Narra Luffy

La carne estaba genial, comí tanto que mi barriga parecía un enorme balón hinchado pero recuperé mi típico cuerpo en cuestión de segundos. Sanji seguía cabreado con el camarero aunque yo también pero dejamos el tema a un lado. Salimos de allí para dar una vuelta y buscar a los demás, me apetecía agarrar la mano de Nami de nuevo pero seguro que Sanji se volvería a cabrear conmigo. Nos encontramos a Brook.

-Sanji ven al barco a hacer la comida, mi estómago está rugiendo, si tuviera uno claro YOHOHO.

-Buff... iré -nos echó una mirada a mí y a Nami - no intentéis nada raro.

Se fueron así que quedamos a solas, mientras caminábamos aproveché para cogerle la mano tan cálida y suave que tenía, ella se sonrojó.

-Luffy quería hablar contigo...

Parecía muy avergonzada, cambié de tema.

-Oye... ¿puedo probar algo? -dije

-¿Lo qué?

-Es que me he quedado con ganas de más.

-¿Con más ganas de qué?

Me acerqué a ella apretándola fuerte contra mi cuerpo, parecía tan frágil pero en realidad sabía que era muy fuerte. Le miré su cara de porcelana mientras agarraba su largo cabello anaranjado, sus ojos brillaban, no sé si por el sol o por otra cosa pero me gustaba bastante. Bajé mis manos hacia su cintura, acerqué mis labios a los de ella como pidiendo permiso y la besé. Esta vez quería ser yo quién probara sus labios tan perfectos, besaba muy bien. Ella rodeó mi cuello con sus brazos mientras seguíamos los dos probando cada rincón de nuestras bocas. La apreté más fuerte contra mí, me sentía mejor que cuando como carne y eso que pensaba que era lo mejor del mundo. La besé más rápido y fuerte, quería que fuera más intenso, mi cuerpo lo pedía. Nuestras lenguas también empezaron a jugar, me sabía tan bien y me gustaba demasiado eso. Mi corazón se aceleró y no se por qué pero me sentía muy extraño, para mí eran experiencias completamente nuevas. Nos apartamos por falta de aire.

-¡Sabes mejor que la carne Nami!

-Viniendo eso de ti creo que es muuuy bonito

Nos sentamos en un banco que estaba apartado de todos para hablar.

-¿Qué querías decirme?

-Eto... ¿Q-Que si-sientes cua-cuando me besas?

Tartamudeaba, creo que es la primera vez que la veía así y por alguna extraña razón me gustaba esa forma de reaccionar.

-¿A qué te refieres? Me gustan esos besos y eso que solo han sido dos.

-Te lo plantearé de otra manera: ¿Por qué me has besado hace unos minutos?

-No sé... quería hacerlo.

Ella puso cara de frustración. ¿que intentaba decirme? No la entendía.

-Te voy a poner un ejemplo: Esa pareja de allí -me señaló una pareja que se estaba besando a lo lejos - se están besando porque se supone que se quieren. ¿Entiendes?

-Sí ¿Y?

-Iré al grano ¿te gusto?

¿A qué viene eso? No entendía nada.

-Claro

-¿En serio?

-Me gustas como cualquiera de mi tripulación.

La cara de ella cambió, alzó su mano y por un momento pensé que me iba a pegar así que puse mis manos en la cabeza pero ella no hizo eso, la bajó y se levantó para irse.

-Me voy al barco.

Se había enfadado ¿Que había echo ahora? No entiendo nada. Le cogí de la mano para frenarla pero ella se apartó de mala gana.

-Luffy... ahora mismo quiero ir al barco a relajarme.

-Pero yo quería estar contigo.

Me miró a los ojos fijamente, parecía que estaba sufriendo, no quería verla de esa manera, intenté recordar la conversación que habíamos tenido pero creo que no había dicho nada malo. Se despidió de mí y se fue, yo me quedé sentado en el banco aunque destrozado.

Narra Zoro

Me fastidiaba tanto que Robin estuviera hablando con Franky, ella debería pasar de él, ¡sería lo normal después de lo que ocurrió en aquel sitio! Creo que tienen una relación o algo y yo no voy a ser el segundo plato de nadie aunque ella es tan genial... ¡no! Necesito saber si tienen algo ellos dos. Me frené en seco delante de ellos.

-¿Que pasa Espadachín-san?

-Eto... nada.

¡Soy estúpido! Al escuchar su preciosa voz me volví tonto y ya no dije lo que quería. Da igual, lo descubriría. Al rato de caminar por fin encontramos una taberna que parecía barata. Nos sentamos y yo pedí sake, ellos tomaron cola, ¿Robin no podía tomar sake como yo? ¿Acaso tenía que beber como Franky? Dios... creo que me estoy pasando de celoso.

-Espadachín-san, ¿que raro tomando tu sake no? -sonrió

-Franky siempre toma cola y no dices nada.

Ellos me miraron raro. ¡Tengo que controlarme! Intenté cambiar de tema.

-¿Creéis que a la bruja le gusta Luffy?

-No llames bruja a Nami, Zoro. Pero sí, le ha besado así que creo que sí.

-Tendrán una SUUPER relación. Cuando hay amor lo demás sobra.

Miró a Robin y le guiñó un ojo, mi sangre hervía ¿por qué a mí no se me ocurren cosas así? Tengo que conquistarla pero ahora mismo necesitaba un poco de aire.

-Voy a salir un momento.

-De acuerdo Espadachín-san, no te pierdas.

Narra Robin

Zoro estaba muy raro, me gustaría saber que ocurre por su cabeza.

-Por fin SUUPER solos. Quería hablarte de algo.

-Háblame de lo que quieras aunque has tenido tiempo de sobra antes. -le sonreí

-Supongo que has echo algo con Zoro... ¿no?

-¿Por qué sospechas eso Carpintero-san?

-Salísteis de aquella habitación con las manos agarradas.

-Vale -sería una idiotez mentirle cuando era tan obvio- sólo nos besamos.

-Me lo temía. Cuando estábamos a oscuras, ¿te gustó mi beso? Bueno y el primero que te dí.

-Sí -me reí, ahora ya sabía quién había sido- Tienes más edad que yo así que también tienes más experiencia.

De repente su expresión cambió.

-Ahora te voy a preguntar algo muy serio. ¿Me quieres a mí o a Zoro?

-No te puedo responder a eso Carpintero-san.

Él se levantó de la silla y puso su típica pose.

-SUUUPER conseguiré que te enamores de mí.

Todo el mundo miraba pero ya estaba acostumbrada a los espectáculos de Franky, le encantaba llamar la atención pero a mí no me importaba, le lanzé una de mis típicas sonrisas y Zoro entró (supongo que por el ruido que habíamos montado). Ellos se sentaron de nuevo en las sillas.

-¿Qué ha pasado?

-Nada Espadachín-san, las típicas poses de Franky, ya sabes como es.

-Soy SUUUPER. Más SUUUPER que tú Zoro.

Le eché unas par de miraditas sexys a Zoro porque me apetecía y consiguí que se pusiera rojo como un tomate. Una de mis aficiones era esa. Si me pongo a pensar en mis sentimientos hacia aquellos dos... no sé... cada uno tiene cosas especiales pero no los veo como novios ni nada parecido, no sé como ellos me verán a mí.