Recuerdos:

Mi padre anunció que se iba el sábado después del cuatro de julio,hace poco más de tres años. Había sido un año bastante duro porque Max estaba insoportable: en la escuela,todo el día andaba metido en peleas; en casa,insultaba a mi madre y amenazaba a cualquiera que le mirara. Mamá lo llevo de psiquiatra en psiquiatra y leyó un montón de libros para ver que podían hacer. Lo probo todo: desde imponernos a todos una dieta macrobiótica hasta elogiar a Max por cualquier cosa.

Aquel año,papá y yo jugábamos muchas veces a la pelota en el jardín trasero. No nos gustaba estar en medio de toda aquella tensión. Además, papá empezó a acudir cada mañana a misa de siete para comulgar. En una ocasión,oí que mamá hablaba con una amiga suya por teléfono y le decía lo bien que mi padre había sido capaz de encontrar el camino de Dios y de convertirse en una influencia calmante para la familia.

Yo quería ser tan buena como mi padre y también me volví hacia Dios. Papá no me dejaba que le acompañara a misa todos los días,pero los domingos le rezaba a Dios con todas mis fuerzas.

-Dios,protegenos- decía con las manos juntas,arrodillada junto a mi padre en el banco de la iglesia.

Creo que aquel cuatro de julio fue espantoso, aunque en aquella época no me lo pareció. Todos fuimos a ver los fuegos artificiales al instituto. Max quería que nos quedáramos en el estacionamiento porque allí se oí mas fuerte. Mamá no quiso.

-No,vayamos al césped. Estaremos mas cómodos y no abra tanto ruido- dijo mamá.

La cuestión es que acabaron discutiendo y tirando de una manta que llevábamos como si se tratara de un juego de tira y afloja,hasta papá se puso a gritar.

-¿Que mas da?¿Por que tienen que peliar por cualquier cosa?-

Todo el mundo se dio vuelta y nos miro. Yo me escondí detrás de la pierna de papá.

-Eddie-susurro mamá.

-¡Oh por favor!-Estoy harto de ser el malo-dijo él

Salí corriendo detrás de él. Se detuvo y se arrodillo para mirarme a los ojos.

-Ve con mamá -me dijo.

-Quiero estar contigo- dije

Me dedico su sonrisa mas encantadora. Lo recuerdo perfectamente.

-Te daré un beso cuando duermas-Ahora ve con mamá -

Se volvió y me dio una palmadita en la espalda. En aquel momento,empezaron los fuegos artificiales y me asuste. Corrí hasta donde había dejado a mamá y a Max,pero ya no estaban allí. Me pase todo el rato buscándolos por todas partes hasta que los encontré,sentados en la manta en el estacionamiento.

El sábado siguiente,mamá se quedo sola en la cocina mientras papá hablaba con Max y conmigo. Nos explico que durante las ultimas semanas había llegado a la conclusión de que no sabia quien era.

-No sé quien soy.- No me reconozco- fueron sus palabras.

-Eres papá y punto.- Eres Eddie Barnes- le recordé.

Pensé que tal vez estaba perdiendo la memoria o la cabeza. Tuve la esperanza de que mamá estuviera llamando al médico desde la cocina. Max se sentó a mi lado en el sofá, con los brazos cruzados y sin expresión alguna en el rostro.

-No,Geni- Me refiero a que tengo un problema con Dios. Es difícil de explicar,o de entender. Pero creo que lo mejor que puedo hacer es marcharme por un tiempo- dijo papá.

Yo sacudí la cabeza y dije

-¿Adonde?-

-Siempre soñé con ser actor de cine-

-¿En serio?-le pregunté.

-Cuando era pequeño,mi padre perdió el trabajo y decidió llevarnos con él a la otra punta del mundo. Yo jamás había salido de mi pueblo. ¿Comprenden?No era mas que un chiquillo, tenía dieciséis años cuando llegué aquí. No conocía nada ni a nadie. Su madre me enseño a jugar cartas y a mascar chicle y,de repente,ya era padre. Tenía una mujer y un par de hijos y el trabajo de verano en la construcción se convirtió en mi carrera. Tengo una sensación de ahogo terrible. Sinceramente,siento como si me estuviera hundiendo. De modo que debo irme. Debo hacerlo, Génesis,antes de que...,hasta que...,bueno,debo encontrarme a mí mismo. No puedo ser un buen padre si ni siquiera sé quién soy, ¿no creen?

-Vaya excusa tan absurda- dijo mamá mientras asomaba la cabeza por la cocina- Estoy tratando de no perder los nervios,por los niños,pero... vamos,Eddie...¿actor? Si jamás has actuado en ninguna...¡Si ni siquiera venias a verme cuando yo actuaba en las obras del instituto! ¡Decías que actuar era una tontería!-
Papá suspiró.

-¡Fo! Tú no eres ambiciosa. No tienes talento... De modo que no tienes ni idea de lo que me esta pasando.

Mamá regreso furiosa a la cocina. La oímos dar portazos con los armarios.

Pensé desesperadamente en algo que pudiera aliviar la pena de papá.

-Tal vez podríamos hablar con el padre Connor- sugerí. Jamás se me había pasado por la cabeza que mi padre pudiera estar tan confundido.

Papá se acerco a mí y me acarició suavemente la mejilla.

-Necesito irme- dijo con voz ronca.

-¿Cuando?-pregunto Max.

-Esta noche recogeré mis cosas y,mañana a primera hora,me iré a Los Ángeles.
Max se encogió de hombros.

-Vete- dijo

No recuerdo demasiado bien lo que ocurrió el resto de la noche. Solo recuerdo que estaba muy triste y que le grite y le rogué a mamá que no le dejara irse y que agarrada a las piernas de papá,le gritaba a Max que él era el culpable de que papá se marchara. Me sentía muy mal. Max se encerró en su habitación, y yo hice lo mismo,pero me senté junto a la puerta para escuchar lo que mamá y papá decían. Me quede dormida en aquella posición y me desperté a las cuatro de la madrugada,sobresaltada. Corrí hasta la sala: papá dormía en el sofá con los pies colgando. Sus dos maletas estaban junto a la puerta principal.

Me acerque de puntillas y observe su rostro sin afeitar,mientras dormía. Me resiste acostarme bajo la manta a su lado. El reloj estaba en la mesita de café. La recogí,me arrodille junto a la mesita,y empecé a rezar.

-Dios,protegenos. No permitas que mi padre se venga abajo y tenga que ir a encontrarse consigo mismo a California. Lo quiero tanto... Dale fuerzas para que se quede con nosotros, o concedeme el poder para convencerlo de que se quede.
Y entonces,Dios contesto:

-Tu tienes el poder-

-¿Que?- me pregunte en susurros. Abrí los ojos incrédula. En realidad no creía en esas cosas. Observe a mi alrededor para comprobar que no fuera Max,pero su puerta estaba cerrada. Examine el reloj entre mis manos. De pronto, desprendía calor, no tanto como para quemarme,pero estaba a la misma temperatura que las manos de mi padre.

«Muy bien» pensé, nerviosa y avergonzada- Papá jamas sale de esta casa sin su reloj. Guarde el reloj en la mano.

«Gracias,Dios» susurré. Me levante y regrese de puntillas a mi habitación «Muy bien,Génesis» me dije por el camino. Estas hablando con un reloj. Te estas volviendo loca como tu padre.

Primero escondí el reloj debajo de mi almohada, pero luego comprendí que no era un buen sitio,que allí lo encontraría en seguida. De modo que saque la almohada de la funda y abrí la cremallera. Estaba rellena de plumas. Hundí mi mano en su interior con el reloj y lo deje allí. Cerré de nuevo la cremallera y volví a poner la funda de Minnie Mouse. Me quede tan profundamente dormida,que no me entere del alboroto que armó mi padre cuando despertó y empezó a buscar el reloj.

Por lo que me dijo Max,papá puso la casa patas arriba. Incluso acuso a Max de habérselo robado,lo cual provoco una discusión entre papá y mamá y luego entre mamá y Max,durante lo cual papá aprovecho para marcharse. Mamá dice que papá me dio un beso de despedida mientras yo dormía;Máximo dice que no es cierto. Mr trae sin cuidado.

Fin de recuerdos
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Cuando este fin de semana saque el reloj de mi almohada para meterla en "Yo en un saco",estaba fría.

Luis Osengar esta explicando las diferencias entre dos armas en miniatura de la segunda Guerra Mundial. Al menos mis objetos no son tan aburridos como los suyos.
Suelto el reloj y la dejo caer en el fondo de mi bolsa. Golpea sobre donde esta el termómetro roto. Palpo el termómetro rápidamente para asegurarme de que esta ahí, y luego echo un vistazo a mi alrededor para comprobar que nadie me haya visto hurgando en mi bolsa. No. En realidad,Todo el mundo parece bastante atento en el discurso de Luis sobre la artillería de la Segunda Guerra Mundial. Quizá soy demasiado superficial.