Al llegar a la casa de mi querida Vic, me abrió al instante de tocar el timbre. Habia muchas cajas por todas partes, además Hiro comia lechuga a más no poder como si su vida dependiera de eso. Salude a mis padrinos y subimos rapidamente a la habitación, nunca me habia tomado la molestia de mirar cada poster que habia. Eran unos de videojuegos, otros de bandas de pop que a ella le gustaban, y otras que son algunas fotos con sus amigas, conmigo y nuestros primos.

- y bien Vic ¿que me ibas a decir? - dije sentandome sobre la cama desordenada

- No se como decir esto, Am, pero me volveré a LA - mi quijada se dirigio directo al subsuelo - se que apenas vivo aqui hace unos siete años pero mis padres decidieron que volvamos por una temporada o dos, no sabemos bien pero ellos quieren volver y sabes que hasta mis 21 no puedo hacer nada

- ¡Diles que vienes a vivir conmigo! - grite frustrada, mire su rostro que facilmente se veia la tristeza. Habia venido aquí con tan solo cinco años y ahora con doce era muy dificil dejarla sola. Era la más pequeña de la numerosa familia que nuestros padres formaron. Suspire pesadamente - Te extrañaré demasiado pequeña, ¿sabes? - le sonreí y ella me imito, a lo cual nos abrazamos fuertemente

Decidimos quedarnos ahí a comer comida chatarra y hablar de cosas sin sentido hasta que a las seis decidi volver a casa. Me despedí de todos y les desee un muy buen viaje -omitiendo que quería minimo un peluche de Disney-

En la vuelta a casa pase por la casa del tio Alex, que debía estar muy feliz teniendo a Cheeto, Eva, Sofia y Dario todos bajo el mismo techo. Sofia era la ahijada de Cheeto, la cual se que esta enamorada de Dario, mi primo. 

Después de dudar en ir a saludar o no, toco la puerta y salió un sonriente Dario Bravo por la puerta

- ¡Amlí! - Amlí era un apodo que me dio Dario al tener cuatro años y no saberse mi puto nombre, practicamente era como una mujer dentro de un cuerpo de un hombre. No es bueno llevarse tres años de ventaja con un hombre

- ¡Rio! - chillé yo mientras me abalanzaba sobre él para abrazarlo, de la cocina salio Eva con lo que parecia un par de platos que iba a dejar sobre la mesada. Se acerco a mi a saludarme, fue entonces cuando Sofia entro en escena

- ¿Amelí? - dijo ella, tenía catorce años y tenía mejor cuerpo que yo, vaya envidia je

- Hola, Ia - le respondí, corrió a abrazarme, hace mucho que nos lo veía. Siendo exactos desde el termino de las clases. Me quede un rato hasta que papá me llamo por telefono preocupado por que no sabia donde estaba, Miguel siempre un encanto. 

Obviamente la conversación fue muy

- ¿Donde estas? ¡Estaba preocupado!

- DIME DONDE ESTAS AM, O TE IRE A CASAR CON PERROS NIÑA

Que padres más normales ¿eh?