Capítulo 3
Créditos a María
~Capítulo 3~
Esto se está convirtiendo en un infierno, y eso que solamente llevo tres días aquí. Puede decirse que Pitch por el momento se está pasando de bueno, pero no me imagino lo que voy a sufrir aquí, ya que estoy consciente que a él le viene importando un comino mi vida. Así que en cualquier momento él puede decidir matarme, lo cual sería muy fácil, pues no tengo manera de evitarlo. El me tiene encadenado...en otras palabras más sencillas: atrapado sin salida.
Se abre la puerta y el entra como siempre ha burlarse de mí.
-Buenos días pequeño Jack, ¿Cómo amaneciste? Espero que bien
Lo miro enojado, por orita no le tengo tanto miedo. Lo que sí tengo es coraje y rabia hacia el.
-Bueno, te tengo una noticia. En este día te presentaré a la señora que hace tu comida, la cual ya conocías antes
Lo mire de manera desconcertada. ¿Quién podrá ser?
Se vuelve abrir la puerta y entra una sombra. Conforme va dando los pasos sale a la luz quién es realmente. Es la señora que cuido de mi varios meses. La que me enseñó a saberme cuidar yo solo y ser responsable de mis actos. Aquella que yo la pude considerar como la madre que nunca tuve. No es Hada, es otra persona. Ella fue la razón por la que tuve que buscar a Rapunzel, esperaba realmente salvarla. Ella es la señora Olga, ella no debería estar aquí.
-Hola, Jack- dice ella tratando de darme una sonrisa
Su aspecto se ve como una típica enferma. Su piel esta pálida, y además se mira muy delgada, siendo que ella era una persona gordita. Se le nota que su tiempo en este mundo es corto, y lo único que deseaba era remediar su enfermedad. Lo cual ya no podré hacer, eso me pesa en el alma. Pero más me pesa que sus últimos días este aquí encerrada en este infierno.
Inmediatamente mire a Pitch furioso. Grite y grite todo lo que pude, estaba forcejeando, pero en vano. Tenía tantas ganas de romperle la cara, y no poder hacerlo me llenaba de rabia.
-Basta Jack, me tienes arto- dijo enojado
Jalo a Olga y la saco a empujones de mi prisión. Dejándonos solos los dos. Azote en el suelo al notar que mis muñecas eran libres, ya no estaba encadenado. Una sonrisa se formó en mi rostro, aunque desapareció al instante. ¿Porque me libero? Es obvio que no lo hizo porque si, hay una razón y sabiendo cómo es Pitch lo que me espera no es nada bueno.
Lo mire confundido y su cara me decía que estaba furioso. Después mi vista se clavo en su mano, la cual traía como un látigo de color negro. El miedo me invadió.
-¿Y eso para que es?- pregunté asustado
-¿Tu qué crees? Te he pasado varias Jack, pero ya no permitiré que te quieras reír en mi cara, no tolero tus escenas. Ya basta, ya te deje. Trate de ser paciente, pero se nota que no me conoces.
No podía evitar mirar el látigo.
-¿Que te parece si llegamos a un acuerdo, eh? Hay que evitarnos golpes innecesarios- dije levantando mi mano mientras preparaba mis pies para levantarme
Pero al instante que dije esas últimas palabras, su pie fue plantado en mi mano. Gemí de dolor.
-No me vas a decir que hacer, yo hago las cosas como quiero y cuando quiero- dijo
Lo mire suplicante. Aunque al instante me acorde que él tiene a Olga aquí y la furia fue la que hablo por mí.
-Quiero que liberes a Olga, ella no tiene nada que ver en esto- dije con voz potente.
Dio unos pasos atrás. Me levante y me recargue en la pared.
-¿Así? ¿Y qué haces si te digo que no?
-No me busques Pitch, porque también me encuentras- dije amenazante
No sé dónde saque esa valentía para decirle esas palabras a él, y más en el tono que las estoy diciendo.
Pitch soltó una carcajada.
-Jack no te hagas el valiente que no te queda, tú eres incapaz de hacer daño. Eres muy vulnerable.
Me quede callado. El tiene razón. Pasaron unos segundos más y finalmente hable.
-Entonces...¿Nos evitaremos eso que traes en la mano?- dije esperanzado
-Creo que no Jack, quiero divertirme un rato. Nada me daría más gusto que hacer sufrir al hijo de Norte
Tomo su látigo con fuerza y se me acercó lentamente.
-No por favor- dije retrocediendo pero ya no tenía a donde ir
Lo último que vi fue como el levantaba su mano, inmediatamente me hinqué cubriéndome la cabeza. El primer azote me dolió hasta el alma, podía sentir como la espalda me ardía. Dos, tres, cuatro, ocho, quince, no supe cuantos fueron. Solo que sentía como la piel se me desgarraba y mi espalda pedía auxilio. Llore y grite pero no se detuvo, en cambio el se reía.
-¡Déjalo! Es solo un niño- podía escuchar gritar a Olga desde afuera de la puerta
Después de unos minutos más torturándome, se detuvo. El dolor era horrible, la piel me ardía, estaba sangrando de seguro, lo sentía.
-Nada más grábate en la cabeza que el que manda soy yo, y estás aquí por una sencilla razón: Jackson
Se fue e inmediatamente entro Olga. Ella me sostuvo la cabeza pero yo no dejaba de llorar.
-Jack, tranquilo. Yo te cuidaré hasta que mi corazón deje de latir, eres como un hijo para mí- me besó la frente
Lo siguiente fue muy doloroso, Olga me quito la sudadera, pues estaba manchada de la sangre que había derramado. Esto se había quedado pegada a mi piel, fue un sufrimiento para mí.
-El no debió hacerte esto- dijo ella
-Supongo que debo aceptar mi realidad. Mi vida ya no me pertenece, le pertenece a Pitch
Ella me miró y me tomo de la barbilla.
-Tu tienes control de tu vida, no dejes que él te use como un objeto. Acuérdate, mantente siempre firme
-¿Para qué? Lo único que logró es que me pegue
-Nunca bajes la frente, siempre firme. Hazle saber que tú eres dueño de ti mismo, el no tiene control en tu vida
Sonreí forzosamente y ella me miró y salió de mi prisión. Al instante Pitch le metió llave a la puerta.
Me quede dormido de tanto que llore. Ojalá no me hubiera dormido.
~~
Estoy en un pueblo, más bien voy llegando a una florería. No sé porque motivo camino hacia la bodega de esta, llevo una sonrisa conmigo. Aunque no recuerdo haber estado aquí.
Entro y lo que miro me inquieta. Es mi hermano apuntando con una espada al muchacho que era dueño en la florería. Lo mire desconcertante.
-¿Jackson? ¿Qué estás haciendo?- pregunté confundido
El pareció no escucharme. Mis ojos vieron como mi hermano le clavaba la espada a sangre fría al muchacho. Me quede sorprendido.
-Jackson, ¡Pero que es lo que acabas de hacer!
El volteo y sus manos estaban llenas de sangre. Me miró y de su bolsillo saco una navaja. Se me acercó apuntándome.
-Espera, no te alteres. No le diré a nadie lo que acabas de hacer, no es necesario llegar a la violencia- dije y solté una risa nerviosa
Me sonrió terroríficamente y vi cómo me clavaba la punta en mi estomago. No sentía dolor, pero sí un gran vacío. Me arrodillé y solo me tocó el cabello para después irse.
~~
Me desperté alterado. Ese sueño no fue nada bonito, fue mas bien una pesadilla. Mi respiración estaba agitada. Pero lo que sí tengo en claro y debo aférrame a eso es que los sueños que tenga durante el tiempo que esté aquí...son mentira. No quiero confundir la realidad con la fantasía, eso es lo que hace Pitch. Me acuerdo cuando los niños de la aldea en España estaban muy asustados, sus ojos delataban miedo y pánico, no sabían lo que era real y lo que no. Pero yo intentaré ganarle esta batalla a Pitch, no dejaré que me confunda, eso sí que no.
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