첫 번째
⚠️Sé que tengo muchas Taejinnies que no pueden leer a TaeHyung con otro que no sea Jin (y menos si se trata de Kook) pero si se saltan la parte "KookTae" no van a entender cómo TaeHyung se siente y perdería todo el impacto de la historia y su personaje. Así que encarecidamente les pido, LEAN TODO⚠️
Era otro día más en la universidad de arte y Kim TaeHyung había tenido cosas pendientes que, lo habían mantenido lejos del radar de Jeon Jungkook. Este era su amigo, amigo con derechos. Alguien con quien no se había llevado bien al inicio, pero luego se debía a la tensión sexual que tenían entre sí.
No era solo envidia por el talento del otro, sino las ganas de matarse en una cama y aclarar sus ideas bajo las sábanas. Jungkook y TaeHyung se comían con los ojos, pero hablaban poco y nada en público, hasta que habían cedido a la amistad. Eran muy buenos en eso, pero también eran fantásticos en provocarse y llevar al otro al límite. Habían compartido algunas mamadas en el baño de hombres, buenos más bien TaeHyung chupándosela a Jungkook y luego, el toqueteo cómplice en público.
Así era como ellos precalentaban, follaban al menos una vez a la semana, pero no eran exclusivos. De hecho Jungkook tenía otros encuentros esporádicos, pero siempre recurría a satisfacer a TaeHyung, éste era más reacio a las conquistas y tenía como una fijación con el pelinegro. Sabía que nadie le calentaría la sangre y se la pondría tan dura como su "amigo". Y era cierto...
TaeHyung estaba fascinado con Jungkook.
TaeHyung adoraba la forma en que jugueteaban en los pasillos de la universidad de arte y su polla se endurecía con cada coqueteo y toqueteo íntimo del pelinegro.
TaeHyung estaba seguro que Jungkook era su tipo y se calentaba con tanta facilidad ante simples miradas y caricias antes de recaer en el deseo desenfrenado de follar.
Pero a TaeHyung le costaba horrores correrse cuando Jungkook lo follaba. A TaeHyung le parecía tan aburrido el sexo con Jungkook cuando estaban sobre ello que, terminaba siempre insatisfecho y vacío. Y jalándosela con demasiada insistencia para, al menos, terminar segundos después del pelinegro.
¡¿Por qué mierda se calentaba tanto si luego a la hora del sexo sentía que podría aburrirse por buscar desesperado un orgasmo que tardaba jodidamente años en llegar y que cuando lo hacía... NI SIQUIERA ERA TAN INTENSO?!
TaeHyung no se entendía a sí mismo y ahí estaba, nuevamente, otra tarde de viernes, sobre sus rodillas y codos, en la cama de un Jungkook que le follaba desenfrenado buscando su propio orgasmo, TaeHyung y por poco iba a bostezar. ¡Él lo haría!. Carajo, iba a bostezar y lo hacía, justo antes de que Jungkook diera un ronco gemido que le hacía saber que se había corrido, antes que él... Como de costumbre, como siempre.
Y cómo era de esperarse, el maldito perezoso egoísta, se echaba sobre la cama y con una sonrisa que—se veía malditamente sensual—le daba permiso de jalarsela y acabar sobre él. A veces terminaba en la boca de Jungkook y quizás eran los días más interesantes, pero TaeHyung desconocía lo que era correrse por ser follado, solo se corría por masturbarse en los últimos largos minutos o quizás, si Jungkook tenía ganas, se corría porque él lo masturbaba.
Pero, como de costumbre, insatisfecho, otra vez. ¿Por qué mierda caía en este maldito círculo vicioso?. Definitivamente era la comodidad o lo mucho que realmente se calentaba en la previa y tenía las esperanzas de tener un encuentro sexual de puta madre con el chico que lo ponía a mil, pero nop. Ni una, ni otra, pero su estúpido cuerpo se calentaba cuando Jungkook lo tocaba, le rozaba o lo miraba con esos ojos llenos de promesas sucias.
Ni siquiera sus labios eran tan embriagadores, solo el juego de roces y miradas, pero cosas tales como el sexo y los besos... Mierda ¿cómo podía tener sentido?. Se encontraba con los ojos cerrados y desnudo, muy callado y pensativo al respecto, hasta que un ruido de ollas provenientes de la cocina de Jungkook lo hacía saltar del maldito susto.
— ¡Oh! Carajo, Kook ¿tienes un fantasma? —soltaba asustado, inclinándose hacia Jungkook.
El pelinegro comenzaba a reír—. Serás imbécil, es mi hermano mayor. Llegó de Los Ángeles y se está hospedando conmigo hasta encontrar un lugar para él.
TaeHyung abría sus ojos—. ¿Hermano mayor? ¿El hijo del primer esposo de tu madre?
Jungkook asentía—. Kim SeokJin.
TaeHyung suspiraba y volvía a echarse aliviado de que no fuera un fantasma o un espíritu vengativo. Sentía el movimiento en la cama y volvía a abrir sus ojos, Jungkook se estaba vistiendo con un cómodo pantalón de algodón y una remera. El azabache se horrorizaba de repente ante una nueva suposición y descubrimiento:
— ¡¿Me trajiste a follar con tu hermano durmiendo en la habitación de al lado?! —soltaba, cuando caía de repente en la realidad.
Jungkook reía—. Tranquilo, SeokJin Hyung vino en la madrugada, seguro y estaba muerto y no escucho nada
— ¿Crees que no escuchó? —cuestionaba incrédulo, imitando la acción de Jungkook para comenzar a vestirse.
—Tranquilo, es un adulto. No hicimos nada que no supiera o que no hubiese hecho antes —mencionaba relajado, mientras peinaba su cabello en el espejo.
TaeHyung relamia sus labios incómodo—. No es como si estuvieras follando con una chica ¿él sabe?
Jungkook reía mostrando sus dientes de conejo, adorable.
—Jin Hyung ha visto más culos y pollas que yo... Y tetas también —se mofaba.
TaeHyung fruncía el ceño mientras se colocaba su camiseta color verde.
— ¿Él también es gay? —preguntaba curioso.
—Bi —mencionaba relajado—. ¿O era pan? —rascaba su cabeza pensativo—. Como sea, bajemos. Prometió cocinarme algo de lo que aprendió en su viaje a Los Ángeles.
TaeHyung le seguía detrás muy curioso, Jungkook no hablaba mucho de su familia y no tenía buena relación con su madre por ser gay. Así que le daba cierta curiosidad saber si SeokJin tenía el mismo problema que el pelinegro y la relación con su madre también era escasa. Aparte que sabía poco y nada de SeokJin, ellos no hablaban mucho de sus familias por lo tanto, no tenía ni puta idea de como el hermano mayor de Jungkook lucía.
— ¿Por qué estuvo en Los Ángeles? ¿Es chef? —preguntaba, mientras bajaban las escaleras.
Jungkook fruncía el ceño—. Se recibió en su carrera hace unos años y luego se quedó por conferencias, cursos extras. Se fue afuera para aprender más y ahora volvío listo para comenzar aquí. No es chef —exclamaba arrugando el ceño.
— ¿Ah, no? ¿y cuántos años tiene? —preguntaba TaeHyung curioso—. Y si no es chef ¿de que se recibió?
—Aish, deja de hacer preguntas —soltaba el otro, entrando en la cocina y golpeando la puerta abierta para llamar la atención de su hermano—. Hyuu-uungie —soltaba de forma melodiosa.
TaeHyung estaba contra la pared, acomodando su pelo y tomando coraje de sentirse decente luego de que, seguramente, el hermano mayor de su amigo lo había oído gemir como perra. Por cierto, gemidos fingidos, todo para no repetir una charla como la de hacía dos semanas atrás con Jungkook y su: "¿Por qué no gimes cuando te follo?".
La cara de TaeHyung se ponía roja el doble, por ruidoso y mentiroso.
— ¡Junguk-ah! —soltaba la voz del castaño mayor.
Jungkook se adentraba a la cocina y abrazaba al más grande con euforia.
— ¡Aish! No hagas eso, me duele todo —pedía el mayor entre risas.
Justo en ese entonces, TaeHyung inhalaba y exhalaba para entrar a la cocina sin sentirse un tomate viviente.
—Hyung estás más grande que la última que te vi —mencionaba Jungkook, tocando sus hombros.
—Lo mismo digo, eres puro músculo —mencionaba el mayor, levantando la remera del pelinegro y viendo sus abdominales marcados y parte de la esencia de TaeHyung en ellos—. Uy, sucio.
Justo antes de eso, TaeHyung había decidido que era momento propicio entrar mientras se abrazaban, pero cuando había escuchado como SeokJin había acusado a Jungkook de sucio, luego de levantar su camiseta... Se había quedado estático en el lugar. Solo veía la nuca del pelinegro y su espalda, no lograba ver por completo a su hermano y ya se sentía avergonzado.
Jungkook miraba hacia atrás y finalmente se corría para presentarlos.
—Tae, él es mi hermano mayor, SeokJin —señalaba el hombre de hombros anchos, cabello negro hacia un lado con frente descubierta. Saco gris y remera blanca debajo. El saco enmarcaban sus anchos hombros y sus bíceps gruesos. El mismo se cernía sobre su torso cuesta abajo de sus pantalones negros, dejando notar una cintura angosta y caderas anchas con piernas largas.
Sus ojos eran rasgados, su nariz sutilmente llamativa y sus labios... Joder, Jungkook no tenía esos labios—no es que fueran feos, Jungkook tenía una boca que de igual forma era sensual—pero ese chico era todo boquita de cereza.
—Un gusto, chico de voz gruesa —se mofaba SeokJin, estirando su mano para estrecharla a TaeHyung. Justo luego de ese saludo, Jungkook lo golpeaba.
Era una alusión obvia de que había escuchado los gemidos—falsos—de TaeHyung.
El azabache carraspeaba su garganta.
—Un gusto Kim Seokjin, Jungkook no me habló nada de ti —añadía sincero, intentando no sentirse intimidado.
Jungkook lo fulminaba con su mirada—. No hablo si no me preguntan y aún si lo hicieras, es molesto —afirmaba. Luego miraba a SeokJin y le sonreía cual ángel—. ¿Qué vas a cocinarme?
SeokJin resoplaba—. Primero, no le hables así a tu amigo frente a nadie, te ves insoportable
—Hyung —puchereaba Jungkook, TaeHyung sonreía cabizbajo.
—Segundo, no tienes nada ¿qué quieres que prepare? —se burlaba otra vez, abriendo la despensa de Jungkook—. Puro ramen para preparar y ramen instantáneo. Más encima tienes frituras ¿ni siquiera tienes una dieta balanceada para un chico tan atlético como tú?
Jungkook se reía sonoramente—. Soy un universitario que luego de estar al día con sus cosas, sale de fiesta y folla, da gracias que tengo ramen.
TaeHyung rodaba sus ojos—. Presumido —acusaba
—Te quejas porque no follas tan seguido —contraatacaba Jungkook.
Luego le hacía una mueca infantil y SeokJin los miraba, riéndose levemente.
—Nunca entenderé a la juventud de hoy —replicaba, luego tocaba el puente de su nariz y suspiraba—. Saldré a comprar lo que necesito
—No, no, no —soltaba Jungkook de inmediato—. Yo iré, dame un momento y traeré un papel y lápiz para que me hagas una lista. TaeHyung, dale algo de beber a mi hermano
— ¿Y yo por qué?
—Conocés mi cocina más que él, hazlo —ordenaba, desapareciendo a la sala para buscar su bolso.
TaeHyung sonreía incómodo en dirección al mayor—. ¿Coca, Sprite, jugo de frutas?
SeokJin lo miraba de forma adorable, notaba la incomodidad del menor y vergüenza a kilómetros. Seguramente el chico estaba al tanto de que lo había oído y es que si. SeokJin se había despertado por culpa de los gemidos exagerados con una dulce voz grave que le erizaba los vellos de la zona de su nuca.
SeokJin lo sentía extrañamente exagerado, pero le gustaba como sonaba y no podía evitar reír porque Jungkook la estaba pasando bien y al parecer era bueno follando. Le había enseñado bien a su hermanito.
—Quiero agua, muchas gracias —respondía sensual.
Momento ¿había sido sensual o era TaeHyung que ya lo había clasificado como un sex symbol de lo mejor?. Pero la mirada lobuna del castaño estaba ahí, mirándolo fijamente que, había olvidado totalmente pasarle una maldita botella de agua.
— ¿Me darás el agua? —susurraba SeokJin frente a él.
TaeHyung reaccionaba—. Ah, si, si. Lo siento, yo-...
—De acuerdo, Hyung... —Jungkook volvía a la cocina justo cuando TaeHyung giraba en dirección al refrigerador—. Hazme un lista e iré por los víveres
—De acuerdo, pero planeo hacer algo que llevará tiempo, no sé si tienen cosas que hacer —mencionaba SeokJin, tomando lápiz y papel.
Jungkook resoplaba y luego añadía—. TaeHyung no se quedará a comer, no lo incluyas.
Y es que Jungkook era medio cretino luego de follar. O eran solo amigos que hablaban de nada y jugaban videojuegos o TaeHyung sabría que no podían serlo luego de follar. Si, Jungkook era medio estúpido. SeokJin alzaba la vista y miraba a TaeHyung, lo notaba levemente incómodo. Quizás, no estaba seguro no conocía al chico, pero conocía a su hermanito.
—Yo lo invito a que se quede —exclamaba SeokJin, tomando la botella de agua finalmente y TaeHyung le sonreía.
—De acuerdo —susurraba el azabache.
Jungkook rodaba los ojos.
—No hay problema si somos cuatro ¿no? —cuestionaba SeokJin—. Yo pagaré todo y limpiaré luego —mencionaba a su hermano.
Jungkook fruncía el ceño—. ¿Cuatro? ¿Por qué cuatro? —cuestionaba, comiendo unas papitas que acaba de abrir.
Agh, Jungkook tenía pésima alimentación.
—Invité a Namjoon-ah —mencionaba SeokJin, dándole la lista finalmente y Jungkook se ahogaba.
TaeHyung saltaba del susto debido a la tos y luego palmeaba su espalda.
— ¿Kim Namjoon? —lograba articular luego—. ¿Tu amigo de toda la vida?
SeokJin apretaba sus labios para evitar reír.
—Ese mismo. Íbamos a comer afuera, pero deseaba que mi primera cena en Corea fuera con ustedes dos ¿no hay problema, cierto?.
Jungkook relamia sus labios nervioso y negaba frenéticamente.
—En absoluto, pero diablos... Mi sala es un asco —se quejaba, rascando su nuca.
—Tranquilo, limpiaré. Toma —SeokJin le daba las llaves de su auto—. Ayer le cargue el tanque antes de venir aquí, tratalo con cariño ¿si sabes manejar, cierto?
— ¿Quien crees que tomaba el auto de Jae-Ara los fines de semanas antes de que supiera que follaba con hombres? —mencionaba sardónico, haciendo referencia a su madre y nombre de pila de ésta.
SeokJin negaba con una sonrisa cansina, TaeHyung lo observaba y sospechaba que quizás, ninguno de los dos tenía buena relación con su madre.
—Ve con el auto, compra todo, toma mi tarjeta —exclamaba también—. Me haré cargo de todo por usurpar tu apartamento e invitar a Namjoon sin previo aviso.
Jungkook negaba sonriente—. Ambos son bienvenidos, eso si... Tae —señalaba al chico—. Si no quieres que te eche, limpia la sala por mi —pedía, tomando todo lo que Jin le había dado y dirigiéndose a la puerta.
TaeHyung resoplaba—. No puedes echarme, tu hermano me invitó a quedarme —refutaba de brazos cruzados.
— "Ti hirmini mi inviti i quidirmi" —replicaba Jungkook—. Me vale, limpia.
TaeHyung abría su boca para responder, pero una mano en su cintura lo hacía tragarse un jadeo de sorpresa.
—Ambos dejaremos la pocilga limpia, no te olvides nada. Trae cervezas y el vino que te pedí, específicamente, si no lo consigues, lo buscas —advertía mandón.
—Aish ¿qué no puedes tomar cualquier vino? —se quejaba Jungkook, abriendo la puerta.
TaeHyung reía por el trato que le daba al menor y luego miraba su perfil. Su rasgos, su forma de hablar, sus orejas pequeñas y adorables... Su boca carnosa, su cuello largo y esa manzana de Adán que se marcaba.
«Ay, cosa bien hecha» pensaba.
—Es para la comida —respondía el mayor—, así que no me traigas cualquier cosa, te di mi tarjeta y auto, así que si no lo encuentras en la primer tienda, lo buscas. No me hagas repetirme —mencionaba firme.
Jungkook hacía un puchero y luego sonreía—. Ya vuelvo —salía y cerraba la puerta, pero antes de que se trabara, volvía a abrirla—. No hagan nada indecente y si lo hacen, que no quede huella.
Salía de inmediato y cerraba la puerta. TaeHyung abría y cerraba su boca cuando la mirada de SeokJin se posaba sobre él y soltaba su cintura.
—Deduzco que son solo folla-amigos o ¿Jungkookie sigue siendo un tonto? —mencionaba dulcemente.
TaeHyung reía incómodo y rascaba su brazo, luego acomodaba su cabello y miraba nuevamente al mayor.
—No somos nada —afirmaba.
SeokJin chasqueaba su lengua y le regalaba una mirada intensa que lo chequeaba de arriba a abajo por completo. Y pese a que TaeHyung estaba vestido, se sintió desnudo unos momentos... Y caliente.
—Entonces sigue siendo un verdadero tonto —soltaba el mayor, con una voz grave que había enviado una descarga eléctrica a toda la columna de TaeHyung. Pero el mayor cortaba el momento palmeando su hombro amigablemente—. Limpiemos.
TaeHyung asentía algo atontado, traído de repente a la realidad. Su hombro tocado por el mayor al igual que su cintura momentos atrás, quedaban hormigueando. ¿Cuál era su maldito problema?. Lo miraban sucio o subido de tono y ¿ya estaba predispuesto?. Aunque si comparaba su experiencia con Jungkook, mejor dejar de calentarse con miradas expresivas y toques sugerentes, porque luego todo era aburrido.
— ¿Y por qué mi hermano solo te mantiene en la friendzone? —cuestionaba SeokJin, interesado en saber por qué Jungkook era tan estúpido de no tener algo exclusivo con un chico tan precioso como lo era su amigo.
Si, SeokJin tenía ojos y su curiosidad por los gemidos con los que se había despertado, habían derivado en "¿Qué tan bonito era el dueño de dicha voz?".
Era precioso. Fin de la historia.
—Nos mantenemos ambos en la friendzone —respondía TaeHyung relajado—. Simplemente no tenemos nada exclusivo, mejor así —mencionaba tranquilo—. Tampoco somos taaaaan bueeeenos en la cama —afirmaba y luego apretaba sus labios.
¿Cómo iba a ser tan mierda de decir algo así frente al hermano mayor del chico que lo follaba?
—Bueno, parecían congeniar muy bien, si solo me baso en lo fuerte que gemías —soltaba SeokJin divertido.
—Aish, lo siento. Lamento que hayas oído eso, es muy vergonzoso —se disculpaba.
SeokJin reía relajado—. No te disculpes, así me desperté. Perturbado por el sonido de tu voz ¿siempre gimes tan fuerte?
TaeHyung se echaba sobre el sofá y tapaba su rostro avergonzado con un cojín—. Lo siento, realmente no soy tan exagerado —su voz sonaba amortiguada por la almohadilla en su rostro—. De todas formas, no se repetirá, lo prometo. Lamento la incomodidad. No volverá a suceder.
Y es que muchísimo mejor así, tenía que expandirse. Hoy había bostezado durante el sexo, fingido exageradamente sus gemidos y ¡Joder! su cuerpo y las sensaciones de este, merecían una mejor experiencia, sin ánimos de ofender a su amigo y su bonita polla.
—No me incómoda en absoluto, de hecho pido disculpas si yo te incomodé. Me tomo el sexo como algo común y corriente debido a mi trabajo y olvidó que no todo el mundo es tan relajado —afirmaba, tomando ropa que Jungkook tenía tirada sobre el suelo y el sofá.
TaeHyung bajaba el cojín y lo miraba curioso.
— ¿Tu trabajo? —repetía.
—Soy sexólogo —respondía SeokJin con una sonrisa. Luego levantaba la ropa que había doblado—. Lo dejaré en su habitación, aunque no sé si algo de esto está para lavar —mencionaba como si nada.
Luego se giraba y subía escalones arriba, TaeHyung lo seguía por mera curiosidad y lo veía abrir la puerta, pero se cruzaba en medio impidiéndole el paso.
—La habitación está... Poco presentable —mencionaba cerca del mayor.
SeokJin alzaba sus cejas y sonreía adorablemente con sus ojos cerrados unos segundos. TaeHyung sentía que sus propios labios se curvaban hacia arriba por lo bonito que se veía el mayor.
—De acuerdo... —SeokJin mordía su labio inferior—. Lo dejaré en el cuarto de lavado.
TaeHyung asentía y lo seguía, por lo que SeokJin continuaba con su conversación.
— ¿Y por qué dijiste que no coincides con Jungkook en la cama? —preguntaba con un tono mortalmente formal, mientras metía la ropa al lavarropas.
—Eh... Es incómodo y complicado. Probablemente también sea vergonzoso —exclamaba, ayudando a SeokJin para prender dicho artefacto que no lograba entender—. Permíteme.
SeokJin lo dejaba y luego se cruzaba de brazos para verlo con ceño fruncido.
—Soy sexólogo, no voy a considerar incómodo o vergonzoso lo que vayas a mencionarme —exclamaba naturalmente—. Me tomo en serio que una persona diga que no la está pasando bien en la intimidad. A eso me dedico, como si fueras al médico clínico y le dijeras que te duele la garganta.
TaeHyung abría su boca y la cerraba—. Cierto... —sonreía rascando su nuca—. Pero Jungkook es tu hermano y yo no debería haber dicho lo que dije.
SeokJin apretaba su hombro, amigablemente.
—Olvida que Jungkook es mi hermano, pretendamos que te acuestas con un tal "JeonGuk" —se mofaba y reía
La risa era amena, al igual que su actitud y culpen a TaeHyung de confianzudo, pero si no hablaba de su tema con un sexólogo ¿entonces con quién?.
— ¿No le dirás nada? —preguntaba en un susurro, apoyándose sobre el lavarropas y Seokjin se apoyaba sobre la mesa detrás de él.
—Confía en mi —susurraba de vuelta—. ¿Qué pasa con ustedes?
TaeHyung resoplaba—. No somos "nosotros" —exclamaba—. Creo que soy yo —susurraba.
SeokJin sonreía—. ¿Por qué? ¿No te sientes cómodo con él en la intimidad? ¿Jungkook te obliga?
— ¡No!. Dios, no —se apresuraba a responder—. Nosotros tenemos ésta dinámica sexual fuera de la cama que es... —TaeHyung abría sus ojos y se ventilaba con su mano.
SeokJin reía ladino y entendía—. Eso es una bendición. ¿Pero?
TaeHyung cambiaba la expresión libidinosa por una carita triste y un puchero.
—Cuando lo hacemos, yo-... —movía sus manos—, no me siento tan caliente como al inicio.
SeokJin asentía y miraba hacia algún lugar pensativo.
— ¿Cuándo te sientes caliente? —preguntaba con naturalidad y TaeHyung sentía que sus mejillas se teñían de un rojo furioso—. Tranquilo, Tae. No estamos hablando nada vergonzoso aquí.
Y suspiraba. Se desiflaba cual bolsa llena de aire.
—Jungkook y yo tenemos un historial de mala conducta juntos. Nos llevábamos mal, hasta que una noche en la universidad rompimos la tensión con un beso
—Oh ¿y cómo se sintió ese beso? —preguntaba.
TaeHyung hacía memoria—. Mucha adrenalina, no estábamos solos. Más gente debía de llegar luego y lo sabíamos. Luego de eso comenzamos con miradas lujuriosas, roces indecentes que dejaban un mensaje bastante claro de lo que queríamos hacernos —mencionaba, incluso recordarlo lo calentaba.
SeokJin lo miraba fijamente, estrecerrando sus ojos.
—Estás caliente de solo pensarlo —soltaba el castaño.
TaeHyung relamia sus labios—. Ay, hombre. ¿Cómo sabes eso?
SeokJin reía gravemente. Tan sensual y echaba su cabeza hacia atrás. TaeHyung debería de haberse sentido avergonzado, pero ese hombre se veía demasiado bien.
—Tus músculos se tensaron, se nota en tus brazos, tus mejillas se enrojecieron y... —se acercaba a TaeHyung y tomaba su mentón para levantar su rostro y mirarlo fijamente—. Tus pupilas se dilataron.
TaeHyung abría su boca y la sentía seca, a ese tipo solo le había faltado decir que estaba comenzando a ponerse duro, pero seguro se había tragado el comentario para no incomodarlo más.
—Woah... —soltaba de repente, pasando saliva y mirando a otro lugar. SeokJin se alejaba y lo dejaba respirar—. Eres bueno, pero eso no me dice porque siento el sexo tan aburrido con él —TaeHyung apretaba sus labios de nuevo—. Lo siento, lo siento
—Tranquilo, TaeHyung —repetía SeokJin—. Bien te haré unas preguntas para poder avanzar un poquito ¿estás de acuerdo? —TaeHyung asentía, cruzándose de brazos—. ¿Los roces y toqueteos suelen pasar en público? Obviamente las miradas si, pero la parte más subida de tono, me refiero.
TaeHyung relamia sus labios y hacía memoría—. Si, de hecho si. No tan obvio, pero si.
SeokJin asentía, se quedaba en silencio unos momentos y luego preguntaba—. ¿Qué sabes del dogging?
TaeHyung alzaba sus cejas—. ¿Qué te re contra? —respondía a cambio.
SeokJin reía—. No es un insulto. Dogging se le llama a la práctica de tener sexo en lugares públicos. ¿Han probado hacerlo en un lugar público?
— ¡¿Estás loco?! Nos arrestarían por indecencia —soltaba divertido.
—No tan obvio. Hay baños públicos en bares después de medianoche o muy tarde en la universidad. Un callejón mal oliente. Hay opciones de lugares que incluso fueron hechos para eso, por si no estabas al tanto — mencionaba.
— ¿Y por qué haríamos eso?
—Ciertamente no es algo que un sexólogo recomendaría. Especialmente porque es algo que debería ser consensuado ¿Jungkook también se aburre contigo?
TaeHyung abría su boca y la cerraba—. Nop, creo que no... Él siempre se corre
— ¿Tú no te corres? —Preguntaba SeokJin alarmado.
TaeHyung se hacía pequeñito en su lugar—. Solo si me masturbo luego de que él haya acabado o en el proceso que sé que está cerca.
SeokJin resoplaba y apretaba el puente de su nariz—. Dios, Tae ¿siquiera él te prepara antes del acto?
—Si, si lo hace... A veces —mencionaba.
— ¿A veces?. Dios, chico. Puede lastimarte, a menos que te guste, claro —soltaba preocupado.
TaeHyung se sentía una adolescente frente al hermano de Jungkook, tan natural y maduro. Mierda, se sentía avergonzado por diferentes razones ahora.
—Es que nos calentamos y luego solo queremos follar y lo hacemos y... Él se corre y yo... Me aburro
—Pero no te aburres cuando te toquetea en lugares que pueden verlos —mencionaba—. Deberías probarlo de esa forma, con sumo cuidado. A ver si va por ese lado la cosa
— ¿Creés que soy un exhibicionista? —soltaba.
—Creo que no te conoces tan bien y sería bueno que experimentes para saber que necesitas, porque si te calientas y te pones duro cuando Jungkook te toca en público, entonces creo que podría haber algo allí... Porque sino no se explica que luego te aburras y... ¿tengas que fingir gemidos exageradamente? —SeokJin tenía su ceño fruncido, no había una pizca de burla. Estaba siendo serio al respecto, era bueno para su trabajo.
TaeHyung abría su boca—. ¿Y luego qué?
—Deberías hablar con Jungkook, aunque... ¿Puedo preguntar si has estado con alguien más aparte de él? —el castaño alzaba sus manos.
—Si he estado con otros —afirmaba TaeHyung.
— ¿Te gusta estar en el extremo receptor o te gusta tomar? —preguntaba.
TaeHyung mordía su labio y lo miraba divertido. Tenía una aura inocente y a la vez arrebatadoramente sensual que, SeokJin necesitaba recordarse que estaba hablando con el chico de su hermanito.
—Me gusta que me follen —susurraba.
SeokJin relamia sus labios y le sostenía la mirada unos momentos. TaeHyung intentaba mantenerse atento a esos ojos negros intensos, sentía calor. Mucho calor.
SeokJin carraspeaba su garganta—. Entonces inténtalo —mencionaba, llevando todo su cabello hacia atrás y suspirando sonoramente—. Habla con él, experimenten juntos. Charlenlo.
Justo en ese instante TaeHyung se le arrimaba de repente—. No, no, no. No puedo hablarlo con él ¿la otra vez me pregunto por qué no gemía durante el sexo? —susurraba, mirando hacia la puerta cual paranoico. No había notado lo cerca que estaba del castaño.
Una mirada consciente del poco espacio se presentaba en ambos y TaeHyung miraba esos labios carnosos rojos muy de cerca, relamiendo los suyos propios. SeokJin prefería ignorar esa mirada hambrienta.
—Cariño, nunca vas a pasarla bien en el sexo si no hablas con el otro tipo en cuestión. O si al menos no te conoces bien —susurraba SeokJin, tomándolo por los hombros.
TaeHyung sentía el tacto ajeno y como el mayor le acariciaba con sus pulgares de forma circular. Tragaba duro y se alejaba del mayor.
—Seguiré tu consejo, sin mencionarle nada a él —advertía.
—Mmm... No es lo que recomendé
—Tu hermano es tan cachondo que si se lo sugiero, estará de acuerdo —afirmaba, suspirando y acomodando su pelo—. ¿Y si no funciona? ¿Si no puedo hacerlo?
—Si no puedes, no es lo tuyo y... ¿Sabes qué? —SeokJin sacaba su celular—. Dame tu número y llámame, deberías hablar al respecto. Intentaremos otra cosa si eso no funciona.
TaeHyung abría sus ojos y tomaba el teléfono incrédulo, pero anotaba su número y se llamaba de inmediato. Sacando el suyo propio le mostraba a SeokJin y le devolvía el de él. El castaño le sonreía.
—La vida sexual de uno es importante. No tienes que avergonzarte al respecto, pero tampoco tienes que simplemente complacer al otro. A menos que eso te excite por completo, lo cual también está bien... El punto es que te conozcas y sepas bien lo que deseas en la cama.
SeokJin le sonreía y salía del cuarto de lavado, dejando a TaeHyung pensativo y satisfecho con la charla.
Un par de semanas habían pasado desde el encuentro y la charla de TaeHyung y Seokjin. Habían intercambiado muchas más palabras y consejos, SeokJin era sumamente serio al respecto y TaeHyung se había sentido cómodo con eso. De hecho, hablaba más con SeokJin por celular que con el mismísimo Jungkook. Probando otras variantes antes de intentar el famoso "Doggin". Pero cuando había follado con Jungkook y nuevamente había bostezado y le había costado horrores correrse, se dijo a sí mismo que tenía que intentarlo y le dijo a SeokJin cuando finalmente se había sentido listo al respecto.
Y agradecía que, entre toda su rareza de conseguir un buen orgasmo durante el sexo, el hermano mayor de Jungkook había sido compresivo, divertido y confidente. Se había sentido a gusto en cada charla, ya sea por chat o llamado que, ocurría muy poco, pero a veces aprovechaba su tiempo. Él estaba poniendo por obra algunas palabras, confiando.
Pero ahora el menor tocaba el timbre de la casa de Jungkook desesperado, ese viernes por la tarde.
Obviamente, quien abría la puerta, era un SeokJin con una remera blanca dentro de sus pantalones negros y su cabello oscuro hacia un lado, con unos bonitos anteojos que le quedaban perfectos.
TaeHyung quedaba recalculando.
—Hola, Tae —saludaba amistoso—. No me dijiste que vendrías
—Casi se me sale el corazón por la boca —soltaba alterado, entrando a la casa antes de que SeokJin siquiera le permitiera el pase.
El castaño cerraba la puerta y lo seguía a la pequeña sala, esta se encontraba con unos papeles y libros suyos.
—Estuve a punto de vomitar cuando lo hicimos en el cuarto de limpieza de la uni, anoche —soltaba, despeinándose—. Fue horrible, no sentí absolutamente nada, de nuevo. Me tuve que masturbar como un desesperado y cuando la puerta había sonado porque alguien había dado un golpe al azar, casi me desmayo y pierdo la poca erección que me había costado mantener. No, no. Nunca más, Hyung.
SeokJin ponía sus manos sobre su boca—. Lo siento tanto, lamento mucho que te sintieras así ¿estabas cien por ciento seguro antes de ir por ello como te dije?
—Estaba cien por ciento caliente, si eso sirve. Pero no —se echaba sobre el sofá frustrado—. Sabes, las mamadas lo hicimos. Bueno, yo dándole una mamada a él, en el baño. Pero él a mí nunca. Y estar tan expuesto fue, no lo volveré a hacer, no se sintió igual que cuando nos tocamos disimuladamente, o me apoya su polla erecta en mi culo cuando pasa por mi lado —TaeHyung hablaba sin cesar, hasta que recordaba con quien estaba hablando, ahora frente a frente, era más pertubardor que por chat o llamada y se volvía a sonrojar—. Ay, yo-...
—Tranquilo, ya superamos la etapa de que hablas con "el hermano mayor de tu folla-amigo" —SeokJin se sentaba a su lado y se quitaba los lentes—. Te pedí que lo hiceras estando seguro, no caliente. Tendrías que haberte detenido
—Pero ya había convencido a tu hermano. Jungkook ya lo quería —respondía.
SeokJin fruncía el ceño y lo estudiaba unos momentos—. ¿Solo haces lo que Jungkook quiere?
TaeHyung arrugaba su ceño—. ¿No?—soltaba dudoso.
SeokJin lo escudriñaba con su mirada y subía una pierna al sofá, logrando que su rodilla diera con el muslo de TaeHyung.
—Dime, Tae... —comenzaba con ese tono pulcro que provocaba cosas en TaeHyung—. Entre tanta charlas que hemos tenido, no he querido preguntar pero ¿Jungkook te atiende como se debe en la intimidad?
TaeHyung sentía que sus orejas comenzaban a arder.
— ¿Qué dices? Por supuesto, nos calentamos. Nos tocamos en la previa y luego me folla —respondía.
SeokJin apretaba sus dientes y TaeHyung notaba como su mandíbula se marcaba.
—Verás, Tae —comenzaba entrelazando sus dedos—. Hay gente que tiene el talento de calentarse y follar, sin tanto blabla, y la pasan genial. Con esto me refiero a que sin tanto pavoneo, se meten en la cama o donde sea y comienzan el mete y saca desenfrenado, pero les funciona así. Luego hay otro tipo de gente, como tú y Jungkook que se calientan con cosas pequeñas y básicas antes y luego follan... Imagino que te da atención cuando te prepara ¿Cierto?, excepto cuando no lo hace.
TaeHyung asentía levemente—. Algo ¿a qué te refieres? —preguntaba curioso, arrugando su nariz.
O sea, si, Jungkook lo estiraba. Rápido pero algo hacía. También lo follaba, eso era algo. O sea, si le daba atención ¿o no?
—Define: "atención" —pedía, poniéndose más de lado para estar frente a frente.
SeokJin sonreía—. Me refiero a que no solo te desnuda y estira para meterse y correrse dentro de tí y usarte como un simple agujero o muñeco inflable. Sino que comparten un momento íntimo, comparten más caricias en la cama —SeokJin lo miraba intensamente—. Dime qué te besa, dime qué te toca como cualquiera lo merece a menos que estés en contra de eso.
TaeHyung lo veía en babea con su boca abierta de par en par, pero no respondía. Solo se quedaba inerte frente a la mirada ceñuda y podría decirse que, algo preocupada de SeokJin.
— ¿Jungkook te ha hecho un oral, alguna vez? —preguntaba.
—Una vez
— ¿Solo una? —cuestionaba, arrimándose más al azabache—. ¿Te ha besado durante el sexo? —TaeHyung lo miraba fijamente y negaba. SeokJin reía cansino y dejaba caer su cabeza—. ¿Beso negro cuando te prepara? —preguntaba, mirándolo fijamente.
TaeHyung se sentía algo crudo frente a SeokJin y reía secamente—. ¿Qué importa todo eso?. Nos miramos, jugueteamos y estamos listos para follar —apartaba su mirada—. Luego solo follamos, él acaba y yo también.
SeokJin buscaba su mirada y tomaba su mentón para que éste le mirara de vuelta—. Terminas porque te tocas a ti mismo desesperado para que Jungkook no crea que lo está haciendo mal.
TaeHyung relamia sus labios y se acercaba a SeokJin—. ¿Acaso está mal mentir un poco para que el otro se sienta bien?
—No está mal, cariño —respondía SeokJin—, pero es importante que tú te sientas bien al respecto y creo que Jungkook no aprendió nada de lo que le dije años atrás
—¿Qué le dijiste? —curioseaba.
—Jungkook es muy egoísta en el sexo —exclamaba—. Cuando era más joven se lo habían reclamado y me había pedido algunos consejos y le dije que dejara de ser tan cretino, no todo se trataba de su propio placer. No todo era meterla y sacarla —exclamaba—. Se trata de hacer una buena conexión con la otra persona. Se trata de buscar el placer en el otro mientras tú también lo estás sintiendo, lo tuyo es demasiado extremista, buscas complacer sin siquiera saber lo que te gusta y déjame hacerte otra pregunta... —exclamaba seriamente. TaeHyung relamia sus labios y asentía otra vez—. El sexo con otros, me dijiste que fue bueno... Significa que ¿te dieron más atención que simplemente meterte la polla?
TaeHyung rememoraba y asentía con su boca hecha una U invertida—. Si, pero con ellos no me calentaba con una simple mirada como me pasa con tu hermano.
SeokJin se relamia sus labios y negaba alejándose—. Sin embargo el sexo te aburre. Dile a Jungkook que te preste más atención —afirmaba seriamente.
Y TaeHyung fruncía su ceño.
— ¿Y si lo hace y eso no es?. ¿Y si sólo soy un bicho raro? —preguntaba.
— ¿Tú y Jungkook tiene una relación cercana o...?
TaeHyung fruncía sus labios—. Te dije que no es nada serio, ni exclusivo
—Quizas seas demisexual y te estás sobre exigiendo.
—He follado con otros con los que no he tenido una conexión sentimental fuerte y sin embargo, me he corrido. No fue la gran cosa, pero... Fue bueno —se encogía de hombros.
SeokJin negaba y se acercaba otro poco, con mirada fija en el joven frente a él. Sus ojos negros recorriendo el bonito rostro de TaeHyung con lentitud y en detalle. Notando el lunar en su ojo izquierdo, otro sobre la punta de su nariz y uno más del lado derecho de su labio inferior, justo donde se quedaba prendido mirando y TaeHyung sentía que comenzaba a hacer demasiado calor.
Pero la cosa se ponía peor cuando la mano de SeokJin se posaba sobre su muslo. TaeHyung llevaba una remera y pantalón negro con sus slippers de cuero y su cabello negro rizado, estaba de infarto. Se había vestido decente para volver a ver al mayor por más "consejos".
Demandenlo por querer verse bien.
Su corazón se aceleraba cuando SeokJin no bajaba la mirada, no cortaba el contacto visual, pero su mano acariciaba cuesta arriba, logrando que a TaeHyung se le dificultará pensar con claridad y sintiera su pulso dispararse. La mano rozaba su entrepierna y ambos estaban al tanto de que TaeHyung estaba duro, pero el toque era apenas un roce que hacía al menor desviar la mirada unos momentos hacia abajo, rogando al cielo que SeokJin lo tocará justo ahí.
Pero a diferencia de eso, la mano del sexólogo había continuado cuesta arriba hasta posarse en el pecho de un TaeHyung que podía sentir el vapor saliendo de sus orejas. El toque era suave y se ponía peor la cosa cuando los dedos largos trazaban unas caricias fuertes sobre el pezón de su pectoral que, no tardaba en endurecerse y sentirse hiper sensible contra la tela y el toque experto. TaeHyung abría la boca automáticamente para aspirar un poco del aire que SeokJin le estaba arrebatando con esos toques. Sus puños se apretaban y sus piernas se cerraban.
¿Qué mierda estaba pasando?. Ya estaba caliente y no entendía por qué diablos seguía estático en vez de atrapar la boca del tipo jodidamente sensual frente a él. SeokJin lo miraba tan intenso, una mirada oscura con pupilas dilatadas y se mordía el labio justo cuando pellizcaba el pezón de TaeHyung por encima de la remera.
—Ah~... —TaeHyung temblaba y se abalanzaba para intentar besarlo, pero SeokJin atrapaba su rostro, la zona de su mejilla con exactitud con su otra mano y su pulgar se posaba en el mentón de TaeHyung impidiéndole avanzar.
el azabache sentía su rostro enrojecerse por haber ¿confundido señales?, pero SeokJin le sonreía dulce y también ardiente, para luego exclamar—. Cariño, a tí te prende que te acaricien y te toquen, si Jungkook no lo hace durante el sexo, siempre estarás insatisfecho —soltaba con una voz ronca que, al mismísimo SeokJin le costaba reconocer. Ahora su pulgar acariciaba el belfo de TaeHyung, lo miraba con un deseo ardiente, pero se levantaba del sofá camino a la cocina, dejando al menor desorientado, caliente y con ganas de más lecciones y consejos.
SeokJin necesitaba ubicarse ¿Qué carajos hacia poniendo sus manos encima de TaeHyung?, y es que no era cualquier chico, era el folla-amigo de su hermanito que se había vuelto cercano porque estaba frustrado en el sexo con su hermanito, otra vez. Y tampoco era ético aconsejar de esa forma.
TaeHyung seguía en el sofá, viendo la espalda ancha de SeokJin en la cocina, quería ponerse de pie y gritarle en la cara por haberlo dejado así de caliente, pero todavía estaba duro, por lo que pasaba su propia mano sobre el bulto e intentaba calmarse, pero no podía. Sus ojos seguían viendo a SeokJin en la cocina, completamente ajeno a como TaeHyung se estaba tocando en la sala por su culpa.
Cuando éste se sentía decente y tranquilo, llevaba consigo dos cervezas para compartir con el chico, pero al girarse veía a TaeHyung sobre el sofá, piernas abiertas y su mano en su polla sobre la tela de sus pantalones, masajeandose para aliviar el dolor. El chico se había sorprendido de ser atrapado, pero solo podía morder su belfo y apretar un poco más el bulto crecido dentro de sus prendas.
SeokJin sentía que sus orejas se prendían fuego y que el aire acondicionado no estaba funcionando en ese momento. Apretando sus ojos y relamiendo sus labios dejaba la cerveza sobre la pequeña mesa del centro y se acercaba a TaeHyung. El chico seguía mirándole fijo, mientras se tocaba. Casi desafiandole a hacer algo otra vez.
En silencio apoyaba sus brazos a cada lado de la cabeza del azabache y se inclinaba cerca y amenazante, otra vez.
TaeHyung relamia sus labios ansioso.
— ¿Qué haces? —susurraba ronco el castaño.
—Tú empezaste —acusaba TaeHyung, intentando acercarse más a aquella boca, pero la gran mano de SeokJin se posaba en su cuello con una leve presión.
TaeHyung tragaba duro mientras seguía moliendo su propia erección, pero cuando SeokJin se inclinaba y reaccionaba para atacarlo con su boca, se iba directamente a su cuello para pasar su lengua fuertemente.
—Ah, joder... —balbuceaba TaeHyung, echando su cabeza al lado contrario para a recibir más.
Y SeokJin le daba más. Comenzaba a dejar chupones suaves, pero enloquecedores sobre la zona erógena del cuello ajeno, mientras subía su rodilla para colocarla entre medio de las piernas de TaeHyung y presionar con esta la polla del chico.
—Si... —TaeHyung rodaba sus ojos y los cerraba, tomando a SeokJin de las caderas para restregar su polla a la pierna de este como gato en celo—. Bésame~... —demandaba.
Y SeokJin salía del hueco de su cuello para sucumbir al deseo del muchacho, pero la puerta sonaba y se alejaba repentinamente del menor luego de rozar apenas sus labios, logrando que este no entendiera que estaba sucediendo, pero viendo la puerta abrirse para tomar un cojín y ponerlo encima de su regazo, mientras SeokJin fingía una llamada telefónica.
— ¿TaeHyung? —cuestionaba Jungkook confundido. El susodicho pintaba una sonrisa forzada en su rostro enrojecido y luego el pelinegro miraba a su hermano, de espaldas a él, hablando por teléfono como si nada—. ¿Qué haces aquí?
—Ahm... No mucho —respondía TaeHyung desorientado.
—Estás sonrojado ¿estás bien? —preguntaba curioso.
TaeHyung fingía sorpresa y tocaba sus mejillas con sus manos frías—. Es que subí las escaleras corriendo —mentía.
SeokJin apretaba sus dientes y finalizaba su falsa llamada, para girar y ver a su hermano recién llegado.
—Junguk-ah —saludaba—. ¿Qué tal tu día?
—Largo —se quejaba, pero su mirada volvía a su compañero de cama. TaeHyung nunca había ido a su domicilio sin ser invitado explícitamente, ya fuera para follar o jugar videojuegos. Esta visita era extraña. Pero una sonrisa libidinosa se pintaba en el bonito rostro de Jungkook—. Sígueme, Tae.
Subía a su habitación sin más que decir y TaeHyung se quedaba viendo escaleras arriba para luego, mirar a SeokJin con un signo de interrogación en su rostro.
—Bien, suerte. Espero y lo disfrutes esta vez —exclamaba el castaño, forzando una sonrisa y tomando su cerveza para salir de allí, demasiado ligero, solo con teléfono en mano, las llaves de su auto y cerveza en la otra.
TaeHyung se quedaba mirando la puerta, hasta que Jungkook le llamaba otra vez.
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