Tony entró a la sala de conferencias y de inmediato se detuvo en la puerta. Había una gran tensión allí dentro, por un momento deseó haber ignorado el mensaje de Fury y haberse largado al Everest junto a Happy, lamentablemente, ya había perdido su oportunidad.

—Buenos días, personitas estresadas —se adentró en la sala con las manos en los bolsillos. Todos estaban ahí, excepto Hank Pym, quien había sido sacado del equipo desde lo de Janet.

—¿Dónde diablos estabas, Stark? —gruñó Fury.

—En mi cama, durmiendo, digo, necesitaremos energía para esto.

Sin poder contenerse, lanzó una mirada al otro lado de la mesa, donde Steve estaba de pie junto a Janet. Era la primera vez lo veía desde que lo había subido a un taxi tras bajar del avión hacia meses.

Cruzaron miradas no más de un segundo, en seguida el rubio con expresión profesional centró su atención en Fury. Tony mantuvo una expresión relajada y fingió no le dolía ni lo hacía sentir culpable.

—¿Qué fue lo que paso?

—¿Es cierto que has perdió tu trabajo? —preguntó Janet.

Puso los ojos en blanco ante la muestra de parejita perfecta y sincronizada.

—Todavía no, Jan, pero quizás al acabar el día —dijo, tocando su sien—, y lo que paso, Steve, bueno, mierda golpeando el ventilador. ¿No has visto las noticias? Los archivos que escondíamos del despacho oval comienzan a emitirse en cada cadena televisiva. Ni el presidente puede cubrirnos.

Tony tomó asiento junto a Pietro, quien parecía más interesado en jugar con ligas y clips que en lo que estaban discutiendo.

—Esto es error tuyo, Fury. La seguridad nacional era el principal campo de interés de SHIELD.

Steve también tomo asiento, miró a Fury con el ceño fruncido. —No debimos haberlo manejado así.

Fury azotó sobre la mesa varios archivos,  aparentemente clasificados.

—Un miembro del equipo se mete una sobredosis de drogas matando a más de ochocientos inocentes en Nueva York. ¿Eso es lo que deberíamos haber dicho al mismo tiempo que nos crucificaban?

Steve negó con la cabeza.

—Mentimos, Fury. Dijimos que fuimos héroes cuando todo lo que hicimos fue limpiar nuestra propia basura.

—No, Betty y su equipo le dieron vuelta a una historia que podría haber acabado con nosotros antes de siquiera empezar, deberíamos estar agradecidos por eso —declaró el espía, mirando a todos a la cara—, desagradable, pero estamos aquí gracias a eso.

—¿Qué vamos hacer? —preguntó Janet.

—La solución que propone la casa blanca es un juicio televisivo, y que sea procesado por la muerte de esos civiles.

Tony frunció el ceño.

—La sentencia será de muerte.

Betty lo miró, parecía mucho más compuesta que la noche anterior.

—Eso es lo que el público quiere, Tony.

Janet la miró con horror.

—Betty, hablan de Bruce, tu ex, tu…

La calló con una mirada dura.

—Si yo puedo ser profesional, ustedes también.

Janet se acercó a ella, tomado su mano.

—Lo siento, tienes razón.

—¿Dónde está Banner ahora? ¿Sabe lo que pasa? —preguntó Tony, con un mal sabor de boca.

—Sabe lo que vio en la televisión, ya se la retiramos de su celda. Está ahí llorando. Es irónico no se haya convertido en Hulk en semanas…

Clint levantó la mano, como un niño de primaria pidiendo permiso para hablar.

—No quiero molestar, pero deberíamos concentrarnos en la brecha de seguridad.

Fury rodó su único ojo.

—Creo que todos sabemos quien filtro la noticia, Barton.

Cada uno de ellos se lanzó a mirar a Tony, frunció el ceño y tocó su pecho.

—No se refieren a mi, ¿cierto?

Natasha curvo su labio, pareciendo asqueada.

—El rubio que no se baña por el que me cambiaste.

Y se había preguntado como sabía Betty sobre eso, al parecer no era a la única a la que le había dicho, Natasha había puesto de su lado a algunos allí, la mayoría lo miró como si fuera la peor persona del mundo, Tony no se inmutó, necesitaban práctica.

—¿Piensas que fue Thor? —preguntó, dudándolo seriamente.

—No tenemos pruebas, pero ha causado muchos problemas últimamente. Así que es un cálculo bastante aceptable —respondió Fury.

Tony frunció el ceño.

—¿Así?, ¿sin pruebas, Fury? Tú no trabajas así, pirata.

—No defiendas a tu novio, Stark. La cago y nos quiere arruinar, hay que hacerle pagar.

Lo miró con la boca abierta, después miró alrededor de la mesa, no encontró ningún rastro de duda.

—Hay tantas posibilidades de que Thor lo haya hecho como que lo haya hecho no sé, Steve. Digo, ninguno de los dos sabe usar una computadora.

Janet frunció el ceño con enojo.

—Eso no tiene sentido.

—Exacto —señaló Tony.

—¿Estas acusando al capitán para salvar a tu amante, Stark? —cuestionó Natasha.

—Era un ejemplo —mascullo, rodando sus ojos—. ¿Y qué es eso de que Thor es mi novio?

—¿Si sospechabas de él? ¿Por qué lo dejaste dimitir tan fácil, Fury? —masculló Steve. Mirada enojada.

Fury tocó su frente.

—La situación con Thor es mucho más compleja de lo que imaginan. SHIELD ha estado dirigiendo una investigación de cinco años y hemos descubiertos cosas delicadas.

—¿Por qué hasta ahora nos hablas de eso?

—Cállate, Tony, esto no se trata sobre ti —dijo Natasha.

—¿En que jodido momento yo he dicho algo como eso?

—Tony, basta —pidió Janet. Aún intentando consolar a una Betty Ross que no parecía querer ser consolada.

Movió sus manos en el aire sin poder creerlo.

Fury continuó.

—Rogers necesitó lo busques.

Steve cuadro sus hombros, expresión tensa.

—Entendido.

—¿Qué carajo está pasando aquí? —cuestionó, mirando de Fury al resto— Sé que Thor es extraño, pero a él solo le interesa cuidar del planeta y dar discursos de antiglobalización. Si averiguaste algo grave, deberías decirlo, Fury.

Fury parecía muy irritado mientras lo miraba.

—No dejes que tus sentimientos nublen tu juicio, Stark. Thor hizo esto, pero necesitamos averiguar si aún queda algo de razón en él.

—¿Razón? Estas diciendo, ¿qué crees Thor está loco?

—Desde su juventud él ha estado internado en psiquiátricos. Su hermano es un científico reconocido en Europa que vino a nosotros por ayuda, esta preocupado por Thor. Él diseño el martillo y cinturón que le dan los poderes a su hermano. Thor se los robo y escapó con esos artilugios hace dos años.

Abrió la boca, anonadado. Pero tenía sentido, mucho. Debía ser cierto… sacudió un poco su cabeza ante ese pensamiento.

—Eso es una mierda —declaró, sin embargo todos estaban sumidos en sus pensamientos como si estuvieran considerándolo y llegando a la inequívoca conclusión de que era cierto.

Wanda compartió una mirada con él, sus ojos decían, sigue el juego.

Tony asintió sin comprender que estaba pasando, con una mala sensación en lo profundo de sus entrañas, miró a todos alrededor de la mesa.

—¿Stark? —preguntó Fury.

—Yo… supongo que eso tiene sentido. Digo, el tipo siempre está diciendo que es un Dios.

—¿Cómo se siente saber sales con un chiflado, Tony? —dijo Natasha burlona.

—No muy diferente a salir con una caza fortunas. —La pelirroja lo miró con odio— Pero no salgo con él.

Steve se puso de pie mirando a Fury.

—¿Tienes su ubicación?

—No, es un hijo de puta escurridizo. Estamos trabajando en ello, podría estar en cualquier lado. ¿Alguna idea, Tony?

Puso los ojos en blanco ante la obvia implicación.

—No, pero podría rastrearlo más rápido que tus chicos… Iré con Steve. —Miró al rubio— ¿Te parece bien, soldado?

Steve solo logró sostenerle la mirada un segundo.

—Como quieras.

Tras eso salió por la puerta sin esperar a Janet o despedirse.

El siguiente en salir fue Fury. Luego Natasha se puso de pie.

—Cuidado Jan, al parecer a Tony le encantan las personas rubias de ojos azules.

Janet bufó incrédula y esperó por Betty en la puerta.

—¿Puedes asegurarte no causen un escándalo? —dijo Ross al pasar.

Tony asintió.

—Seguro.

Al final solo quedaron Wanda, Pietro y él en la sala.

Tony se acercó a ella cuando se puso de pie, Wanda parecía distraída, mirando la habitación como si estuviera comprobando el feng shui o algo así. Él no se burlaba o cuestionaba como otros sus poderes, no considerando que él sabía de quien era hija.

—¿Qué carajos esta pasando? —susurró llegando a su lado.

—¿De qué hablas? —dijo Pietro, mirándolo como si fuera un loco.

Lo ignoró y se concentró en su hermana.

—Es una influencia sutil, por todos lados. No puedo verlo. No sé que es, ni siquiera sé si esto… —Paró de hablar abruptamente.

Frunció el ceño confundido, intentó ver sus ojos, pero su mirada estaba perdida.

—¿Wanda?

Ella alzó una mano, moviéndola y mirándola como si se preguntará si era real.

—Necesito tiempo.

Luego de ese extraño comportamiento, ella salió de la sala de conferencias seguida por un preocupado Pietro.

—Oh, gracias, eso aclara mucho —masculló irónico, en la sala de conferencias vacía.

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Gracias por leer linduras.