Capítulo 9
-Princesa, que bueno verte.
-¿Tú quién eres? -Chris me jala como queriendo alejarme de Adler quien notó mi mueca de dolor por la presión en mi muñeca.
-Princesa, ¿conoces al Estólido¹ éste?
-¿"Estólido"? -murmura Chris sin comprender mientras yo me aguantaba la risa por el insulto medieval de Adler.
-No -aproveché para soltarme cuando dejé de reír-. No lo conozco.
-¿Qué dices, Keira...? No juegues así.
Me di vuelta para acercarme a Adler quien me sonríe y se mueve más hacia adelante en la moto para darme lugar.
-¿La llevo, majestad?
Sonreí y asentí, iba a subirme pero Chris vuelve a sujetar mi muñeca para impedirlo.
-Keira, no puedes irte con cualquiera así...
-Eh, más cuidado lerdo, no es manera de tratar a una princesa.
-Tú cállate, imbécil.
Adler levanta ambas cejas por un segundo antes de apagar la moto y colocar la pata para levantarse. Sentí que toda la valentía de Chris se desvanecía, su presión en mi muñeca se aflojaba rápido pero él se tensaba y trataba de no demostrar debilidad ante él.
-Mira, yo no tengo intenciones de crear un problema, pero tampoco me importaría golpear tu estúpida cara de mimado ahora mismo. Así que... o dejas en paz a Keira, o tú y yo tendremos problemas. ¿Lo entiendes?
Cada vello en mi cuerpo se eriza por las palabras y el tono de voz de Adler, más cuando pronuncia mi nombre de aquella manera.
-En este momento está mas segura conmigo que contigo, que ni siquiera eres capaz de darte cuenta que la está lastimando.
Chris mira mi muñeca, la cual escondo tras mi espalda y aparto la mirada luego de ver la culpa en sus ojos. Adler se gira hacia mí, cambiando totalmente su expresión a una más suave y sonriente.
-¿Nos vamos?
-Sí... —respondí.
Ambos nos acercamos a su moto, me ayuda a subir y luego me coloca su casco. Miré un momento a Chris que ya no intentaba detenerme, pero Adler baja el visor antes de subirse frente a mí y levanta la pata que la sujeta.
-Mejor agárrate, princesa.
Antes de que pueda ver de dónde agarrarme él acelera, obligándome a rodear su cintura con mis brazos y pegar mi cuerpo al suyo para no irme hacia atrás. Por poco y soltaba un chillido del susto. Lo sentí vibrar por la risa así que le di un leve golpe de reproche, antes de suspirar y calmarme.
-Gracias...
No responde, solo me mira por encima de su hombro antes de concentrarse en el camino.
-¿Quieres ir a algún lugar en específico? -pregunta y yo negué.
No quería hablar, solo estar en silencio. Él lo nota, porque no vuelve a preguntar más y solo sigue adelante.
-No te espantes cuando lleguemos, ¿está bien?
-¿Eh?
Es su turno de no responder, sigue andando por unos minutos largos hasta que se detiene. Elevé la cabeza para mirar a mi alrededor y chillé cuando vi que estábamos frente a un motel.
-Te dije que no te espantes -ríe-. Vamos, es un buen lugar para descansar. No solo para lo que piensas.
Me sonrojé, por suerte tenía el casco aún, pero él lo desabrochó y me lo quitó. Arreglé mi cabello como pude antes de que Adler me ayudara a bajar de la moto y me llevara hasta la recepción.
-Adler, ¿de nuevo aquí? -la recepcionista sonríe con sensualidad.
-Sí, cariño. ¿Me das una habitación?
-Seguro.
Ella me mira sonriendo antes de agarrar una llave y dársela a Adler quien le guiña un ojo con picardía y agradecimiento.
-Gracias, muñeca. Ven.
Antes de que me vaya con Adler, la chica me susurra cómplice.
-Tienes suerte, disfrútalo.
Me sonrojé de nuevo y aparté la mirada de ella rápidamente para seguir a Adler, pero ahora tenía el corazón acelerado por los nervios. ¿Pensaba hacer algo...? No me dijo nada, ¿querrá obligarme? Creo que saldré corriendo...
-Cálmate, princesa, la habitación es para ti.
-¿Ah? -lo miré confusa pero habíamos llegado. Él abre la puerta, todo era tan... sexual en este lugar. Bastante obvio, lo sé, pero aun así no podía evitar destacarlo.
-Este lugar es más barato que un hotel normal, además de que la chica me hace precio especial...
-Ya me imagino porqué.
Adler ríe antes de hacerme entrega de la llave sobre mi mano.
-Todo tuyo, no te preocupes por el costo. Va por mi cuenta.
-De nuevo me ayudas sin razón... -murmuré apretando la llave en mi mano.
-Será sin razón para ti, pero yo sé porqué lo hago.
-¿Y porqué será?
Niega con la cabeza antes de meter sus manos en los bolsillos de sus jeans.
-No importa. Nos vemos.
-Espera -hablé sin pensar y ya no pude retractarme-...am... Aún tengo tu chaqueta en mi casa, no creí que fuera a volver a verte.
-No te preocupes, princesa. Puedes conservarla si quieres recordarme.
Me sonrojé de nuevo pero negué y suspiré profundo.
-¿E..En serio tienes que irte ya? Acabas de llegar... y me estás ayudando...
-Si quieres que me quede solo tienes que decirlo, con gusto puedo entretenerte...
Me sobresalté y di un leve salto en mi lugar, mi sonrojo se hizo mucho más intenso que antes.
-¡N..No es eso!
-Era broma, era broma... -ríe con ganas-. Descansa ya, vamos.
-P..Puedo al menos... tener tu número -enarca una ceja-. Quiero devolverte tu chaqueta y los favores que me has hecho...
-No hay necesidad de eso... pero con gusto puedes tener mi número.
Me tiende la mano y yo, con algo de torpeza, saco mi teléfono y se lo entrego. Él anota su numero rápidamente y me lo devuelve.
-Bien, ahora sí es momento de irme. Nos vemos, princesa.
Hace una reverencia antes de empezar a caminar lejos de mí. Sonreí y suspiré profundo mientras veía como se alejaba hasta que ya no pude verlo. Se hizo el silencio, pero no por completo cuando fui capaz de escuchar los gemidos de las personas en las otras habitaciones. Me sonrojé y entré cerrando la puerta de golpe, miré a todos lados y fui a acostarme en la gran cama con forma de corazón y que tenía pétalos en las mantas.
-Así que así es estar en un motel de estos...
Me acomodé y agarré mi teléfono para mirarlo, vi por unos minutos el número de Adler hasta que me llega otro mensaje de Naya.
Naya: Llegué a casa, ¿y tú? ¿Estás bien? ¡En serio lo siento por dejarte sola!
Yo: No te preocupes,
yo también ya he llegado
y estoy bien.
Naya: ¡Que alivio! Me sentía culpable y pensaba que te había pasado algo.
Yo: Nada, nada.
Estoy bien.
Dejé el teléfono a un lado y volví a acomodarme para dormir, pero realmente era difícil con los gemidos y golpes en las paredes. ¡Agh! Agarré mis auriculares y puse la música a todo volumen, además de aplastar mi cabeza con la almohada. Así sí pude dormir.
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N/A: ¹Estólido: Insulto en castellano antiguo a una persona lenta o estúpida. Utilizada en libros de novelas basadas en la antigüedad.
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