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Capítulo 5: ella es mi madre, esa es mi hija, sentimientos padre e hijo.

La pareja recién formada de shuri y Goku aun se encontraba abrazados en medio de la sala, hasta que se dieron cuenta que ya había pasado casi media hora que estaban en esa pose, a lo que se separaron con sonrisas en sus caras. El par de pequeños al notar esto, salieron corriendo de su escondite a su cuarto. Goku miro al lugar donde estaban los niños y sonrió, el ki de Gohan y Akeno podía sentirse en todo el lugar.

-bueno, creo que ahora somos podría decirse novios, kukukuku, me siento como una adolescente otra vez- decía la mujer mientras las mariposas revoloteaban en su estómago.

-¿novios? Pero ahora tenemos que casarnos ¿verdad?- pregunto el sayayin de raza pura confundido. Es decir, que Goku paso directamente al casamiento con milk, no habían podido disfrutar de su noviazgo.

-kukukuku, vas con todo no cariño, pero creo que debes aprender sobre el periodo antes de casarnos- decía con un tono coqueto la pelinegra, la cual hacia círculos en el pecho de Goku. Ahora si el sayayin estaba bastante confundido.

-jejejejej, creo que no se mucho sobre esto, pero estaré muy contento de aprender- decía emocionando Goku, el cual no sabía en que se estaba metiendo con esta peculiar pero dulce mujer. Shuri beso los labios de Goku una vez más.

-eso lo dejaremos para después, ahora que tal si nos terminamos nuestro té y nos vamos a dormir- exclamo con una voz suave como la tela shuri a Goku, quien asintió con rapidez y se volvió a sentar para disponerse a disfrutar de su bebida caliente, la cual ya entibiaba por el paso del tiempo, pero en ese instante, shuri se subió a las piernas de Goku.

-¿me senté en tu silla?- pregunto inocentemente Goku a shuri, la cual pasaba sus brazos detrás del cuello del guerrero de cabello dorado.

-no, solo que en este lugar me siento más cómoda, kukuku- decía entre risas la madre de Akeno, la cual alcanzaba su propia taza de té y la bebía de poco a poco, Goku por su lado solo se encogió de hombros y comenzó a beber de su propia taza.

El tiempo pasó y shuri se encargó de levantar la mesa y lavar las tazas, mientras Goku ayudaba a secar estos. Goku tras la partida de milk, comprendió lo que era ser los quehaceres del hogar, así que hacer esto no era nada para el sayayin del planeta vegita. Shuri por su lado estaba algo sorprendida pero un hombre así, hacía que esta se enamorara un poquito más del sayayin.

Tras esto, Goku y shuri se disponían a ir a sus habitaciones para pasar la noche. La pelinegra no supo que su hija la estaba espiando en su momento especial con Goku, así que decidió que la mañana siguiente le diría todo a su hija y también a Gohan, a lo que Goku estuvo totalmente de acuerdo con la himejima. También shuri para no levantar sospechas hasta la mañana siguiente, fue a dormir junto a su hija ya que si ella despertaba sin su madre a su lado sospecharía de algo.

-buenas noches shuri- exclamo Goku quien estaba para frente a la madre de Akeno, mientras esta le daba la espalda a la puerta de su cuarto.

-buenas noches son Goku, mañana te veo cariño, kukukukuku- shuri con su típica sonrisa y carcajada peculiar, le dio un último beso al sayayin de raza pura antes de retirarse. Ahora la mujer se tomaba la confianza de decirle sobrenombres amorosos a Goku, aunque no era de extrañarse, luego de lo que paso este día y los pasados, shuri se podía tomar todas las confianzas necesarias con el súper sayayin.

Goku se cepillo los dientes, cambio de ropa y se recostó en su cama. Su cuerpo se sentía muy liviano, como si un gran peso de encima se había ido, este no pudo evitar formar una curva de alegría en sus labios mientras miraba al techo de la habitación. Así que se dispuso a dormir, pero al mirar a un lado para apagar su lámpara, este vio una foto de él, junto a milk y Gohan de pequeño lo cual hizo cambiar su mueca, pero no se preocupen, ya que su rostro era más de una de decisión que de arrepentimiento.

-debo hacerlo, se lo debo a milk- dijo en voz baja el sayayin de raza pura, el cual dejo la foto de lado y apago la luz que iluminaba su cuarto. Las penumbras rodearon la habitación y Goku no tardo en conciliar el sueño, desde hace tiempo que no dormía tan bien.

[A la mañana siguiente]

Goku se levantaba con los primeros rayos del sol que traspasaban el vidrio de su ventana. Su cuerpo se seguía sintiendo muy ligero como si todo lo que había pasado anoche hubiera sido un increíble sueño, pero no era así, ahora volvía a una feliz realidad donde el dulce olor a panqueques recién hechos inundaban el ambiente. Goku abrió sus ojos de la impresión y con el estómago rugiendo se cambió de ropa a su típico dogi anaranjado y salió del cuarto como un rayo se refleja en una noche tormentosa.

-ummm, eso huele delicioso- decía un Goku entrando a la cocina con su nariz por delante, la cual era la primera en degustar el aroma del desayuno. Shuri por su lado como toda una profesional, volteaba los panqueques en el aire y los iba dejando en un plato que se encontraba a su lado, pero lo impresionante era la torre de estos que se apilaban y no solo uno, sino dos de estas torres de panqueques. Esta más que decir que una era para Goku y la otra para Gohan.

-buenos días cielo, el desayuno está casi listo- decía shuri con una sonrisa amable en su cara, mientras que Goku la veía a hacer la primera comida del día. Shuri pensó unos minutos y decidió con dar un pequeño paso en estos encuentros mañaneros.

-uaaahh, será mejor que despierte a los chicos- decía el sayayin de raza pura dando un pequeño bostezo, pero antes de retirarse, shuri le hablo con su suave voz.

-Goku, puedes acercarte por un momento- decía la pelinegra mujer con una sonrisa astuta en su cara. Por su lado el padre de Gohan hacia lo pedido por la madre de Akeno, la cual en un movimiento rápido le dio un casto beso en los labios.

-¿eso fue...?- pregunto un poco confundido Goku, pero por dentro esta dosis diaria de amor le hacía mucho bien a su corazón.

-eso fue cariño, como todas las mañanas nos daremos los buenos días, ¿te parece?- decía la pelinegra con una sonrisa en su rostro. Goku dio una sonrisa ladeada, así es, las diferencias de shuri con milk se hacían notar con cada día que pasaba.

-ejejjeje, no podía entender el poder de un beso hasta ahora, me siento con mas ánimos, ¿eso quiere que lo haremos siempre verdad?- Goku al fin noto que la dosis mañanera de cariño hacia un gran efecto en su cuerpo, aunque shuri tenía una gota de sudor en su cabeza, ya que pareciese que Goku no le puso atención.

-si eso es exactamente lo que estaba proponiendo- respondía la pelinegra, la cual seguía levantando los panqueques en el aire, los cuales giraban y giraban antes de caer en el plato.

-yosh, me parece excelente, pero creo que ahora debo ir a levantar a los chicos- la antigua personalidad del sayayin de raza pura regresaba de poco a poco, lo cual hacia reír a la pelinegra. Una actitud infantil en un tema de adultos con un hombre como Goku era bastante hilarante para shuri.

-no creo que sea necesario- exclamo shuri confundiendo a Goku, pero esta hacia señas detrás del sayayin para que este volteara. El guerrero hizo caso y vio a la pequeña Akeno junto a Gohan en el marco de la puerta.

-buenos días mamá, buenos días papá, jujujujuju- decía la pequeña himejima riendo con su mano en la boca, sacando una mueca de nerviosismo en el rostro de Goku y de su propia madre, la cual también tenía un sonrojo en sus mejillas.

-hola- decía un poco más cohibido el pequeño sayayin mestizo, el cual se frotaba la parte posterior de la cabeza, un poco avergonzado. Shuri capto esta actitud de Gohan y ya comenzaba a maquinar en su cabeza la conversación que tendría con él.

-jejejeje, creo que escucharon todo, ¿verdad?- exclamo un poco nerviosos el guerrero sayayin. Akeno con una sonrisa dulce como la de su madre se acercó a la pareja, siendo seguida por Gohan.

-anoche vimos mas de lo que imaginas mamá- dijo en un tono astuto la pelinegra menor. Goku dio un suspiro, ya que entre más la veía, Akeno era más como su madre.

-Akeno, que te he dicho sobre espiar a la gente jovencita- enojada shuri regañaba a su hija, la cual aprovecho la situación para abrazar de la cintura a Goku.

-fue casualidad mamá, no lo volverá a pasar, perdón papá- decía la pequeña, la cual sorprendentemente se había apegado al sayayin de raza pura. Akeno hacia ojitos de cachorro al guerrero sayayin el cual le sonrió a la niña.

-tranquila pequeña, sé que no fue tu intención- exclamo Goku mientras colocaba su mano en la cabeza de Akeno, la cual sonrió en una curva que iba de oreja en oreja en su cara. El lazo de padre e hija entre estos dos, se iba fortaleciendo a pasos agigantados con el tiempo y más, ya enterados con esta gran noticia.

-Gohan, debes tener hambre, primero desayunemos y luego hablaremos de esto- decía shuri con dulzura al pequeño mestizo, el cual asentía con la cabeza pero la vergüenza en sus mejillas no se iba. Shuri debía tener una conversación con el pequeño lo más pronto posible.

El desayuno paso sin mayores problemas, es más Goku y Akeno tenían una animada conversación sobre el entrenamiento que ella estaba realizando, alguna que otra anécdota de las aventuras del guerrero sayayin donde Gohan daba uno que otro comentario pero la mayor parte de la conversación, Gohan se mantuvo al margen. La pelinegra mujer veía el comportamiento del mestizo con algo de preocupación, pero quien podría culparlo. Gohan no era como Akeno, la pequeña jamás tuvo un padre y tenerlo ahora era muy emocionante, pero el mestizo sayayin ya había tenido a su madre y también la había perdido.

-Goku, podrías salir un momento con Akeno, vayan a pasear por el sector- decía shuri la cual levantaba los platos. El sayayin y la pequeña mestiza se miraron entre sí para luego asentir a la vez.

-creo que iré a estudiar- exclamo Gohan dispuesto a irse a su cuarto, pero shuri antes de que Gohan se parara de su asiento, le hablo suavemente.

-Gohan, necesito que me ayudes con los platos por favor- tras decir esto, la madre de Akeno le dio una leve mirada a Goku, el cual dio un asentimiento con la cabeza con seriedad. La noche anterior, decidieron que hablarían con sus hijos por separado, esto para profundizar un poco más los lazos y que los pequeños entendieran la situación.

-claro, señora shuri- decía Gohan con respeto, algo normal ya que no de buenas a primeras Gohan le diría mamá a la nueva novia de su padre. Shuri solo le sonrió mientras se disponían a limpiar la cocina.

Por el lado de Akeno y Goku, estos ya estaban afuera de la casa, pero el pobre sayayin mestizo no sabía cómo entablar una conversación con esta pequeña tan peculiar. Akeno respiraba el aire de las montañas, llenando sus pulmones de oxigeno tan puro. Viendo esto a Goku se le ocurrió una idea.

-¿Qué tal si vamos al lago?, traeremos un enorme pez para el almuerzo- propuso el sayayin de raza pura a la pelinegra, la cual no tardo en emocionarse. Akeno ya había visto a Goku traer esos enormes peces, pero jamás vio como los pescaba el guerrero sayayin.

-siiii, el último en llegar es un huevo podrido- decía como un juego la niña, a lo que corría como alma que lleva el diablo hacia el bosque. La emoción de Akeno era tanta, que no siquiera sabía dónde estaba dicho lago.

-¡espera Akeno por ahí no es!- gritaba Goku, corriendo detrás de su nueva hijastra, pero esta no hizo caso. El momento de diversión entre padre e hija, comenzaba con esta pequeña carrera al lago, mientras que en el interior de la casa una aclaración de shuri a Gohan comenzaba.

-Gohan, yo sé que comprendes la situación que estamos pasando tu padre y yo, eres un niño muy inteligente- decía la pelinegra mujer con calma. El mestizo dio un asentimiento con la cabeza.

-mi padre se ve muy feliz, desde hace mucho no lo veía así- decía con madurez el mestizo hijo de Goku. A veces shuri se seguía sorprendiendo de lo bien que Gohan entendía esta situación a tan corta edad.

-pero tu Gohan, ¿eres feliz?- pregunto shuri en voz alta, mientras que dejaba de lavar los platos para voltearse a ver a un pequeño sin expresión en su rostro.

-yo, no lo sé, no sé qué decir en esta situación- Gohan respondía con sinceridad, a lo que shuri confirmaba sus dudas. El hijo de Goku no estaba cómodo con la reciente unión de ella y Goku.

De nada sacaba la mujer con mentirle al chico, o tratar de parecer su madre y ni siquiera hablar de confrontar al pequeño. Shuri debía hablarle con el corazón tal y como lo hizo con Goku, esperando que los mejores resultados la favorecieran a ambos, pero el rostro de Gohan no hacía presagiar que esto terminara con los mejores términos. Shuri termino de lavar los platos, se secó las manos y encaro a Gohan con una suave sonrisa.

-sabes Gohan, yo entiendo cómo te sientes en este momento, yo sé que no eres igual que Akeno, ella nunca tuvo un padre, solo me tuvo a mi desde que nació y ahora que tiene un padre, no contiene su emoción- shuri hablaba mientras se ponía de rodillas al nivel de Gohan, bueno no tanto ya que Gohan en esa pose parecía más alto que la mujer.

-yo lo sé, parecía que se lleva muy bien con papá- decía el mestizo formando una pequeña sonrisa en sus labios. La madre sonrió al ver que Gohan entraba en confianza.

-así es, Akeno se siente segura al lado de Goku, yo y ella estuvimos escapando mucho tiempo del clan en que nací- decía shuri contando toda su verdad, dejando intrigado al mestizo guerrero.

-tiene que ver algo con que Akeno tiene un ki aparte del de un ser humano- respondió Gohan muy sabiamente, a lo cual la madre de la niña asintió de inmediato.

-Akeno es humana por parte mía pero en sus venas también corre sangre de un ángel caído- shuri revelo al pequeño mestizo la verdad del doble ki que tenía su hija, -mi clan vio esto como una traición y el peor pecado posible que haya cometido, a lo que me siguieron por mucho tiempo para acabar con la vida de ambas como lo pudiste ver ese día- Gohan apretó los puños al pensar como sufrieron estas chicas al ser perseguidas por basuras como esa.

-son unos malditos, hacer eso con ustedes es imperdonable- decía Gohan con ira en su voz, a lo cual shuri posaba sus manos en los hombros del sayayin mestizo.

-sabes, gran parte de mi vida me eche la culpa de lo que paso, y tal vez sea así, pero Akeno, ella no tiene nada que ver- exclamo shuri con voz melancólica, a lo que Gohan respondió fugazmente.

-¡no tienes la culpa!, ninguna de las dos la tiene, son ellos, que no supieron entender sus sentimientos- casi gritaba Gohan, a lo que shuri se sorprendió pero sonrió ante la frase del pequeño.

-me alegre que pienses así Gohan y ahora quiero que tu entiendas mis sentimientos por tu padre y por ti- Gohan quedo impactado por las palabras de shuri, mas por incluirlo a él en la ecuación, -Gohan, tuviste una maravillosa madre que perdiste por causas que están más allá de ti, pero ahora tienes a esta pobre mujer que quiere tener una oportunidad de ganar tu corazón, no quiero ser el reemplazo de tu mamá, pero si quiero algún día ser una persona importante para ti, ¿me entiendes?- shuri dejaba salir todo lo que sentía su corazón por el pequeño.

Gohan no sabía que decir o que hacer, jamás en su vida pensó enfrentarse a esa clase de situación. La mujer era muy dulce y lo trataba siempre con cariño, lo ayudaba en sus estudios y se preocupaba por él cuando llegaba con moretones o cortes después del entrenamiento con su padre. Entonces porque no darla una oportunidad a ella. Gohan con la mirada gacha, en un segundo la subió pero antes de responder vio una silueta detrás de shuri que lo dejo en shock.

-ella te quiere y querrá como yo lo hice cariño, te amo Gohan- la voz de milk y la silueta de esta le hablo mentalmente al pequeño sayayin, quien no pudo evitar sentir una enorme tristeza en su rostro, dejando así salir las lagrimas de sus ojos. Shuri se preocupó por esto, pero antes de hacer algo, Gohan la abrazo con fuerza.

-mamá, mamá, mamá- repetía el pequeño sayayin llorando en los brazos de la madre de Akeno, esta sonrió mientras acariciaba la espalda del sayayin mestizo. Con suaves movimientos de sus manos trataba de calmar al hijo de Goku.

-ya, ya pequeño, todo estará bien, mamá está aquí y nunca te dejara- decía shuri como si esta fuera la verdadera madre de Gohan, la silueta de milk se desvanecía con el viento, dejando así a shuri junto a Gohan abrazados en el suelo.

Estos estuvieron de la misma forma por algunos minutos más, hasta que Gohan al fin logro tranquilizarse, a lo que shuri se separó un poco del niño el cual se frotaba los ojos para quitarse el resto de lágrimas residuales que quedaban en sus ojos.

-¿estas mejor?- pregunto la mujer con una sonrisa muy dulce en su cara, a lo que Gohan asentía con la cabeza, -bien, así me gusta me pequeño de cabellos dorados- decía la pelinegra frotando los cabellos del súper sayayin mestizo.

-jejejejje- reía el hibrido sayayin mientras era acariciado por shuri.

-bien, creo que eso significa que me darás un oportunidad ¿cierto?- pregunto la pelinegra con ojos de ilusión, a lo cual Gohan asintió con la cabeza. Shuri suspiro de alivio, -bien, entonces ¿Qué dices?, ¿me ayudas con la limpieza? Y luego que tal si me ayudas con una tarta, de seguro que a Goku y Akeno les gustara- exclamo con emoción la pelinegra mujer, la cual animaba a Gohan para ayudarla y estrechar lazos, aprovechando la ocasión.

-espera- Gohan dijo con seriedad, cambiando su entre cejo a uno fruncido y sus labios en un tono neutral, -siento varias firmas de energía alrededor de la casa- decía Gohan mirando hacia la puerta.

-será mejor ir a ver- dijo también seria shuri, a lo que el par se dispuso a salir al exterior, donde se encontraron a varios encapuchados de gabardinas negras, cada uno con una espada en sus manos.

-¿Quiénes son ustedes?- pregunto Gohan alzando su voz, a lo que una persona de entre los encapuchados salía. Este era un hombre de edad que caminaban con un bastón por delante, sin cabello arriba pero si por alrededor de la cabeza, este vestía un traje de sacerdote de un templo japonés.

-disculpa la intromisión a tu hogar pequeño, pero los caballeros y yo necesitamos una pequeña charla con esa mujer- decía el anciano apuntando a shuri con su bastón, la cual estaba sorprendida por las personas que se encontraban por delante de ella y Gohan.

-es el líder del clan himejima, el anciano shinto, me imagino el porqué de tu presencia tuya y los caballeros del clan- exclamo con seriedad shuri, la cual apretaba sus puños con ira.

-si es así, nos ahorras mucho tiempo, ahora ven y trae a tu hija, no causemos problemas a estas buenas personas que has involucrado con tus pecados- decía con algo de ironía el anciano, a lo que shuri bajo su cabeza. Los caballeros del clan himejima eran un grupo fuerte y de elite de su clan, además de ser una docena de estos, para ella Gohan no tenía forma de ganarles y sus poderes no podrían hacer nada.

-yo...- antes de que hablara shuri, Gohan se puso delante de ella mientras encendía su ki.

-mi madre no ira con ninguno de ustedes, así que les conviene largarse de aquí y ¡jamás volver!- grito y amenazo el mestizo a los sujetos, a lo que el anciano rio, mientras que shuri se conmovía con la valentía de Gohan.

-uno de ustedes podrían de quitar al chico de en medio, pero no sean duros con él- ordeno el líder del clan, con una sonrisa taimada en sus labios, el cual subestimaba al guerrero.

-si señor- exclamo uno de los caballeros, quien se comenzó a acercar a paso lento a Gohan. La mano del sujeto se movió para mostrar el brillo de su espada al sol.

-espera pro favor, no le hagas daño al niño- shuri se interpuso entre el caballero y Gohan, pero este sonrió por debajo de su capucha.

-no te metas en esto maldita- sin pensarlo y con cero compasión, el hombre le dio una cachetada de revés a shuri, la cual cayo lentamente a los ojos de Gohan al suelo. En ese momento, para el mestizo todo fue de un color rojo.

-¡aaaaahhh!- grito Gohan con furia, a lo que en un segundo ya tenía plantado su puño en el estómago del hombre, -no te perdonare, ¡jamás lo hare!- con rapidez, Gohan le daba una lluvia de puñetazos al hombre en el mismo lugar, mientras que este podía sentir que iba a ser partido por la mitad en cualquier momento.

Antes de matarlo con esos golpes, Gohan tuvo compasion y le dio un fuerte golpe en la cara de este, para luego enviarlo directamente hacia sus compañeros, pero este paso a un lado de estos para estrellarse de cabeza contra la tierra. El anciano y los caballeros quedaron impactados al ver esto. El líder endureció su rostro mientras apretaba fuertemente su bastón.

-maten al chico, ¡ahora!- ordeno con furia el líder del clan, a lo que sus caballeros levantaron sus espadas con hostilidad contra el sayayin mestizo, pero no contaban con la velocidad y fuerza de un guerrero sayayin.

-no lo permitiré- dijo en voz baja el hijo de Goku, quien con su codo por delante, el dio un golpe a uno de los caballeros dejándolo con la nariz rota y fuera de la conciencia tirado en el suelo.

-¡maldito chiquillo!- grito un caballero detrás del mestizo, pero sin mucho esfuerzo, Gohan levanto su pie al aire, para darle justo en el estómago al encapuchado, el cual lanzo saliva de su boca antes de caer a la tierra.

-aaaa- dos más se lanzaron con sus espadas por encima de sus cabezas para cortar verticalmente al mestizo. El hijo de Goku cargo un par de esferas de ki en sus manos, luego las lanza con fuerza contra los caballeros quienes con chillidos de agonía, salían disparados por los cielos.

-¡formación de tres picos ahora!- grito el líder del clan, a lo que tres caballeros rodeaban a Gohan en tres puntos formando una pirámide, todos con la punta de sus espadas por delante.

-Gohan- pensó preocupada shuri, la cual veía como el mestizo peleaba por ella, -debo hacer algo, debo ayudar a mi hijo- pensaba la pelinegra, la cual se paraba con decisión mientras comenzaba a reunir el poder con el que nació.

-¡no lo hagas mamá!, déjame encargarme de ellos, confía en mi- decía el pequeño sayayin con el ceño fruncido y una sonrisa en su rostro. La pose de pelea del pequeño indicaba que estaba listo para seguir la pelea, mientras que shuri sorprendida, dejo de reunir energía y se mantuvo al margen.

-confío en ti mi pequeño- dijo shuri en voz alta, pero esto solo enfadaba más y más al líder, quien con un grito ordena a atacar a sus caballeros.

Las espadas con sus filos frontales se dirigían a Gohan para empalarlo con ellas, pero el súper sayayin con un salto en el aire, comenzó a repartir una patada directamente en las caras de estos sujetos. La fuerza en los pies del mestizo era de tal magnitud, que destrozaban las mandíbulas de sus rivales. Las muecas de estos al caer al suelo, son un dolor imaginable que los llevaba al país de los sueños.

-¿Cómo es posible? Es solo un niño y esta despedazando a mis caballeros- pensaba con asombro el anciano, al cual le temblaban las manos. A este sujeto comenzaba a sentir el miedo y terror de la fuerza de un guerrero sayayin, -ustedes seis, no se queden parados ahí, ataquen, liquiden al chico- ordenaba el anciano a los paralizados encapuchados, quienes se miraban entre sí.

-oye, ese chico es muy fuerte- decía un encapuchado, el cual daba un paso atrás.

-derroto a la mitad de nosotros en tan solo unos minutos, no tenemos oportunidad con él- respondía otro encapuchado, quien daba marcha atrás al igual que su colega. Los planes de retirada estaban en la cabeza de ellos, lo cual enfadaba más al anciano que hasta una vena palpitante salía de su frente.

-miserables, tienen magia de su lado, ¡úsenla y terminen con esta estupidez!- gritaba furioso el anciano. Los caballeros se sonrieron entre si y consideraron esta opción. La confianza volvió a sus cuerpos y alzaron sus espadas al cielo una vez más.

-serás solo una pila de cenizas cuando recibas este ataque chiquillo, jamás debiste desafiar a los caballeros del clan himejima- decía el encapuchado del centro, a lo que sus colegas juntaban sus espadas con las de él.

-kaaameeeee...- hablo en voz baja el pequeño mestizo, juntando sus palmas en su costado derecho, mientras que la luz azul brillaba en sus manos.

-¡ataque de trueno unido!- exclamaron los caballeros dejando caer sus espadas a la misma vez, enviando un enorme trueno contra el hijo de Goku.

-¡haaaaaaameeeeehaaaaa!!!- dio un grito el súper sayayin menor, enviando la onda de energía azul contra el trueno de sus rivales. El resultado fue bastante obvio, la energía de un súper sayayin no era comparable con la de un simple terrícola o seis de estos. En el momento del choque, el ataque de los caballeros fue consumido por el de Gohan.

-¡no, no puede seeer!!- con un grito desgarrador, los seis hombre fueron consumidos por la ráfaga de ki, pero Gohan no es un asesino, este controlo lo que más pudo su fuerza y solo hizo volar con alguna que otra quemadura a estos hombre, los cuales aterrizaban en la tierra uno a uno con sus ojos en blanco.

El hijo de Goku con un rostro serio veía lo cuerpos tendidos alrededor de su hogar, así que este decidió reunir a todos en un solo lugar, esto ante la mirada atónita del líder del clan himejima, pero con un ira y furia en su cuerpo, desvaino la espada de su bastón y visualizo a la nueva madre del mestizo.

-tal vez mi hombres estén derrotados, pero tú no te salvaras de tu castigo maldita pecadora, ¡muere!- con un grito furibundo, el anciano hombre se lanzó con rapidez contra shuri. La madre de Akeno solo atino a colocar sus manos por delante de ella, esperando el corte del anciano.

-Gohan- fue el pensamiento de shuri, pero jamás recibió un solo golpe. La pelinegra al abrir sus ojos vio al pequeño sayayin sosteniendo el filo de su espada con su mano desnuda.

-ya te lo dije, jamás permitiré que le hagan daño a mi madre- decía con autoridad el hijo de Goku, quien apretaba fuertemente la espada hasta que esta se rompió en dos. Aunque las secuelas de esto, fue un corte en su palma donde empezó a salir sangre.

-nooo, nooo, eres un monstruo al igual que su hija, son un par de mosntru...- las palabras del anciano se detuvieron abruptamente al sentir como el puño de Gohan se hundía en su intestino. Este sujeto no solo insulto a su madre, si no a su nueva hermana, ambas muy queridas por el pequeño mestizo.

-llévate a tus hombres y no vuelvan jamás aquí- decía en tono molesto Gohan, quien desencajaba su puño del hombre, el cual con los ojos abiertos del dolor y su mano en el estómago, comenzó a retroceder paso a paso, hasta tropezar con la pila de cuerpos que alguna vez fueron los caballeros del clan himejima.

-monstruo. Monstruo- decía o trataba de decir este anciano, que hacia lo posible por llenar sus pulmones de aire, a lo que Gohan se enfadó e intento dirigirse hacia ellos y acabar con lo empezado. Shuri coloco una mano en el hombro del mestizo, reteniéndolo en el acto.

-no lo hagas hijo, aun cuando lo merecen, no debes acabar con sus miserables vidas, no manches tus manos con su sangre mi niño- decía la pelinegra mujer con mucha verdad en sus palabras.

-no pensaba asesinarlos, solo quería enviarlos a volar lejos de aquí- decía Gohan bajando su cabeza, a lo cual shuri se sonrojo y se sintió algo avergonzada por pensar mal del mestizo.

-kukukuku, discúlpame hijo, entonces si puedes hacerlo, ve y diviértete- decía entre risas nerviosas la madre de Akeno, a lo que el sayayin asintió con la cabeza mientras colocaba sus manos en sus costados.

-nos volveremos a ver- dijo en voz baja el anciano, pero Gohan solo sonrió.

-eso no pasara, haaaaa- con un estruendoso grito, Gohan envió de sus palmas una enorme ráfaga de aire comprimido, que choco directamente con los caballeros y los ancianos. Sus cuerpos se perdieron en el firmamento junto con un mensaje, el cual decía, "jamás vuelvas a meterte con la familia son himejima o pagaras las consecuencias".

-ven cariño, te curare esa herida de inmediato- decía shuri con dulzura, mientras tomaba la mano ensangrentada de su hijo.

-jejejeje, esto no es nada, he recibido peores heridas- exclamo con simpleza el sayayin mestizo, pero este fue envuelto por los brazos de la mujer.

-gracias Gohan, eres un gran chico, me sentiré orgullosa de ser tu madre de ahora en adelante- con estas palabras, shuri le dio un tierno beso en la mejilla del mestizo, el cual se sonrojo de inmediato.

-gracias, mamá- suave y corto dijo esto Gohan, el cual apoyaba su cabezo en los atributos de la mujer. Ellos quedaron abrazados por un tiempo, la pelea con los caballeros había estrechado sus lazos y su futuro se veía brillante. Pero en este estaba cell.

[Mientras en el lago junto a Goku y Akeno]

Después de un rato de jugueteos en el bosque, el par llego al lago. A lo que Goku no tardo en lanzarse a este por un pez, mientras era observada por la pequeña hibrida con emoción. Lo que no sabía la hija de shuri que detrás de ella, acechaba un tigre dientes de sable que buscaba convertirla en su cena.

-mi nuevo papá es genial- decía la pequeña con una sonrisa en su rostro mientras veía al lago, pero de un momento a otro, el tigre salto con las intenciones de comerse a la chica.

Pero para una pequeña que estuvo entrenando arduamente con el súper sayayin de raza pura y lograba ver los movimientos de este y Gohan al pelear, el ataque del tigre lo sintió y con rapidez se hizo a un lado. El animal con los ojos abiertos de la impresión y moviendo sus patas con rapidez para detener su caída, se fue de cara al lago.

-jujujuju, gatito malo- decía la niña regañando al tigre que se agitaba en las aguas intentando salir, lo que consiguió al sentir como era levantado por los aires gracias al enorme pez que Goku cargaba con una sola mano.

-hum, ¿Qué hacia ese tigre en el agua?- pregunto Goku al ver como el animal corría como condenado hacia el bosque.

-jujujuju, no lo se- decía la pequeña con sus manos a los lados a la vez que se encogía de hombros. Goku miro al bosque y luego a su hija, luego al bosque y de nuevo a la pequeña.

-su fuerza y rapidez aumento de golpe con solo diez días de entrenamiento- pensó el sayayin de raza pura con una sonrisa en su rostro, -estoy seguro que es una niña prodigio para las artes marciales- pensaba el sayayin con una gran curva de alegría en sus labios. El futuro deparaba grandes cosas para la bella hija de shuri.

-vamos papá, hay que volver- decía la pequeña tomando la mano libre de Goku, quien no pudo evitar sonrojarse por esto. Un poco avergonzado el sayayin nunca pensó ser padre por segunda vez y ahora de una pequeña muy especial.

-pasaremos por una manzanas antes- exclamo el sayayin con el pez cargándolo en su hombro.

La caminata duro en silencio por unos minutos, pero el rostro de Akeno cambio a uno de preocupación a lo que apretaba fuertemente la mano de Goku. El guerrero sayayin sintió cambio de ánimo en la pequeña hija de shuri, a lo que este bajo su mirada confundido hacia su nueva hija.

-¿sucede algo Akeno?- pregunto el confundido Goku, a lo que Akeno bajo su cabeza.

-estaba pensando si no te molesta que te llame papá- decía la pequeña sacando una pregunta demasiado repentina para Goku, pero este sonrió suavemente a la niña.

-claro que no, ya eres mi hija, ¿oh no?- devolvió la pregunta Goku a la niña, a la cual se le tiñeron las mejillas de colorado. Akeno asintió de inmediato, la emoción de tener un padre como Goku fue tanta que no pensó como este se sentirá al respecto.

-sip, ahora soy son Akeno himejima o eso creo, jujujujujuju- reía Akeno con su típica carcajada heredada por su madre.

-¿son Akeno?, ummmm eso suena genial, son Akeno la hija de son Goku- decía el sayayin de raza pura son alegría, a lo que su hija no paraba de reír por la imitación de voz de su padre.

-me alegra que el señor Goku sea mi nuevo papá- pensó la pequeña niña. Una hermosa postal del guerrero sayayin junto a la pequeña mestiza, caminando por el bosque tomado de la mano, mientras que Goku tenía un enorme pez en su hombro.

Los lazos de padre e hija y también en todo caso de madre e hijo, se estrechaban con estos eventos y con los días que pasaban, los cuales exactamente fueron cinco de estos que pasaban en total calma. Ellos ya parecían una familia común y corriente, esto hasta el punto que ya Goku y shuri comenzaron a dormir en la misma habitación, las cosas de milk para no hacer incomoda la situación y romance de ambos, fueron colocadas en el ático de la casa. Esto fue una señal de una nueva vida para ambos.

Akeno no podía estar más contenta al tener su propio cuarto el cual decoro como ella quería, además de pasar tiempo con Gohan y su nuevo padre, Akeno era feliz por su madre la cual parecía más alegre cada día. Lo que ella no comprendía, fue que a su madre aun le faltaba una cosa para consumar el amor entre ella y Goku, creo que ustedes comprenden de lo que estoy hablando, pero eso es otro tema que tocar, ya que los demás guerreros se preparaban para el torneo del androide perfecto, aunque daremos más ahínco al namekusei maestro de Gohan, el cual en el tiempo en que Goku y shuri consolidaban su relación este descubría una nueva forma de entrenar junto a sus visitantes del otro mundo.

[En el templo de kami-sama]

Piccolo se encontraba levitando con las piernas cruzadas y sus manos juntas, su típica pose de entrenamiento del namek, quien se preparaba con todo para el torneo. Esta demás decir que vegeta, Trunks y los demás ya no se hospedaban en el templo. Michael, Gabriel, mister popo y piccolo eran los únicos en el templo, los ángeles decidieron quedarse hasta que la amenaza de cell fuera destruida, hasta entonces vigilaría la tierra de cerca, pero la hermana de Michael tenía otros planes.

-otra vez lo vas a intentar- decía el ayudante de kami-sam, quien se encontraba a un lado del hombre de rubios cabellos.

-la última vez se rindió al primer intento, pero ahora la veo más decidida que antes- comentaba un feliz Michael al señor popo. Estos estaban hablando de la mujer mas hermosa entre los ángeles. Gabriel se acercaba lentamente con sus brazos abiertos, con las intenciones de abrazar al namek.

-es perseverante lo admito, pero no por eso la dejare hacer eso- pensaba el namek con un leve sonrojo en sus mejillas. Al maestro de Gohan le avergonzaba esta muestra de cariño.

-hooo- con un grito muy desanimado, Gabriel se lanzó al extraterrestre, pero este desapareció de la nada, pero sin caer, la mujer dio una vuelta en el aire, antes de caer de pie mientras su enormes pechos rebotaban haciendo su tu típico sonido de boing.

-basta chiquilla, no tengo tiempo para estos juegos- decía con seriedad el namek, pero Gabriel no hizo caso y al ataque, pero esta vez fue más rápida que antes, -su ki se elevó en un segundo- pensó piccolo esquivando a la rubia.

-Gabriel es considerada como una de los ángeles más fuertes si no es que la más fuerte del otro mundo, así que tenga cuidado señor piccolo- advirtió el rubio de largo cabello, a lo que el namek se sorprendió un poco. Bajar su guardia ahora sería un grave problema.

-si eso es lo que quieres, intenta atraparme mocosa- piccolo con una sonrisa en su rostro, se sacó su capa, la cual cayó a un lado, causando un estruendoso sonido al caer, esto provocado por el peso de esta.

Gabriel con sus manos abiertas, desapareció de la vista de los presentes. Piccolo comenzó a intentar detectar el ki de la chica, buscando por donde sería su próximo ataque bueno, ataque lo consideraba el namek. Por su lado, Gabriel apareció al costado derecho del maestro de Gohan, pero este raudo y veloz, tomo uno de los brazos de la chica y la lanzo por los aires.


-con eso bastara, no lo puedo creer de mí, pero me sentirá mal si le diera un golpe para frenarla, además es buena niña- pensaba piccolo viendo como la rubia sin emitir sonido alguno, daba vuelta por los aires.

-esos fues rapidos- exclamo el ayudante de kami-sama, pero este no contaba con los reflejos de la bella ángel. La hermana de Michael dio varias piruetas en el aire antes de caer elegantemente al suelo.

-tadaaaa- dijo al caer Gabriel con un tono bastante neutral. La chica dio la media vuelta y se impulsó con la planta de sus pies contra el namekusei.

-bien, tienes agallas niña, eso lo admito- decía piccolo volviendo a colocarse en pose de batalla, pero lo que no contaba el namek, fue que Gabriel se desdoblara en dos, -¿Cómo?- pregunto pasmado piccolo, mientras que varias ángeles aparecían desde los costados, rodeando al namek.

-las técnicas de las miltimagenes, aun recuerdo la vez en que Gabriel vio esa técnica en el primer torneo de las artes marciales en que participo son Goku, ¿lo recuerdas mister popo?- hablaba el rubio hombre, mientras que el amigo popo asentía con la cabeza.

-sis Michael, estuvos tres días practicando hastas logrars hacerlos- respondió el señor popo a Michael, mientras que mantenía su vista a la batalla por un abrazo continuaba. La mujer saltaba de un lugar a otro, mientras que piccolo esquivaba sus embates.

Piccolo mientras evitaba a la rubia chica, no consiguió detener una curva de alegría que se reflejaba en su cara, la cual señalaba que el namek se estaba divirtiendo. Gabriel por su parte también estaba sonriendo, esta especie de entrenamiento la estaba llevando a usar mas de su poder y al namek ponerse un poco mas serio de lo habitual, pero el punto de clímax fue cuando Gabriel se detuvo frente a piccolo solo a unos metros de este.

-¿ya te cansaste chiquilla?- pregunto algo irónico piccolo, aunque él mismo ya tenia sus primeras gotas de sudor cayendo de su rostro. Gabriel no respondió y solo flexiono sus rodillas. Como una rana, brinco por los aires la chica antes la atenta mirada del namekusei, pero de un segundo a otro despareció y reapareció detrás del maestro de Gohan, el cual no se esperaba esa jugada.

-lo tiene- exclamo Michael con emoción. Su personalidad serena paso a una de más emoción al ver que su hermana lograría su objetivo.

-maldición, no me queda otra salida- piccolo acorralado entre la espada y la pared, coloco su palma frente a la chica, -aaaahhh- con un grito realizo una expulsión de ki muy leve, la cual envió a Gabriel a girar varias veces por el suelo.

-ayayay- decía la rubia chica sentada en el suelo con un rostro de tristeza, mientras que piccolo con una actitud algo avergonzada se acercaba a la chica.

-lo siento por eso, hiciste un gran trabajo- se disculpaba y felicitaba el namek a la chica, mientras que le tendía la mano. Gabriel ni corta ni perezosa acepto la ayuda de piccolo. Por lo menor consiguió un estrechón de manos en vez de un abrazo. Ya de pie Gabriel miro fijamente a un nervioso namek.

-yo quiero hacer eso- exclamo con una voz sin emociones la pelirrubia, la cual colocaba su palma frente a piccolo al igual que él lo hizo.

-espera, ¿Qué intentas hac...- antes que terminara la pregunta piccol0o recibió una gran sorpresa.

-aahh- con un grito muy débil, la hermana de Michael expulso la misma cantidad de ki que lo hizo piccolo haca unos segundos atrás. Para el namek solo fue una brisa que seco su sudor, pero aun así fue impresionante.

-vaya, vaya, Gabriel se ha interesado por sus técnicas señor piccolo- decía el rubio de cabello largo y mirada suave. Junto a mister popo se acercaron al par de namek y ángel.

-con es eso, bien enana, haz esto- decía el namekusei con voz reflexiva. El ser verde levanto su palma en dirección opuesta a los demás y lanzo una ráfaga de energía de tamaño medio para luego re direccionarla al cielo donde estallo.

-ok, lo hare- dijo con un poco más de emoción la chica. Gabriel tomo la misma posición que piccolo y con sorpresa lanzo una ráfaga de poder que también logro direccionar al cielo.


-impresionante, que tal esto- piccolo con una actitud mas seria, puso sus dedos en la frente mientras colectaba una gran cantidad de ki, -¡makankosapo!- con un grito el namek lanzo su característico ataque en espiral, dejando impresionados a todos los presentes.

-caramba que poder- dijo un Michael con los ojos abiertos como platos pero aún se mantenía sereno. Gabriel posiciono sus dedos en su frente e intento hacer lo mismo.

-makankosapo- dijo la rubia ángel, pero esta no consiguió nada, solo sacar humo de sus dedos, -muuu, es difícil- decía con simpleza la chica, la cual hacia un lve puchero en sus labios.

-hum, debes entrenar mucho para llegar a hacer el makankosapo- decía piccolo a la vez que se cruzaba de brazos.

-enséñame, quiero aprender- exclamo Gabriel tirando del chaleco del namek, el cual se sorprendió ante las palabras de la chica. El maestro de Gohan estaba a punto de negarse, pero al ver fijamente el rostro de la chica, logro ver a su antiguo discípulo de pequeño y recordó esa vez que lo entreno.

-tch, bien, aun necesito un compañero de entrenamiento antes del torneo de cell, no me vendría mal entrenar con alguien que amenos está a un nivel decente- exclamo el alienígena del planeta namek, mientras se sonrojaba levemente y desviaba la mirada.

-wuw- con esa expresión de emoción no tan emocionante, Gabriel aprovecho de abrazar al namek, quien solo atino a darle un par de palmadas en la cabeza de la chica.

-si, si, ahora a entrenar- piccolo comenzaba a tener un nuevo vinculo alumno maestro con la ángel de grandes pechos, la que una vez tuvo con Gohan pero este ya había superado sus poderes y un nuevo alumno que pueda moldear como lo hizo aquella vez, no se oía tan mal.

-jamás pensé que la parte malvada de kami-sama cambiara para bien- pensaba Michael mientras Gabriel y piccolo se encaminaban al centro del templo, -pero como dicen en el otro lado, los milagros suelen presentarse donde menos los esperas, solo espero que eso sea cierto con este nuevo enemigo al que se enfrenta a la tierra- la expresión del ángel cambio levemente a una más preocupada, mientras que dirigía su vista en dirección al androide perfecto.

El líder de la facción angelical tenía toda la razón, ya solo faltaba menos de la mitad de los días para que el enfrentamiento entre el bien y el mal chocaran entre ellos. Los guerreros se preparaban con toda intensidad para ese día, esperando para tener su batalla contra el ser mas fuerte presentado hasta ahora, la amenaza llamada cell.

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eso es todo amigos, espero hayan gozado de este capitulo, ya que cada vez se pone mas y mas interesante. recuerden, que pueden compartir, seguirme en wattpad y por supuesto, votar y comentar, eso es lo que me dice si les gusta o no la historia, sin mas que decir, yo soy alucard77 diciendo. 

                                                              QUE VIVA EL HAREM.

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