto: le di una poción de fertilidad a Evie.  Y realmente no sé si ya hay efecto. No me juzguen, pero verla llorar borracha la última vez por ese tema, me partió el alma.

Todo fue en el matrimonio de Mal, logré darle ese líquido el cuál me dió mamá bajo la aprobación de nadie porque la tomamos a escondidas.

Sin quedarme con la duda, llamé a una de las diosas más lindas del Olimpo.

—¡Mi querida sobrina!— extendió la ultima palanra, dejándome clara la emoción que tenía por escucharme.

—Tía, ¿estás en el Olimpo?

Ya mando a alguien por ti, siento que es algo importante.

La llamada se cortó, sabía que me iba a esperar una gran cátedra por haber tomado algo que no era mío y más ese frasquito poderoso.

Entré de nuevo, la pobre Evie estaba recuperándose de aquellas náuseas repentinas mientras Mal le daba viento con un cuaderno.

—Vomité todo lo que comí en la maldita semana.

Hice una mueca de asco, la verdad no quería detalles.

—Es raro que me pase eso, demasiado raro.

—Debe ser el estrés por tu boda, Evie.

—Yo creo...— dije, mientras me mordía la uña del pulgar de manera nerviosa— Yo les pido un permiso, debo atender unos asuntos importantes. Las veo luego.

Después de despedirme de ellas, como pude salí hacia el carruaje que me esperaba para ir con tía Afrodita.

¿Qué iba a salir mal?









🔥.














—¿¡Qué hiciste qué!?

Definitivamente Afrodita no estaba contenta con la metida de pata que habia hecho.

—Eh... pues no fui yo, fue mamá.

—Por el pendejo de mi hermano, ¿por qué no me dijeron nada?— me cuestionó, nuevamente.

Yo solo bajé la mirada, realmente me sentía apenada.

Al fin se dió por vencida, y empezó a meditar las cosas mientras miraba las puntas de su cabello rojizo.

—A ver si entendí...— dijo— La chica tenía problemas para concebir, lo cual la hacía sentir inútil como mujer y estaba generando inconvenientes en su relación.

—Sí.— afirmé.

—Entonces decidieron con su mamá darle esa posición para que ella pudiera quedar embarazada y arreglar sus problemas así como así.

—Sí...

Tía Afrodita suspiró rendida.

—El problema es que verdaderamente funcione con ella.— añadió, arqueé una ceja— Te explico, ese frío que tú sentías es porque su vientre realmente era un campo muerto. Lo que quiere decir, y en idioma de mortales, su útero es muy hostil a la hora de concebir.

Digamos que entendí, pero realmente sabemos que no entendí nada.

—Sin embargo, si todo funciona, te recomiendo que la cuides mucho, lo mismo que a tu hermana.— me pidió — Para que todo marche bien y no ocurra ningún accidente. Ya sabemos lo que esa niña ha rezado demasiado por quedar embarazada.

Asentí.

Mal hace unos días me comentó, que Evie en su teléfono tiene vídeos con reacciones de ella frente a las pruebas de embarazo, y en todos ella está llorando por ver más y más negativos.

Aunque ella ya adoptó, todavía guarda la esperanza de poder tener un bebé.

—Si supieras, tía.— murmuré — Haré lo que me dices, y te pido perdón por no haberte preguntado antes.

Ella simplemente me sonrió mientras negaba con la cabeza.

—No, mi niña, sé que lo hacen por ayudar, no te preocupes.

Ella es tan hermosa, y comprensiva. Sin duda la mejor tía de todo el Inframundo.









🔥.










Mal's POV.

Evie se terminó yendo a su casa, estaba bien mal, para serles sincera.

La verdad, no sé si empezar a sospechar. Aunque no creo, en ella era un poco "normal" verla así en temporadas de estrés. Aunque ahorita no hay tanto estrés por parte de la boda, porque yo terminé haciéndome cargo de todo.

En fin.

Estoy terminando de ver las sugerencias de nombres para los trillizos. Hay buenos nombres, pero no hay muchos que me llamen mucho la atención.

Aunque Ben me haya dicho que los eligiera yo, me gustaría que estuviera conmigo para hacerlo.

—Hola, preciosa.

Sonreí al sentir sus cálidos labios sobre mi mejilla.

—¿Cómo estás?

Dejé de mirar la lista, para encontrarme con esos hermosos ojos miel. Sonreí al verle.

—Tengo mucho sueño, pero sigo mirando los nombres para los niños.

Ante aquella preocupación, Ben empezó a reírse. Rodé los ojos.

—Faltan casi tres meses para que nazcan, no te apresures, amor.

—Algo me dice que será antes, por algo lo digo.— confesé, Ben me miró confundido. Asentí, repetidas veces.

Este presentimiento no es bueno, realmente. Es como un nudo en el estómago que no sabes cómo quitarlo.

Y ese presentimiento, me está generando ansiedad.

Y eso, viene por un sueño que tuve.

Ví que estaba festejando algo, no recuerdo de quién era la fiesta, pero estaba feliz. A la hora de empezar a irnos, alcancé a ver un tipo de disgusto entre dos personas, dos personas que se me hacían familiares, llegué a suponer que eran mi mejor amiga y Doug.

Decidimos irnos con ella en el carro, íbamos bien. La estaba animando, dándole consejos. Ben iba al tanto y pendiente del camino.

Todo iba bien, hasta que ví una luz negra.

Después de ver esa luz negra, me ví en un lugar opaco. Me dolía el cuerpo, en especial los brazos y las piernas.

Empecé a ver cómo las personas corrían de un lado a otro pidiendo auxilio, y fue cuando ví como entraron mi cuerpo por una puerta.

Estaba totalmente cubierta de sangre, con muchos cortes.

Después ví que entraron el cuerpo de Ben, se veía más afectado que el mío.

Trataba de moverme, pero no podía, y nadie me oía. Y solo escuchaba un "todo está hecho", por todas partes. Al igual que un "El infierno se apiade de sus almas".

La verdad, no quiero preguntar que significa, ni pensar qué pasaría si todo llegase a ser real.

—Nena, no pienses eso.— habló mi esposo, al tomarme de la mano— Si quieres deja eso ahí, y vemos un rato la televisión, o lo que tú quieras, ¿está bien?

Sonreí de manera ladina.

—Está bien, amor.

Tengo miedo.

Y más por esa voz.

«El infierno se apiade de sus almas».

¿Que significará?





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Años sin publicar, literal.
Pido perdón por mi ausencia, pero hay razones que la verdad son justificables, y pues ajá.

En fin, sin más que decir y antes de que me funen: Ahora sí se viene lo chido.

Cada vez más cerca del segundo libro, así que, prepárense porque de aquí para allá nada será de color rosa.

—Lau.

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