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━024 ❝ᴇsᴛᴀʙᴀ ᴘᴇʀᴅɪᴇɴᴅᴏ ᴘᴏʀ ᴄᴏᴍᴘʟᴇᴛᴏ❞

Dedicado a: Amexran.











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EL PELINEGRO DE OJOS CLAROS se encontraba mirando hacia la ventana, le llamaba la atención el bello amanecer que se formaba en Camelot. Parecía una hermosa pintura de Van Gogh aquella combinación que formaban los colores del cielo mismo, era tan hermoso, era tan pacífico ver aquella obra de arte que la naturaleza les permitía ver.

Llevó aquel pocillo a sus labios para poder tomar un pequeño sorbo de su café mañanero. Al cabo de un rato, sintió que era rodeado por unos delgados y delicados brazos en su cintura. Sonrió al ver de quién se trataba.

—Buenos días, amor.— saludó aquella mujer morena con voz algo somnolienta.

Él posó su mano libre sobre el agarre de ella.

—Buenos días, mi reina.— la saludó. Con cuidado se volteó para poder quedar frente a ella y poderla admirar mejor, sonrió al ver esos ojos oscuros algo somnolientos—, ¿Pudiste dormir?

La morena apoyó su mentón contra el abdomen de su esposo mientras asentía poco convencida de su respuesta. Anthony besó las sienes de su esposa.

—¿Hay más café?— preguntó Maddy, en su voz se notaba que aún quería seguir bajo las cobijas descansando. Se separó de su esposo y caminó de vuelta a la cama en donde se sentó en posición de flor de loto—, ¿Pudiste descansar? Siento que no pegaste el ojo toda la noche.

Anthony dejó su taza sobre la mesita de centro que había en la habitación, negó ante la pregunta de ella.

—Dormí poco, lo de anoche me preocupó bastante.— respondió al respecto—, ¿No se te hace bastante raro lo que pasó? Todo estaba tan bien, hasta que ocurrió lo que ocurrió.

Maddy se encogió de hombros, después se dejó caer nuevamente en las almohadas de aquella cama tan cómoda. 

—Deja de restarle importancia a las cosas de los demás, Mads. ¿Cómo crees que estaría yo si tú estuvieras en esa situación?— cuestionó, su mujer se limitó a mirarlo y luego suspirar—, Yo estaría peor, porque tengo medo de que algo le pase a la mujer que amo. ¿No se supone que Mal y tú eran amigas?

La nieta de Madam Min se sentó de golpe y miró con los ojos entrecerrados a su esposo. 

—Con ella nunca fuimos amigas.— respondió con franqueza—, O, ¿por qué crees que cuando estábamos en el escuadrón anti-héroes la terminé hundiendo en la bahía de los cocodrilos?  

—Maddy, aunque una persona no sea tu amiga o tu amigo, puedes tener un poquito de empatía.— habló el pelinegro, su esposa rodó los ojos y volvió a recostarse—, Okay, ya entendí. Te traeré tu taza de café.

La morena no se molestó en responder con un "Gracias" ni nada por el estilo, a su esposo no le disgustó. Era común que ella fuese así cuando pasaban situaciones como esas. Conocía muy bien que toda esa actitud se agudizó después de que su pequeña Rachel falleciera.

Oh, su pequeña Rachel.

Fue algo que no esperó que ocurriera, pero el destino hizo su jugada y ocurrió lo que ocurrió. Sí, le daba tristeza ver que con solo unos cuantos meses de nacida, su pequeña decidiera cerrar sus ojos para siempre, pero él sabía que su niña estaría en un lugar mejor. 

El proceso del duelo fue complicado, porque Maddy quedó devastada al igual que él. No fue tan fácil llegarse a desprender de las cosas de su pequeña, y aunque ya hubiese pasado casi un año, el cuarto de la menor seguía intacto.

Después de servir el café para su esposa, comenzó a escuchar ciertos murmullos de parte de ella, eran poco entendibles.

¿¡Qué!?... ¡Nos va a matar, idiota... ¿Cómo mierda quieres que esté tranquila?!... Tú sales de este lío sola...

El pelinegro arrugó el ceño. ¿A qué se refiere?, se cuestionó un par de veces mientras revolvía el azúcar que acababa de echarle al café. La voz de su esposa sonaba bastante furiosa. Movió su cabeza en forma de negación, sintió que estaba mal escuchar aquella conversación, así que dejó el café sobre el mueble de la cocina, y se dirigió hacia el pequeño balcón que había.

Al estar afuera, sacó un cigarrillo y un encendedor, segundos después lo llevó hacia su boca para poder darle una calada. Poco a poco fue expulsando el humo, mientras lo hacía, tenía la mirada fija en el cielo, le gustaba ser un gran observador de los fenómenos del bello cielo. Cual niño en una galería del arte.

Otra calada, otro pensamiento.

Quería suponer que las cosas estaban bien, y vaya que se convencía muy bien; puesto que aquel pelinegro de ojos claros había logrado alejar aquella curiosidad de una manera tan fácil. Mientras seguía fumando, pudo sentir cuando su esposa se levantó nuevamente de la cama, fue por su café y después encendió el reproductor de música.

Oh life is bigger.— se escuchó la voz dulce de la morena.

Anthony volteó a mirarla. Sonrió al verla sentada en el sofá que había en aquella habitación, mientras iba cantando, iba tomado pequeños sorbos de su bebida.

It's bigger than you and you are not me. The lengths that I will go to. The distance in your eyes.— siguió cantando la joven vk, disfrutaba aquella canción con los ojos cerrados.

Anthony se apoyó sobre el marco de la ventana, su mirada seguía fija sobre su amada esposa. Le dio una última calada a su cigarrillo luego dejó aquella colilla sobre el cenicero. 

—¿Qué me miras?

—Nada.— respondió el pelinegro al encogerse de hombros.

Los segundos siguieron pasando, la música siguió con su curso. La melodía transformaba el ambiente en algo pacífico y disminuía la tensión de aquella pareja de casados.

—Quiero formar una familia, Thony.

El pelinegro levantó la mirada hacia la chica de cabello rosado, anteriormente él ya había oído la decisión que ella había tomado, y la respetaba. Pero, ahora, las cosas estaban tomando un rumbo bastante raro.

—¿Qué?— cuestionó, Mad Maddy lo miró—, Hace unas semanas me dijiste-

—Lo sé.— interrumpió, la morena miró a su esposo—, ¿Qué pasaría si te dijera que Rachel puede volver?

—¿Rachel? ¿Nuestra hija?— cuestiona el muchacho, pocos segundos después sacudió su cabeza—, ¿Escuchas lo que estás diciendo? Nuestra hija murió, murió en mis brazos. ¿Acaso te has olvidado de ello?

—Claro que no.— respondió ella—, Obviamente no he olvidado ese día...

—¿Entonces? ¿A qué se debe esa pregunta?— cuestionó nuevamente el nieto de Lady Tremaine, el tema de la muerte de su hija lo afectaba muchísimo—, Hace tres semanas te dije que podíamos adoptar un niño que tiene pocos meses de nacido. ¿Cuál fue tu respuesta?

Maddy bufó.

—Sí, ya entendí.— responde ella, dejó su taza sobre la mesita de centro y se levantó del sofá. Ignorando por completo el hecho de dejar a su esposo con las palabras en el aire.

No había caso alguno de pelear en aquella ocasión. Anthony tenía en claro que ya era un tema perdido entre ambos, y aunque aquella pregunta hubiese sido bizarra, realmente le gustaría tener por lo menos unos segundos con esa pequeña niña de cabellos oscuros.

Por solo haber pensado eso, una lágrima salió involuntariamente de uno de sus ojos. Rápidamente pasó una de sus manos sobre su mejilla para limpiar aquella gota que se había deslizado.

Aquello era una tortura para él, una tortura que quizá durara por siempre, o eso cree él...


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Con Elvis Presley de fondo, el hijo de Anastasia iba conduciendo aquel Mercedes Benz en compañía de su esposa. Ambos iban con gafas de sol, y ropa casi similar, hacía un par de días ambos habían llegado de Camelot.

Iban rumbo al bar.

Aunque desde que viajaron no se hayan dirigido mucho la palabra, se fueron juntos para el trabajo. Anthony no iba a dejar que su esposa se fuera así como así, tipo algunas escapadas que había hecho algunas ocasiones.

—Llegamos.— anunció el hombre al estacionar el vehículo, logró deshacerse de su cinturón de seguridad. La chica de cabellos rosas se bajó del auto—, Maddy, espera.

La morena dejó de caminar para mirarlo, levantó sus lentes de sol y alzó las cejas.

—¿No crees que debemos hablar?— le preguntó, ella solamente negó y caminó hacia la puerta del establecimiento. Anthony cerró de un portazo el Mercedes y corrió rápido hacia su esposa—, ¡Hey, hey!

Por más que quisiera detenerla, ella solo caminaba más rápido. Definitivamente no le iba a escuchar por un segundo.

¡Maddison!— gritó él al llegar a la barra donde estaba ella.

—Primero que nada, no me llamo Maddisson.— murmuró ella, en sus manos tenía una bandeja con copas de cristal—, Segundo, déjame tranquila por un maldito momento, Tremaine.— dijo esto al darle la espalda, este saltó por encima de la barra y se acercó para luego hacer que lo mirara a los ojos—. ¿Puedo trabajar?

—No hasta que me escuches.

La morena dejó la bandeja sobre una superficie alta, entonces, algo harta de tener que escuchar las súplicas de su marido decidió fijar su vista en esos ojos claros que tenían apariencia de en cualquier momento derramar lágrimas.

—Quiero tratar de seguir tu ritmo... Y no sé si pueda hacerlo, porque ya no entiendo qué ocurre con nosotros.

Maddy no dijo nada al respecto, se limitó a solo cruzar los brazos.  Su expresión todavía tenía un toque de seriedad.

—Di algo, Mads...— añadió el pobre chico. 

—¿Qué te digo?— le cuestionó, él se encogió de brazos—, Te mentiría si te digo que todo marcha bastante bien.— dijo—, Mira, Thony... Las cosas desde que pasó lo de Rachel comenzaron a irse para el caño, pero veo que tú tienes más esperanza de la que yo tengo.

—¿Sabes por qué la tengo?— cuestiona, ella niega con la cabeza—, Porque mi amor por ti es más grande que todo el universo. Porque cuando te puse ese anillo, te prometí nunca dejarte y nunca rendirme.

La persona que está leyendo y sintiendo en este momento los sentimientos de aquel pelinegro, sabe que él es mucho para Mad Maddy. Él quiere seguir intentando las cosas, y hacerla feliz. Ella en cambio, le está ocultado muchas cosas, que quizá, cuando él se entere, pueda que se desmaye.

La esperanza y la fe en alguien es lo último que se pierde. Anthony no quería hacerlo.

—Cuando me preguntaste sobre Rachel...— hizo una pausa para poder decir lo que quería decir sin derramar lágrima alguna—, Volví a sentir ese deseo de volver en el tiempo, solo para abrazarla y susurrarle al oído lo mucho que la amo... Haber impedido que enfermara... 

—Anthony, yo...

El pelinegro negó con la cabeza.

—Quiero que dejemos de lado nuestras diferencias, querida. Quiero empezar de nuevo, y enfocarnos nuevamente en nuestro futuro.

Aquella frase sonó con tanta sinceridad y anhelo, con tanto amor y paciencia. Tremaine solo tenía una mujer que ocupaba un gran lugar en su corazón, aquella que él había aceptado por esposa. Por la que estuvo dispuesto a olvidar el pasado y enfocarse en el presente y futuro. Era ella, y solamente ella. 

Mad Maddy miraba aquellos iris claros, los cuales en cualquier momento dejarían que las lágrimas saliesen. Aquí entraba la famosa pregunta que todo aquel que sirve al mal se hace: ¿Estaré haciendo lo correcto?. Eso fue lo que pensó la morena en ese instante. Su mente ahora estaba centrada en esos pensamientos, ya no estaba centrada en las palabras que pronunciaban los labios de su marido.

Soy una egoísta.

—Quiero estar sola, Thony...— murmura ella antes de pasar por el lado del pelinegro.

Con muchas preguntas formulándose nuevamente, él observa como su esposa se aleja y se encierra en su despacho. 

Definitivamente ya no sabía que le estaba ocurriendo. Ambos se habían acostumbrado a contarse las cosas, no había secretos entre ellos. Pero, ahora... Probablemente habría muchos secretos y razones.

Anthony ahora se sentía confundido y fuera de lugar. 

¿Qué había ocurrido con la mejor versión de su esposa? ¿Acaso todo era una farsa? ¿Acaso ella le está ocultando algo tan grave?

Perdido en sus pensamientos negativos, comenzó a ordenar cada piso del bar. Fue tanto lo que se hundió en su mente, que cuando vio el reloj, se había pasado unos cuantos minutos para la apertura del bar.

Aunque no hubo necesidad de que él lo hiciera, Maddy ya se había hecho cargo de ello.

De pronto ya se comenzó a escuchar las voces de los empleados que trabajaban en el último piso: algunos se acercaron a saludar a su jefe, como otros no. No le importaba, al fin y al cabo no quería que nadie le preguntara nada. 

Sentía un gran vacío dentro de sí mismo.

Al bajar al primer piso, empezó a escuchar como poco a poco comenzaban a subir el volumen de la música. Oh sorpresa, era aquella canción que su esposa cantaba con gran pasión aquel día en Camelot.

I thought that I heard you laughing

I thought that I heard you singI think I thought I saw you try

Empezó a creer que esa canción describía lo que estaba sintiendo en ese momento. 

Su mirada fue hacia el despacho: la luz estaba apagada. Eso significaba que cuando Maddy abrió el bar, quizá se fue o quizá estaba ayudando a realizar algunas cosas. Fue en vano buscarla con la mirada, porque no había rastro alguno de ella.

Quizá su corazón tenía razón... Ya estaba perdiendo por completo...


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No me vayan a matar jajaja.

Mentiras.

Quiero agradecerles por todo su apoyo y cariño. No solamente con este hermoso libro, sino también con los nuevos bebés de la casa: Saturno y The princess and the popstar. 

Añado qué, dentro de unos días ya comenzaré a subir Slumber party, la cual es una historia mevie. Y de las indecentes 😏.

¿Tienen alguna idea de qué ocurrirá en el siguiente capítulo? Porque yo sí 😂. Va a estar digamos que un poco emotivo y un poquito de "GRACIAS DIOS".

No les molesto más, porque siento que soy cansona 😂.

Los amo ❤.


PSD: Mañana se cierran las votaciones en TAFA2021

PSD2: Las preciosas ElaenaT y xDBGirlWritterx, han subido nuevas historias. Están 100/10, vayan y denles mucho amor ❤.

PSD3: Acuérdense de la música clásica para dentro de unos capítulos.









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