Capítulo 39
-Entonces, así quedamos: Keira se queda contigo el resto de la semana y luego viene conmigo la próxima y así.
Miraba como los chicos se decidían con quien me iba a quedar hasta saber que hacer. Lo primero era conseguir un trabajo, pero era difícil si aún no termino la escuela. Y luego viene la universidad...
-Sí, está bien -responde Adler.
-Perfecto, mi casa ya está avisada... -volteé rápido hacia Chris.
-¿Tus padres...?
-No tienen ningún problema, saben que eres una muy linda persona, Keira.
Me sonríe para que dejara de preocuparme, jugué con mis manos por los nervios sobre todo esto pero entonces Adler hable.
-¿No prefieren salir? Podemos ir a hacer algo.
-N..No tengo ropa para salir.
-Y por eso, lo primero es ir a buscarla.
Chris y Adler sonríen pero yo me sentía asustada. Volver a esa casa... aunque tendría a ambos para ayudarme...
-No te preocupes, Keira... estaremos contigo.
-Sí, sacarás tus cosas y tu madre y Jena no podrán hacerte nada.
Inhale todo el aire posible y lo mantuve encerrado en mis pulmones antes de soltarlo con un suspiro y asentir. Adler besa mi frente y Chris acaricia mi mano. Nos levantamos para prepararnos e ir al auto de Adler, yo me senté en el asiento del copiloto mientras que Chris atrás. Ambos trataron de que el camino no fuera tan silencioso e incómodo pero yo estaba más asustada por ir a esa casa.
Estaba tan metida en mis pensamientos que me espanté cuando Adler estacionó a un costado. Vi la casa y fue como ver una nube negra sobre esta, como si fuera una casa embrujada. Tragué grueso, las imágenes de los maltratos cruzaron por mi mente y no quería que eso volviera a ocurrir.
-Princesa...
-Keira...
-Estoy bien. En serio -les sonreí aunque saliera como una mueca, ambos se miran entre sí.
-Si quieres puedes quedarte aquí y nosotros entramos -sugiere Adler.
-No, está bien... entraré.
-¿Segura? -asentí mirando a Chris.
-Segura.
-Cualquier cosa, solo regresa aquí y nosotros nos encargamos.
Asentí. Los tres nos bajamos del auto, ellos se colocan a mis lados y me sonríen para darme ánimos. Suspiré antes de empezar a caminar, sintiendo mis pasos cada vez más pesado. Llegamos a la entrada y Adler toca el timbre, no tardan mucho en abrir la puerta, era Jena.
-¿P..Pero qué...?
Nos mira a los tres pero termina con su vista fija en mí y en que llevaba puesta la ropa de Adler. Parece asqueada.
-Sabía que eras una completa zorra...
Di un paso atrás queriendo renunciar a esto pero los chicos dan un paso al frente, Chris sosteniéndome y Adler encarando a Jena.
-Y es por esto que jamás estaré con una niña como tú. Ahora, apártate, ¿quieres?
La hace a un lado haciéndola chillar y entra a la casa, Chris me sonríe y ambos seguimos a Adler.
-¡Mamá! -chilla Jena.
-¡¿Pero qué pasa?! -ella aparece desde la cocina y nos mira a los tres-. Así que has vuelto, ¿y además traes a dos? Eres una.
-Ya callense -gruñe Adler molesto.
-Solo vinimos a buscar las cosas de Keira, no permitiríamos que viniera sola con ustedes aquí y mucho menos quedarse en este lugar.
-Chris, no me esperaba esto de ti... además, ¿por ella dejaste a mi hija? ¿Sabes de lo que te perdiste?
Jena abraza a mamá buscando consuelo pero Chris me abraza a mí cuando me ve incómoda.
-Uhf, yo opino que se ha librado de una carga... -Adler escanea a Jena con la mirada-...pesada.
Jena se abraza a sí misma mientras chilla por la indirecta que Adler ha dado. Chris me incita a caminar y entre los tres subimos las escaleras.
-¡No pueden entrar así! ¡Llamaré a la policía!
-¿De verdad quiere hacerlo? Porque nosotros tenemos una mejor excusa para hacerlo.
Nos dejamos de caminar, llegamos a mi habitación donde Adler me sonríe antes de mirar serio a Chris y asentir, él se queda frente a la puerta a impedir que ellas sigan, Chris me hace adentrarme en mi habitación y cierra la puerta. Yo resoplé agobiada por todo, me sujeté la cabeza pero enseguida Chris me abrazó.
-Tranquila, Keira... ya todo terminará, solo tenemos que irnos.
Asentí calmándome entre sus brazos. Me separé y fui a buscar mis maletas, Chris me ayuda abriendo el armario y sacando la ropa. Metimos todo lo que pudimos, incluso lo que tenía en mi escritorio y en el baño. Quedé con una maleta y dos bolsos. Pero entonces recordé una cosa.
-La oficina...
-¿Eh? -Chris me mira.
-Papá me dijo una vez que tenía dinero ahorrado para mí en su oficina. Para la universidad, me lo dijo solo a mí porque sabía que su mamá se enteraba lo iba a gastar en Jena.
Chris asiente comprendiendo, agarra un bolso y la maleta, yo agarré el otro. Salimos encontrando a mamá y Jena aún gritando pero Adler nos voltea a ver, agarra el bolso que yo sujetaba.
-¿Nos vamos?
-Aún no... -respondí.
Acumulé aire y pasé por su lado para irme pero mamá me agarra del brazo y me jala.
-¡Tú, maldita...!
Adler y Chris se ponen en medio haciéndo a mamá soltarme.
-Ve, Keira -habla Chris.
Asentí y me alejé casi corriendo y bajando las escaleras. Fui hasta la oficina de papá pero al entrar sentí una tristeza impresionante cruzando por mi cuerpo. Todo estaba exactamente igual, casi podía verlo trabajando en su escritorio. Las lágrimas se acumularon en mis ojos y mis pies no querían responderme, pero los obligué a avanzar. Me puse a hurgar entre sus cosas, tratando de no hacer un desastre.
Hasta que algo termina cayéndose, y me di cuenta que era una foto nuestra, estaba en uno de los estantes en la pared. Lo agarré y miré atenta, sonreí sollozando una vez y quise llevarlo conmigo. Volví a apresurarme pero no encontraba nada.
-¿Dónde está...? ¿Mamá lo habrá encontrado?
El miedo de que así fuera me hizo detenerme por un momento, miré a todos lados y antes de rendirme pude ver que había una parte del papel tapiz que estaba mal puesto. Me acerqué y arranqué el papel, dándome cuenta de una puerta pequeña secreta. Lo abrí, y vi que solo habían papeles. La decepción me invadió, pero la curiosidad le ganó. Rebusqué y me di cuenta que un sobre tenía mi nombre.
-¿Para mí? -lo abrí y miré el contenido.
Querida Keira:
Mi vida, mi sol, mi todo... Esto es para ti, no se lo muestres a tu madre, sé que lo usará para Jena. Te dejo esto para que puedas usarlo como prefieras, es una cuenta bancaria a tu nombre, y el número de mi abogado por si algún día lo necesites. Si quieres saber algo, él te lo dirá.
Te amo, mi sol.
Papá.
Las lágrimas resbalan por mis mejillas sin detenerse. Pero volví a mirar el resto de los papeles y los agarré todos. Me alejé y salí de la oficina donde mamá y Jena seguían discutiendo con los chicos quienes aún así no desistían. Al verme, ellos sonríen, aunque no dura mucho porque ven mis lágrimas, pero mamá consigue pasarlos por su descuido y llegar hasta mí.
-¡Desgraciada, hija de...!
Levanta su mano para golpearme, pero ya estaba harta. La agarré antes de hacerlo y la miré molesta.
-No permitiré que vuelvas a golpearme nunca más. No merezco tus abusos.
La empujé hasta que tropezó y cayó sobre su jarrón favorito. Jena corrió a ayudarla y me miró furiosa.
-¡Eres una idiota! ¡¿Cómo le haces esto a mamá?!
-Ojalá hubieras muerto.
Apreté los puños y aparté la mirada, Chris y Adler se me acercan y me consuelan por las palabras de mamá.
-Vámonos... -dice Chris.
-Esperen, me falta algo... -mencioné recordando.
Corrí escaleras arriba pero esta vez entré en la habitación de Jena, vi entonces la chaqueta de Adler sobre su silla del escritorio y la agarré. Vi también su computadora, estaba abierta con su tarea de cincuenta páginas abierta. Tomé venganza y la lancé por la ventana. Entonces bajé de nuevo, Adler ve lo que traía en manos y sonríe.
-¡Oye, eso es mío! -se queja Jena.
-En realidad, es mío. Nunca fue tuyo -dije molesta-. Ah, y... creo que tendrás que empezar tu proyecto de nuevo, y conseguiste otra computadora.
Ella abre los ojos de par en par quedando en shock. Yo miré a los chicos y asentí, ellos me devolvieron el gesto y entre los tres salimos de aquella casa. Fuimos hasta el auto de Adler, ellos dejan mis cosas en la baulera y nos subimos. Adler apoya su mano en mi pierna y Chris en mi hombro.
-Lo hiciste bien, princesa.
-Sí... te viste increíble.
Les sonreí enternecida, apenada y agradecida. Nos acomodamos y Adler puso en marcha su auto, por fin iba a dejar esa casa.
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