Yo contigo y tú en mi corazón.
Estaba tan feliz, feliz por el hecho de que la persona que amaba me había propuesto matrimonio. Jamás pensé en matrimonio en todos estos años de vida que tenía, más bien esa idea jamás paso por mi cabeza.
Sentía que yo no podría hacer funcionar una familia, eso requería de mucho esfuerzo, al menos eso era lo que pensaba tiempo atrás, pero ahora pensaba en que era realmente feliz.
De no ser que en cualquier momento yo podría irme, aun no sabía cómo regresar, Alaude había estado buscando información relacionada que pudiera servir.
En una de sus investigaciones encontró que el día en que yo aparecí varios acontecimientos sucedieron, primero, algunos terremotos donde nunca habían pasado, volcanes en erupción, además de tornados y tormentas en diferentes lugares del mundo.
Me había comentado que había una posibilidad en que pudiera encontrar una forma, pero no estaba seguro de encontrar a esa persona.
-Mire que bonita tela, seria perfecta para su vestido de novia-
-Creo que este queda mejor, esta tela y estos accesorios, se vería hermosa-
-No, yo pienso que esta-
-Que no, yo digo que esta-
Y ahí estaban de nuevo, discutiendo como siempre, a veces me daba gracia que peleaban por cosas mínimas, era divertido verlas. Pero ahora me sentía algo deprimida.
-Pienso que ambos son hermosos, tal vez combinarlos sería bonito- ambas se miraron y asintieron.
-Últimamente, desde que el joven Giotto le pidió matrimonio usted ha estado algo decaída-
- ¿Le preocupa algo, señorita? - sonreí, ellas eran demasiado intuitivas.
-Nada fuera de lo normal, creo que son nervios prenupciales- sonreí ladinamente.
Asintieron, sabía que no me dirían nada más, pero no las había convencido de todo.
Ahora mismo estábamos viendo algunas cosas para la boda, en la casa entraban y salían muchas personas como siempre, pero esta vez era para preparar las cosas, la fecha de la boda era para un mes, así que todos estaban muy atareados con los preparativos.
La boda seria aquí en la mansión Vongola, donde vendrían parte de las familias que estaban más apegadas con Giotto, sería algo tranquilo y nada fuera de lo normal, no quería nada tan llamativo y Giotto había estado de acuerdo conmigo.
-Ya tenemos listo el pastel, además de las decoraciones, las flores y su ramo, también los zapatos, falta lo más importante, el vestido, el sastre vendrá hoy en la tarde para tomar sus medidas- me comento una de las sirvientas.
-Lo tendré en cuenta, por ahora tengo que salir, iré a ver a Giotto, no lo he visto en todo el día- sonreí.
Ambas asintieron sonriendo pícaramente, salí de la habitación para caminar por los pasillos donde caminé en busca del amor de mi vida.
Además de esto también tenía que ir a ver a Alaude, me había mandado una nota con las chicas la cual decía que quería verme a las cinco, y eran las tres de la tarde.
-No quiero que dejen ningún perímetro sin marcar, según los informes que mandaste ayer los ladrones podrían estar en esta área y en esta- escuché que hablaba Giotto dentro de su oficina.
Tenía visitas, toqué un par de veces y me asomé tímidamente, él tenía una mirada seria, pero al verme él cambio por una sonrisa. El hombre que estaba ahí con él se inclinó en forma de saludo hacia a mí, me adentre.
-Lizzy, ¿Qué haces aquí? - caminó hacia a mí dejando de lado lo que estaba haciendo.
-Lamento interrumpir, solo venía a buscarte- me disculpe.
-Tranquila, no pasa nada, ¿quieres esperarme un poco? Tengo que terminar de dar estas órdenes- me miró algo apenado.
-Creo que iré a dar un paseo por el jardín, ¿puedo ir sola? -
-Solo trata de no salir del área de la mansión, si lo haces recuerda avisarle a cualquiera o pídele a G o a Alaude que te acompañen, ten mucho cuidado- me acaricio mi mejilla y deposito un beso en mi frente.
-Lo tendré, nos vemos más tarde, con permiso- me dirigí al invitado el cual asintió.
Salí de ahí caminado hacia el jardín, pero antes de alejarme lo suficiente pude escuchar algo.
-Es una bella chica-
-Si que lo es, me siento tan afortunado de tenerla a mi lado y que pronto compartiremos una vida juntos-
-Solo espero que los problemas que están creciendo fuera no la perjudiquen-
-Jamás, nunca dejaré que nadie la vuelva a tocar, no si estoy yo para evitarlo-
Ahí ya no pude escuchar más, me había alejado lo suficiente, salí al jardín recibiendo el sol en la cara. Cerré por unos segundo mis ojos algo molesta por tanto brillo, la calidez del día lo podía sentir en mi piel.
Fui hasta el lugar del trabajo de Alaude, quería adelantarme, me sentía nerviosa.
Cuando llegué toqué la puerta hasta que escuché un 'adelante' de Alaude. Dentro de la habitación había dos personas, una de ellas era Alaude y otra, creo que lo había visto antes, me le quede mirando.
-Vaya, veo que me conoces- escuché su voz ronca hablarme.
Abrí los ojos desmesuradamente, ya recordaba él era...
-Talbot- susurré algo sorprendida.
-Así que si lo conoces- habló Alaude.
-Por las circunstancias que te había hablado, si lo conozco-
-Así que era cierto lo que me había platicado, lo había visto en el viento, pero jamás pensé que estaría aquí mismo-
Talbot era un anciano, uno muy sabio he de decir. Había sido él el que había arreglado los anillos de Tsunayoshi y los demás guardianes, sabía que había trabajado para Giotto por mucho tiempo y aún seguía vivo, era como un hechicero o algo así.
Así que esta era la persona que Alaude estaba buscando.
-¿Usted podría encontrar una forma de regresar? Se que es una persona la cual casi nada es imposible de hacer, quiero regresar a donde pertenezco-
-Sabes las consecuencias de eso, ¿Cierto? -
-Las sé, sé que nadie me recordara, pero todos mis recuerdos quedarán por siempre, no me importa ser la única que sufra, por favor, tengo que regresar antes de que algo malo pase-
-Cariño, las cosas inevitables siempre pasan, veo tu decisión firme y sin tambalear, es por eso por lo que te traigo esto- abrió su capa y me dio un frasquito.
- ¿Qué es esto? -
- ¿Pensaste que vendría sin nada en las manos? Lo sé todo, es por eso por lo que vine ahora mismo, tienes que beber esta pócima, trata de hacerlo antes de veinticuatro horas- lo miré asustada.
- ¿Ya no queda más tiempo? - negó suavemente, me deje caer en el suelo, ya no quedaba tiempo.
Sabía que tenía que regresar, pero no tan pronto, la boda... jamás pasaría, sabía que esto sucedería.
-Entiendo, lo haré esta noche, pero me despediré de él adecuadamente, muchas gracias-
-De nada, que tengas un buen viaje y cuídate-
Asentí, me levanté y salí de ahí con el frasquito en manos.
Me dirigí a mi habitación, donde me senté en mi escritorio, deje el frasquito a un lado, saqué varias hojas y una pluma para poder escribir una carta, la carta al amor de mi vida.
Puse todo el amor que tenía en ella, con lágrimas en mis ojos expliqué todo tratando de no poner cosas que delataran la verdad, solo explique que tenía que regresar a donde pertenecía, sentía como mi pecho dolía, mi corazón dolía, mis lagrimas no paraban.
No lo vería más, sabía que si lo buscaba me arrepentiría, di una última vista a la habitación, mire con dolor los zapatos que me pondría el día de la boda, dejé el sobre sobre el escritorio con una de las flores que él me había regalado.
-Te amo, Giotto Vongola- susurré sollozando.
Quité el tapón del frasquito y lo bebí rápidamente, sin más remordimientos, sin titubeos.
Me recosté en la cama y mis ojos fueron cerrándose poco a poco, aunque no sabía si funcionaria, pero no quedaba más. Si fracasaba solo rompería la carta e iría a buscarlo para besarlo y demostrarle todo mi amor.
Solo si no funcionaba.
Adiós a todos, adiós a Giotto, adiós a las chicas las cuales me cuidaron por esos meses que estuve ahí, adiós a Alaude quien fue mi cómplice a pesar de ser muy serio, adiós al amor de mi vida, adiós para siempre.
Adiós.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro