Capítulo 4: abre tu corazón Goku, un día de compras con los son.
Shuri se encontraba en un enorme predicamento. La mujer de cabello negro se miraba y miraba en el espejo de cuerpo completo, viendo como le quedaba el vestido chino que uso la esposa fallecida del sayayin de raza pura. Era muy hermoso y se acentuaba a su exuberante cuerpo, pero ya no podía seguir usando esa ropa. No podía seguir viviendo a costa del vestuario de la ex esposa de Goku. Llego la hora de ir de compras, algo que emocionaba a cualquier mujer y por sobre todo a la pelinegra miko.
-kukukuku, por suerte antes de ser atacados por mi clan, tenía mi tarjeta de crédito escondida en mis pechos- shuri reía con la mano en la boca, la cual sacaba la lámina de plástico de entre sus enromes pechos.
Goku se encontraba en el marco de la puerta, apoyado en esta mirando fijamente a la madre de Akeno. La miko seguía viéndose de pies a cabeza en el espejo, mientras que Goku sonreía suavemente al verla, tal vez estaba mal pero Goku no podía dejar de pensar que shuri se parecía mucho a su antigua esposa, pero esta con un mejor cuerpo y una personalidad totalmente diferente.
-me pregunto si esto era a lo que se refería milk aquella vez- pensó Goku agachando levemente su cabeza, recordando uno de los momentos que mantenía muy adentro de su corazón. Este pensó por varios segundos hasta que una suave voz lo hizo volver en sí.
-Goku, Goku, ¿te encuentras bien?- pregunto shuri con una mueca de preocupación en su rostro, viendo fijamente el rostro de un sorprendido sayayin.
-oh, shuri, disculpa solo estaba sumido en mis pensamientos por un rato, jejejejeje- Goku hablo con despreocupación a la vez que frotaba la parte inferior de la cabeza, algo típico en él. Shuri no estaba muy convencida por esto y no logro detener el recuerdo de la otra noche.
[Hace un par de noches atrás]
Shuri se levantaba de su cama, esta con las necesidades fisiológicas de cualquier persona normal. La mujer dio un leve bostezo dio una leve mirada a su hija, la cual dormía muy apaciblemente a su lado. Shuri sonrió antes de darle un leve beso a su hija, la arropo y salió del cuarto en busca del baño.
Los pasillos eran oscuros, casi no se podía ver nada a la vista, pero gracias a sus instintos y la necesidad de ir al baño, shuri no tardo en encontrar el baño. La madre de Akeno al terminar salió y siguió su camino a su propia habitación pero al ver la puerta semi abierta de la habitación de Gohan, este decidió echar una leve mirada.
Ahí, en su cama, el pequeño hijo de Goku descansaba con mucha relajo, lo cual saco una sonrisa en el rostro de shuri, la cual veía como el vaivén de las respiraciones de Gohan subían y bajaban las sabanas de la cama, pero con un leve movimiento, estas se desacoplaron y dejaron al expuesto parte del cuerpo del mestizo sayayin. Shuri se mordió los labios sin saber qué hacer.
-lo hago o no lo hago- se debatía la mujer mordiendo su pulgar. Gohan por su parte dio una patada al aire, dejando caer el rostro de la manta que lo cubría, -hasta en sus sueños entrena, es igual a Goku- pensó shuri con una suave sonrisa, a lo que está decidida se acercaba al mestizo sayayin.
Gohan durante la noche cambiaba a su forma base, dejando de lado el estado de súper sayayin. Esto fue notado por shuri, quien tomaba las mantas para cubrir de nueva cuenta al hijo de Goku. Shuri se le quedo viendo un par de minutos antes de darle un beso en la frente.
-mamá- dijo como un susurro el hijo de Goku, antes de voltearse y seguir durmiendo a pierna suelta. La pelinegra abrió sus ojos de la impresión por unos instantes, su pecho latió con más fuerza y sus mejillas se sonrojaron levemente.
-él me llamo...- pensó shuri con una mano en su pecho. El rostro de la mujer cambio de uno de sorpresa al de uno rajado y con una suave sonrisa en sus labios, -buenas noches Gohan, tal vez en un futuro, me puedas llamar mamá sin estar dormido- exclamo con suave voz shuri a un Gohan dormido.
Luego de esto, la madre de Akeno dio un último vistazo a Gohan, antes de seguir su camino a la puerta de salida de la habitación. Dispuesta a volver a conciliar el sueño junto a su querida hija, pero en el recorrido vio con extrañeza una tenue luz que salía de la rendija de la puerta de la habitación de Goku, está un poco abierta la cual dejaba ver ese halo de luz, proyectada por la luna llena de esa noche.
-Goku dejo la puerta abierta por error, kukukuku, si ya lo hice con Gohan, también puedo arropar a Goku- pensó con algo de picardía la pelinegra. Shuri comenzó a abrir la puerta muy lentamente para ver en su interior, pero llevo una gran sorpresa al ver que Goku no se encontraba en su cama.
-aun no puedo quitarme esa imagen de la cabeza- exclamo en voz baja Goku, pero gracias al silencio de la noche, estas palabras llegaron a oídos de shuri.
-¿Qué quiere decir?- se preguntaba mentalmente la mujer de grandes senos. Por su lado Goku se dejó caer pesadamente sentándose en su cama, a lo que luego agacho su cabeza y junto sus temblorosas manos.
En ese instante, shuri comenzó a oír lo que jamás ella u otra persona pensarían que podría escuchar. A lo que me refiero son los sollozos del sayayin de raza pura, sollozos que venían con un par de lágrimas traicioneras que caían de sus mejillas hasta su barbilla y de ese lugar al suelo de la habitación.
-lo sé, yo sé que no debo, lo que dicen mis amigos es cierto, debo seguir adelante pero aun no puedo sacarte de mi mente- decía amargamente el súper sayayin. Nadie puede culpar al guerrero sayayin, milk fue la persona más importante en su vida. Ella que le enseño a amar y ser amado, ella que le dio a su orgullo más grande del mundo, su hijo Gohan. Ella a la cual vio morir en esa oscura habitación de hospital.
-Goku- pensó con tristeza la pelinegra, quien sentía empatía por el sayayin mestizo. Ella quería hacer algo por Goku, pero no entendía como ella podría ayudar. Shuri comprendió que nada podía hacer en ese momento y desapareció con un rostro preocupado.
[Volviendo a la actualidad]
Desde ese día, shuri pasaba por la habitación de Goku casualmente, intentando llenarse de valentía e ingresar para consolar al sayayin de raza pura, pero sus nervios y el miedo de hacer el ridículo le ganaban. Los sentimientos negativos en su mente no le permitían hacerlo pero cada día se esforzaba aún más y esperaba que su valor le ganara a su cobardía.
-jajajajajaja- el sonido de las carcajadas de los pequeños en la sala saco al par de adultos de sus pensamientos. Gohan y Akeno estaban viendo las caricaturas en la televisión y reían al ver las aventuras de esos dibujos animados.
-creo que ya es hora de acabar con su diversión, kukukuku- exclamo con su risa característica shuri. La mujer decía esto, porque ya era tarde entrada la noche y la hora de dormir se acercaba.
-por supuesto- respondió el sayayin de raza pura, quien junto a shuri, fueron a la sala junto a sus hijos. En el camino Goku veía de reojo a la mujer, la serenidad de su rostro y esa suave sonrisa en sus labios, no sabía como pero lo relajaba y hacía sentir su corazón más tranquilo.
-bien, bien- shuri llego a la sala, esta aplaudiendo un par de veces, esto para llamar la atención de los pequeños, quienes se voltean a ver a shuri, -la hora de dormir llego, los niños ya deben ir a la cama- decía en un tono de orden la pelinegra miko, a lo cual Akeno y Gohan se miraron entre sí.
-aaahwww mamá, no podemos quedarnos un ratito más- decía la pequeña mestiza con un lindo puchero en sus labios, pero el rostro de shuri no cambio, sacando un suspiro de decepción.
-no seas desobediente Akeno, a lavarse los dientes y luego a dormir- replico la pelinegra miko con sus manos en la cadera, Akeno bajo su cabeza, pero Gohan no la dejaría atrás.
-vamos papá, unos minutos mas- apoyo Gohan a Akeno, ahora llevando al ruedo al propio sayayin de raza pura. Goku en ese momento se puso nervioso, ya que jamás había estado en esta situación.
-bueno yo...- Goku antes de dar alguna orden, vio fijamente los ojos brillantes de los pequeños chicos, sin saber qué hacer. Una mano se posó en el hombro del guerrero sayayin, quien de inmediato volteo para ver a shuri.
-Goku, yo sé que estas muy de acuerdo conmigo, ¿no es verdad?- con una dulce, tal vez demasiado dulce sonrisa en sus labios decía esto shuri, mientras que un aura de color purpura la rodeaba. En ese instante Goku supo que los gritos no era la única forma de poner nervioso a un guerrero sayayin.
-estoy totalmente de acuerdo con shuri, ya es hora de dormir, es más, creo que también me iré a lavar los dientes y luego a la cama- Goku hablo tan rápidamente que apenas se le entendió esta frase, esto fue acompañado con la acción del sayayin de raza pura caminando rápidamente hacia el baño como una especia de robot.
-y bien pequeños, ¿Qué esperan?- pregunto sin cambiar su mueca la pelinegra madre de Akeno. Gohan y la pequeña de ojos violetas se miraron entre si una vez más y en menos de lo que canta el gallo, corrieron a hacer lo pedido por la mujer.
-tu madre es aterradora a veces Akeno- decía el sayayin mestizo, el cual tenía un rostro aterrado mientras caminaba con la chica.
-y que lo digas Gohan, ahora andando que no la quiero hacer enojar aún más- exclamo la pequeña tomando la mano de Gohan, dirigiéndose rápidamente al baño.
-kukukuku, aun tengo el toque- pensó con un rostro de suficiencia la madre de Akeno, la cual colocaba sus puños en las caderas y elevaba el pecho al cielo con orgullo, pero la voz de la televisión la saco de su pose de victoria.
-ya está aquí, el salvador de la tierra, el hombre que derrotara a cell- decía el presentador de la televisión con mucha emoción. Shuri con un rostro tranquilo pero serio, se acercó a ver qué era lo que estaba sucediendo.
Trompetas una gran orquesta tocaban la típica canción de entrada de uno de los hombres que creían era el salvador de la tierra, el mas fuerte entre todos y el posible humano que le daría una gran paliza a cell y salvaría por completo al planeta tierra, hablo nada mas y nada menos que el hombre del bigote y su afro.
-¡es el gran mister satan!- anuncio a todo pulmón el anunciador de cabello rubio y lentes de sol, el cual vestía bastante veraniego con pantalones cortos y una camisa hawaiana.
-aaaajajajajajaaaaaa- con una risa estruendosa y arriba del escenario, con un ventilador a su lado que hacia mover su capa al viento, aparecía el personaje con un ego que sobrepasaba las nubes. El único mister satan, que daba un gran salto por los aires, antes de dar varias piruetas en el aire y caer de pie en medio de las cámaras de televisión.
-eeeeeeeehhh- el público se volvía loco al ver al campeón de las artes marciales, y más cuando este comenzaba a hacer varias poses de pelea.
-es el mejor peleador del mundo señoras y señores, el gran mister satan está aquí- volvía hablar el rubio presentador, mientras que el mencionado seguía con sus pose ridículas, -díganos mister satan, ¿Cuál será su estrategia para derrotar a ese demonio de cell?- el micrófono era ahora para el hombre del afro, quien dejaba de moverse para ponerse un poco más serio a la vez que se cruzaba de brazos.
-hum, hum, hum. Dame eso- exclamo el hombre del afro, quitándole el micrófono al presentador, -escúchame esto cell, en dentro de 20 días te derrotare de la forma más humillante posible, no me importa si eres un demonio o un extraterrestre, el gran mister satan te dará una paliza, hhaaaaa- se auto promocionaba el hombre más fuerte del mundo, o eso era lo que él creía. Con un rígido y sus manos con la señal del amor y paz, hacia enloquecer a los presentes.
-aplaudan, aplaudan a nuestro salvador- el presentador animaba y animaba a la gente a seguir vitoreando al campeón del mundo, lo cual era aún más efectivo, ya que los gritos resonaban por todo el lugar. Pero de un momento a otro, mister satan hizo una seña con la mano para que todos se detuvieran de alabarlo. El hombre del afro llevo el micrófono a su boca, para seguir diciendo mentiras a todo el mundo.
-gente de todas partes, ya no deben preocuparse más, que el pánico no cunda y vivan sus vidas con tranquilidad, ya que el gran mister satan acabara con cell por ustedes- con ese ultimo discurso mister satan dejo caer el micrófono al suelo, para luego rugir como siempre lo hace.
-eeeeeeehhhh- el griterío volvió a oírse por todo el escenario, aunque mister satan no fuera el mas poderoso hombre y que su nivel de pelea esta por debajo de un saibanman, sus palabras eran cierto de uno otro modo, ya que si habría alguien que daría la cra por la humanidad y ahora estaba lavándose los dientes por pedido de shuri. Aunque a decir la verdad, las palabras del supuesto campeón del mundo, daban un ápice de tranquilidad a los terrícolas, que podían volver a vivir sus vidas sin el miedo de ser destruidos por el androide perfecto.
-que va- exclamo shuri, la cual con una mueca de seriedad en su rostro, apago súbitamente el televisor, -nunca me han gustado los programas de comida nocturna- decía la madre de Akeno, dejando el control remoto de lado, para pasar a apagar las luces de la sala.
[En la habitación de Goku]
El guerrero sayayin ya se estaba cambiando la ropa a su pijama habitual de una camiseta blanca y bóxer azules. Pero en su rostro se mantenía una mueca de reflexión y pensamiento. Esto fue provocado por la madre de la pequeña Akeno. Cada día que pasaba, shuri se comportaba más como la esposa del sayayin de clase baja y este era consciente de ello.
-¿Qué debo hacer? Tal vez las palabras de bulma y los chicos eran ciertas- pensaba Goku, a la vez que apagaba la lámpara junto a su cama, -milk me enseño que era el amor y creí que con ella seria la única que sentiría ese sentimiento pero hoy con shuri- Goku recordó ese amable sonrisa en la cara de la miko, también su aura amenazante que lo controlo por unos instantes.
Lo que aconteció no había sucedido desde que su esposa murió. Milk tuvo un carácter bastante duro con él, pero siempre se las arreglaba para hacer lo que quería aunque fuera regañado por su esposa, pero ahora la madre de Akeno demostró al que va más allá de un simple regaño, era como si esta se hubiera metido en su mente.
-eso fue extraño, pero debo reconocer que me recordó a milk, shuri a veces es tan parecida y diferente a ella- pensaba el sayayin de raza pura mirando al techo, este se acomodaba sus brazos detrás de la cabeza y una sonrisa se reflejaba en su cara. El cabello de Goku volvía a la normalidad en ese momento.
-mereces ser feliz- las palabras de la hija de ox satan resonaron en la mente del sayayin. Goku volvió a ponerse serio, su cabeza era todo un lio, a él no le costaba admitir que disfrutaba de la compañía, comida y conversaciones con shuri, pero por otra parte, estaba engañando a su esposa de algún modo.
-ella es buena con Gohan y Akeno es una chica con muchos ánimos, me recuerda a mi cuando niño- ahora Goku hablaba con la nada, haciendo memoria de los ratos que pasaba con Akeno entrenándola y como shuri ayudaba a Gohan en sus estudios.
-Gohan merece una madre- las palabras de bulma ahora invadieron la mente de Goku y al instante la imagen de shuri y Gohan tomados de la mano se le vino a la cabeza.
-Akeno merece un padre como Gohan una madre, ¿pero ella me aceptara como Gohan a shuri?- se preguntó el sayayin de raza pura con una mueca de confusión en su cara. Aunque este estaba seguro que la relación de él y shuri sería aceptada por los niños, las dudas seguían presente.
-existen muchas bellas mujeres haya afuera Goku y ten por seguro que mueren por un hombre como tú- ahora eran las palabras de krillin y yamcha venían a la mente del súper sayayin, a lo que este sonrió nuevamente.
-shuri es bella, es muy bella- las imágenes de shuri con los vestidos chinos de milk pero está mostrando más piel en las rajaduras de esos vestidos llegaron a la cabeza de Goku y desde hace mucho tiempo, y siendo esto tan raro, Goku se sonrojo.
-levántate sabandija, el hombre que derroto a freezer no puede estar lloriqueando por siempre- uno de los entrenamientos fue ahora el recuerdo que vino a los pensamientos de Goku, volviendo a acordarse de las palabras de piccolo, mientras él yacía en el suelo.
Los entrenamientos de preparación contra los androides ya no eran lo mismo desde la muerte de milk, Goku casi ya no prestaba atención a los golpes de piccolo y este le daba una paliza cuando podía, pero lo que era peor para el namek, fue que la depresión del sayayin de raza pura, acarreaba a su hijo que también pareciera no estar al cien por cierto en la formación del día.
Goku luego de las duras pero ciertas palabras del namekusei, además de agregarles sus buenos golpes en el rostro. Goku entro en razón y comprendió que la tierra podría desaparecer por completo si este no entrenaba lo suficiente para hacer frente al mal que la acechaba. Desde ese instante, la depresión de Goku fue dejada de lado pero el sentimiento de tristeza por la pérdida de su esposa siempre se quedaba en su cabeza.
-desde ese momento, aprendí a mantener mi dolor y tristeza lejos de mis amigos e hijo, pero...- Goku volvió a curvar sus labios en una sonrisa, ya que una imagen de shuri volvía a sus pensamientos, -ella ha vuelto a revivir esos sentimientos que he mantenido ocultos desde hace mucho, ese sentimiento que hace latir mi corazón con fuerza- el guerrero sayayin llevo su mano al pecho, donde su corazón palpitaba como hace mucho no lo hacía.
Goku esa noche tuvo una reflexión bastante profundo sobre que estaba sintiendo su cuerpo, sobre si esto estaba mal, si estaba engañando a su fallecida esposa. El dolor en su corazón venia y se iba, a veces sentía ganas de llorar, otra ganas de sonreír. En fin los sentimientos del sayayin mestizo eran de una gran confusión y con eso en mente, Goku se durmió con una última imagen en su cabeza, la imagen de la hermosa pelinegra y ex miko, madre de Akeno y la mujer que hacía sentir a Goku ese sentimiento de regocijo que sintió con milk, la mujer llamada shuri.
[Al día siguiente]
-Akeno, Gohan, ya nos debemos ir- decía shuri desde la puerta de la casa, llamando a los pequeños para poder dirigirse hacia la gran ciudad. Goku por su lado, en su estado de súper sayayin controlado, una chamarra naranja, zapatos negros y pantalones de color crema. Desde que murió milk, este ya no era reacio a usar ropas mas normales según su difunta esposa y no siempre estar con su dogi naranja.
Goku se encontraba sumido en sus pensamientos, ya que en frente de él, se encontraba el automóvil volador de color blanco, el cual fue comprado por oxsatan el día en que este consiguió su permiso de conducir. Recordaba esas noches cuando milk le ayudaba a aprender como conducir este aparato, debía decir que fue muy divertido.
-ya estamos listos- exclamo Akeno a la vez que traía de la mano al hijo del sayayin de raza pura. Los dos pequeños usaban la misma ropa, siendo el chaleco chino blanco y pantalones negros, el vestuario usado por los niños.
-pero si son como hermanos, aunque con el cabello rubio y ojos verdes, Gohan podría ser tu novio Akeno- decía con un pequeño tono de burla la pelinegra mayor, mientras reía con su mano en la boca. Akeno se sonrojo ligeramente tras las palabras de su madre y Gohan al igual que Akeno, se le subieron los colores a las mejillas.
-mamá que vergüenza- Akeno se tapaba las manos en su rostro, a la vez que negaba con la cabeza. Shuri sonrió dulcemente con los ojos cerrados, esta era una de las ocasiones para avergonzar un poco a los chicos.
-Gohan, cuida muy de mi hija, te doy la bendición para casarte con ella- decía shuri con una pequeña mueca de seriedad mientras tomaba las manos del pequeño y colorado mestizo. Por dentro shuri reía a carcajadas, aunque esta no sabía o tal vez si, que estos niños ya comenzaban a generar aun infantilmente, un sentimiento en sus corazones que los llevaría en su adultez a lo que ella sentía por Goku y vis versa.
-todavía somos muy pequeños señora shuri- decía el hijo de Goku, el cual se tomaba las palabras de la mujer algo enserio, lo que era aún más hilarante para shuri, pero como estos tardaban, Goku decidió ver que sucedía.
-¿me perdí de algo?- pregunto el confuso sayayin de clase baja. Goku miraba sobre el hombro de shuri a los pequeños, a lo que está viendo que Goku estaba solo a unos centímetros de su rostro, no pudo evitar sonrojarse levemente. Akeno al ver esta reacción de su santa o no tan santa madre, supo que era su momento de devolverle el favor.
-papi, papi, te quiero mucho papi- decía en un tono infantil la pequeña de ojos violetas mientras abrazaba fuertemente las caderas de goku. Las palabras de Akeno dejaron sorprendido al sayayin de raza pura, pero en su interior gritaba de alegría al escuchar esas palabras de la pequeña chica.
-eh, eh, eh, Akeno hija, ¿Por qué dices esas cosas?, el señor Goku no es tu padre- las palabras de shuri salían de su boca con un leve tartamudeo, además de que su dulce sonrisa cambio por una de nerviosismo total.
-pero si mamá y el señor Goku se van a casar, ¿verdad?, eso lo convertiría en mi nuevo ¡papá!- la palabra papá Akeno la decía en voz alta, a la vez que daba un salto para estar a la altura de la cara de Goku, el cual en un movimiento casi instintivo, tomaba a la pequeña de cabello negro en sus brazos. Aun sin saber lo que pasaba, su cuerpo obedecía por inercia y le decía aunque indirectamente, que esta pequeña seria su nueva hija.
Shuri no sabía que decir, su hija anunciaba a los cuatro vientos las intenciones más inocentes que tenía esta con Goku, dejando de lado las más perversas que incluían una cama, un par de látigos, una botella de champán y algunas vela alrededor. Los sentimientos de ella aun no debían salir a la luz, shuri sabía de las complicaciones de Goku y su corazón no estaba listo para otra relación aun.
Tal vez se pregunten, cuando fue que la pelinegra comenzó a sentir que Goku podría ser el hombre que volviera a hacer latir su corazón una vez más y las mariposas renacieran en su estómago. La respuesta es bastante evidente, ya que desde la primera vez que el sayayin de raza pura la salvo a ella y a su hija, además de agregarle que este le dio un lugar para vivir, comida, compañía, ayudar a su pequeña a ser más fuerte, esa personalidad tan desinteresada de Goku y además que en un segundo plano, el sensual cuerpo de un guerrero sayayin. La pelinegra se iba a terminar enamorando de este hombre, pero sus recuerdos de la difunta esposa de este la frenaban por completo.
-eso quiere decir, que la señora shuri sería mi mamá- Gohan se unió a la conversación, aunque este solo se dejó llevar por las palabras de Akeno. El primogénito de Goku solo logro echarle más leña al fuego, divirtiendo a la pelinegra de ojos violetas y sonrojando a los adultos.
El silencio reino por algunos minutos, ya que Goku y tampoco shuri sabían que decir en un momento así. Shuri se había llevado una cucharada de su propia medicina por nada más y nada menos que su hija, pero el sayayin de raza pura como buen héroe salió al paso.
-será mejor irnos, ¿Qué les parece?- la sonrisa típica de Goku se reflejaba en sus labios.
-tienes razón Goku, vengan chicos, ya nos vamos- decía la ex miko, incluyéndose en la propuesta del sayayin, a lo que Akeno se bajaba de los brazos del guerrero sayayin y Gohan solo se encogía de hombros al no recibir respuesta.
-¿iremos volando?- pregunto el primogénito de Goku, a lo que su padre solo negó con la cabeza, mientras caminaba al vehículo volador.
-para estas ocasiones prefiero conducir y no usar mis poderes- para Goku conducir era algo que le hacia pensar en su esposa y las agradables noches que paso con ella, pero esta vez quería hacer otros recuerdos con shuri y Akeno, como si estos fueran una familia normal que iba de compras.
-entiendo papá- Gohan también comprendía a la perfección los sentimientos de su padre y lo que representaba ese vehículo de color blanco.
-siiii, jamás me había subido a uno de estos- decía la emocionada Akeno, la cual se sentaba en la parte de atrás junto a Gohan.
-espero seas un buen conductor Goku, kukukuku- la pelinegra se sentaba en el asiento del copiloto, mientras reía con su mano en la boca. El mencionado hombre tomaba su lugar y se abrochaba el cinturón.
-bueno, hasta el momento aún no he chocado contra otro auto- decía el súper sayayin encendiendo el motor. Shiri respiraba aliviada al saber que Goku no era un peligro detrás del volante, -digo, con este auto aun no, jejeje- rei9a con simpleza el sayayin mientras se frotaba la cabeza.
-abróchense los cinturones pequeños- advirtió la pelinegra con una sonrisa nerviosa en su cara, a lo cual su hija y Gohan se miraron entre sí, para luego obedecer a la mujer.
-¡aquí vamos¡- grito Goku comenzando a conducir a toda velocidad, shuri por su lado se agarraba de donde podía, pero dulce sonrisa no se perdía en sus labios.
-confío en Goku, confío en Goku, confío en Goku- se repetía shuri en su mente, pero al contrario de ella, su hija no podía estar mas divertida. Si la pequeña de ojos violetas hubiera crecido con un padre como el sayayin de raza pura, jamás hubiera pasado momento aburridos con él.
[Ya en la ciudad]
El viaje de las familia son y himejima había sido algo turbulento en la salida de la montaña paoz, pero desde que llegaron a la ciudad, Goku comenzó a conducir como todo una persona experimentada en el arte del manejo de estos artefactos voladores. Ahora los cuatro ya en la sala comercial, o mejor dicho en el estacionamiento de este, se disponían de comenzar el gran día de compras.
La primera aventura comenzó en la tienda de ropa de mujer, donde shuri como su hija veían de un lado a otro los mejores y mas bellos vestidos que mostraba la tienda a sus consumidores, mientras que Goku y Gohan se mantenían un poco al margen de las mujeres. Ya habían tenido esta experiencia con milk y la competencia que se generaba por las mejores ofertas ponía a las mujeres como locas.
-mira Goku, no crees que este vestido es lindo- decía la pelinegra mayor, la cual colocaba dicha prenda colorada sobre su ropa. Goku por su lado parecía confundid, ya que jamás milk le había pedido su opinión sobre alguna prende de vestir.
-shuri yo no soy muy bueno en estas cosas- decía Goku en tono de disculpa a la vez que se rascaba la mejilla, pero shuri no aceptaba un no si se trataba de esta ocasión.
-ven entonces, no lo veras bien si no me lo pruebo- con esas palabras, shuri tomo de la muñeca al sayayin de raza pura y lo llevo a uno de los probadores más cercanos.
-es..e.espera- Goku daba leves saltos mientras era arrastrado por la mujer, en un último intento de ayuda, miro a su hijo pero este solo se encogió de hombros sin saber qué hacer, pero él ya tendría lo suyo.
-Gohan, ve esto, no es lindo- Akeno aparecía detrás del mestizo, está sosteniendo un vestido amarillo informal, -y también esto- de su espalda, Akeno sacaba un sombrero veraniego con un lazo rojo que lo decoraba, a lo que este se puso algo nervioso al estar en la misma situación que su padre.
-yo, emmm si son bonitos- Gohan trataba sacarse esta situación de encima, pero Akeno se dio cuenta de esto y no tardo en tomarlo de la mano, -Akeno ¿Qué estas haci...aaaahhh?- el mestizo como un muñeco de trapo era llevado por la hija de shuri.
-lo modelare para ti- decía la pequeña con una linda sonrisa en su rostro. Tanto como padre e hijo no lograron evitar ser arrastrados por las chicas en sus compras.
[Unos minutos después]
Los guerreros sayayin se encontraban frente a las cortinas que separaban a las chicas de ellos. Las mujeres himejima se tomaban su tiempo para cambiarse de ropa, mientras que los hombre con rostros confusos esperaban de estas, pero no fue mucho más tiempo ya que las cortinas se abrían y revelaban a las chicas con sus nuevas ropas.
-tadaaaa, ¿Qué piensas Gohan?- la primera en presentarse fue la pequeña Akeno, la cual con una sonrisa brillante y una actitud bastante animada, mostraba un lindo vestido tan amarillo como el sol y ese gorro veraniego que tapaba la mayor parte de su cabeza.
-te vez muy bien Akeno- Gohan no pudo evitar sonrojarse a la vez que bajaba su mirada al suelo, sacando una pequeña risilla de la himejima menor.
-Goku, ¿no crees que se me ven un poco anchas las caderas?- shuri estaba un poco reacia con su vestido, pero la ropa no tenía problemas, ya que esta acentuaba las curvas y pechos de la mujer. Por su lado, el sayayin mayor estaba con la boca ligeramente abierta, si shuri era hermosa con los vestidos chinos de milk, ahora se veía preciosa con un vestido común y corriente.
-te ves muy hermosa shuri- las palabras de Goku salieron sin siquiera este las pensara. Shuri dejo sus dudas de lado, el rostro de kakarotto lo decía todo.
-son muy lindos- exclamaron al unísono shuri y su hija, lo que saco unas ligeras carcajadas de los sayayin y las terrícolas.
Después de eso, las compras ya no fueron un sufrimiento para los hombres, estos se entretenían cada vez que las chicas les lucían sus atuendos y eso era en tienda por tienda, a lo que estas quedaron chicas para las muchachas, así que decidieron seguir las compras en las afueras del centro comercial, ahora en tiendas de ropa del exterior. Pero no se preocupen, ya que Goku y Gohan también siendo un poco obligados por las chicas, se probaban ropas hechas a la medida de ellos, así que era como un cambio y cambio, las chicas se lucían con los chicos y vis versa. Esto hasta la hora del almuerzo, hora sagrada para los sayayin.
En uno de los restaurant más cercanos de ese lugar, donde el buffet era lo mejor del lugar. Goku junto a Gohan desbarataron con la comida, mientras que shuri y Akeno veían divertidas la forma de comer de estos. Para ellas no les parecía asqueroso, horrendo o de mala educación la forma de comer de los guerreros, es más las entretenía verlos comer con tanto ahínco y emoción.
-aaaahhh, eso estuvo delicioso- decía Goku quien se frotaba el estómago, mientras salía del local seguido por su hijo y las himejima. Mientras que el dueño del restaurant ponía un cartel de cerrado con lágrimas cayendo como cascadas de sus ojos.
-tienes razón papá- decía Gohan un poco más calmado que su padre, pero un larguero de bullicio en una de las esquinas llamo la atención de los presentes, excepto por Goku, ya que a lo único que miraba era un puesto de helados.
-hey Gohan, ¿me acompañas a por un helado?- pregunto el súper sayayin a su hijo, a lo cual este asintió con la cabeza, -shuri, Akeno, ¿quieren un helado? Yo invito- exclamo Goku con una gran sonrisa en su rostro. Con esa cara, shuri no podía decirle que no al de raza pura.
-por qué no, gracias por eso Goku- respondió shuri, a la vez que Akeno decía en voz alta su sabor preferido a Gohan. Luego de esto, el par de guerreros fueron a comprar el postre, mientras que la curiosidad de las himejima las llevo a ver que acontecía con ese grupo de personas reunidas en la esquina de la calle.
-acérquense, acérquense y reten al campeón- decía un pequeño hombre rechoncho con un megáfono en sus manos, -enfréntense a él y ganen la generosa suma de medio millón de zenis- el hombre con anteojos negros ofrecía una considerable suma si vencían a un peleador que se encontraba lanzando puños al aire.
Las reacciones del público era de un asombro total, la cantidad de dinero era exorbitante, poro el peleador se veía invencible, ya que este tenía un físico envidiable, mientras que sus ropas consistían en las típicas de un pugilista, incluyendo los guantes de box color rojos. Su cabello era negro y parado como si usase mucho gel, aunque sus ojos eran pequeños y su mentón cuadrado.
-bien, yo lo intentare- exclamo un hombre de gran tamaño con ropas militares, este sujeto tenía mucha confianza en que iba a ganar.
-oh espere un segundo, si pelear es lo que desea un billete de diez mil zenis debe pagar antes de eso- el pequeño hombre con una sonrisa maliciosa, recibió el dinero del militar. Al cabo de unos segundos, este hombre ya se encontraba en el suelo con los ojos como espirales.
-jajajaja, ya es el número cien al que derroto, ¿será que nadie está a mi altura?- presumía el boxeador de sus habilidades.
-va, Gohan o el señor Goku le daría una paliza en un abrir y cerrar de ojos, jujujujuju- reía con su mano en la boca Akeno, sus palabras fueron oídas por el boxeador.
-¿Quién rayos dijo eso?- molesto el hombre se dio media vuelta con furia, la cual se desvanecía al ver a una hermosa mujer de cabello negro y lindas curvas, estoy hablando de las misma shuri. La madre de Akeno al ver que este hombre la veía con ojos lujuriosos solo se limitó a reír.
-hooola hermosa, que tal si tú y yo vamos a dar una vuelta juntos- el peleador con actitud galante coqueteaba con shuri.
-lo siento señor, pero no mal gasto mi tiempo con quien no lo merece- tajante y dura shuri rechazo al hombre, -vamos Akeno- la pelinegra se iba a retirar con su hija pero de un momento a otro, Goku llego a escena junto a Gohan, cada uno con un par de helados en sus manos.
-¿sucede algo shuri?- pregunto un confundido guerrero sayayin, a lo que el boxeador sonrió maliciosamente.
-es mi oportunidad, si humillo a este hombre frente a ella, seguro la tendré en mi habitación más pronto que tarde- pensó con malicia el boxeador, mientras que shuri solo explicaba la situación a Goku mientras este le daba su helado, -bien damas y caballeros, tenemos un nuevo contendiente, usted señor- el sujeto de ojos pequeños apuntaba a Goku con su guante de boxeo.
-¿Quién yo?- pregunto Goku apuntándose a él mismo.
-usted señor puede llevarse a casa medio millón de zenis, pero si pierde la dama viene conmigo- ofreció el boxeador a Goku, el cual estaba muy confundido a lo que miro a shuri. La mujer le dio una sonrisa dulce antes de volver su vista al boxeador.
-acepta con gusto, ve corazón, un poco de dinero fácil nunca es mal venido- decía la pelinegra arreglando el saco de Goku, para luego sostener su helado para que el guerrero peleara sin problemas. El sayayin de raza pura se sorprendió en demasía, ya que si esta situación pasara con milk, su esposa se negaría sin pensarlo pero shuri le incitaba a hacer lo que más quería y eso era pelear.
-genial, nada como una buena pelea para bajar la comida- con gran emoción, Goku dio un salto en el aire, para quedar frente al boxeador en pose de pelea. La gente hizo sonidos de sorpresa al ver las habilidades de Goku.
-tienes buenos movimientos, pero no tan buenos como los mios- el molesto sujeto al igual que Goku se colocaba en pose de pelea.
-oigan, esperan y los diez mil por la pelea- decía el pequeño regordete, apuntando a su sombrero lleno de billetes dados por la incauta gente.
-no es necesario, es gratis para él- exclamo el peleador enguantado, sacando una gota de sudor de su colega.
-al diablo, que comience la pelea- dio inicio el pequeño hombre, resignándose a no recibir nada de que beneficiarse.
-aaahhh- grito el boxeador, lanzándose contra Goku. El sujeto dio un golpe potente de derecha a la cabeza del sayayin, pero el resultado fue obvio, Goku con solo un movimiento de su puño izquierdo, impacto de lleno la mejilla de su rival, haciendo que este girara varias veces antes de caer al suelo con los ojos como espiral.
-kukukukuku, y fue todo, el dinero por favor- shuri como el rayo estaba al lado del hombre pequeño, esta con su mano estirada para recibir el dinero, mientras que Goku suspiraba decepcionado por la corta pelea.
-oh no, esto es una pesadilla- decía el colega del boxeador, el cual le entrega el dinero a shuri, para luego echarse a llorar en pose fetal en el suelo. La gente alrededor tenia las bocas abiertas a casi hasta el suelo. La familia son y la himejima salían triunfantes del lugar.
Los cuatro siguieron su camino por las calles de la ciudad, aun disfrutando de sus postres de crema y leche. Goku y shuri se daban algunas miradas sin decir palabra alguna, pero estas no eran incomodas si no de felicidad y satisfacción, se podría decir que estos coqueteaban con solo mirarse, pero todo acabo cuando la dirigieron sus vistas al frente.
-no puedo creer que haya encontrado todos estos libros, el mundo de los humanos es genial- decía una pequeña de cabello rojo, la cual usaba un vestido de color blanco puro y elegante. Detrás de ella un hombre de smoking y lentes negros llevaba una gran cantidad de estos libros que ella mencionaba.
-estoy de acuerdo contigo hermanita, la música de los humanos es la mejor- exclamo un adolecente de largo cabello rojo al igual que la niña. El chico vestía una playera negra y pantalones del mismo color, además de unas muñequeras negras de cuero. Como a la pequeña, un hombre de traje negro llevaba sus compras.
-me alegra ver a mis niños tan felices, aunque yo también me he divertido comprando- pensaba la madre de estos chicos, la cual reía con una mano en su boca con elegancia. Ella era nada más y menos que venelana gremory y sus hijos, Rias y sirzechs gremory. La mujer al igual que sus hijos tenía a un guardaespaldas con una gran cantidad de paquetes en sus manos.
La familia del inframundo había planeado salir del otro mundo a tener un día de compras con sus hijos, pero no esperaban encontrarse con la familia son y himejima. Venelana al ver a Goku se detuvo en su andar por unos segundos, así como sus hijos, quienes veían confundidos a su madre.
-ellos, no son humanos- pensó padre e hijo al mismo tiempo, ya que podían sentir un poder maligno en ellos. Aunque por fuera parecían terrícolas comunes y corrientes.
-¿conoces a ese señor madre?- pregunto el adolescente, quien veía con ojos serios al pequeño sayayin mestizo, por otra parte Rias se sonrojo al ver a Gohan, ya que esta inocentemente le parecía un chico guapo.
-no hijo, vámonos- decía con voz normal venelana, la cual le dio una sonrisa a Goku antes de seguir su camino, mientras que Rias con una sonrisa astuta le guiñaba un ojo a Gohan. Cabe decir que para Akeno y shuri no les parecía nada lindo el gesto de estas chicas con sus sayayins.
-vamos Goku, aún quedan muchas tiendas a las que ir- decía shuri, la cual se abrazaba del brazo de Goku. Venelana al escuchar el nombre de este abrió sus ojos de sorpresa.
-entonces él es Goku, no me puedo equivocar, él es quien derroto a piccolo daimaku en aquella ocasión pero ahora es más guapo- pensó venelana a la vez que caminaba hacia las familias.
-Gohan, aun debemos encontrar ropa linda para ti- decía la pequeña niña, tomando la mano del mestizo con la suya.
-Gohan, que nombre tan peculiar, me asegurare de recordarlo- pensó la pequeña de cabello rojo caminando segura al lado de su madre.
La familia gremory pasó a un lado de los sayayin, pero algo decía en sus corazones, que esta solo fue una de los primeros encuentros que tendrían venelana, Rias y sirzechs con Gohan, Goku, Akeno y shuri. Aunque para estas últimas dos, no estaban ansiosas de volverlas a ver muy pronto.
La tarde paso sin mayores inconvenientes. Las visitas a las tiendas de ropas y otro que otro local de menor importancia se llevaron el tiempo de las chicas y los sayayin. Esta más que decir que Goku y Gohan se llevaron la parte de cargar las compras de las himejimas hasta el auto. Donde partieron de vuelta a la montaña paoz, teniendo así un gran día de compras y con los pequeños agotados, los cuales llegaron dormido en la parte trasera del vehículo.
Sin querer despertar a los chicos, ambos padre se llevaron a sus respectivos hijos a sus habitaciones. Goku dejo a Gohan durmiendo en su cama mientras shuri hacia lo mismo con su hija. Luego de esto, Goku se dispuso a bajar cada paquete de su automóvil, por su parte shuri, hacia un poco de té para ambos, además de darse valor a sí misma para tratar un tema muy importante para ella, y este era sobre lo que sentía en lo más profundo de su corazón por el súper sayayin Goku.
-jamás creí que lo diría, pero ir de compras me pareció muy divertido- decía un alegre sayayin mestizo, el cual dejaba el último paquete en la sala, mientras Akeno serbia el té.
-para mí también lo fue, parecía que fuéramos una familia- decía en tono suave shuri, la cual se sentaba a un extremo de la mesa y Goku en el otro. Las palabras dela pelinegra dejaron un poco sorprendido al sayayin pero mentiría si no admitiese que eso sonaba muy bien.
-una familia, una verdadera familia- respondió el raza pura sorbiendo un poco de su bebida caliente. Shuri en ese momento cambio sus facciones de su rostro a una más seria, a lo que dejaba su taza de lado.
-Goku, debo saber algo- exclamo la pelinegra en tono serio. Esto sorprendió a Goku, la mayoría del tiempo shuri mantenía una voz tranquila y serena, -yo he estado pensando mucho últimamente, aclarando los sentimientos en mi corazón- decía un poco más tranquila shuri, quien se tocaba el pecho enfatizando sus palabras.
-es gracioso, yo también he hecho lo mismo estos días- respondió Goku con una sonrisa en su cara a la vez que jugaba con su taza humeante.
-sí, te escuche la otra noche Goku- con estas palabras Goku si quedo bastante sorprendido, ahora sabía que el ki que percibió aquella vez si era la de shuri. Esta última con sus palabras se levantó de la silla y se dirigió con el sayayin de raza pura.
-shuri yo lo siento much...- Goku se disponía a disculparse con la pelinegra, pero está en un movimiento rápido, abrazo al sayayin colocando su cabeza entre sus pechos.
-no debes seguir sufriendo solo Goku, has pasado tantos años culpándote por algo que no hiciste- la pelinegra con sus palabras hizo abrir sus ojos de par en par al sayayin. La mujer tenía razón, milk murió por causas naturales, no podía hacer nada por ella.
-yo, yo...- las palabras se ahogaban en la boca del guerrero sayayin.
-Goku, debes abrir tu corazón y echar a fuera todo lo que sientes, yo te escuchare, yo te consolare, yo te abrazare y estaré contigo, porque yo...- en el momento de la verdad, shuri se detuvo en el instante. La pelinegra tal vez no podía decirlo después de todo.
-shuri- en voz alta y en un rápido movimiento, Goku estaba de pie abrazando a la mujer. Ahora era el turno de shuri para abrir sus ojos de par en par, -jamás me dejes, no quiero sentir eso otra vez- decía Goku con melancolía a la vez que abrazaba con fuerza a la pelinegra, la cual se acomodaba en el musculoso pecho del guerrero súper sayayin.
-ya lo puedo decir Goku, yo te amo, desde el momento en que llegaste a mi vida, a la vida de Akeno, lo bueno que has sido con nosotros, las sonrisas que nos has sacado, en los momentos duros y los felices, Goku te amo y a Gohan también- las palabras de shuri las decía sin siquiera pestañear. La madre de Akeno abrió su corazón por completo a Goku.
[Recuerdo del torneo de las artes marciales]
-¿Qué es te amo?- decía un joven sayayin, frente a una también joven y hermosa milk.
-esto- la joven artista marcial, la cual besaba su mejilla.
[Volviendo a la realidad]
Goku con ese recuerdo espontaneo, llevo sus labios y en vez de besar la mejilla de la pelinegra, este atrapo sus labios en un dulce y suave beso. Shuri abrió sus ojos de sorpresa pero no tardó en responder a la muestra de afecto de Goku. El contacto de labios duro un par de minutos antes de separarse por falta de aire.
-yo también te amo shuri, jejejejeje- decía Goku con su típica sonrisa son en la cara. Goku al fin logro superar su pasado y dar un paso al futuro, un futuro que le depara muchas sorpresas, pero siempre contara con esta hermosa mujer de cabello ónix, la cual ahora se recostaba en sus brazos.
Lo que no contaban ellos, fue que un par de pequeños veían esta escena con ojos brillantes y sonrisas de oreja a oreja. Esta más que decir que estos pequeños eran Akeno y Gohan, los cuales sonreían mutuamente. Akeno al fin tendría un padre, que la vería crecer, entrenaría y aconsejaría en su camino, mientras que Gohan tendría una nueva mamá que lo ayudaría en todos sus problemas a partir de ahora. Creo que es factible decir, que ahora las familia son y himejima, eran la familia son himejima.
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bien mis amigos, espero les haya agrado el capitulo, ya con sus sentimientos aclarados, comienza la vida de la nueva familia son. Recuerden que pueden dejar sus opiniones, lo mas importante para mi, al igual que votar por la historia, seguirme para saber de todos mis fic y actualizaciones, sin mas yo soy alucard77 diciendo.
QUE VIVA EL HAREM
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