
Capítulo 44
Adler estaciona la moto a un lado, la apaga y me mira sonriendo.
-Llegamos, princesa.
Me ayuda con el casco y me lo quita para dejarme ver a los alrededores y entonces darme cuenta de a donde habíamos llegado.
-¿Aquí?
-Sí.
Me crucé de brazos y lo miré entrecerrando los ojos.
-No nos atraparan de nuevo, ¿verdad? No quiero pasar por la comisaría otra vez y por el mismo caso.
Adler ríe antes de besar mis labios y hacerme bajar de la moto.
-Alquilé el lugar, digamos que me hice amigo del dueño.
-Tú y tu manía de conseguir amigos.
-Como sea, princesa... ¿vamos?
Tomé su mano y entramos al parque de diversiones de aquella misma noche en que nos conocimos. Lo jalé para subirnos al mismo carrusel como nuestro primer juego, aunque esta vez no permanecimos en los caballos, sino que nos paseamos en círculos junto a estos. Luego nos subimos y recordamos nuestra experiencia en todos los juegos.
-¿Ganamos otro premio? -pregunta Adler.
-Sí, necesito un compañero para Ms. Nicky.
-¿Le has puesto nombre? -enarca una ceja.
-¿Algún problema? -entrecerré los ojos de nuevo.
Adler levanta las manos a modo de paz y se dirige hacia el juego. Me entrega las bolsitas de arena y yo las lancé. Nuevamente, como aquella vez, el juego estando arreglado para que no pudiera conseguirlo, me deja sin ganar. Pero Adler golpea al payaso y me gané otro premio.
-Que sean dos, fos compañeros para Nicky estarían bien.
Él sonríe y me pasa un segundo peluche, luego nos fuimos de ese juego al siguiente: la montaña rusa, dejamos las cosas en la entrada y nos subimos. Las vueltas me hicieron gritar y marearme, pero era divertido así que odié cuando termino, pero quería probar más juegos y tenía hambre.
-¡Vamos a comer! -jalé a Adler.
Encontramos de los carritos de salchichas y nos preparamos algunos, le puse los aderezos y lo disfruté bastante. Aunque Adler me mira y sonríe, sabiendo en lo que pensaba me sonrojé pero no me evitó seguir comiendo.
-Eres un caso perdido, demasiado pervertertido.
-Así me quieres, princesa.
Besa mis labios y aprovecha para lamer el aderezo que quedó en la comisura de mis labios. Se endereza y ambos fuimos a la máquina de algodón de azúcar. Nuevamente me enseña a hacer el mío y nos divertimos cuando el algodón salió esparcido por todos lados como telarañas por ponerle demasiado a la máquina. Mi palillo se veía raro con el algodón deforme en él.
-Aún así no cambia el sabor. Recordé que no me gusta.
Me reí, sin embargo, Adler agarra mi palillo y lo come él.
-Más para mí entonces.
Resoplé y reí ligeramente a la vez que negaba con la cabeza. Dejé que Adler terminara de comer para arrastrarlo hacia otros juego hasta que finalmente nos subimos a casi todos pero dejando lo mejor para el final.
-¿Sucederá lo de la última vez?
-Todo menos los policías.
Sonreí convencida, nos subimos a la ruleta y dimos un par de vueltas.
-Me gustó la sorpresa, me trae recuerdos...
-Y prefiero que crees mejores que los que tienes -Adler se recuesta por el asiento y apoya su brazo tras de mí.
-Lo lograste.
Me apoyé en su costado dejando mi cabeza sobre su hombro. Lo abracé acomodada y entonces él saca un control para presionar un botón y los fuegos artificiales comenzaron.
-Hermoso -murmuré hipnotizada.
Al no recibir respuesta de Adler lo volteé a ver, me veía sonriendo y entonces se acercó a mí lentamente para besar mis labios con suavidad y ternura. Su mano acaricia mi hombro y la mía su mejilla, bajé mi mano por su cuello hasta su pecho y profundicé el beso. Quise continuar pero él atrapa mi mano antes de seguir bajando y se separa con molestia.
-Aún no, princesa.
-¿Por qué? Chris hizo lo mismo, ¿por qué no me dejan continuar? Es mi cumpleaños, más que nunca quiero estar con ambos.
-Solo... espera. Te prometo que te lo recompensaremos.
Bufé frustrada cruzándome de brazos por un momento, Adler besa mi mejilla y me abraza por la cintura mientras ríe.
-No te enfades... Mira, si quieres podemos irnos ahora y adelantar tu última sorpresa.
-Es verdad... mencionaste que esta era la penúltima...
-Así es, entonces ¿qué dices?
Lo miré y asentí. Él y yo nos bajamos de la ruleta, agarramos nuestras nuevas cosas y corremos para salir de la feria y subirnos a su moto. Me llevó por las calles pero en supe de inmediato que no íbamos a una zona conocida.
-¿Adler?
No responde, me mira de reojo y sonríe de lado pero vuelve la vista al frente y acelera aún más. Dejé que me llevara, después de todo no importaba, era Adler y me encantaba cualquier lugar donde fuéramos. Noté inclusive que salíamos de la ciudad, la miré por encima de mi hombro como nos alejábamos de allí. Volví a mirar al frente justo cuando Adler doblaba por otro camino y nos acercábamos al bosque por un sendero que permitía andar a la moto con facilidad.
Abrí los ojos de par en par cuando habíamos llegado, Adler detiene la moto y se baja mientras yo me quedaba maravillada.
-Wau...
Adler me quita el casco de nuevo y me hace bajar de la moto, entonces escuché pasos y en la puerta de la cabaña a la que habíamos llegado sale Chris sonriendo.
-¿Tú también? -sonreí.
-Pues sí, aquí estoy.
Lo abracé siendo correspondida al instante. Adler camina hacia nosotros con las cosas en mano.
-Vamos a dentro.
Lo seguimos, él deja las cosas en el sofá pero Chris me hace seguir de largo hasta subir unas escaleras que me llevaban al balcón interno de la cabaña donde había una gran cama con un ventanal encima que dejaba ver la belleza del bosque y dejaba entrar la luz de luna justo encima de la cama llena de pétalos.
-Te decíamos que aún no podías hacerlo con ninguno de los dos, ¿cierto? -pregunta Chris haciéndome sentar en la cama.
-Cierto, en mi cumpleaños -me crucé de brazos.
Adler sube y queda junto a Chris, cruzado de brazos y sonriendo.
-Pues ahora te has ganado la lotería, princesa. Porque ninguno de los dos te dejará caminar en una semana.
-¿Ah? -abrí los ojos de par en par nuevamente.
-Sabemos que has soñado con este momento, así que queremos hacerlo realidad -habla Chris.
-¡Y..Yo no he...!
Chris me besa para interrumpir mi negación a muerte.
-Sí, claro.
-Princesa, justamente hoy creías que era la mejor mañana de todas solo por tenernos a los dos en la cama... Eso ya dice mucho.
Me sonrojé por completo y cubrí mi rostro entre mis manos.
-P..Pero no quiero que lo hagan si se sienten incómodos... No me importa, en serio, no es...
-Aunque no sea lindo admitirlo, ya hemos participado en tríos diferentes... -admite Chris.
-U orgías... -agrega Adler sin pudor y consiguiéndose una mirada fulminante por parte de Chris-. No te hagas Quasimodo, me lo has dicho cuando quedamos en hacer esto.
Chris rueda los ojos para volver a mirarme y besar mi frente para calmarme.
-Está bien, sí, eso también... pero te aseguramos que lo hacemos porque queremos y queremos complacerte de todas las formas.
-Y cumplir con tus fantasías es realmente perfecto para mí... -Adler se me acerca, agarra mi mano y besa mis nudillos-. Haría lo que fuera por mi princesa.
Volví a sonrojarme pero sonreí enternecida por ambos y asentí derrotada.
-Así que... -ambos se quitan la remera haciéndome jadear.
-¿Estás lista?
Tragué grueso pero resoplé y sonreí, me levanté haciéndolos retroceder y me desate los nudos del vestido para dejarlo caer al suelo.
-Lo estoy.
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