Empatía
Me acerqué al objeto que estaba en mi escritorio y lo toqué, resultaba ser una linterna, yo agarré la linterna y la prendí, apunté su luz hacía el interruptor y vi lo que estaba pegado en la pared, eran dos fotos. Una era de mi hermano, Javier y el chico Ben, estaban abrazándose, muy unidos y muy felices; la otra era de Javier y yo, juntos y felices, eran buenos tiempos. Me giré para atrás y vi fijamente al muñeco, aún estaba en la misma posición, pero aún no me fiaba de ello.
- ¡Hey ratoncito, tengo lo que buscas! ¡Ven por él! – la voz venía fuera de la habitación - ¡Tengo un pedazo de vidrio! – se escuchó como golpeó la puerta – ven y se mi amigo, ven a divertirte – se escuchó su mazo alejarse - ¡Veamos quién es mejor!
Yo me quedé inmóvil, por un momento. Hasta que me levanté con miedo y abrí la puerta, salí de mi habitación y aparecí en mi colegio, pero estaba totalmente oscuro, no se podía ver ni siquiera lo que había enfrente de mí. Prendí mi linterna y caminé sin rumbo, tenía que encontrarlo, no sé cómo y quizás sea lo mejor, pero no una parte de mí no quería encontrarlo, quería huir. Miré por las ventanas y vi cadáveres en el suelo, no sabría decir de que murieron, de repente, alguien se lanzó, lo oí gritar y como se chocaba contra el piso, me asomé para ver cómo estaba, había muerto, se había partido la cabeza y le empezaba a salir mucha sangre. Yo lo dejé de ver y seguí caminando, no podría hacer nada por él, se murió y no pude hacer nada, no podía hacer nada. Seguí caminando por los pasillos, miraba por todas partes, no quería que nadie o nada me atacara por sorpresa; todo era callado y lo único que podía escuchar era mis propios pasos, hasta que escuché un grito de dolor, un largo grito de agonía. Yo corrí lo más rápido que mis pies me permitían, los gritos no paraban, se volvían más fuertes y me llegaban al corazón esa persona estaba sufriendo y sabía que iba por buen camino, los gritos eran más y más fuertes con cada paso que daba. Al final la encontré, estaba dentro de un salón, colgado por los pies y desnuda, tenía varios cortes alrededor del cuerpo, pero eran cortes superficiales, nada grave. Intenté entrar a la puerta, pero no abría, estaba cerrada con seguro, intenté abrirla a la fuerza, pero no logré abrirla; luego intenté con las ventanas, primero intenté abrirlas, pero no pude, estaban cerradas, luego las intenté romper, me quité el buso y me lo puse alrededor de la mano derecha y empecé a golpear el vidrio hasta que se rompiera, pero no lo hizo, y me cansé de golpear, así que deje de intentarlo. Apunté con la linterna a la habitación, vi a esa persona, agarrando a la chica del brazo y poniendo un cuchillo que él tenía en el cachete de la chica.
- hola Manuel, te estaba esperando.
- déjala ir.
- ¿Por qué? Es de piel marrón – él se río – mentiras, yo también tengo color marrón, un poco más que ella, es solo un chiste.
- ¿Qué quieres? – Él sonrió.
- enseñarte, solo eso – le clavó él cuchillo en el hombro a la chica y luego se lo saco – el cuerpo humano tiene seis litros de sangre si no estoy mal, me puedo equivocar.
- no quiero tus enseñanzas.
- está mujer fue mala persona, se metió con alguien que no debió, consejo rápido – él me apuntó con su cuchillo – nunca dañes a alguien que no puedas matar después – ella le pego un codazo en el pecho y se pudo soltar, pero él la agarró del pelo y la jaló para atrás – ella se metió conmigo y no me podía matar – él le clavó el cuchillo en las costillas y ella grito – sabes quién es.
- sí, es compañera mía – yo intenté romper la ventana con un puño.
- no lo intentes, no se van a romper, ella ya lo intentó.
- déjala ir, si quieres juegas conmigo, pero ella déjala en paz.
- que ella nos hable y decida – él le golpeó con un puño en la cara – solo tienes que hablar cariño – ella no dijo nada, se quedó callada – bueno, no dijo nada, se quedará aquí porque no le molesta ¿Verdad? – ella no dijo nada – se me olvido decirte que le corté la lengua.
- ¡Maldito! – le volví a golpear a la ventana.
- ella es carolina, está en octavo o noveno, tiene una novia – él se río – tenía una novia que era un año menor, la maté delante de ella, su cara de sufrimiento no tenía precio, exquisito – él le mordió el cuello.
- ¡Cuando te vea te voy a...! – él se río.
- no prometas en vano, así que no prometas dañarme – él puso un dedo en su labios – tiene un cuerpo normal, como puedes ver, no tiene tantas curvas, pero tampoco es plana – él le metió el dedo en la boca – garganta profunda por lo que puedo ver – ella empezaba a hacer sonidos de asco, estaba a punto de vomitar – lo mejor que tiene ella es sus labios y su garganta, también era su lengua, pero ya no tiene lengua, así que no importa – él sacó su lengua – sabes, nunca había tocado un pecho, no cuenta mi etapa de bebe, hasta ahora y, no es nada del otro mundo, aunque oírla gemir fue bastante bonito – él te toco su pecho y jugo con su pezón – ya no es virgen – yo lo miré con asco – no es lo que tu piensas, yo no la viole, o no hasta ese punto, puedo tocar pero no meter – él se río.
- y ¿Cómo demonios sabes que no es virgen?
- fue sencillo, vi como su novia se la cogía – él sonrió – disculpa, exnovia, porque está muerta, asumo que eso ya la convierte en expareja – él le lamió el cuello a ella – lo siento hermosa, pero me quitaste algo y no es el corazón, no te hagas esa idea romántica, me la puedo coger pero no la amo – yo golpeé varias veces el vidrió con todas mis fuerzas, pero no le hice ningún rasguño – lo que paso es que antes de eso como hace seis semanas – él se quedó callado – sí, hace seis semanas me entré a su casa y me oculté en el armario, esperando a que viniera, estaba en el cine con su novia, así que esperé en su cuarto pacientemente, hasta que llego, con su pareja, se empezaron a besar poco a poco, se tumbaron en la cama y se dijeron dos o tres cosas bonitas, como te amo, eres la mejor y eres totalmente mía – él se río – lo que no sabía es que Carolina era mi presa, era mía, y nadie tocaba mi presa – él le mordió el cuello y ella soltó un gemido ahogado - ¿Me equivoco? – él empezó a bajar su mano hasta su intimidad, mis manos empezaba a sacar sangre por culpa de pegarle repetidamente al vidrio, me dolían las manos, pero no podía dejar que el siguiera haciendo eso a esa chica – eres solo mía, quiero verte infeliz, quiero saber que hasta tú último respiro me odiaste – él metió un dedo a su intimidad y ella soltó un gemido – bueno, creo que ahora es mentira, si puedo meter cosas a su intimidad ¿No crees? – él se río.
- vas a sufrir, no vas a salir impone de esto.
- lo sé, y voy a esperar las consecuencias con una gran y hermosa sonrisa – él metió otro dedo y ella gimió más fuerte - ¿Cuál es el límite de una escoria como yo? ¿Violación? ¿Genocidio? ¿Etnocidio? ¿Quemar a alguien vivo? ¿Matarle a alguien importante en su cara? ¿Crear una guerra mundial? Todo esto lo disfruto, disfruto ser visto, disfruto el dolor de los demás – él sacó sus dos dedos – y al final de esto, voy a vivir en la cárcel lo que me queda de vida, no voy a pagar por mis crímenes, voy a vivir en la cárcel y podré escapar ¿Cuántos criminales han escapado? Criminales que han violado, matado, destruido familias y salen, como una persona común, como napoleón, no lo mataron y volvió.
- entonces te mataré para que no volvieras a matar a nadie.
- así es, eso tienes que hacer, o intentar – él le acarició su mejilla suavemente – ella fue la gota que derramó el vaso y ella va a sufrir más que los demás – él me miró fijamente – creo que nos perdimos el hilo de nuestra historia – él sonrió – ellas hicieron el amor, un amor intenso y bastante bueno, creo que ya tenían experiencia antes de eso y yo lo grabe, primero se besaron y se acariciaban su cuerpo, ella tenía su manos detrás de su novia, mientras su novia metía sus brazos debajo de la camisa, le quitó la camisa y su novia empezó a besarle el cuello y a veces le dejaba marcas de su diente, marcando el territorio como decía ella, luego, con algo de vergüenza, ella le quitó el buso a su novia y se quedó atontada viendo su cuerpo.
- ¿Me vas a contar toda la historia? – él se enojó.
- sí, te estoy dando tiempo para que rompas la puta venta y la salves, así que cállate o la mato aquí y ahora – yo me quedé callado, está vez voy a intentar romper la puerta, corría para atrás y me estrellaba contra la puerta, para romperla – hacía está mejor – no lo podía ver, pero lo seguía escuchando – su novia lo beso, un beso de amor y lujuria, hasta a mí me prendió y yo solo las vi – él se río – luego de eso, su novia le quitó su pantalón, dejándola solo en ropa interior, luego le quitó el brasier, ella se estaba muriendo de vergüenza, su novia le dijo algo al oído, algo que no escuche, pero la calmo – yo deje de golpear la puerta, ya me dolía el hombro, era imposible tirarlo.
- y ¿Solo te quedaste viendo? ¿Solo viste como ellas hacían el amor?
- tenía que sostener firme el celular, así que necesitaba las dos manos – él se río - ¿Qué más podía hacer? Solo podía ver para que no arruinara el momento y si las mataba, me quedaría sin el video te imaginas hacer el amor con tu pareja y que en mitad del acto alguien salga de tu closet, te pida disculpas y salga de tu casa – yo volví a mirarlo, ya no tengo ideas y necesito descansar – luego de que su novia la calmara, empezó a jugar con sus pechos, un toqué suave, pero que ponía a gemir a ella como una perra, era glorioso escucharlo, pero lo que más me excitaba de todo esto era que lo grababa, podría hacerle daño con esto, esto me ponía feliz – él sonrió por unos minutos – y te cuento todo esto no para que te excites y quieras hacer trabajo manual, no, no, no, no, le da vergüenza – miré a los ojos y vi cómo se le caían varias lágrimas de los ojos – es un momento romántico, dulce y salvaje, que yo arruine, primero con él video y luego matando a su querida novia, eso le duele, porque era el momento más dulce y el mejor en su vida, era un momento intimo que arruine gravando el video, sin su consentimiento.
- estás loco.
- y todo es culpa de estas personas, cada muerto que ves, todos ellos me crearon, todo ellos merecen morir – él sonrió – y lo disfrute, se lo merecían – él respiro un par de veces – como te decía, su novia empezó a jugar con su pechos, a moverlo con sus manos, a besarlos y lamerlos, incluso a morderlo, un suave roce de amor – él puso su mano en su pecho – gemía de placer, lo disfrutaba con todo su ser y se notaba que quería más, su novia bajo poco a poco su mano, hasta llegar a su intimidad, primero metió un dedo, ella solo soltó un gemido, uno solo, luego lo movió poco a poco, ella soltaba pequeños suspiros, no llegaban a ser gemidos, pero estaban cerca, luego de eso, metió otro dedo y a moverlos, un movimiento de tijera, creo que se dice – ahí se me ocurrió algo – quisiera que lo escucharas, pero mis dedos se cansaron – él se río – es broma – él metió dos dedos en su intimidad – escucha bien.
- espera, voy por algo.
- no te vayas lejos, quiero que escuches como era los orgasmos – él empezó a mover sus dos dedos.
Me alejaba, escuchando a esa chica gemir bastante fuerte, pero no era con cariño, eran de dolor. Atrás de mí había otro salón, yo abrí el salón, olía horrible, había tantos cadáveres, estaban bastante podridos, me puse a buscar por todo el salón una cartuchera, había tres, una roja, otra morada y una azul, busqué en todas, pero no encontré unas tijeras, un cadáver las tenía, yo se la quité y me las guardé en el bolsillo, luego se me ocurrió otra idea. Agarré una silla y le golpeé la ventana, pero no le hice ningún rasguño.
- volviste – él seguía con la mano dentro de su intimidad y ella seguía gimiendo – ella no resistió mucho y ahora está llorando – él sacó sus dedos de su intimidad – está húmedos, ya sabrás porque – ella tenía los ojos rojos de tanto llorar – la otra vez aguantaste más – le golpeé varias veces la ventana con la silla – y sabes, sigue llorando, yo también lo hice, enfrenté de ti y me diste en el corazón, te quedaste viendo, escuchando, mientras yo sufría – él le mordió la oreja y se la arrancó, ella grito muy fuerte – después de un rato de las tijeras, su novia puso su boca y empezó a meter su lengua, duro así por cinco o seis minutos, hasta que ella se vino, luego le toco a ella, la desnudo por completo e hizo lo mismo, solo que ella estaba más nerviosa y tardo más en demorar, quizás la inexperiencia o quizás ella se demoraba más en venirse, no sé – la chica tembló, no sé si por miedo o por algo más, pero se veía más débil – pero luego de unos minutos, acabaron y se quedaron abrazadas, yo dejé de grabar y esperé que se durmieran, me tardé unos quince minutos ahí, sin hacer nada, al final me fui – él se quedó callado para respirar, había hablado demasiado sin parar – luego de eso se lo mandé a mi amigo, para que se lo mandará a todo el mundo.
- estás demente.
- lo sé, estoy loco y soy mejor así, dicen que estoy demente y no pensaba, pero los dementes son más inteligentes que las personas normales.
- eso no es cierto.
- quizás, pero me gusta, puedo ver tu miedo, en ambos, ella ya aceptó su muerte y sabe que no podrá hacer nada, sabrá que cuando le quité el cuchillo, morirá desangrada.
- eso sin tener en cuenta que yo lo evité – volví a pegar la ventana con la silla, sin poder romperla.
- por Dios, primero se rompe la silla que la ventana.
- ya veremos – le golpeé otra vez a la ventana y la silla se rompió de donde la cogía, que era de madera – mierda.
- te lo dije – saqué las tijeras de mi bolsillo y le pegué al vidrió y le pude hacer un pequeño rasguño – como decía, le pase el video a mi mejor amigo, y él se lo mandó al todo el mundo, cuando ella lego, todos se burlaron, susurraron cosas detrás de ella, le decían indirecta sobre esa noche, ella no entendía que pasaba, al final alguien le mostró el video y claramente al primero que iba a culpar era a mí, pero tenía cuartada, una foto de mi mejor amigo y yo, el mismo día a la misma hora, ella siguió sospechando, obviamente – le pude hacer un pequeño hueco al espejo, pero aún me falta mucho trabajo – pero no paso nada, no pudo hacer nada, además le empezaron a molestar por eso, a ella y su novia, fue hermoso.
- ¿Por qué lo hiciste? ¿Por qué la humillaste?
- quería verla, quería que pensara que nada podría ser peor, pero cuando tocas fondo, siempre hay algo más que rascar e ir más fondo.
- entonces, es venganza.
- pues sí, ella era mi amiga, yo le ayudé a conseguir a su novia, obviamente me pidió su ayuda.
- entonces, si eran tan amigos ¿Por qué mataste a su novia enfrente de ella? No veo ahí amistad.
- voy a separar dos cosas, primero, la idea de matar a todos, ya la tenía, no me importaba, solo se salvaron mis amigos y ya, ella se hubiera salvado, pero cuando la necesité, me dejo, se fue, yo la sostuve y la anime a conseguir pareja, pero no le sirvió, solo me dejo y cuando más la necesitaba, así que, le provoqué mucho daño, para que ella sintiera lo que yo sentí.
- eso no es igual – hice el hoyo más grande.
- no, es verdad, yo sufrí más – él se río – luego paso una semana, una semana normal, donde no paso nada y luego, cuando volvimos... – él se quedó callado – ya sabes, solo mira alrededor, mira como quedó.
- aun puedes hacer lo correcto, déjala ir.
- ya estoy haciendo lo correcto, todo lo que hice aquí es lo correcto, hice lo correcto – él le sacó y le volvió a meter el cuchillo – hago lo correcto, porque soy una buena persona – él le volvió a sacar el cuchillo y a meterlo varias veces, hasta matarla – soy una buena persona, que hace lo correcto, mejor que tú y yo – yo grité, me dolió verla morir, no pude hacer nada - ¿Sabes que es la empatía? – yo lo miré con odio.
- ¡Vete a la mierda! – quería largarme, irme lejos, esconderme y clavarle las tijeras por detrás.
- espera, escúchame y te daré lo que prometí – él sacó un pedazo de vidrió del bolsillo – te lo doy, si te quedas a escucharme – yo lo volví a mirar – eso es.
- ¿Qué quieres? – quería matarlo, pero mis manos estaban sangrando y no puedo entrar donde él esta.
- ¿Sabes que es la empatía?
- ¿Sentir lo que los demás sienten? Puede que me equivoqué, pero eso es lo que se.
- es meterse en la piel de los demás, es ponerse en su lugar.
- ¿A que mierdas quieres llegar? No tengo todo el tiempo.
- te equivocas, si lo tienes, tenemos todo el tiempo del mundo – él se río – yo nunca tuve empatía, nunca, nadie se preocupaba por mí, así que no me preocupe por nadie – él se agachó y empezó a hacer algo con el cadáver de la chica, pero yo no le pude ver – me cuide solo, no necesitaba a nadie más o eso pensaba mucho, porque en realidad los humanos no estamos hechos para estar solos, necesitamos compañía de alguien, y yo lo aprendí a las malas, pero bueno, tuve una vida feliz, sin contar el colegio y más específicos, a mis compañeros, pero, a partir de ahora tendré empatía – yo me reí.
- sobre todo tú, lo acabas de demostrar matando y abusando a una chica inocente.
- no era inocente, claro que no – él se río – tienes razón, era inocente y lo sé, pero lo disfrute, no puedo decir que no, nunca te mentiría, sé que todo lo que hice está mal y solo es un puto ataque de irá, irá que he estado guardando durante años, irá que me mato por dentro, donde me hizo una escoria, yo no estoy apoyando eso, está mal, yo sé que merezco morir, pero no me voy a suicidar, tengo miedo a morir, si me muero, no será por mis manos y si alguien me intenta matar, me defender, porque si no lo hago ¿Dónde estaría la diversión? – él se río – merezco sufrir por matar vidas inocentes, pero te prometo que seré más empático.
- con palabras no cambiaras nada, los actos son los que valen.
- lo sé, por eso, a partir de ahora, me pondré encima la piel de los demás – él se levantó y se giró, se puso la piel de la cara de Carolina en su cara, no le quedaba perfecto y se le cae un poco en el lado izquierdo, pero aun así era tétrico - ¿Qué dices del nuevo look? – él se río – ya puedo decir que fui empático con carolina porque me puse su piel, me pondría en sus zapatos, pero me quedan pequeños – yo me quedé quieto, horrorizado, no sabía que hacer – todos me dijeron que tenía que ser empático con la gente, dijeron que iba a ser divertido, no les creí, pero era verdad, es muy divertido eso – él agarró su mazo y le golpeó al vidrió, formando una gran grieta, pero sin romper el vidrió – ahora corre y yo te persigo.
- pero tu dijiste que... - él se río, yo estaba bastante nervioso y apenas podía pensar.
- y ¿Tú me creíste? Obviamente te mentí – él le dio otro golpe al vidrio, pero no lo rompió – ahora corre, donde te encuentre, te mato.
- qué tal si tú y yo dejamos todo esto, vas a terapia y olvidamos todo esto.
- ya estuve en terapia, mi psiquiatra se suicidó – él se río – no voy a cambiar, siempre seré así, ahora corre.
Yo salí corriendo lo más rápido por el pasillo, con la linterna en la mano y mi corazón en la boca. Escuché la ventana romperse y corrí más rápido, no sabía a donde correr, pero tenía que correr lo más rápido. Él pasillo se dividió en dos, un a la izquierda y el otro a la derecha, yo me iba a dirigir hacía la izquierda, pero la puerta se cerró, yo me detuve en seco y me fui para el otro lado. Seguí corriendo, pero escuchaba como varias puertas se abrían y se cerraban rápidamente, también escuchaba gritos de personas, pidiendo ayuda y luego, un golpe, como si algo chocara contra el suelo desde una gran altura. Él camino delante de mí se cerró, miré para atrás, el aún no estaba cerca de mí, pero no esta tan lejos; el salón de mi izquierda estaba abierto, sin dudarlo me entré a la habitación. Estaba lleno de cadáveres, en una pila y arriba de ellos había una almohada con un pedazo de espejo roto. Yo corrí lo más rápido y lo agarré, luego me lo guardé en el bolsillo. Me iba a devolver, pero se escuchaban sus pasos acercarse, miré a mi alrededor y solo encontré una, la ventana que estaba abierta, corrí rápidamente hacía la ventana y me puse al borde y miré al suelo, por un solo segundo dudé en que hacer. Pero miré para atrás y lo vi, así que no tenía otra opción y me lancé. La caída duro unos poco segundos, segundos que a mí me parecieron eternos, lo más curioso o raro que paso, era que mientras caía al suelo, pude verme, o a alguien parecido a mí, caminando por aquí con una linterna en la mano.
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