Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Por siempre.

Los días habían pasado rápido, ya dos semanas desde que había hablado con Alaude, y dos semanas las cuales se me había hecho un infierno, sola y sin poder hablar con Giotto.

Cada vez me sentía más sola, no sabía que más hacer para poder perder el tiempo y que los días fueran menos pesados para mí. El trabajo lo tenía totalmente absorbido, más de una vez intente hablar con él, pero solo se disculpaba y se ponía a firmar cosas.

Hasta que un día...

-Por favor ya no llore- una de las fieles sirvientas, las cuales siempre estaban conmigo, me estaba acariciando mi cabello.

-Se le hincharan sus hermosos ojos, ya no llore más-

-Lo siento, pero... ya no puedo más, esta opresión en mi pecho me está matando - solloce en mi cama.

-Sabe que el joven Giotto está muy ocupado, tiene que comprender-

- ¡Lo comprendo!... lo comprendo, pero...- de tanto llorar sentía como mis ojos ardían.

Ellas solo podían verme llorar, sí, estaba llorando por la soledad que sentía. Me veía muy patética en estos momentos en realidad, pero era la mejor forma de sacar todo esto que sentía.

-La dejaremos sola un poco, iremos a preparar un té de manzanilla para que se calme-

Yo no di ninguna respuesta y solo escuché la puerta ser abierta y cerrada en segundos.

Me acomodé mejor en la cama escondiendo mi rostro en la almohada, me sentía tan patética por ponerme así, a pesar de que él daba lo mejor de si para poder terminar todo su trabajo yo no podía apoyarlo un poco.

No supe en que momento me quedé dormida, pero sentía que lo necesitaba, mis ojos me ardían además de mi garganta doler.

Escuche como la puerta se abría con mucho cuidado de no despertarme, aún tenía mis ojos cerrados, escuché unos pasos acercarse a mí, sigilosos y con mucho cuidado se fueron acercando hacia donde estaba, la cama se hundió un poco al sentarse alguien a mi lado.

-Lo lamento mucho, te he hecho llorar- su voz tan suave y baja en mi oído me hizo estremecer, pero aun y así no abrí los ojos. - ¿Cómo poder pagar tan grave delito de hacerte llorar? -

Acariciaba mi cabello el cual estaba suelto, depositó un suave beso en mi mejilla.

-Debiste sentirte muy sola, lo siento mucho- seguía acariciando mi cabello, eso lo sentía tan reconfortante.

No supe en que momento lo dejo de hacer, ese simple gesto me hizo dormir de nuevo.

A la mañana siguiente me levanté con un dolor de cabeza, consecuencia de haber llorado mucho un día atrás.

Caminé por los pasillos buscando un poco de agua, las chicas no habían ido a despertarme, cosa extraña. Siempre a primera hora estaban en mi habitación abriendo las cortinas y ayudando a arreglarme, y yo aún medio dormida dejándome hacer de todo. Tal vez habían tenido algo de consideración por mí.

Al girar en una esquina choque con alguien.

-Lo siento- me disculpe, aún estaba algo dormida.

-No te disculpes, ¿Cómo estás? - era la voz de Giotto.

Sorprendida me tiré a sus brazos, lo había extrañado mucho. Él soltó una risilla traviesa al rodearme con sus fuertes brazos.

-Ahora estoy mucho mejor, te extrañé - lagrimas salieron de mis ojos.

-No llores, estaré para ti de ahora en adelante, realmente siento mucho el dejarte sola mucho tiempo, te recompensare-

-Ya no importa, en serio que no, ahora que te tengo a mi lado- le plante un beso en los labios sorprendiéndolo.

Siempre era él el que daba la iniciativa, ahora quería mostrar algo diferente, quería ser yo la primera.

-Te recompensare, lo tengo decidido, pero necesito que me pidas lo que quieras-

Negué con la cabeza, pero él solo me miraba con ojos brillantes.

-Quiero... solo quiero pasar el día entero contigo, quiero pasear contigo en el jardín- le comenté después de pensarlo por unos segundos.

-Me parece muy bien, así aprovecharé - esto último lo susurro, pero lo escuché.

-Iré a cambiarme, estaré lista en unos minutos-

-Te esperare aquí, mi bella dama- sonreí ante sus palabras.

Me apresure a ir a mi habitación poniéndome algo fresco, en serio que extrañaba mi ropa, cansada de los vestidos ostentosos solo me quede en el vestido que era la bata, me puse unas zapatillas, dejé mi cabello suelto, en sí, casi no me hice nada.

Corrí para encontrarme con Giotto quien me esperaba en el mismo lugar de donde lo había dejado.

- ¿Sabes que si te encuentran así te van a perseguir hasta ponerte un vestido como los de siempre? - sonrió al verme.

-Lo sé, pero estoy cansada de vestidos ostentosos y peinados demasiado apretados, solo quiero estar cómoda-

-En realidad así te vez hermosa, te pongas lo que te pongas- me sonroje.

- ¿Vamos? - asintió.

Salimos de la mansión, Giotto hizo unas señas a los hombres quienes vieron que salía, creo que les decía que él estaría conmigo. Caminamos por el jardín poniéndonos al día, me platicaba sobre algunas cosas de su trabajo, ahora entendía porque había tenido demasiado. Las alianzas con diferentes familias ayudaban en un futuro, además de que las otras familias querían estar bajo la protección de Vongola, era por eso el exceso de trabajo.

Ambos caminábamos tomados de la mano, sonriendo y platicando, algunas veces riendo, me sentía tan feliz de poder hablar de nuevo con él, me había propuesto que pasaría todo el tiempo posible con él, pero no había tenido ninguna oportunidad y yo no podía decirle que tenía una razón, y que era el que podría desaparecer de su vida en cualquier momento.

- ¿Te parece bien si nos sentamos ahí? - me indico la banca blanca debajo del árbol.

-Claro- sonreí.

Fuimos hasta ahí y nos sentamos, guardamos silencio, pero era uno muy cómodo, donde ambos mirábamos hacia el frente y apreciábamos el momento. Vi de reojo como se levantaba y caminaba hacia el frente, fue como un Deja Bu.

-Una vez más pediré perdón por haberte dejado sola, pero es porque tenía demasiado trabajo y también había otra razón... una muy importante- su mirada parecía penetrar todo mi ser.

-Por favor, ya no te disculpes, eso ya deberíamos dejarlo atrás, sea cual sea tus razones, sé que eran importantes-

-También lo eres tú, es por eso por lo que había estado trabajando mucho, solo quería poder tener más tiempo libre y por eso quería terminar todo, pero ahora estaré libre y porque...- suspiro y sonrió nerviosamente, se agachó delante de mí.

- ¿Qué haces? - pregunté nerviosa.

-Algo que siento desde el corazón, algo de lo cual sé que nunca me arrepentiré- sacó una pequeña cajita de detrás de él.

Al mirar mejor sentía como mi corazón quería salir de mi pecho, abrí los ojos a más no poder, ¿En serio?

-Giotto...-

-Antes que hable y digas algo más, déjame hablar primero, quiero que sepas que nos conocimos en circunstancias algo extraños, que pasaron cosas que te pusieron en peligro, pero a pesar de eso yo te amo, nunca pensé llegar a amar a alguien como lo hago contigo, es por eso por lo que...-

-Ah...-

-Es por eso por lo que hoy, Lizzy, quiero pedirte formalmente, ser parte de mi vida, para siempre, ¿Aceptarías ser mi esposa? - abrió la cajita y me dejo ver un hermoso anillo.

Estaba sin palabras, un dolor en mi pecho me hizo estremecer, lagrimas salían de mis ojos, quería contestar y decir sí, pero también estaba el hecho de que en cualquier momento podría desaparecer y dejarlo solo.

Si aceptaba no sabía que es lo que pasaría, mejor dicho, sabía que la que quedaría con los recuerdos seria yo, la que se quedaría con el corazón roto seria yo, la que... la que lo amaría sería yo.

-Sí, sí quiero, quiero amarte hasta que este cuerpo deje de existir- musite llorando.

Sonriendo sacó el anillo y lo puso en mi dedo anular, besó mi mano y después el anillo. Me tiré a sus brazos haciendo que ambos cayéramos, mis lagrimas no paraban y sabia el porqué. Porque me dolía pensar en que en cualquier momento dejaría este hermoso lugar, donde había conocido el amor.

Por ahora solo quería vivir, así como me lo había planteado al principio. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro