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Cuantas veces había rechazado las llamadas...15 o 20 veces sinceramente ya había perdido la cuenta, era bastante simple apagar su teléfono pero no quería hacerlo porque estaba segura que el rubio iría a su habitación al notar que las llamadas ya no entraban—creí que las cosas ya habían quedado claras—murmuro mientras arrojaba débilmente su teléfono un poco más lejos en su cama, soltando un gran suspiro tomo su IPod se colocó unos auriculares y escucho música esperando que el día termine.
Sus ojos se abrieron al parecer se había quedado dormida...con suerte ya habían pasado varias horas y el rubio se había rendido con sus insistentes llamadas, su teléfono sonó provocando que su expresión se agriase...al parecer el rubio no desistiría—que quieres—dijo bruscamente finalmente decidiendo contestar su teléfono con la única intención de ya ponerle fin a esta situación
—emm...yo quería ver si podíamos hablar—contesto el rubio desde el otro lado, Kyoka se llevó la mano a su rostro mientras suspiraba con fastidio
—Creí que las cosas ya habían quedado claras—dijo provocando que el rubio quedase mudo desde el otro lado de la línea—al parecer eso era lo único que tenías que decirme—agrego Kyoka alejando el celular de su oído
— ¡espera! —Grito el rubio deteniendo a la chica justo unos instantes antes de que le colgara—por favor enserio necesitamos hablar—Kyoka soltó nuevamente un suspiro de fastidio que fue fácilmente escuchado por el rubio
—Está bien—varios sonidos de festejo se escucharon—pero será con dos condiciones la primera es que lo que tengas que decirme lo hagas ahora por el teléfono—los sonidos de festejo cesaron—y la segunda es que después de esto no me vuelvas a dirigir la palabra ni a molestarme llamándome—
En el otro lado de la línea Denki suspiro mientras se sentaba en su cama con una expresión derrotada—fui un idiota—Kyoka rio con ironía al escucharlo llamarse así—está bien tal vez fui mucho más que un idiota...sé que lo que estoy por decirte te sonar a una estúpida escusa pero quiero que sepas que no estoy mintiendo— el rubio se acostó de golpe en su cama casi como si toda la fuerza de su cuerpo hubiese desaparecido—lo que sucedió en tu habitación...yo...yo lo siento—dijo casi en un susurro
Kyoka lo escucho sin embargo sus disculpas la enfurecieron aún más en lugar de tranquilizarla—una simple y estúpida disculpa no cambia nada—dijo apretando con fuerza su teléfono—además no me vengas con eso...escuche cuando hablabas con Mineta
Denki se paralizo desde el otro lado de la línea, aquello junto con lo que sucedió en su habitación habían sido sus peores errores—antes que nada quiero que tengas algo muy claro, cuando dije que me gustabas no estaba mintiendo—Denki se llevó la mano a la cara y se la froto con algo de exaspero tratando que la frustración que sentía desaparezca—esta era la primera vez que sentía algo así, la primera vez que estuve en una relación, no sabía cómo hacerlo y bueno...yo escuche los concejos de la persona equivocada—
Kyoka frunció el ceño mientras se secaba las lágrimas que habían empezado a escapársele—parecías estar totalmente de acuerdo con lo que decía Mineta—
—...estuve enojado con lo que sucedió entre nosotros cuando Mineta dijo eso...mi enojo me cegó y bueno el resto ya lo sabes—Denki soltó un largo suspiro—enserio me gustas...dame otra oportunidad te juro que esta vez será diferente—
—no puedo evitar pensar que mientes...no puedo evitar pensar que en realidad no te gusto—Kyoka sonrió de manera triste—si realmente lo hicieras no habrías permitido que algunos malos consejos arruinaran nuestra relación...o que me lastimaras—Kyoka negó con la cabeza aun sabiendo que Denki no la vería—la respuesta es no y seguirá siendo no—
Denki iba a decir algo pero se colgó cuando volvió a llamar escucho el típico audio automático diciéndole que su saldo se había terminado.
♦♦♦
El ambiente en la sala común estaba plagado de risas—no puedo creer lo extraño y varonil que es esto—dijo Kirishima señalando la TV en la que se podía ver la imagen de un hombre peleando con una vaca
—Esto es muy irreal—dijo Iida acomodándose los lentes —una vaca no sería capaz de hacer esos movimientos —
Sero golpeo levemente el hombro de su amigo azabache—no seas tan estirado e intenta divertirte un poco...mira a Midoriya él está disfrutándola—dijo señalando al peli-verde que escribía furiosamente en su libreta.
—Cañón de alta presión de leche—murmuro provocando que Sero lo mire con incredulidad—me pregunto si es posible entrenar a una vaca para que haga eso— agrego asiendo que Sero riese al parecer Izuku podía ser un poco crédulo.
— ¿Qué les da tanta risa? —pregunto Mina entrando a la sala común siendo acompañada de Tsuyu y Achaco misma que al notar al peli-verde bajo su vista hacia la alfombra muy incómoda—acaso acaba de ordeñar a la vaca hasta el punto de dejarla súper flaca—
—esta película creo que se llamaba Kun Pow y si acaba de ordeñarla hasta ese punto—respondió Kirishima entre risas, provocando que la chica de piel rosa lo mirase raro.
—Ho-hola...Deku-kun—saludo algo temerosa la castaña al fin dejando de revisar cuantos rombos tenía la alfombra—yo...—cualquier palabra desapareció cuando el peli-verde volteo a verla con la misma sonrisa de siempre como si nada hubiese sucedido, esto realmente la había afectado hasta el punto de no poder dormir bien los últimos días, pero al parecer al peli-verde no.
—hola Uraraka-san—respondió el peli-verde fingiendo estar bien, aprender a fingir que no le sucedía nada había sido crucial para evitar que su madre se enterase del abuso que sufrió cuando era niño esa era en parte la razón por la cual su madre aún era muy buena amiga de la madre de Kacchan, además este dolor que estaba sintiendo no era nada comparado lo que había soportado de niño— ¿sucede algo? —pregunto regalándole una sonrisa
Achaco quería sentirse feliz ya que al parecer no lo había lastimado tanto como pensó que sería, pero no pudo en su mente su falta de tristeza solamente se traducía como que el peli-verde en realidad no la quería...que su confesión no había sido más que un intento de tomarle el pelo—no sucede nada—respondió con algo de rudeza mientras salía de la sala común en dirección a su habitación.
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