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Capítulo 25

Cuando besé a Chris me había sentido increíble, de verdad me había gustado... pero... ya había besado a Adler antes que a él y no me sentí mal por besar a otra persona sabiendo los sentimientos de ambos, ¿soy tan mal? Odio creer que estoy jugando con ambos chicos, y ni siquiera soy capaz de aclararme luego de pas
Cuando besé a Chris me había sentido increíble, de verdad me había gustado... pero... ya había besado a Adler antes que a él y no me sentí mal por besar a otra persona sabiendo los sentimientos de ambos, ¿soy tan mal? Odio creer que estoy jugando con ambos chicos, y ni siquiera soy capaz de aclararme luego de pasar tiempo y besar a ambos, sino que ahora estoy más que confundida.

—Princesa.

Me sobresalté en mi lugar cuando Adler agarra una silla y la gira para estar frente a mí. Me sonríe tan lindo que me sentí peor por besar a Chris.

—Adler...

—Te noto distraída, ¿sucedió algo en esa salida misteriosa que tuviste?

—Y..Yo...

No quería mentirle y más porque no sabía hacerlo, todo en mi gritaba que sí había pasado algo en esa salida, así que estaba completamente segura de que Adler ya sabía la respuesta.

—P..Pues sí... sí pasó...

—¿Puedo preguntar... a dónde habías ido? Si no quieres decirme está bien.

Miré hacia un lado, quisiera que Naya apareciera ahora y me ayudara a saber que hacer pero me había dicho que había despertado con gripe así que faltaría. Resoplé y opté por ser sincera.

—Yo fui a comer... con Chris...

Parece que mi respuesta no le sorprende, se queda mirándome, aún sonriendo.

—Okey, pero tengo el presentimiento que eso no es todo; anda ya, princesa, ¿te hizo algo?

—No, no... solo es que... —bajé la mirada y apreté mis manos sobre el escritorio—...nos besamos.

No dijo nada y yo no me animaba a levantar la cabeza y mirarlo. No estaba segura de querer hacerlo siquiera, el peso en mis hombros aumentaba más por creer que ahora sí Adler me dejaría, y me siento egoísta por no querer que eso suceda...

—Está bien, ¿algo más? —preguntaba con un tono relajado.

Fue así que decidí mirarlo, no se veía nada sorprendido ni dolido o algo así, ¿lo esperaba?

—Nada más... —parece que yo sí he puesto una mueca de confusión.

—Princesa, eres libre de hacer lo que quieras, no te sientas mal por eso.

—Pero... nosotros, antes...

—Es correcto, también nos besamos, ¿tiene algo de malo? —suspira pero sonriendo—. Escucha, claro que no estoy molesto. Hasta puedes ir y besar a cuantos chicos quieras... pero no lo hagas, me pondré celoso.

Parece decirlo de una forma bromista pero real, me confundió más.

—No pensaba hacerlo de todos modos.

—Bien.

Alcanza una de mis manos sobre la mesa y la lleva hasta su mejilla para descansar su cabeza en mi palma, aunque sus labios estaban pegados a esta.

—Quiero tenerte únicamente para mí, evitar que alguien más te toque a menos que sea yo... pero soy consciente de que no soy quien para decidir eso.

Besa mi mano haciéndome estremecer por las cosquillas y sensaciones que me causaba.

—Pero lo que sí me molesta... es que Chris tenga las mismas oportunidades que yo ahora, y debo admitir... que soy un mal perdedor.

—Su competencia es muy infantil, ¿lo sabían? —cuestioné.

—Lo sé.

—Y que no soy un trofeo...

—También lo sé.

Vuelve a besar mi mano antes de bajarla y encapsularla entre ambas suyas, me mira a los ojos inclinándose más hacia el frente.

—Pero eres mi princesa, la única razón por la que estoy cursando el último año de escuela y no he perdido las esperanzas de que todo mejorará. Así que quiero pelear por tenerte a mi lado. Seré cursi, primer aviso: Keira, fuiste como un ángel que vino a parar a mi vida, que con su luz iluminó aquella noche que yo la veía oscura. Y sé que tú igual.

Sonríe tiernamente, yo me sonrojé y quería apartar la mirada pero a la vez me sentía cómoda con la suya sobre mí.

—No te hicieron alas para hacerme verte como un ángel, o una corona para verte como una princesa... Mi princesa...

Alarga una mano y acaricia mi mejilla con suavidad, solté un suspiro mientras sentía mi corazón acelerado de nuevo. Pero reaccioné cuando escuché chillidos y murmullos, al voltear vi que nuestros compañeros y hasta la maestra estaban viendo con lágrimas en los ojos.

—Eso fue lo más lindo que haya escuchado jamás —una chica se suena la nariz con un pañuelo.

—Totalmente, joven Adler ¿no le interesa entrar a la academia de literatura? Nos falta gente como usted.

La maestra se quita un par de lágrimas, yo me cubrí el rostro con ambas manos antes de agachar mi cabeza hasta la mesa y cubrirme con mis brazos.

—Lo pensaré —responde Adler, lo miré de reojo notando que estaba sonriendo ampliamente, pero me miró a mí y me guiño un ojo haciéndome esconder de nuevo.

¡Dios que pena! Había olvidado por completo de que estábamos en la escuela y en mitad de clase.
Pero... lo que Adler había dicho fue muy lindo... me hizo sentir mejor y menos culpable por haberlo besado a él y luego a Chris. El peso sobre mis hombros había desaparecido, casi por completo, porque no sabía si Chris pensaba igual que él. ¿Y si él sí se molestaba?

El timbre me saca de mis pensamientos y hace alejarse a los demás. Era el receso, Adler me acompaña afuera pero saca de su mochila un sándwich que había hecho él mismo. Estaba muy delicioso, sabía que le había puesto algo más para que no sea un simple sándwich.

—Keira.

Adler rueda los ojos y suspira pesadamente mientras que yo terminaba el sándwich y le daba un leve golpe con el codo.

—Chris, hola...

—Hola —me sonríe pero mira seriamente a Adler quien solo lo mira — ¿Cómo estás...? Ya sabes.

—Oh, sí... bien, no tienes que preocuparte.

Adler me mira arqueando una ceja pero evité mirarlo. No le había dicho sobre la nueva serie de patadas que Jena me había dado.

—Me alegro... Oye, quería preguntarte algo.

—¿Aha?

—Hoy tenemos un partido aquí en la escuela, me preguntaba si... quisieras quedarte...

Apoya su mano en su nuca, nervioso. Sonreí enternecida mientras que Adler bufa, lo fulminé a él pero volví a mirar sonriente a Chris.

—Seguro, estaré apoyándote.

—Me hace sentir mejor saber eso...

Noté que Chris miró a Adler y pareció algo raro antes de voltear a ver algo, volteé a ver a Adler y vi que junto a Chris estaban mirando a una persona que nos observaba desde lejos: Jena. Inconscientemente me abracé a mí misma y agaché la cabeza, pero antes de siquiera poder pesar en alejarme Adler apoya su brazo sobre el respaldo de la banca, rodeándome.

—Oye, Quiasimodo.

—Deja de llamarme así —Chris se cruza de brazos.

—Sí, claro que lo haré... —Adler sonríe—. Escuché que has tenido una cita con la princesa.

—Si ella quiere llamarlo una cita, así fue, ¿y? ¿Qué con eso?

—¿Podemos dejar el tema de lado? —pedí.

—Claro, princesa... ¿prefieres hablar de quién besa mejor?

Abrí los ojos de par en par y miré a Adler quien sonreía. Chris en cambio parecía en shock y sorprendido. Me mira esperando una explicación pero yo no pude decir nada.

—¿Ustedes...? —Chris nos mira a ambos y yo me sentí igual de nerviosa y avergonzada como antes de decírselo a Adler.

—Así es, ¿te molesta?

Adler lo mira enarcando una ceja, me mira de reojo un segundo antes de volver a ver a Chris. Sabía que lo hacía porque no debía ocultarselo a Chris y seguir haciendo esto, seria injusto para él. Y dependiendo de la reacción de Chris se acaba todo o continúa.

—En realidad... sí.

Chris mete sus manos en los bolsillos de su pantalón y se encoge de hombros antes de suspirar y mirarme.

—Pero ¿qué voy a hacer? No puedo negarte hacer algo.

Adler sonríe de lado y asiente dándole la razón, me mira y su sonrisa se amplía.

—¿Lo ves? No tienes que sentirte mal por nosotros.

Los miré a ambos, un sentimiento de alivio creció en mi interior hasta hacerme suspirar por aquello, sonreí agradecida y contagiando a ambos la sonrisa.

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