Recuerdos
Entre de nuevo al colegio, no podía creer lo que estaba pasando, es como si alguien o algo quería que yo me estuviera aquí adentro. Lo primero que me paso en la cabeza es encontrar a Javier, no había salido, así que eso fue lo primero que hice, caminé por los pasillos en busca de Javier, por suerte la luz no se había ido y se podía ver perfectamente.
- ¿Cuándo fue la primera vez que viste a tu mejor amigo? – yo me detuve y me giré, intentando ver donde salía esa voz – no tengas miedo a responder, quiero explorar un poco tu pasado.
- pues, fue de niños – dije algo dudoso.
- sí, eso lo sé, pero más con exactitud, quiero saber que los unió.
- un proyecto de biología – yo quería moverme, pero no podía.
- ¿Qué tenías que haces? Digo ¿Qué tenían que hacer? Me equivoqué.
- un proyecto de la célula, Javier sabía mucho sobre la célula, yo sabía mucho de hacer maquetas, él presentó todo, yo solo le hice la maqueta – en uno de los salones se prendió la luz, yo me asomé y vi a Javier y a mí de pequeños presentando la célula.
- y ¿Antes de eso? ¿Lo conocías?
- no, era nuevo, no conocía a nadie, de hecho, no sabía que existía mucho, nunca hablaba y siempre estaba en la esquina – las luces se apagaron y se volvieron a prender, mostraron a Javier distante, en una esquina oscura y yo en el centro de todos, preguntándome cosas, debajo de la luz del bombillo – todos quisieron hablarme, todos menos él, cuando nos hicimos amigos, me contó que él no era muy sociable, que no sabía nada y que prefería estar solo.
- aunque no era así.
- yo creo que sí, él prefería estar solo, él decía que se sentía bien, nadie lo juzgaba, nadie era mejor que él, porque solo estaba él.
- ¿Después de eso que paso? – nada interesante.
- no me acuerdo, empezamos a hablar, de nada interesante, solo hablamos normal y poco a poco nos hicimos amigo, nos invitamos a las casas, hacíamos pijamadas y hacíamos fiestas, incluso nos hacíamos chistes, con cariño, sobre todo de la forma que hablábamos, yo rápido y él sin poder pronunciar la R – yo solté una pequeña carcajada, que buenos tiempos.
- adivino que tú eras su único amigo.
- eso decía Javier y era verdad – las luces se apagaron – se sintió alejado, no se sentía completo, quería ser como yo, como todos.
- ¿A qué te refieres con eso? ¿Qué es ser normal?
- yo no sé, pero para Javier, era ser notado, lo busco de todas las maneras, intentó ser el centro de atención, contó chiste, presto plata, hizo el trabajo duro de los demás, tareas, maquetas, incluso les enseño matemáticas a algunos de sus compañeros, pero no sirvió para nada.
- ¿Por qué? ¿No eran amables?
- claro que sí, pero, si le dolía – la luz se prendió, se vio como él estaba en una esquina y todos estaban hablando, incluso yo – él lo único que quería era sentirse incluido.
- ¿No era incluido?
- se intentaba, pero, en un equipo él siempre se quedaba callado, nunca hablaba, porque normalmente hablaban de amor, de las salidas de la anterior noche y cosas así, cosas que Javier no ha vivido, se sentía inferior.
- tú alguna vez me dijiste que ustedes dos iban juntos a una playa.
- sí, me acuerdo, íbamos todos los años, era bonito.
- adivino que tú eras él único que iluminaba su vida, él único que le sacaba una sonrisa.
- eso sonó muy homosexual – yo me reí – pero sí, sin contar a mi hermano, era él único que lo hacía sonreír, su único amigo en el colegio.
- adivino que fue difícil vivir en esa situación.
- sí, creo que sí.
- te voy a mostrar algo – las luces del salón se apagaron – escucha con atención.
- ¿Vas a ir a la fiesta? – las luces se prendieron y vi como dos mujeres se me acercaban para preguntarme algo.
- claro, porque no, puede ser divertido – recuerdo esto, fue hace un año.
- nos vemos allí y no es necesario traer regalo.
- ¿Recuerdas esto? – las luces se apagaron.
- claro, fue hace un año, el cumpleaños de Sara, que chica más linda.
- todos fueron invitados, todos menos una persona.
- Javier – no lo vi en la fiesta, adivino que no fue invitado.
- ¿Sabes lo que hizo Javier ese día? – se volvieron a prender las luces y está vez se mostraba a Javier abrazando una almohada, llorando – se quedó en su casa, solo, con odio, todos se divertían, menos él.
- no lo sabía.
- y no te culpo, estabas divirtiéndote, con otros amigos, Javier no es tú único amigo.
- pero debía estar con él, es como un animal herido, su autoestima es peor que la mía, no tiene autoestima, se odiaba y yo quería cambiar ese sentimiento, quería que fuera feliz.
- y lo hiciste, claro que lo hiciste, pero no podías darlo todo por él, no serviría, aun así, se sentía solo.
- no entiendo ¿Cómo sabes todo esto de Javier?
- me lo dijo – se empezó a escuchar golpes – a veces sentía tanto odio que golpeaba a la pared de su cuarto, hasta que le sangraba las manos.
- eso no es verdad, él nunca haría eso.
- solo exagero un poco, no hasta que le sangraba, pero si golpeaba la pared, se desquitaba con él, un día solo se rompió, todo se rompió ¿Quieres hablar de ese día? – todos los músculos se me tensaron.
- no gracias, ya he tenido mucho de eso.
- está bien, pero tendrás que saber la verdad, tendrás que enfrentarte ese día.
- no es especial, solo le rompieron el corazón a Javier, por mi culpa.
- ¿Solo fue eso? ¿No hubo algo más? Necesito que recuerdes.
- eso fue todo, no hay más, se dejaron de hablar y ya, todo fue normal, evitamos ese tema y ya.
- está bien, aun no estás listo.
- ¿Listo para qué?
- para enfrentar la verdad, aun te mientes a ti mismo, pero tarde o temprano esa mentira se caerá.
- ¿De qué hablas? – las luces del salón se apagaron y se volvieron a prender, mostraron a mi y a Javier jugando Mario Kart en la Wii.
- te quiero ayudar, solo déjame ayudar, solo enfrenta la verdad.
Las luces se apagaron de nuevo y se volvieron a prender, ahora Javier, mi hermano y yo estábamos jugando cartas, se volvieron a pagar las luces y a prender y mostraron a Javier y a mi comiendo en un restaurante. Eso paso repetidamente y cuando se volvía a prender mostraba una imagen de Javier y yo juntos, divirtiéndonos, mostraron los días en la playa, cuando él me ayudo en las tareas, cuando jugábamos en línea, cuando hicimos un canal de YouTube y empezamos a subir videos, varios cumpleaños y la primera vez que tomamos, obviamente con responsabilidad y sin pasarse de la raya. Luego de eso, las luces se apagaron por completo, pensé que no iban a mostrar nada más, así que me fui, pero escuché como la luz se prendió y unas risas, yo me devolví y vi que todos mis amigos estaban viéndose FNAFHS y se reían, se reían por el aspecto y se burlaron de toda la gente que lo veía, decían que era una pérdida del tiempo t que era más divertido lamer un clavo; vi a Javier, al borde del llanto, era su serié favorita, ese día no estuve, pero mis amigos me contaron lo que paso, obviamente no supieron el daño que le hicieron a Javier. Las luces se apagaron y se volvieron a prender, solo se podía ver un oso de peluche con un traje especial, oso de peluche de Javier, en el suelo, el fondo era oscuro y lo único que se podía notar era el oso. Las luces parpadearon rápidamente y la escena cambio un poco, ahora se veía a alguien muerto, partida por la mitad; las luces parpadearon rápidamente y alguien estaba cerca de mí, lo único que lo separaba era el vidrio donde yo veía. Era una persona con una mascará negra, solo se le veía los ojos, que eran marrones, era un poco más grande que yo y como siempre, llevaba un mazo en su mano.
- te dije que nos volveríamos a ver – él rompió la ventana – lo siento por interrumpir tu terapía de nostalgia, pero te quería visitar – me alejé rápidamente de él, quería escapar, pero las puertas se cerraron – pobre de Javier, un chico que no deseo nada de esto, la vida le dio la espalda, todos le dieron la espalda, lo dejaron solo.
- no lo menciones, tú no lo conoces – intenté abrir la puerta, pero estaba cerrada con llave.
- lo conozco mejor que tú – él se río – lo conozco como si fuera mi hermano – las luces se apagaron – no te das cuenta verdad, nunca cambiaras, eres el Manuel de siempre – intenté romper la puerta – te estoy dando ventaja, antes de empezar.
- ¿Empezar qué? – abrí un poco la puerta, pero no lo suficiente para abrirlo por completo.
- un juego, tú y Javier siempre jugaban y se divertían, hagamos lo mismo, no creo que Javier se molesté, él sabe que no es la única persona que le importas y le parece un poco egoísta de su parte que solo te preocupes por él, que solo estés con él, él sabe que hay personas que te necesitan igual o más que él.
- no hables por él, ni si quiera lo conoces, solo estás loco – abrí por completo la puerta.
- ahora te daré una buena razón para no pensar en lo que está pasando – yo salí corriendo - ¡Listo o no, aquí vamos!
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