Narra Robin

Fui con Franky a seguir mirando como construía aquella máquina con unas simples piezas y un poco de madera. Pasaron las horas y me parecía increíble lo buen constructor que era aunque desde que lo vi por primera vez después de 2 años en el Archipielago de Shabondy, tuve la duda de qué partes quedaban humanas en él y de cuáles no.

-Robin, estás SUUPER pensativa ¿te ocurre algo?

-No Carpintero-san, estaba pensando en lo rápido que haces las cosas

-Pues yo creo que me estabas mirando el cuerpo. ¿Tienes alguna duda? Te responderé a lo que quieras.

-Me lees el pensamiento- le sonreí - ¿puedo preguntarte cualquier cosa?

Él puso su típica pose de orgulloso gritando un 'Au' y me devolvió la sonrisa con picardía. Yo decidí preguntarle.

-¿Que partes de tu cuerpo siguen siendo humanas? Aparte de tu espalda

Franky empezó a reírse pero pude notar un poco de nerviosismo en su voz, sé que él era muy orgulloso y ocultaba siempre sus sentimientos a los demás pero a mi no me podía engañar, llevo demasiado tiempo con gente y puedo notar cuando me esconden algo o por lo menos casi siempre.

-Sabes que solo mi espalda es humana ya que con mis brazos no podía llegar. ¿No estarás preguntando sobre si ''mis partes'' están modificadas?

-Por favor Carpintero-san ¿en que estás pensando?

Conseguí ponerlo colorado al pobre pero esta vez no iba intencionadamente, al único que me gustaba poner nervioso y colorado era a Zoro ya que me resultaba muy divertido. De repente me entraron ganas de estar con él. Me despedí de Franky muy educadamente: como siempre. Él se quedó un poco confuso por lo sucedido pero no le dio mucha importancia.

Fui a mirar donde se encontraba Zoro y resulta que estaba entrenando (que raro). Levantaba unas pesas enormes con todo la fuerza que tenía, estaba sudando y de cintura para arriba estaba desnudo dejando visible su cicatriz que a mi me parecía muy sexy. Me senté justo enfrente de él, lo suficientemente lejos como para que pudiera subir y bajar aquellas pesas sin que yo le entorpeciera. Zoro me miró, yo simplemente empecé a leer el libro que tenía en la mano y de vez en cuando le echaba unas miraditas.

-Mujer, ¿no te puedes ir a leer a otro lado?

-¿Porque Espadachín-san? ¿Te molesto? Me senté aquí por que hay más luz.

-Tsk...

Cerró el ojo posiblemente para intentar no notar mi presencia, se veía que ya no estaba concentrado porque el ritmo que llevaba era más lento y más torpe.

-Espadachín-san, si tanto te molesto me voy.

Él volvió abrir el ojo y intentó volver a llevar el ritmo de antes.

-Quédate mujer, no pasa nada.

-Gracias- dije con entusiasmo -por cierto, mañana por la mañana estaremos en una nueva isla ¿que harás?

Zoro dejó las pesas a un lado, cogió la toalla con la que se restregó la cara para limpiar el sudor y se puso muy cerca mía, sentado. Parece que el Espadachín está dejando de ponerse nervioso con mi presencia, tengo que mejorar mi manera de hablar con él.

-Supongo que iré a comprar sake

-Pero eso es lo que haces en todas las islas ¿no te apetece nada nuevo?

-¿Propones algo?

-No sé, si hubiera un parque de atracciones podías ir o quizás a algún otro sitio diferente.

-Iré solo si vienes conmigo

-Espadachín-san ¿me estás pidiendo una cita?

Ya conseguí lo que quería: volver a ponerlo como un tomate y nervioso.

-¿Qu-que estás diciendo mujer? Decía de que fuéramos tu, yo y alguien más.

-¿Franky por ejemplo? Vale, no se hable más.

Y me fui de allí sin que él pudiera decir ninguna otra cosa, como hacía siempre. Sé que Zoro no quería que fuéramos los tres, lo sé perfectamente, solo dije eso para fastidiarlo un poco pero en realidad iríamos solos o por lo menos esa era mi intención. Zoro aparte de ser musculoso es un chico bastante especial aunque también un poco frío y torpe en cuanto las relaciones, aún así sé que me lo puedo pasar en grande con él.

Narra Nami

Al acabar de hablar con Sanji (cosa que me costó muchísimo) salí hacia la cubierta y vi como Ussop, Brook, Chopper y Luffy estaban haciendo de nuevo el tonto con las plantas, a mí no me importaba mientras no lastimaran mis árboles pero no me gustaba nada aquellos polvos con los que estaban jugando. Enfrente se encontraban sentados Zoro y Robin que en mi opinión estaban muy cerca pero no me imaginaba nada entre ellos dos, sería una relación bastante rara aunque tenían la mismas personalidades. Si me lo pongo a pensar, Robin estaría mejor con Franky y no lo digo solo porque pasan más tiempo, si no por el tema de la edad. Fui a mi habitación a seguir dibujando en mi mapa, estaba muy concentrada hasta que vino Luffy, que casi rompe la puerta.

-¡Nami! Ya no me acordaba

-¿No te acordabas de qué? ¡Casi me quedo sin puerta!

-¡Perdón! Estoy cansado.

De repente, él se cayó al suelo y se quedó tirado sin moverse, yo obviamente me asusté mucho. Me acerqué sentándome en el suelo, le dí la vuelta y apoyé su cabeza en mis piernas.

-¡Luffy! ¿Estás bien?

Estaba dormido. ¡Se había quedado dormido! Este hombre era realmente especial... ¡especialmente tonto! Me iba a apartar de él pero me agarró de la cintura con lo cual no pude levantarme. Le oí decir unas palabras:

-Nami...

¿Estaba soñando conmigo? Me ruboricé solo de pensarlo. Luffy decía mi nombre mientras estaba dormido. Me gustaría saber lo que soñaba aunque conociendo al capitán seguro que estaba pensando que yo le daba algo de comer. De repente, me soltó la cintura y su cara se acercó a la mía. ¡Estaba demasiado cerca! Sus ojos seguían cerrados así que él seguía dormido, eso seguro. Sus labios se acercaban cada vez más a los míos hasta que se juntaron y nos besamos. Fue corto pero tierno, al acabarlo él se volvió a derrumbar en el suelo. Sinceramente me gustó. Pero posiblemente Luffy no sabía que me había dado un beso. Estaba colorada solo de pensarlo ¡me había besado! Ahora lo que tenía que hacer era olvidar el tema y punto. Primero el beso que me dio en la mejilla y ahora uno en sueños en la boca... debería olvidarme.