━012 ❝Esᴛᴏʏ ᴇᴍʙᴀʀᴀᴢᴀᴅᴀ❞
Ben's pov.
Ni mirando las paredes blancas del hospital me dan alivio, y las manecillas del reloj que está colgado en la pared no es que me ayuden a controlar los malditos nervios que tengo. Lo único que escucho en este pasillo es un silencio ensordecedor y abrumador. Miro de nuevo la pantalla del teléfono. Sonrío al ver la foto que tengo de fondo. Es Mal mostrando esa hermosa sonrisa, mientras tiene el rostro lleno de pastel.
Ese fue en su cumpleaños.
No hay noticias de ella, ningún médico me ha dicho nada. La preocupación y la angustian me carcomen muy feo, ya he tenido pensamientos espantosos al respecto de lo que pasó hace dos horas. Sí, dos horas. Desde que la llevé a la universidad noté que no había amanecido bien, y le rogué para que viniéramos a ver un doctor, que yo hablaría en la universidad para que le dejaran hacer el examen después, pero esta niña es más terca. En la reunión si noté que estaba más pálida que en la mañana, producto de todo esto fue el desmayo.
—Ben, te traje un café.— niego con la cabeza, Evie suspira y se sienta a mi lado—, Esperemos que nos den noticias buenas.Asiento con la cabeza.—Tus padres están en la cafetería, ellos te mandaron el café.— dice—, Mi hermana ya se fue hace un rato, dijo que si podían le avisaran que nos dicen los médicos.
Asentí de nuevo.
—¿Te diste cuenta que la semana pasada Mal estuvo vomitando?— cuestiono aún con la mirada fija en mi teléfono.
—Espera, ¿qué?— le doy una mirada rápida—, No, ella nunca mencionó que se sentía mal o algo así... Creo recordar algo, pero fue en una madrugada.— con rapidez levanté la mirada, Evie asiente—, Eran como las dos de la mañana, le hice un té; me dijo que no te dijera nada.
Golpeo mi frente con la palma de mi mano. Si no la conociera no negaría que dijo eso, con tal de que no se le dijera "Hospital" no dice nada y prefiere estar enferma.
Antes que dijera algo, una mujer con bata blanca y un uniforme anti fluido azul vino hacia nosotros.
—¿Son los familiares de Mal?—Evie y yo asentimos—, Okay. Ya está estable, está despierta. Pero, necesito hablar con su majestad un momento, ¿se puede?
Evie me dio una palmada en la espalda.
—Yo iré ahora a ver como está, no te preocupes.
Doy un suspiro y me dispongo a seguir a la doctora. Solo espero que mi Mal esté bien.
—Bueno, antes de que entre, quiero decirle que Mal sufrió un estado de ansiedad muy fuerte, y tuvo una amenaza de aborto.— mis ojos se abrieron de par en par al escuchar eso, la mujer miaba los papeles que tenía en la mano—, Va a cumplir tres meses de embarazo, y lamentablemente tiene embarazo de alto riesgo.
Voy a ser papá...
—Lo único que les recomiendo, es que si está en parciales de la universidad pida un poco de plazo, o que dejen que los haga desde casa para que tenga tranquilidad.— añade antes de abrir la puerta de la habitación—, Antes de que se me olvide, ella me dijo que presentó un sangrado nasal.— asentí al recordar eso—, Eso estaba avisando lo que ocurrió hoy; afortunadamente no se presentó un derrame cerebral. Ahora les informaré si la señorita Mal puede irse a casa.
—Le agradezco mucho, doctora.
—Es mi labor, y por cierto, felicidades.
¡Voy a ser papá!
Después de despedirme de la doctora, finalmente entré a la habitación. Ahí estaba ella, recostada en la camilla, su cabello estaba rodeando sus hombros, y la luz del sol hacia notar sus ojos verdes. Es hermosa, en todos los sentidos.
Al notar que entré, me miró con una sonrisa.
—Pensé que no te iba a ver.— fue lo primero que dijo cuando me senté a su lado—. No creí que iba a estar tan mi nombre, debí haberte hecho caso.— tuerce la comisura de sus labios.
—Siempre tengo la razón.— Mal levantó la mirada y frunció el ceño—, Esta vez, esta vez.
—Exacto.— ambos reímos.
Sus ojos miraron de nuevo hacia la ventana, unos segundos después, me miró de nuevo; pero esta vez, su mirada estaba nublada por unas cuantas lágrimas aposadas en sus ojos, lo que provocó que me pasara lo mismo, tomó mi mano y la llevó a su vientre. Yo sonreí.
—Estoy embarazada. Vamos a ser papás.
Sin decir palabra alguna, uní sus labios con los míos en un beso muy suave y muy tierno. Sus manos se posaron en mis mejillas al igual que las mías en las de ella, mi corazón latía muy rápido y no dudo que el de ella también. La falta de oxígeno en ambos se hizo presente, separé mis labios de los suyos, y le di un beso en la frente.
—Es increíble ver que las sospechas eran ciertas, que no fue un susto como la vez pasada.— arrugué mis cejas al escuchar eso—, Ehhh... Ya qué, ya me expuse.— ambos reímos. Mal lleva sus dos manos hacia su vientre—, Casi lo pierdo. Créeme que si eso hubiera pasado, me hubiera vuelto loca; y yo el viernes dizque tomando vodka.— golpea su frente con su mano al recordar eso, yo prefiero no decir nada porque tomé demasiado esa noche.
Besé el dorso de su mano.
—Ya pasó ese susto, ahora debo cuidar a los consentidos de la casa. Con razón el antojo de las fresas.— ella muerde su labio inferior, ya sé a que se refiere—, Oh no, Igna. Ya no podemos hacer eso como antes.— ella hace un puchero, yo simplemente niego—, Le puede hacer daño al bebé.
Ella niega.
—Eso no es cierto.— dice con una voz muy tierna, esta mujer me tiene loco, ayuda. Comienza a reírse de mí—, Estás rojo.— mientras ella ríe, toco mis mejillas, y efectivamente están calientes—, Ay Dios, ¿qué procede con la situación?
—¿Les decimos ya o esperamos?
—Esperemos unas semanas.— suspira—, Quiero que tanto el bebé como yo estemos estables... No quiero darles la noticia ya, y que pase algo que no quiero que pase...
Ella tiene miedo, miedo de perder al bebé. Eso noto en sus ojos.
—No quiero perderlo.— sus ojos vuelven a llenarse de lágrimas—, Prometeme que no dejarás que sea terca de nuevo, tengo que cuidarme más por nuestro bebé, ¿me lo prometes por la garrita?— estira su dedo meñique.
Entrelazo mi dedo meñique con el de ella.
—Por la garrita de dragó-
—¡Pensé que no te volvería a ver en mi puta vida!— interrumpe Evie al entrar. Mal y yo soltamos nuestras manos. La peliazul después de empujarme, le da un abrazo a mi futura prometida—, No voy a sobrevivir si te pasa algo.
Mal ríe.
—Seguirías en esa toxicidad en la que andas en este momento.— molesta con un tono burlón, Evie la mira con los labios fruncidos—, También te amo, arándano.
Un rato después de conversación entre ellas, decido salir de la habitación, para darles más privacidad claro está. Esta noticia me tiene feliz, pero, no voy a tener a quién contarle tipo "Bro, seré papá". Mi novia tomó una decisión salomónica frente al asunto y debo respetar eso; quiero que ella y nuestro pequeño o pequeña estén bien. Al mirar hacia una parte del pasillo, vi que venían los chicos, estaban molestando a Jay, mientras que este solo sabía hacer mala cara, al igual que Lonnie.
Sospechoso.
—La cara de Jay parece la de un señor mayor enojado.— se burla Carlos, su mejor amigo le pega un puñetazo en el brazo. El pecoso suelta un gemido de dolor—, Auch, pasito, casi me partes el maldito brazo.
Antes de que Jay decidiera responder, notaron que estaba en frente de ellos, mirándolos con seriedad. Se supone que en un hospital se guarda silencio, no se hace alboroto.
—Si van a pelear se me van del hospital.— ordeno con un tono serio—, ¿No les da vergüenza?
Los chicos se limitan a hablarme.
—¿Cómo está?— pregunta Audrey, sus mejillas tenían un poco de maquillaje corrido, ¿había llorado? Analicé a la castaña con la mirada por unos segundos. Sus ojos estaban muy hinchados.
—Está bien, afortunadamente.— respondí—, En unos minutos nos dan el alta. ¿Qué ocurre?
—No sabemos. La princesita rosa lleva llorando desde la mañana.— responde Uma. No me quiero atrever a preguntar por qué, no quiero que en pleno pasillo de un piso donde el silencio gobierna se forme la pelea del siglo. Como si Uma hubiera leído mi expresión dice—. No me preguntes, no ha querido decir nada.
Asiento conforme a la respuesta. Les indico los asientos para que descansen un poco, lo único si es que noto la gran tensión que hay entre tres personas, como si entre comillas no me importase, comienzo a escribir un mensaje de texto, uno a Mal y el otro a Lonnie. Y como siempre, los chicos piensan que hablo con mi novia, o que atiendo asuntos importantes del reino.
Pero, esta vez, mi mejor amiga de la infancia necesita ayuda.
Ben: Bebé, algo pasó con unos personajes que conocemos. Hablaré con Lonnie, no tardaré, te amo.
My love: Me cuentas que pasa, no te demores tanto. Debo quedarme toda la noche. Te amo más.
Ben: Espera, ¿qué?
My love: ¡Ve con Lonnie!
Levanto la mirada, y veo como Lonnie se levanta de su asiento y con sus labios me señala el pasillo. Capto el mensaje, y la sigo. Ambos caminamos en silencio hasta llegar a la parte del jardín que hay en el hospital, la pelinegra se sienta en el banquito de madera, yo me siento a su lado, en silencio, creando un espacio para que pueda desahogarse.
Unos minutos de silencio trascurrieron, cuando ella comenzó a llorar.
—Soy una idiota, Benjamin.— solloza—, Soy una idiota.— repite nuevamente.
Arrugo mis cejas y me dedico a preguntar.
—¿Se puede saber por qué te tratas así?— ella levanta la mirada, sus ojos están rojos y llenos de lágrimas—, Cuando eramos pequeños siempre que Au-
—Ni se te ocurra nombrarla.— me interrumpe, Lonnie dijo eso entre dientes. Algo grave ocurrió—, En mi miserable vida quiero volver a saber algo de esa arpía.
Abro mis ojos de par en par, es raro oírla decir eso, ellas dos fueron muy buenas amigas en lo que fue nuestra infancia y después en la preparatoria. En su tono de voz noté que se sentía impotente, y lastimada.
—Lonnie, ¿qué pasó?
—Ella, eso pasó.— okay, esto es grave. Lonnie acomoda unos cuantos mechones negros detrás de su oreja—, Nunca entenderé por qué llegué a fijarme en Jay. Créeme que estoy con ganas de masacrarlo...
Ella hace una pequeña pausa. Yo no estoy entendiendo.
—¿Sabes por qué me desaparecí durante tres años?— negué con mi cabeza. Desde que terminó con Jay, ella se fue, y no sabíamos casi mucho de dónde estaba, si se encontraba bien. Nada—. Fue porque estaba embarazada, tuve una hija de Jay.
Maldita sea.
Creo que la expresión que debo tener ya mismo, es una de asombro. Realmente no llegué a esperarme esto, aunque... Jay, si no te mata Lil', te mato yo.
—Por eso me fui. Porque Jay ya tenía sus ojos en otra persona, su corazón le pertenecía a mi supuesta mejor amiga... El día que rompimos, yo me había enterado de que tenía un mes de embarazo, le iba a dar esa noticia...— su voz se corta de nuevo, y las lágrimas descienden por sus mejillas—, Él quería que ambos formáramos una familia, Ben. Pero todo se fue a la mierda, como siempre...
Ella apoya su rostro sobre sus manos, quiero abrazarla, pero ella odia que hagan eso, nunca le ha gustado sentirse débil o dar lástima.
—A ver si te entendí... Mierda, quiero matar a Jay.— es difícil escucharme hablar en ese tono, pero en este momento tengo rabia—, ¿Por qué no nos dijiste? Sabes que te hubiéramos ayudado. Le hubiera dado una paliza a Jay en primer lugar.
Lonnie ríe y niega con la cabeza.
—No, no vale la pena.— niega—, Ya han pasado tres años, mi hija está creciendo, sabe de su papá, pero no sabe que no quiere aceptar que es su hija.
Es una niña.
Mi corazón se arruga al escuchar esto. Es muy injusto que pase eso, y se supone que Jay no quiere ser como su madre y hoy me demostró lo contrario. Estoy muy decepcionado.
—¿Cómo que este tarado no quiere reconocer a su hija?— cuestiono, Lonnie se encoje de hombros. Ella llena sus mejillas de aire.
—Me dijo que lo que menos quería era arruinar lo que tiene con Audrey, y no me cree. Ella me dijo lo mismo.— habla con seriedad—, Creo que lo mejor será que me vaya, Ben.
—No.— la pelinegra arquea una ceja—, No te vas a ir. Dejame todo a mí.
Si no me escuchas a mí, Jay, tendrás que escucharla a ella.
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Mal's Pov.
El susto que me llevé al ver que estaba en un hospital, fue el más grande que he tenido en mi vida. Recuerdo haber hablado con mí mejor amiga, y de un momento a otro se volvió oscuro. La luz tenue blanca, me fastidia un poco; trato de sentarme y lo primero que siento es un ardor en uno de mis brazos. Gracias a la intravenosa que tengo puesta. Me pusieron suero para hidratarme, supongo. Al recuperar muy bien mi visión, noto que hay una persona al lado mío, pero está de espaldas.
Poso una de mis manos sobre mi frente, me siento totalmente cansada. La persona que me acompaña voltea a mirarme y me sonríe. Es una doctora.
—Despertaste.
Qué pregunta tan tonta.
—Sí, eso creo.— que respuesta tan tonta, ¿por qué dije eso?— ¿Qué pasó?
—Sufriste un desmayo, te trajeron hace dos horas al hospital.— responde la mujer. Arqueo una ceja ante la respuesta—, ¿Te importa si te hago unas cuantas preguntas?
Sacudo mi cabeza, quiero saber que me pasó. Asiento.
—Dale, no hay lío.
La mujer, cuyo nombre es Meredith, comienza a hojear los papeles que tiene en sus manos.
—¿Qué síntomas has tenido estos últimos días?— es lo primero que me pregunta.
Comienzo a pensar en todo lo que me ha ocurrido desde hace dos semanas o más. El mareo, las nauseas, el sangrado nasal, el cansancio. Finalmente doy un suspiro.
—He presentado mucho mareo, de igual forma nauseas, también tuve un sangrado nasal, y me he sentido muy cansada.— el ceño fruncido de la doctora me tiene asustada—, Y dolor de cabeza.
La mujer sin levantar la mirada, decide seguirme interrogando.
—Según tu historial médico, sufres de ansiedad.— asentí—, Okay... Bueno, tengo varios puntos que decirte.— por la Virgen de los abdominales, que no sea nada malo—, Según algunos exámenes que te tomamos mientras estabas dormida, tuviste un episodio de ansiedad muy fuerte, producido por el estrés.
Eso explicaba mis temblores, y mis nervios.
—El sangrado nasal fue una prevención a un derrame.— quién diría que mi nombre cobraría efecto—, Aunque, todo lo que provocó esto, fue una cosa que creo que no te imaginas.
Arrugué mis cejas, ¿ahora con qué me van a venir?
—Tuviste una amenaza de aborto.
Espera, ¿qué? ¿Cómo qué...?
Tengo una emoción muy extraña, quiero llorar, quiero llorar. Bajo la mirada a mi panza, y lo primero que hago es poner mis manos allí; no puedo creer que sí estoy embarazada.
—Supuse que no sabías.— dice—, Estás a una semana de cumplir los tres meses. Lamentablemente tienes un embarazo de alto riesgo, lo cual quiere decir que debes cuidarte mucho para que tu bebé y tú, estén bien.
Voy a ser mamá...
—¿Has estado preocupada?
Asiento. La universidad, la reunión del consejo, lo de Hades, mi salud, todo me tiene preocupada en estos momentos. Aunque ya no tengo tantas cargas en mis espaldas, porque hoy ya se pudieron hacer cosas en el consejo, sin embargo... ¡Agh!
—Son muchas cosas, pero en especial la universidad. Estoy en finales.— le explico, la Dra. Meredith asiente.
—Sí, entiendo.— escribe algo sobre los papeles—, Miraré si te dejo toda la noche, ya sabes, para estar más seguros de que te sientas mejor. ¿Tus familiares están aquí?
Supongo que Ben debe estar afuera más preocupado que yo. ¿Para qué rayos me pregunta eso? Se supone que estaba desmayada.
—Creo que sí.— respondo. La doctora me da una sonrisa, yo respondo; al ver que me encontraba sola, pasé una mano por mi cabello—, Voy a ser mamá.
No sé como sentirme, a parte de irresponsable... Todas las señales estuvieron en frente de mi cara por mucho tiempo, pero no hice caso, mi terquedad y miedo me hicieron temerle a todo. Parezco fuerte, pero soy una cobarde con algunas cosas, y no me quejo de ello. Con las manos aún en mi vientre miro hacia la ventana que hay a mi lado, hay un parque de niños, sonrío.
—Okay... Creo que te debo una disculpa mi amor, debí haberle hecho caso a tu papá y a los abuelos de venir al doctor. Solo espero que no seas igual de terco o terca como yo.— digo mientras acaricio mi panza. Sé que uno debe aprender a tener comunicación con el bebé, desde que está en el vientre, para que vaya conociendo cosas, en especial, mi voz—, Prometo que te voy a cuidar, y que desde ya, soy la mamá más feliz y afortunada del mundo. Muero por contarle a tu papá, sé va a poner muy feliz.
Mi vista se fija de nuevo en el parque. Sé que cuando mis amigos y mis suegros se enteren, no van a dejarme respirar por un solo momento, y probablemente en las ecografías voy a tenerlos metidos en el consultorio. Muero por ir de compras, por irme preparando poco a poco para el parto, ya muero por ver su carita... Dios, estoy emocionada. Tengo tanto amor por darle a mí chiquitin, no quiero que sufra como llegué a sufrir yo.
Escucho la puerta abrirse, era Ben. Sonreí al verlo.
—Pensé que no te iba a ver.— fue lo primero que dije cuando se sentó a mi lado—. No creí que iba a estar tan mi nombre, debí haberte hecho caso.— tuerzo la comisura de sus labios. Y no es ninguna broma lo que dije, estoy realmente mal.
—Siempre tengo la razón.— levanté la mirada y fruncí el ceño. En esta relación la que lleva los pantalones, soy yo mi amor—, Esta vez, esta vez.
—Exacto.— ambos reímos.
Mi mirada vuelve a la ventana, era ahora o nunca decirle. Poco a poco mis ojos verdes se comienzan a llenar de lágrimas; lo miré, él estaba igual, quizá ya le dijeron, pero quiero que lo escuche de mis propios labios. Tomé su mano, y la puse en mi vientre. Él sonrió.
—Estoy embarazada. Vamos a ser papás.
¿Su respuesta? Unir sus labios con los míos. Un beso tierno, lleno de emociones, un beso perfecto. Tomé sus mejillas, y Ben hizo lo mismo. Las lágrimas rodaban por nuestras mejillas, no eran lágrimas amargas, eran lágrimas de alegría profunda. Nos separamos por falta de oxígeno, luego sentí sus cálidos labios sobre mi frente.
—Es increíble ver que las sospechas eran ciertas, que no fue un susto como la vez pasada.— metí la pata, Ben arruga sus cejas. Creo que no le conté de un pequeño susto que tuve a los dieciocho—, Ehhh... Ya qué, ya me expuse.— ambos reímos. Llevé mis manos a mi vientre, de nuevo—, Casi lo pierdo. Créeme que si eso hubiera pasado, me hubiera vuelto loca; y yo el viernes dizque tomando vodka.— golpeé mi frente con mi mano al recordar eso, no debí haber tomado nada el viernes. Ben se queda callado. Seguramente recordó que Jay lo emborrachó y terminó gritando ¡Fondo, fondo!
—Ya pasó ese susto, ahora debo cuidar a los consentidos de la casa. Con razón el antojo de las fresas.— mordí mi labio inferior. Bien pervertida, lo sé, son las hormonas del embarazo. Ben comienza a negar con la cabeza—, Oh no, Igna. Ya no podemos hacer eso como antes.— hice un puchero, él volvió a negar—, Le puede hacer daño al bebé.
No, mi amor. Eso ayuda, se nota que vi muchísimos programas de embarazos.
—Eso no es cierto.— dije con una voz muy tierna, sus mejillas comenzaron a ponerse rosaditas. Me reí de él—, Estás rojo.— mientras sigo riéndome, Ben tocó sus mejillas, y efectivamente notó están calientes—, Ay Dios, ¿qué procede con la situación?
—¿Les decimos ya o esperamos?
—Esperemos unas semanas.— suspiré, lo que menos quiero es ilusionar a medio mundo, y que después me pase algo a mí, y al bebé—, Quiero que tanto el bebé como yo estemos estables... No quiero darles la noticia ya, y que pase algo que no quiero que pase...
Sí, tengo mucho miedo.
—No quiero perderlo.— mis ojos se llenan de nuevo de lágrimas—, Prometeme que no dejarás que sea terca de nuevo, tengo que cuidarme más por nuestro bebé, ¿me lo prometes por la garrita?— estiré mi dedo meñique. De alguna forma me debo cuidar, y perderle el miedo a estar entrando y saliendo de un hospital.
Mi novio entrelaza mi dedo meñique con el suyo.
—Por la garrita de dragó-
—¡Pensé que no te volvería a ver en mi puta vida!— interrumpe Evie al entrar. Nos soltamos las manos. La peliazul después de empujar a Ben, me da un abrazo, obviamente le respondo el abrazo—, No voy a sobrevivir si te pasa algo.
Reí.
—Seguirías en esa toxicidad en la que andas en este momento.— molesté con un tono burlón, Evie me mira con los labios fruncidos—, También te amo, arándano.
Me da un golpe suave en el hombro.
—¿Qué te han dicho?— me pregunta con curiosidad, ella quiere saber si va a ser tía o no.
—Tuve un estado fuerte de ansiedad, es todo.
—¿Estás embarazada?— me cuestiona.
—No.— Evie, muero por decirte que serás tía, pero hasta que no vea que todo va bien, no te diré nada. Ella suspira desilusionada—, Bueno, me tocó esperar.— me hace un puchero, luego mira hacia el brazo que tengo con la cosa esa—, Lo tienes algo rojo, ¿no te duele?
Miré mi brazo, efectivamente estaba rojo. Quizá porque lo he estado moviendo, pero no me duele. Así que, niego.
—¿Aún estás enojada conmigo?
—Sí.— respondo fríamente—, Me decepciona que no te quieras. Eres una mujer muy hermosa, no entiendo por qué sigues detrás de él.— digo, ella baja la mirada—, Pero, tú eres dueña de tu vida, así que, no te puedo juzgar ni decirte: "Una más, y no te vuelvo a hablar". ¡No, ni de loca! Soy tu mejor amiga, y estaré contigo hasta el final.
Me mira con esa hermosa sonrisa que me gusta que ella tenga en sus labios.
—¿Juntas?— le digo al extender mi puño.
Ella golpea el mío con su delicado puño.
—Juntas.— ríe—, Entonces, ¿qué cuidados se le deben dar a la niña?
Me encojo de hombros, aún no tengo conocimiento si me recetarán medicamentos, vitaminas, dieta. Todo por mi embarazo y por mi salud. Escucho mi teléfono vibrar, lo tiene Evie en su bolsa de mano. Me lo entrega.
—Debe ser Ben.— ¿qué comes que adivinas? Sí, es un mensaje de Ben
"Bebé, algo pasó con unos personajes que conocemos. Hablaré con Lonnie, no tardaré, te amo."
Creo que le preguntaré a Evie, después de todo es la que sabe que ocurrió realmente. Texteo unos mensajes para él, y miro con seriedad a Evelin.
Mi mejor amiga alza las cejas unas cuantas veces, y le hago una señal para que proceda a contarme lo que ocurre. Aunque no le he dicho, pero espero que me entienda.
—Ehh, esa mirada dice...— separa sus manos en el aire— Chisme.
Asiento mientras río a carcajadas.
—Ah, ya me acordé. Cuando te fuiste con Hadie y con Ben, pues se armó el relajo en mi casa.— comienza hablar Evie—, Ya sabes, estábamos jugando, y luego me fui. Llegué a eso de las seis de la tarde, y encontré todo en silencio, hasta que escuché unos gritos.— arqueo una ceja y aprovecho para cruzarme de brazos—, Eran Lonnie y Jay. Los demás no estaban.
Ay no.
—Caminé en puntillas, menos mal mis tacones no suenan cuando camino. Lo primero que escuché, fue: "No te miento, ella es tu hija"
Me alarmo al escuchar eso, sacudo mi cabeza por un instante y entre cierro mis ojos. Necesito procesar toda esa información que me han acabado de dar.
—Espera, ¿qué?
—Sí. Estuve así como tú, pero seguí escuchando, y entendí todo.— ella hace una pausa—, Lonnie se fue durante todo ese tiempo, porque estaba embarazada; pero Jay ya le había terminado, entonces prefirió no rogarle más e irse a criar a su hija sola.
Maldita sea, Jay. No quieres repetir tu historia, pero mira lo que has hecho. El enojo comienzo a sentirlo, no quiero que esa niña viva sabiendo que su padre no la acepta, eso es injusto. Jayden, me vas a escuchar.
—Jay dijo que no le creía, que eso era un truco para hacer que volviera con ell-
No hizo falta que Evie terminara de hablar, porque me quité la intravenosa como pude y comencé a irme hacia la puerta. Escuché a Evie diciéndome que parara, pero no, no lo hice. Abrí la puerta, los chicos estaban ahí afuera, se sorprendieron al verme, sin embargo los ignoré. Tenía que localizar a Jay.
Ahí estás, idiota.
Estaba hablando con Audrey, hacia el lado de la ventana. Apreté mis puños y mientras sentía el frío del piso caminé hacia él.
—Uh, hermanita, est-
Le di un puñetazo en la cara. Si le reventé algo, me importa un carajo. Con mis manos arrugo el cuello de su camisa y lo obligo a mirarme, Audrey está paralizada. Los chicos quieren tratar de detenerme, pero lo impido.
—Pero q-
Una bofetada.
—Escuchame bien, pedazo de idiota.— hablo entre dientes, siento como mis ojos comienzan a brillar—, Ahora que te enteraste que eres padre, por lo menos ten los malditos pantalones para hacerte cargo de tu hija, así como tuviste los pantalones para tener sexo con Lonnie, ¿entendido?
Golpeo su espalda contra la pared, y mi mirada se diríje a Audrey.
—Si no quieres que te tenga entre ojos, deja que esa pequeña niña sepa quién es su padre. Se nota que te quieres convertir en la villana del cuento.— demando mientras la miro con los ojos entrecerrados, ella solo baja la mirada—, Eres un hijo puta, Jay.— murmuro al mirarlo de nuevo, creo que le rompí el labio y la ceja. Sacudo mis manos y me entro de nuevo a mi habitación—, Ni se te ocurra decirme algo, Mills.— no dejo hablar a mí mejor amiga, porque sé que me va a protestar como siempre. Un fuerte mareo hace que comience a calmarme.
Mi bebé. Se supone que no debo estar así.
Sé que Jay no me va a mirar en días, y me da igual. Pero él tiene que hacerse responsable, no todo debe caer en Lonnie. Ya ha estado sola durante tres años, pasó su embarazo sola, y la etapa de haber tenido a la chiquita... Todo sola. ¡Agh! Vaya uno a saber si Mulán y Shang la ayudaron.
Me siento culpable. Si le hubiera preguntado de manera insistente que pasaba, ella no se hubiese ido, nosotros como sus amigos la hubiéramos ayudado. Después de haberle dado su merecido a Jay, claro está.
No me había dado cuenta, pero tengo mi mano sangrando; supongo que me quité muy fuerte la intravenosa. Y de paso, estoy derramando lágrimas.
—No es justo.— digo junto con un sollozo.Evie se acerca y me abraza—, ¿Por qué le hizo eso a nuestra amiga? ¿Por qué todavía piensa que ella le miente?
Tengo impotencia. Y ganas de golpearlo de nuevo.
—Preciosa, lamentablemente el tiempo no se puede retroceder para enmendar los errores.— susurra—, Yo digo que sería bueno que Lonnie trajera a Nini, creo que se llama así, para que la conociéramos.
Me parece una buena idea, pero que ni piensen que voy a dejar que Audrey se le acerque. Me pregunto por qué se metió en medio de una relación, y ahora en esto. ¿Qué sigue? ¿Mi bebé? ¿Ben? ¿Auradon?
Lonnie más que nadie, merece todo nuestro apoyo. Estuvo sola por tres largos años, pero hoy eso terminó. No permitiré que Nini crezca sabiendo que su padre no la quiere reconocer, o aún peor, que se deja manipular por su madrastra.
Lonnie y Ben entran rápido. Ya se debieron haber enterado.
—Lonnie, trae a Nini. Ella merece que sus tíos la conozcamos.— digo al mirarla, la pelinegra me sonríe—, De paso, entiendo que te hubieras ido así como así, así que ninguno te va a juzgar, ¿okay? ¡Maldita sea, mi mano!— gruñí, me estaba doliendo la mano con la que le pegué a Jay. La sacudo por unos segundos—, Duele.
Ben se acerca y toma mi mano.
—Mira lo que te hiciste, cielo.— mis nudillos estaban lastimados, y la palma de mi mano también, por mis uñas. Él acaricia mi mano mientras niega, luego besa mis nudillos—, Te lastimaste muy feo. Y ahorita no puedes ponerte así, tu salud.
Asentí y di un suspiro.
—Me recostaré.— menciono antes de volverme a subir en la camilla. Debo volver a conectar la intravenosa, así que solo hago un movimiento con mis dedos para con mi magia poder hacer eso más fácil, de igual forma, para ocultar mis heridas—, Lonn, ven. Ustedes no pueden vivir sin chisme, vengan acá.— dije eso al referirme a Ben y a Evie. Mi mejor amiga arruga la nariz y ríe, mientras que mi novio corre el sofá que hay en el cuarto para que quede cerca a donde estoy.
Mientras ellos se acomodan, comencé a mirar mi teléfono, mensajes sobre lo que ocurrió hace unos minutos por algunos chicos. No les puse cuidado y seguí mirando otras cosas, cuando volvió a vibrar mi teléfono.
¿Hadie?
"Hola, soy Hadie. Me enteré de lo que pasó. ¿Estás bien?"
Miré extrañada la pantalla de mi teléfono. ¿Cómo había conseguido mi número?
"Hola. Estoy bien, gracias."
Okay, esa pregunta sobra, por lo menos mi hermano se preocupó por mí. Apago la pantalla del teléfono y veo que los tres estaban haciendo charla, yo solo río.
—Mal.— me habla Lonnie, y me da su teléfono. ¡Dios, qué belleza!—, Ella es Jennie, mi bebé.
—¿No era Nini?— Lonnie niega—, Ah, ya entendí.
Que belleza de niña. Tiene ojos rasgados, pero muy expresivos, de color marron, cabello negro recogido con dos moños, estaba sentada en el suelo sosteniendo un estuche de espada con una de sus manos, y en su otra mano estaba Mushu.
—Es preciosa, una cosita muy tierna.— digo enternecida, es la misma cara de Lonnie y de Jay—, Muero por verla.— digo al devolverle el celular a la hija de Mulán.
—Está con mi hermano. Voy a preguntarle a Lil' si puede traerla.— explica mientras sigue mirando fotos. Una sonrisa aparece en sus labios—, Esta es una de las fotos que tengo embarazada, las demás las tiene mi mamá.
—¿Ellos qué te dijeron cuando supieron que estabas embarazada?— le pregunta Ben.
—Lonn se veía muy linda así. Te hubiera hecho una cantidad de vestidos de maternidad.
Esa fue Evie, ya saben como es ella. Lonnie comienza a reír.
—Le harás vestidos a mi hija, ¿qué esperabas?— Evie hace una pose de diva, se sentía importante—, Eso si sé que habrá una persona de la cuel no se le va a despegar nunca, porque le he hablado mucho de él.— ella con sus labios señala a mi novio, él la mira confundido—, Sí, quiere conocer al tío Ben.
—Espera, ¿le has hablado de nosotros?— Lonnie asiente, Ben sonríe y me mira, yo solo sonrío.
—Ella sabe que tiene una tía que no la dejará salir de su estudio de diseño, otra tía que le gusta dibujar mucho, una tía que sabe sobre el mar, y por último, una tía que le gustan los perros.— los ojos oscuros de Lonnie tramiten un brillo de felicidad—, También sabe que tiene unos tíos muy locos.
—¡Hey! Yo no soy loco.— protesta Ben.
—Eso no decías el viernes.— dijimos en unísono Evie, Lonnie y yo para después reír.
Ben cruza los brazos sobre su pecho, y hace un pucherito, yo lo miro y hago lo mismo. Okay, si así no más se comporta, ¿cómo será cuando nazca el bebé? Respuesta: Un papá sexy, sí. Pero también un padre alcahueta, serio y comprensivo.
Estuvimos hablando hasta que la enfermera entró a decirles que me dejaran ya sola, debía descansar y estar tranquila. Me examinaron de nuevo, me dieron unas vitaminas, y después me llevaron comida a la habitación.
—No quiero que te vayas.— le digo a Ben mientras tomaba su mano. Querían que me quedara sola allí, pero quiero estar acompañada—, Quiero estar contigo.
—Bebé, te toca quedarte sola esta noche. Prometo quedarme hasta que estés dormida, y vendré en la mañana tempranito.— acaricia mi cabello y luego besa mi frente—, ¿Sí?
—Ño. Quiero quedarme acompañada.— ríe—, No te rías.
Hijo o hija, prometeme que no serás caprichoso como yo. Gracias.
—Hablaré a ver si me dejan quedar, ¿está bien?— asiento, y hago un puchero de nuevo. Ben se levanta para salir, pero antes me da un beso en la frente—, Ya vengo.
Sola con mi soledad, de nuevo.
Mientras mi amorcito llega, miro mi teléfono. Hay nuevos post de artistas, de cosas de Evie; de paso tengo mensajes de los chicos. Nada interesante, así que, me puse a ver fotos antiguas.
Una nostalgia se apiadó de mí, al ver unas de la Isla; estábamos bien chiquitos, Evie era obsesionada con su trenza en V, yo con hacer graffitis, Carlos con el miedo a los perros, y Jay siendo Jay. Me pregunto si la cara le duele todavía. Soy mala, lo sé. Por un momento paso la mano por mi vientre.
Tendrás los mejores tíos. Advierto que te pueden malcriar con algunas cosas.
Sé que ser mamá va a ser un reto para mí, pero lo superaré, y daré lo mejor de mí. Aunque tengo una preocupación. Miro mi antebrazo derecho y paso la mano sobre aquella marca de dragón que tengo desde los dieciséis, ¿será que la va a heredar? ¿Heredará mis poderes?
Ya estoy asustada. Lo que menos quiero es que esa persona aparezca si llega a enterarse de que tiene un nieto o una nieta con la marca del dragón.
—Llegué.— me sobresalté al escuchar a Ben—, Si puedo quedarme. Ventajas de ser el rey. ¿Estás bien?
Asiento con mi cabeza, doy un leve bostezo.
—Tengo sueño.— pasa una de sus manos por mi rostro, y luego por mi cabello. Siento ya mis ojos pesados.
—La reina debe dormir, yo estaré aquí cuando despiertes, ¿okay?— besa mis labios—, Es hora de dormir.
—Cuéntame un cuento.— suspiro el me mira con una cara de "¿en serio, Igna?"—, Por fiiiis.
Benjamin sonríe y asiente.
—Había una vez, un chico que conoció a una chica, pero en un sueño. Él se enamoró perdidamente de ella, y se prometió que iba a hacer todo lo posible por encontrarla, así que decidió hacer algo que ha muchos no les pareció correcto, pero, él sabía que estaba haciendo algo de lo que nunca se iba a arrepentir.— escucho decir, mis ojos poco a poco comenzaron a cerrarse—, Cuando por primera vez ese príncipe vio a la chica de su sueño, quedó hechizado con sus bellos ojos verdes, y con esa actitud ruda. Él la ama, y ella también, pero le costó decir esas dos palabras que para ella tomaron significado tiempo después. Pero, él tiene un miedo, y es llegarla a perder. Porque la ama con todo su corazón.
Sonrío al escuchar eso. Mis ojos se cierran en su totalidad.
—Esa chica eres tú, y ese príncipe soy yo. Te amo, Igna.
Sentí sus labios sobre mi frente, y ya caí en un profundo y lindo sueño.
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❣
Esto apenas comienza, no piensen que todo ha sido calma y color de rosa.
Griten si quieren matar a Jay, porque estoy igual.
Ah, y sí tenían razón, la mija estaba embarazada jksjks.
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