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Baño

Narra Nami

¿Luffy me quería como a todos? Es decir, que si le diera un beso Ussop sería lo mismo que si le besara yo. Me quedó bastante claro que no sentía nada "especial" por mí. Que triste, yo creo que siento algo muy fuerte hacia él. Intenté olvidarme del tema aunque era casi imposible y llegué al barco. Estaban Brook, Chopper, Sanji y Ussop. Menos mal que estaban bien, todos me saludaron y fui hacia la cocina. Al rato entró Sanji.

-Oye Nami, quería hablar sobre lo del beso que te di.

-Ahora no estoy de humor.

Me agarró del brazo.

-¿Te importo algo? Estás bastante distante.

Le miré a los ojos, los dos estábamos bastante tristes. Quizás he pasado un poco de Sanji, no debería tratarlo así. Me acerqué a él y le di un abrazo muy fuerte que él correspondió. En realidad lo necesitaba, me sentía muy pero que muy mal.

-Nami-chan ¿que ocurre?

-No sé... solo necesitaba un abrazo.

-Pues yo te daré siempre lo que necesitas y lo sabes.

Acercó mucho su cara hacia la mía, mis labios casi rozaban los suyos, su cálida mano tocó mi sonrojada mejilla y por todo mi cuerpo recorrió un escalofrío.

-Sabes que me gustas.

Nuestras caras seguían muy cerca, no sabía que hacer, estaba muy confusa. Me lanzó una mirada de deseo que nunca nadie había echo. Me iba a besar pero giré la cara en el último segundo así que solo consiguió un beso en mi mejilla.

-Lo siento Sanji, no puedo, mis ánimos están por los suelos.

-Me lo puedes contar.

Me quedé en silencio.

-¿Es por Luffy?

¿Tanto se me notaba? Debo ser como un libro abierto. No sabía que decirle pero no podía contarle que era por Luffy, debía mentir.

-No, es que... me duele la cabeza.

Que excusa tan mala había dicho...

-No te creo pero si no me lo quieres contar estás en tu derecho madame.

Se fue de la cocina, yo decidí ir a mi habitación para dibujar un poco y concentrarme en alguna otra cosa pero por desgracia entró Luffy, debió de cansarse de estar dando vueltas por la ciudad. Lo ignoré y seguí dibujando.

-Oye Nami...

Ni caso le hice

-¡Naaaaamiiii! ¡No me ignores!

Me di la vuelta.

-Luffy no quiero hablar contigo ahora mismo, vete.

-Por lo menos dime que he hecho mal.

-No has hecho nada mal Luffy, simplemente me equivoqué, pensé otra cosa.

-¿Que habías pensado?

-Nada, vete.

Gracias a dios, alguien petó en la puerta y entró: era Robin.

-Perdón Navegante-san, os dejo de nuevo solos.

-No, no, pasa, no estábamos haciendo nada. Luffy vete, quiero hablar a solas con Robin.

Él obedeció y se fue, me quedé a solas con ella.

-¿Querías algo Robin?

-Solo quería decirte que ya estamos todos en el barco, íbamos hablar de los enemigos y...

No dejé que acabara y la abracé, necesitaba otra abrazo muy grande de alguien que me comprendiera como ella, unas cuantas lágrimas salieron de mis ojos y ella se dio cuenta.

-Navegante-san, ¿Qué pasa? ¿Es por Luffy?

Definitivamente todos ya sabían la razón, tengo que disimular mejor.

-Sí Robin, últimamente siento algo muy fuerte por él.

-¿Y cuál es el problema?

-Que él me sigue viendo como siempre. Me ha besado pero sigue diciendo que solo soy parte de su tripulación.

-Pero si Franky dijo que tú lo habías besado.

-Sí, pero luego fue él.

-Entonces le tienes que gustar, sabes que Luffy es un poco cortito y no piensa mucho las cosas.

-No sé Robin... por otro lado está Sanji que se porta tan bien conmigo...

-Con el tiempo te aclararás igual que yo -me sonrió - cuando acabes tenemos que hablar sobre lo de los enemigos. Yo aprovecharé para darme un baño.

La volví a abrazar, ya me sentía más agusto.

Narra Robin

Fui a la cubierta del barco y avisé a todos de que me iba a dar un baño, tenía que avisar porque el cerrojo de la puerta estaba roto y no quería que nadie entrara y me viera desnuda, salvo que fuera Chopper o Nami claro, que no me importa. Metí todo mi cuerpo en en aquella bañera, el agua estaba perfecta, muy caliente y con un poco de espuma que tapaba todo mi cuerpo, me relajé, cerré mis ojos y mi mente se puso a pensar en Franky y Zoro pero esos pensamientos fueron interrumpidos por un leve sonido de la puerta. Abrí los ojos, vi a Zoro a centímetros de mí.

-¡Zoro!-grité impresionada

Él me tapó la boca con sus fuertes manos.

-Shhh, nos van a oír.

Estaba impresionada y colorada como un tomate, no me esperaba que apareciera así de repente, me destapó la boca y pude hablar.

-¿Qué haces aquí? Me estoy bañando.

-Ya veo

No dejaba de mirarme, aunque gracias a la espuma no podía ver nada. Al rato él también se puso colorado.

-Eto... -parecía que le costaba hablar - me voy

¿Viene hasta aquí y se va? ¿Tanto intimidaba al espadachín? La otra vez no se comportaba así... le agarré de su fuerte brazo.

-¿Y si... te bañas conmigo? -dije

Se puso aún más colorado, parecía que no sabía que decir.

-¿Q-Que di-dices mujer?

-¿Hay algún problema Espadachín-san? -le sonreí- Me gusta tener compañía.

Se quedó un rato mirando hacia el suelo, bastante indeciso.

-Venga Espadachín-san.

-Va-vale

Se fue desnudando hasta quedarse sólo con los boxers. Contemplé todo su cuerpo con deseo, me encantaba.

-¿Vas a meterte en la bañera con los boxers? Si quieres te los quito yo.

-N-No

Se dio la vuelta y se los quitó, yo estaba disfrutando de la situación un montón. Luego se metió en la bañera conmigo, estaba muy pero que muy colorado. Me acerqué a él lentamente y le di un pequeño beso en la mejilla.

-Oí mujer...

-¿Qué pasa?

-No despiertes al tigre que llevo dentro.

-¿Y qué pasa si lo hago? -dije de manera juguetona.

-Acabarás mal.

Me acerqué mucho más a él y empecé a darle unos besos en su fornido cuello. Noté que estaba muy tenso, tenía que relajarse, jugué con su cabello verde y luego acerqué mis labios a los suyos para que me besara, cosa que funcionó. Se abalanzó hacia mí besándome con mucha pasión, la situación me encantaba: Los dos solos desnudos mientras aquel espadachín musculoso me besaba pero duró poco tiempo porque Chopper abrió la puerta y nos vió en pleno beso.

-P-Perdón -Y se fue corriendo del baño.

-Sabía que no era muy buena idea mujer...

-Tranquilo Espadachín-san, yo hablaré con él.

Me levanté para coger una toalla y Zoro se quedó mirando a mi cuerpo con una cara de deseo que no podía disimular, lo único que faltaba era que sangrara por la nariz como Sanji, que lindo.

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