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━010 ❝Pᴀsᴀᴅᴏ ʏ ᴏᴛʀᴀs ᴄᴏsᴀs.❞


Dedicado a ElaenaT y xDBGirlWritterx. Las tkm.







Y NADIE se callaba. Mal estaba al borde del colapso, su novio apretaba su mano, y su mejor amiga rodaba constantemente los ojos. Por lo pronto, el chico de cabello negro azulado estaba incomodo de igual forma que su hermana mayor.

—¿Por qué nunca nos contaste?— cuestiona Carlos al señalarse a él y a Jay. El chico de cabello largo asiente.

—¿O sea que eres semidiosa?— pregunta ahora Lonnie—, Eso es cool.

—¿¡Y si se callan!?— el grito de Evie hizo parar todo—, Mi mejor amiga está a nada de sufrir un ataque de ansiedad, y ustedes lo único que saben es ¡joderle la vida!— grita nuevamente al levantarse del asiento—, Saben muy bien que ella odia hablar del tema sobre su padre, y sí, yo era la única que sabía de ello. ¡Ni siquiera se lo dijo a Ben! ¿Por qué? ¡Porque no estaba segura de hacerlo!

Mal asintió al escuchar el regaño que estaba dando su mejor amiga. Y la razón por la que ella solo se lo había dicho a Evie, fue porque ella llegó en el momento justo, cuando estaba recibiendo los peores insultos de la emperatriz del Mal. En donde Mal tuvo que esperar a que la puerta se cerrara con pasador para poder llorar mientras estaba tirada en el suelo.

—Él se fue por mi culpa, E. Hades se fue porque yo me entrometí en sus vidas...— recuerda con dolor aquellas palabras que su madre pronunciaba mientras la golpeaba—, Todo sería mejor si ella un día me matara...

Evie apretó sus puños, tenía impotencia. Ella abraza a su mejor amiga y acaricia su cabello.

—No digas eso, Mal.— dice la hija de Regina—, Tu vida vale más de lo que imaginas; si yo no te hubiera conocido, ¿Crees que hubiera dejado de ser esa niña miedosa? ¿Crees que hubiera aprendido a quererme más?

La peliazul tomó entre sus manos el rostro de su mejor amiga; con sus pulgares limpió las lágrimas que caían de esos hermosos ojos verdes, y aquella sangre que descendía desde la ceja partida.

—Vamos a ser fuertes, ¿okay?— Susurra Evie. Mal asiente—, Esa es mi niña.

Mal limpió las lágrimas que cayeron de sus mejillas por recordar eso, ella hizo una señal para que Evie parara de hablar.

—Debería darles vergüenza, están armando todo este alboroto en frente de Hadie.— es lo primero que menciona ella mientras trataba de no llorar—, Es un tema que para mí siempre fue complicado para hablar, y la razón por la que mi mejor amiga sabe eso, la sabemos solo nosotras dos.

La hija de Hades hace una pequeña pausa.

—Me iré a cambiar, y salimos Hadie. ¿De acuerdo?— habla, Hadie solo asiente y se sienta en el sofá y sonríe algo incómodo.

Mal se aleja reteniendo aún las lágrimas, al llegar a su habitación y cerrar la puerta con seguro, ella dejó escapara un grito y al mismo tiempo comenzó a llorar.

—¿Por qué siempre que lo nombran... Lloro?— se cuestiona mientras camina hacia su armario—, ¿Por qué justo cuando quiero estar bien esos recuerdos me atormentan?

Más y más preguntas se hacía la dama de la corte mientras lloraba y buscaba una ropa decente para poderse ir a dar una ducha rápida y salir. El timbre del teléfono hizo que ella llenara sus mejillas de aire y bruscamente lo expulsara, era Ben.

My Teddy Benny: Ábreme la puerta, sé que estás llorando.

My Teddy Benny: Sé que estás viendo mis mensajes mientras sonríes, no voy a juzgarte ni nada por el estilo. Sabes que no soy así.

Mal: ¿Cómo sabes que estoy sonriendo?

My Teddy Benny: Siempre que te llega un mensaje mío, aunque estés de mal genio, sonríes.

Mal: Debajo del aviso hay una llave.

No pasaron más de cinco segundos cuando se escuchó que giraron el pomo de la puerta y la puerta se abrió de inmediato. Se escucharon los pasos del castaño hacia donde estaba la pelimorada.

Ella al sentirlo cerca levanta la mirada.

—Ven aquí.— pide el castaño al sentarse en el suelo y abrazar a su novia, ella de inmediato comienza a llorar de nuevo—, Aquí estoy, no te voy a dejar sola. — el castaño besa la sien de su chica; ella solo apretaba el suéter que él tenía puesto, sus sollozos eran fuertes, era un dolor muy fuerte el que su amada estaba tenía en ese momento. Una lágrima se deslizó por su mejilla.

Unos largos minutos trascurrieron, donde Mal solo sollozaba y expresaba el dolor tan grande que estaba sintiendo, un dolor que no se podía describir con simples palabras. Ben la acompañaba por medio del silencio, sin duda alguna, a él le dolía mucho ver eso que le estaba ocurriendo. El hijo de Bella acariciaba el cabello de Mal mientras ella estaba aún aferrada a él.

—Perdóname por no haberte dicho nada...— es lo primero que pronuncia ella mientras trata de calmarse.

Ben toma el rostro de su futura prometida para poder mirarla. Aunque sus ojos estuvieran algo rojos, no perdían ese encanto.

—No tienes que disculparte por nada, ¿me entiendes?— le dice, Mal asiente, sus ojos se vuelven a llenar de lágrimas—, No llores más mi preciosa, no dejes que te haga daño esto... Te prometo que lo vamos a superar juntos, no vas a estar sola.— añade el castaño aún mirándola—, No te sientas sola.

La hija de Maléfica se aferró de nuevo a los brazos de Ben, era impredecible decir que esa ola de emociones y recuerdos iba a pasar, pero, realmente iba a ser complicado que pasara así como así. Aquella herida no se había podido cerrar, ni siquiera con el olvido. Esa herida seguía ahí, cual gota de amargura.

El enfrentar a alguien relacionado con su padre, iba a ser un reto muy grande, peo era uno de los pasos para comenzar a sanar.

Las lágrimas y los sollozos fueron bajando poco a poco. Hasta solo escucharse unos suspiros.

—Te propongo algo.— habla Ben—, Iré contigo; y si en algún momento no te sientes cómoda, nos vamos al castillo.

—¿Podré comer fresas?— pregunta ella al separarse de los brazos de su novio. Limpió algunas de sus lágrimas y su nariz con el dorso de su mano.

—Sí.

—¿Veremos un película?— pregunta de nuevo, haciendo que el castaño se tense un poco.

—¿Película en qué sentido?— interroga el rey de Auradon, su novia ríe.

—No diré nada al respecto.— responde Mal mientras sigue riendo, le da un golpe en el hombro—, O mejor, ¿dormiremos bajo la luz de las estrellas?

—Hago lo que sea con tal de que estés bien, ¿de acuerdo?

La pelimorada asiente luego besa en los labios a su novio.

Después de todo, no sonaba mal la idea de afrontar bien el pasado. ¿O sí?

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Transcurrió un pequeño rango de tiempo en lo que la pareja se demoró en salir, y lo que se demoraron en llegar a una cafetería que quedaba a pocas cuadras del pent-house de Evie. Mal movía mucho su vaso de té de frutas, mientras que Ben tomaba algunos sorbos de café y analizaba a su cuñado, en cambio Hadie jugaba con sus dedos pulgares.

Mal suspiró.

—¿Se puede saber para qué me necesitas?— pregunta finalmente la pelimorada, el chico de cabello negro azulado levanta la mirada.

—Primero que nada, yo me enteré que somos hermanos en el momento de que la proclama me trajo al país.— comienza a hablar el chico, estaba algo nervioso—, Y segundo... Papá te envió esto.— añade Hadie al sacar de su chaqueta un pergamino con un lazo dorado, lo coloca encima de la mesa.

Mal arquea una ceja.

—¿Qué es eso?— cuestiona la pelimorada con seriedad.

—Una carta.

—No estoy para bromas, Hadie.— responde la chica—, ¿Qué quiere él?

—Que escuches lo que realmente pasó.— esa frase hizo que un nudo en la garganta apareciera de nuevo—, Él sabe todo, hermana. Papá siempre estuvo ahí, aunque no lo vieras...

La hija de Hades y Maléfica suspira y tensa su mandíbula.

—No creo lo que me estás diciendo...— dice—, Si él estuvo ahí, y si sabe todo, ¿por qué no decidió librarme de mi madre? Oh, ya sé, ¡Por cobarde!

—No digas eso, Igna.— la regaña su hermano menor—, Cuando hables con nuestro padre vas a entender, y te darás cuenta que todo lo que dijo Maléfica, era mentira.— Mal siente como se eriza su piel al escuchar el nombre de su progenitora.

Ben se aclara la garganta y apoya sus codos en la mesa.

—Ya que por lo visto somos familia, y teniendo en cuenta que Mal es mi novia.— Hadie asiente—, Me gustaría que al hablar de este tema tuvieras más tacto, es decir, un poco más delicado. Como cuñado te lo pido, por favor.

El chico de ojos oscuros suspira.

—Lo entiendo, bro.— dice—, Solo dale una oportunidad, es todo. Lo mismo a mí, pero claro está que el la que toma la decisión eres tú.— es lo único que menciona él antes de levantarse de la mesa, despedirse de la joven pareja e irse.

"...te darás cuenta que todo lo que dijo Maléfica, era mentira."  

¿Tendrá razón? era la pregunta que se hacía la pelímorada desde que su hermano se fue. Tenía el pergamino en sus manos, las ganas de arrojarlo al cesto de la basura eran evidentes, sin embargo, decidió guardarlo en su morral antes de salir del lugar de la mano con Ben.

Mientras la pareja iba caminando tranquilamente, obviamente en bajo perfil para evitar que algún paparazzi los incomodara. Mal no hacía sino pensar, y pensar en las palabras de Hadie.

Ambos tomaron la decisión de ir a pie hasta el castillo, cosa que pudieran despejar un poco su mente y en el momento pudieran hablar ambos al respecto. Iban tomados de la mano, Ben cargaba el morral de su novia, Mal por su parte se dedicaba a mirar hacia el suelo mientras daba uno que otro suspiro; aunque tuviera miles de preguntas en su cabeza, las cuales tendrían respuesta si hacía lo que había dicho su hermano; pero el orgullo le estaba ganando la batalla. Si ella quería una sanación, debía afrontar las cosas.

Ella sacude la cabeza al pensar en ello.

—¿Pasó algo, preciosa?— Mal niega—, Okay.

La dama de la corte llena sus mejillas de aire y suavemente lo va soltando. 

—¿Crees que sea correcto leer eso?— le pregunta a su novio con inseguridad. Ben la mira de reojo—, Siento que todo lo que está escrito allí no responderá lo que yo quiero saber.

Ambos pararon en un parque para poderse sentar en una de las bancas de allí.

—¿Estás segura de leer el pergamino?— le consulta a la pelimorada, ella niega con la cabeza—, Sería mejor que leyeras cuando sientas que es el momento correcto para hacerlo. No debes sentirte presionada.

—No sé que hacer...— murmura entre dientes, en ese momento su teléfono comenzó a vibrar. La pelimorada frunce el ceño y saca el teléfono de su chaqueta—, Es una llamada grupal, ¿qué habrá pasado?

Ambos se acomodaron para poder responder a la llamada telefónica, cada uno tenía un auricular para poder escuchar.

Lo primero que se escuchó fue un grito de parte de todos.

—¡Maldita sea mi oído!— exclama Mal al quitarse el audífono.

—No sí, pero cuando aquel te dice cositas al oído, ahí sí no dices nada.

Esa fue Uma

—Pero por lo menos no le grito.— contraataca el castaño con seriedad, Mal le da un puño en el brazo, el comienza a reír.

"Ohh" comenzaron a gritar de nuevo.

—Ella es la que te grita a ti.— ataca Lonnie—, Me mamé, lo sé.

Otro abucheo se escuchó por parte de los chicos, Mal rodó los ojos.

—¿Se pueden saber para qué llama?— pregunta Mal con seriedad—, ¿Es necesario poner la tetera o no?

Una risa se escucha en el fondo de la llamada por lo que había dicho Mal. ¿Cuál era el problema? Poderle contar lo que había pasado, sin que se pusiera como un dragón malhumorado por no tener comida.

—Que Audrey lo diga.— grita Uma.

La castaña comenzó a pelear al igual que el resto del grupo, Ben intercambió miradas con su novia para luego apagar el micrófono y comenzar a gritarles que soltaran el chisme, porque no tenían tiempo para rodeos. Lo sé, necesitamos un novio que le guste el chisme.

—Mal, no te vayas a enojar...— comienza a hablar la hija de Felipe Rose, Mal frunce el ceño—, Es que, ¿cómo te digo?

—Sin rodeos por favor.— pide la hija de Maléfica. Ya sabía que le iban a decir.

—Si van a empezar con pretextos bobos para no contar, estamos mal.— interrumpe Ben—, prosigan, el dragón está amarrado.

—¡Les dije que estaban jugando a las cincuentas sombras!— exclama Jay para luego comenzar a reír. 

La pelimorada mira a Ben con una cara obvia, luego le da un puño en el brazo. Lo que había dicho lo interpretaron muy mal.

—Ja ja ja. Estamos en un parque, tarado.— habla Mal al respecto—, Hace poco salimos de la cafetería a donde nos fuimos con Hadie.

—Me vale bledo donde anden, necesitamos que Troya arda. ¡Suelten al dragón!— comenta Gil, definitivamente nunca dejarían de molestar a Mal desde lo que pasó en el Cortilion—, Evie volvió con el ex, de nuevo.

La mejor amiga de la anteriormente mencionada, abrió los ojos y luego gruñó. Sabía que Evie había entrado a un círculo vicioso del cual una putiza no la iba a sacar de ahí, ni siquiera el tocar fondo.

—Definitivamente no aprende.— suspira Ben antes de pasar una de sus manos por su rostro—, Esto parece Chernobyl.

—¿Cómo saben esto?— la pregunta era innecesaria, ya bastaba con todo el alboroto que había ocurrido en la noche anterior. Los chicos no respondieron—, Necesito detalles.

Ay Evie, ¿en qué te has metido? ¡Por Dios!

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Mal's Pov.

¿Cómo sabes que no estás bien emocionalmente? Cuando comienzas a llorar desde que ves el título de una película que sabes que es patética. Así estaba yo, acurrucada con Ben al lado, una caja de pañuelos y mi tazón de fresas con chocolate. Ah, y una coca-cola fría.

Reencontrarme con Hadie no fue nada fácil, y mucho menos saber que aquel que dice ser mi padre, me haya mandado una carta. Creí haber cerrado mi corazón ante esa circunstancia, pero me doy cuenta que es todo lo contrario a lo que pensaba ingenuamente. No he parado de penar en todo lo que pasó hoy, un posible embarazo, Hadie, Hades, Evie... Con mí mejor amiga es un tema que nunca voy a entender, siento que ella se hace la sorda ante todo lo que le hemos dicho, y se hace la ciega ante las cosas que han ocurrido; lastimosamente ella se volvió así, ahí si que el amor la hizo algo inmadura. Ni siquiera una cachetada de Regina la haría recapacitar... Uh, y hablando de Regina.

Desde hace unos meses, hemos estado hablando con Ben sobre la madre de Evie. Pese a lo que sea que haya pasado con Blanca, Regina no tiene más delitos en su expediente y siempre ha demostrado su cambio. El chiste es que, queremos que Regina viva en Auradon y lo único que nos falta es la aprobación por parte del consejo, porque por parte de la reina de Charmington ya teníamos la aprobación.

Sí, Blanca Nieves aprobó la idea que tenemos con Ben.

Por esa razón, no queríamos que Evie asistiese a la reunión que tenemos con el consejo el lunes, porque queriamos darle la sorpresa, sin embargo, es mejor que esté presente. Un punto nuestro a favor es que Blanca va a estar presente.

Por otro lado, estoy considerando hacer la prueba de embarazo. Porque estos días los síntomas se han pronunciado más, sigo convencida de que no hay bebé todavía; esperaré una semana más, y si sigue ocurriendo esto, voy al hospital y salgo de las dudas.

Estoy pnsando en leer el pergamino en este instante, pero tengo mucho ardor en mis ojos, y un dolor infernal en mi cabeza. Si Bella estuviera aquí, ya me hubiera dado cuidados como si fuera una niña chiquita. ¿Obstáculo? Está de paseo con Adam, creo que llegan mañana.

Le doy una mirada a Ben, estaba profundo. Se veía más tierno de lo que ya es.

Vuelvo a recostarme sobre su pecho, por un momento cerré los ojos, y cuando estaba a nada de quedarme dormida, escuché que abrieron la puerta. Me quedé quieta por un momento, pero después de saber quién estaba parada en la puerta abrí los ojos y agité mi mano como forma de saludo.

—¿Llevabas rato durmiendo?— me pregunta Bella desde la puerta.

Negué con la cabeza al sonreír. Con cuidado me levanté de la cama, recogí mi tazón y mi bebida dejándolas en la mesita de noche, arropé bien a mi novio y por último apagué el televisor, me acerqué a la puerta para poder saludar a mi suegra.

—Me estaba quedando dormida.— respondí susurrando, no quería despertarlo—, ¿Cómo les fue?

Ambas salimos del cuarto. Al cerrar la puerta y levantar la mirada vi como la madre de Ben me analizaba con la mirada.

—¿Qué pasó, Mal?— pregunta al cruzarse de brazos.

Bajé la mirada al suelo, estaba atrapada. No es fácil negarle a Bella cuando tengo algo, porque como sea me saca la verdad. Y no es mi mamá.

—Vamos al jardín, después de todo no está haciendo frío.— propone al tomarme de la mano y comenzar a caminar por el pasillo—, No me gusta verte con esos ojos rojos, sé nota que llevas llorando rato.

Y aquí es donde digo que mi suegra es todo lo lindo de este mundo, no solamente soy la novia de su hijo, me convertí en otra hija para ella.

Después de bajar las escaleras, y dirigirnos al jardín, me estremesí al sentir la brisa fría de la tarde sobre mi cuerpo. Y fuera que no estuviera abrigada, tenía mi pijama térmica, y mis pantuflas de dragón. No pregunten por qué tengo mucha ropa mía en el castillo y por qué tengo cuarto propio aquí.

—Mala idea.— habló Bella—, Está haciendo frío y no quiero que te resfries, vamos a la biblioteca.

Asentí ante la propuesta.

Al llegar a la biblioteca, me acomodé en posición de flor de loto en el sofá que había allí, Bella se sentó al lado mío. La mujer levanta las cejas un par de veces antes de hablar.

—¿Qué pasó?

Tengo dos opciones, o le digo, o simplemente escapo. La segunda suena bien.

—Ehh...— doy un corto suspiro, después de todo no le podía ocultar nada a ella—, Es que es-

—¿Estás embarazada?— me interrumpe, automáticamente comencé a reírme de manera nerviosa.

—No, no lo estoy.— respondí, ella entrecerró los ojos—, En serio, no miento. Lo que pasa es que... Cuando yo creí que todas esas heridas de mi pasado, me di cuenta que una de ellas estaba abierta.— bajé la mirada y comencé a jugar con mis dedos pulgares, lo que menos quería era seguir llorando. Bella me escucha con atención, sin intención de interrumpirme—, Ayer... Nosotros fuimos invitados a una reunión de una amiga, la fiesta estaba normal, hasta que llegó una persona que juré no volver a ver en mi vida. Esa persona me buscó toda la noche para hablar, y yo lo único que hacía era esconderme... Mientras Ben estaba gritando junto a los demás: ¡Fondo, fondo!... Yo estaba encerrada en el baño.— Bella comenzó a reírse por el gesto que hice anteriormente, aunque dejó de reír ya sé por qué—, Sí, Ben tomó anoche.

No puedo explicar la cara de sorpresa que tenía mi suegra. Creo que tenía ganas de masacrarlo a él, porque aquí entre nos, Benjamín nunca había tomado así cono ayer porque no le gusta y menos descuidarme.

—Creo que vamos a tener una conversación con ese jovencito.— reí ante el comentario—, Prosigue, querida.

—Okay... Esta mañana, esa persona llegó a buscarme, créeme Bella que yo le dije a Ben que no quería estar, pero ya sabes como es él... Me dijo que no iba a dejarme sola...— suspiré, como si estuviera viviendo ese momento exacto, comencé a recordar todo lo que ocurrió en la mañana—, Yo mandé a llamar a los chicos, porque no quería sentirme sola y desprotegida, después de algunas bromas por parte de ellos, tuve que reaccionar... Y decirles, en ese momento, él ya había llegado al pent-house...— Bella me pidió que parara un momento, yo solo asentí.

—¿Quién era exactamente?— preguntó ella.

Me quedé en silencio por un momento, debía tomar fuerzas para poder hablar sin quebrantarme. Respiré profundo.

—Muchas personas siempre se han preguntado, quién es el padre de la hija de Maléfica... Quién era esa persona que tanto ella repudiaba, quién era esa persona que odiaba...— comencé a hablar—, Quién era ese hombre misterioso... Cuyo nombre en la Isla nunca se volvió a pronunciar, por petición de mi madre.— sentí como cayó la primera lágrima—, Lo que no saben, es el infierno que viví por dieciséis años, gracias a él. Los maltratos, las palabras, los golpes... Todo por él.— mi voz se estaba entrecortando poco a poco, sabía que no iba a poder continuar hablando—, Mi padre es... Hades, el dios del Inframundo.

Creo que esto tomó por sorpresa a Bella, parpadeó varias veces. Sé que el saber que mi padre es un dios es como impactante, pero, ¿qué se puede hacer al respecto? Nada.

—Espera, ¿Hades?— asentí con la cabeza—, No lo puedo creer... Aunque pensándolo bien, ya entiendo por qué quiso ser encerrado en la Isla.— murmura entre dientes.

—¿Qué?— cuestioné con una cara de confusión, si estaba confundida al inicio del día, ya estoy peor ahora—, No entiendo, o sea qué...

—Prosigue, ahora te digo.

—La persona que me vino a buscar fue mi hermano, Hadie. Él hace poco se enteró que soy su hermana, sin contar que tenemos una hermana mayor llamada Macaria...—al decir eso, me puse a pensar si Kore sabrá de mi existencia, después de todo soy la hija de su ex-marido—, Hades me mandó una carta, y no he sido capaz de poderla leerla... Soy una cobarde.

—No eres una cobarde, Mal.— habla Bella—, Estás comenzando a afrontar los problemas del pasado, y es entendible que te duela. Nunca olvides que tienes persona a tu alrededor que vamos a estar contigo, y no sigas llorando por eso. Eres muy valiente.

No entiendo porque después de reír, mis ojos comenzaron a botar lágrimas. Escondí mi rostro entre mis manos mientras volvía a desahogarme, sentí cuando Bella me abrazó y comenzó a acariciar mi cabello. Aunque ella no fuera mi madre, yo lo sentía como si lo fuera. Siempre estaba ahí, no importaba que peleara con Ben, y me encerrara por días en mi cuarto, Bella siempre me buscaba y me consolaba. Aunque al inicio no tuvimos buena relación como suegra y nuera, las cosas fueron mejorando al pasar los días.

—Eres muy valiente mi niña, eso me enorgullece.— me susurra al oído. 

Con el dorso de mi mano limpié mis lágrimas y de paso mi nariz. Aquí es donde me doy cuenta, que estoy en el lugar correcto.

—Vas a leer esa carta, en el momento adecuado. Cuando te sientas bien.— yo asentí—, Y si quieres, puedo estar contigo cuando lo hagas, o puede estar Ben. ¿De acuerdo?

Asentí nuevamente.

—Gracias, en serio.— digo mientras trato de calmarme—, Pero tengo un poco de miedo. 

—Es natural que te sientas así. No te preocupes.

Después de esa charla con Bella, con respecto a mi padre, hablamos del viaje que habían hecho con Adam, de paso hablamos de la fiesta en la que estuvimos el día anterior, y soporté una charla que le dio Bella a Ben cuando él despertó. En resumen, que debía cuidarme a la próxima, de lo contrario no va a autorizar que nos vayamos a fiestas.

Sobreprotectora la señora.

Ah, y de paso nos dijeron que ya estamos en hora de ir pensando si la relación da el paso, o aún lo seguimos pensando. Ben se sentía algo incómodo, no entiendo por qué. Antes yo era la que se sentía fuera de lugar cuando hablábamos de matrimonio, y ahora es él... Cada día me demuestra y me dice que me ama, y no quiero llegar a creer que no me ame, porque siento que tengo un amor correspondido.

No tengo cabeza para pensar en nada.

Tengo exámenes finales esta semana, mi grado es en unas semanas, tengo que pensar como hacer que mi mejor amiga recapacite... Siento que seré Tronchatoro y ella la niña de las trenzas. Siganme para más tips de como tratar a tus amigas inmaduras.

Es broma.

Hace un momento me dio mareo, y ganas de vomitar de nuevo. ¿Qué hice? Seguir comiendo mis fresas con chocolate... Y eso empeoró todo, llevo diez minutos vomitando hasta el alma.

Mientras Ben sostiene mi cabello, y trata de no mirarme, yo solo siento el sabor amargo de la bilis y un poco de chocolate. Odio vomitar. Los padres de Ben están en la puerta, esperando a que yo salga, de igual forma la señora Potts está afuera.

Comencé a toser, ya no podía vomitar más.

Tuve mis últimas arcadas, bajé la palanca y caí tendida en el piso, estaba totalmente mal, y débil.

Ben me ayudó a levantar, para que pudiera lavarme los dientes, y después me cargó hasta la cama. Me arropé con todas las cobijas, tenía muchos escalofríos; mi novio se acercó para tocar mi frente, luego toco la de él y suspiró aliviado.

—¿Tengo fiebre?— pregunté desganada, él negó con la cabeza—, No entiendo por qué me pasa esto, esta es la quinta vez que vomito así en la semana.

Maldita sea, si que no sé guardarme nada cuando estoy con él.

—¿Cómo así que la quinta vez?— Ben me miró serio, además de notarse preocupado, en cualquier momento me iba a regañar—, ¿Por qué no me dijiste?

—No creí que era algo de estar pendiente, creo que es el estrés.

La verdad, el estrés de la universidad no me tiene tan bien que digamos. Me acomodé en la cama para poderlo mirar bien, de paso hice una seña para que las personas que habían en la puerta pudieran entrar. 

—Siento que toca que vayan al médico.— habla Adam en primera instancia. Negué con la cabeza, odio ir al médico.

—Mal detesta ir al hospital.— interviene Bella.

—Yo opino, que debería tener unos días de reposo.— habló ahora la señora Potts—, Mal ha estado muy enfocada en la universidad, y como saben pronto se gradua.

Asentí con la cabeza.

—O puede ser otra cosa.— que telepatía tan rara la que tienen Adam y Ben, porque hablaron al mismo tiempo.

Rodé mis ojos, ya sé a que van con esto. Lo que menos quiero es aguantar un interrogatorio.

—Ben, Mal.— llamó Bella, la adulta se cruzó de brazos—, Nosotros sabemos que hace un tiempo ustedes ya iniciaron...

—¡Mamá/Bella!— gritamos Ben y yo al mismo tiempo, un momento más vergonzoso añadido a la lista,

En estos momentos parecía burbuja colorada, mi novio igual. Los tres adultos querían burlarse de nosotros por nuestra reacción... Posiblemente nos llegaron a pillar pero... Dios que pena, ese día nos pusimos en modo riesgo.

—Yo digo que es lo mismo que dijo Nana.— habla Ben mientras pasa su mano por su nuca, estaba algo incómodo—, Esta semana Mal tuvo muchas cosas encima, de igual forma yo también.

—Yo opino que vayamos haciendo una lista de nombres.— bromea Adam, yo lo miré siendo bastante obvia, Bella le dio un codazo.

—Lo mejor será que mi niña descanse, te haré esa sopa que tanto te gusta, ¿de acuerdo?

Asentí con una sonrisa en mis labios, las sopas de la Sra Potts son las mejores, y más si uno se encuentra enfermo. Los tres adultos nos abandonaron, no sin antes soportar algunas bromas de Adam, y una frase:

—No estaría mal un nieto.

Me quedé analizando un poco la situación, y comencé a reírme como una psicópata, asusté a Ben. 

—¿Te imagines que si haya un bebé?— cuestioné al apoyar mi mentón en mi puño—, Pero todavía ni estamos comprometidos, ni mucho menos casados.

Ben murmuró algo que ni le entendí, lo miré confundida pero al contrario, él negó con la cabeza.

—Esperemos esta semana y si quieres la otra; si los síntomas persisten, hacemos la prueba, ¿te parece?— asentí mientras daba un suspiro algo pesado—, De resto, me toca consentir a la princesa de la casa, porque está enferma.— río al sentir como me rodea con sus brazos y comienza a llenarme la cara de besos.

Fue una noche algo complicada, sentía muchas nauseas y pude conciliar el sueño a eso de las dos de la mañana. Sin omitir que finalmente la princesa arándano decidió llamarme para contarme las cosas, y decirme que volvió con Doug; y como conmigo la paz nunca es una opción, tuve que hablarle duro, decirle que debía pensar en ella, quererse un poco más, ¿qué pasó? Me colgó.

Probablemente me quede hasta el lunes aquí en el castillo, porque mañana me pondré a repasar algunas cosas para la primera evaluación que tendré esta semana. Uh, y además me contó que Jay está algo impactado por una noticia que le dieron, supongo que de la universidad, no sé.

Espero que las cosas no sigan empeorando como lo han hecho estos últimos días.

╔═══════ ≪ •❈• ≫ ═══════╗

—¿La quieres de vuelta o no?— pregunta una voz femenina basante fuerte.

—No haré lo que me pidas...— reta una voz muy suave—, ¡Dámela!

—Hasta que trabajes para mí lo haré, de lo contrario, ella sigue muerta para ti.

Aquella persona joven al escuchar esas palabras, sintió como su corazón se rompía en mil pedazos, no la iba a perder de nuevo... No otra vez. Suspira hondo, era ahora o nunca.

—¿Qué quieres?

.

.

.

.



<3.

ACLARACIONES:

Charmington es el reino de Blanca Nieves, y Cinderellasburg es el reino de Cenicienta y Kit. Hay mucha confusión con respecto a los gobernantes de estos reinos.

Por otra parte, agradezco a las personas que me dejaron un mensaje lindo por mi wsp y por mi perfil con respecto a la situación del país. Muchos nos hemos levantado en contra de la situación actual, pero el gobierno no nos escucha. Pero como berracos que somos, estaremos firmes hasta que saquemos a porky del mandato.

Os amo.

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