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Capítulo 3: un día con los son, el potencial de akeno.

La familia sayayin y la familia himejima se encontraban bastante relajadas a la hora del desayuno, aunque de este solo quedaban las migajas, gracias al par de glotones guerreros conocidos como Gohan y Goku. Por su lado Akeno y shuri comían de manera pausada y sin preocupaciones. Aunque cada una tenía su mirada en uno de los son. Aunque ustedes ya se hacen a la idea de quien estaba mirando a quien.

-Goku se ve gracioso cuando come, me pregunto si sus mejillas son elásticas para meter tanta comida en ellas, jujujujuju- pensó la madre de Akeno, la cual reia ligeramente con su mano en la boca. Goku noto esto y solo sonrió con la boca aun llena con el desayuno. Por otro lado, la pequeña Akeno miraba fijamente al hijo de Goku, a la vez que cuchareaba su cereal.

-Gohan es un gran chico, me pregunto si querrá ser mi esposo en el futuro- pensaba la pequeña hija de shuri, con sueños muy anticipados para su edad,-no, espera Akeno, primero debemos conocernos bien y luego, bum, al altar jujujuju- reia mentalmente la pequeña Akeno, la cual se transformaba de poco a poco en la viva imagen de su madre. Ella era solo una niña, nadie puede culparla de tener esos planes a fututo con Gohan.

Por su lado, los guerreros de las artes marciales terminaban de comer, ambos con rostros satisfechos en sus rostros. Desde hace mucho que no degustaban una comida decente. Al ser estos un par de neófitos al cocinar, la cocina de shuri era lo más celestial que pudiera probar sus papilas gustativas. Pero estos tenían un día por delante, y este era continuar el entrenamiento antes de los juegos de cell.

-vamos Gohan, la pelea con cell se acerca, debemos estar preparados para ese día- decía el sayayin de raza pura, a lo cual Gohan asintió con la cabeza. Shuri y su hija miraban con atención al par de hombres, quienes se dirigían a la puerta de salida.

En ese instante miles de preguntas se dispararon en la mente de la madre de Akeno, tales como, ¿Qué tan fuertes eran estos sujetos? ¿Quién era ese tipo llamado cell? ¿Porque percibía una energía que no poseían los seres humanos o ángeles caídos? ¿Cómo mantenían este hogar si pareciese que Goku no tenía ningún empleo? Además de varias otras preguntas de una que otra índole sexual que se le ocurría a shuri al ver tan buen formado cuerpo de Goku.

-yo quiero ir a ver como entrenar señor Goku, le aseguro que me portare bien- exclamó la emocionada pelinegra de ojos violetas, la cual casi saltaba de su asiento. Goku y Gohan se detuvieron al momento, para voltearse a ver a la pequeña.

-no creo que...- Gohan poseía las intenciones de poner fin las intenciones de Akeno, pero su padre poso una mano en la cabeza de su hijo.

-por mí no hay problema, ¿Qué dices shuri?- pregunto el sayayin de clase baja a la madre de Akeno. Ella no dejo de sonreírle a Goku, además de no apartar la vista de este.

-tampoco hay problema por mi parte, ve y diviértete pequeña- decía la oji avellana despidiendo a su hija, la cual sonrió ampliamente al tener el permiso de su madre.

-vamos Akeno- Goku con esas palabras ofreció la diestra a la hija de shuri, la cual no dudo un solo instante en tomar la mano del sayayin de raza pura. Goku con Akeno sujetando su mano y Gohan a su lado, mientras posaba su mano libre en la cabeza, salían del hogar son pero lo más destacable en esto, fue que al salir shuri vio a Akeno sonreír viendo a Goku como si este fuera su verdadero padre, el cual iba a jugar con sus hijos. Esto genero una pregunta más en la cabeza de la madre de Akeno.

-¿podría ser Goku un buen padre para Akeno?- se preguntó a si misma shuri, la cual apoyaba su cabeza en la mesa sin apartar su mirada del sayayin de raza pura.

[Mientras tanto en las alturas del templo de kami-sama]

Vegeta. Michael, Gabriel, Trunks, tenshinhan y mister popo esperaban a que piccolo terminara su entrenamiento. Aunque Trunks y el hombre de tres ojos estaban más ocupados en un combate de practica donde las patadas y lluvias de golpes eran comunes.

-par de tontos, oye tú, el tipo de labios gruesos- exclamo el molestos e impaciente vegeta, refiriéndose al ayudante o ex ayudante del dios de la tierra. Mister popo se giró a ver al príncipe sayayin, pero también el par de jóvenes ángeles.

-mi nombres es mister popos- respondió el regordete sujeto. Mientras veía fijamente al príncipe malhumorado.

-no me importa como rayos te llames, solo quiero saber, ¿a qué hora este insecto namek saldrá de la habitación?- decía vegeta apuntando al templo, mientras fruncía el ceño.

-aún faltan algunos minutos- decía a la defensiva mister popo, el cual ponía sus manos por delante. Pero en ese momento, el rubio ángel se interpuso entre él y el príncipe de los sayayin.

-sabía que la raza de los sayayin era violenta, pero Goku siendo un sayayin es bastante diferente a usted señor vegeta, él tiene modales- exclamo con su suave sonrisa en su rostro Michael. Este sin temor al molesto sayayin de raza pura. Este último no sabía por qué pero esa sonrisa en el rostro del ángel lo ponía nervioso.

-no me compares con esa basura de clase baja, yo soy el príncipe de lo sayayin, insecto- respondió vegeta bastante irritado, a la vez que se cruzaba de brazos pero pareciese que el rubio joven no le temía a vegeta.

-entonces alguien de su alta estirpe debería saber que es esperar o tener algún conocimiento de esa palabra- desafío o eso es lo que pensó vegeta por parte de Michael, a lo que estaba a punto de darle un puñetazo en la cara. Como alguien como él osaba tratarlo de esa manera, pero el sonido de la puerta abriéndose termino esa discusión.

-es mejor que no te atrevas vegeta, si es que no quieres meterte con la guardia de ángeles del otro mundo y conmigo- exclamo piccolo quien salía desde la habitación del tiempo con la mayor parte de su ropa hecha harapos. La última parte de la frase del namek, sonó como la voz más vieja de kami-sama.

-ya era hora insecto, si tardabas un minuto más, personalmente te hubiera sacado a patadas de ahí- amenazo vegeta con algo de sarcasmo en su voz, pero piccolo no lo tomo en cuenta.

-¿alguna noticia de haya bajo?- pregunto el namekusei pasando a un lado de vegeta, quien sin más, fue directamente a la habitación del tiempo.

-kami-sama, cell ha construido una plataforma muy similar a la de los torneos en que participo usted y son Goku- decía con mucho respeto en su voz Michael, el cual informaba de los movimientos del androide perfecto. A piccolo no le gusto como lo llamaron y frunció los labios ante esto.

-agh, no me digas así, ahora no soy el dios de la tierra, simplemente soy un guerrero namekusei- respondió piccolo cruzándose de brazos, sintiéndose algo avergonzado por el respeto del ángel hacia él.

-lo siento, es la costumbre- se disculpó el rubio joven, haciendo una leve reverencia a piccolo, lo cual le ponía los pelos de punto, bueno si tuviera. Al namek le avergonzaba ser tratado tan respetuosamente.

-no importa lo que haga cell, cuando salga de aquí, lo matare con mis propias manos, jajajaja- entre risas arrogantes, vegeta dijo sus últimas palabras, antes de cerrar por completo la puerta que daba acceso a la habitación del tiempo.

-ese vegeta, parece que nunca cambiara- piccolo hablo viendo de reojo al príncipe de los sayayin. Por otra parte, otra era la persona que miraba fijamente a piccolo, pero ella lo veía con ojos inocentes y llenos de curiosidad.

-kami-sama- dijo la inocente Gabriel, la cual abría sus brazos en un abrazo. Piccolo de inmediato levanto una ceja con confusión, -kami abrazo- decía en un tono dulce la hermana de Michael. El ángel hombre dio una leve risilla al ver que pretendía su hermana.

-no espera, ¿Qué demonios crees que haces enana?- pregunto un irritado piccolo, quien detenía a la rubia chica con una mano en su frente. Gabriel aun así trataba de darle un abrazo al namekusei.

-déjeme explicarle señor piccolo, Gabriel saludaba así a kami-sama y a Goku, ella puede ver en el corazón de las personas y solo hace esto con aquellas quienes tiene un corazón bondadoso- explicaba el joven ángel sin inmutarse, pero a piccolo lo sorprendió esto. Piccolo era quien trato de conquistar el mundo en el pasado. También trato de revivir a la familia de la maldad, ahora esta chica decía con este gesto que su corazón había cambiado en estos años.

-tch, ve a abrazar a Trunks- exclamo enfadado piccolo, desviando a la rubia ángel a donde el hijo de vegeta. Por más que lo quisiera negar, en su interior piccolo sabía que la joven de cabellos dorados estaba en lo correcto.

-espere señorita, solo es una broma del señor piccolo- decía Trunks dejando de pelear con el hombre de tres ojos. Por su lado Gabriel miro unos segundos al hijo de vegeta, para luego abrazarlo de lleno.

-eres hijo de ese hombre grosero pero tienes un buen corazón- decía la rubia de grandes pechos, los cuales eran presionados contra el pecho del peli lavanda.

-gracias, creo- Trunks hablo, devolviendo el abrazo a la chica. Las mejillas del peli lavanda estaban tan rojas como un tomate y sus ojos reflejaban una gran confusión.

-es una niña mimosa, aunque ya tenga cientos de años- decía piccolo cruzándose de brazos. Michael rio ante el comentario del namek.

-dígame señor piccolo, ¿fueron los resultados de su entrenamiento fructíferos?- pregunto el rubio ángel, quien veía más imponente y el poder que emanaba este, se volvió aún más intenso después de un día en la habitación del tiempo.

-si kami me hubiera hablado de este lugar a tiempo, por cierto, aún tengo que probar los resultados de estar en ese lugar, ¿te apuntas?- decía el extraterrestre de piel verde, quien se quitaba su capa y sombrero, para luego tronarse el cuello y sus nudillos.

-oh no señor, mi poder no es comparable con el suyo, aunque una gran batalla está a punto de librarse haya abajo- comento el rubio hermano de Gabriel. Este último con una sonrisa suave en sus labios, comenzó a caminar al borde del templo.

-¿de que estas hablando Michael?- pregunto con una ceja alzada el namek, quien seguía a paso lento al ángel. Piccolo al mirar hacia abajo comprendió las palabras del rubio joven.

-de ellos dos- Michael hablo con un tono algo mas serio, a lo que piccolo se sorprendió pero a la vez tenía la oportunidad de ver algo muy interesante.

-al fin podre ver cuanto a avanzado Gohan como súper sayayin- decía el namekusei a la vez que un nuevo atuendo aparecía en su cuerpo. Por otro lado Gabriel también se acercaba a su hermano y el namek.

-yo también quiero ver- decía la inocente hermana de Michael, la cual con un rostro de curiosidad y mirando fijamente hacia la tierra, vio al padre como al hijo preparados para la pelea, -es Goku y su adorable hijo- Gabriel hablo con una leve sonrisa. Al ángel femenino le agrado Gohan desde el primer minuto que lo vio, al igual que su padre hace varios años atrás.

-bien señor Goku, muéstrenos el porqué de su tranquilidad ante tal amenaza que acecha el mundo- Michael pensaba, refiriéndose a cell, como la amenaza que se cernía en la tierra y sus habitantes.

[En un lugar alejado del monte paoz]

En un claro donde los seres vivos no se acercan, los sayayin de la familia son estaban estirando sus músculos para comenzar el entrenamiento del día de hoy. Por su parte Akeno se encontraba arriba de una roca cercana, esta se notaba bastante emocionada por lo que verían sus brillantes ojos de color violeta.

-bien hijo, hoy puliremos nuestra defensa, así que estas son las reglas- decía el sayayin de clase baja, quien estiraba sus piernas, -el primero en darle un golpe contundente a su oponente pierde- explico Goku a su hijo.

-está bien papá, ya estoy listo- respondió el pequeño Gohan colocándose en pose de batalla, esto provoco una especia de aullido de alegría de Akeno, la cual se comía las uñas de la emoción.

-¡aaahhh, vamos señor Goku, tu puedes Gohan!- animaba la hija de shuri a ambos guerreros. A Goku le alegraba esto y Gohan, pues se sintió algo avergonzado y feliz a la vez por las porras de la chica.

-no decepcionemos a nuestra invitada Gohan. ¡Oye Akeno!- grito el sayayin de raza pura, a lo que la mencionada presto toda su atención al hombre de cabellos parados, -cuenta hasta atrás desde el diez, cuando termines de contar la pelea dará inicio- pidió Goku a la hija de la miko, a lo cual esta asintió con fervor. Akeno se sentía muy inmiscuida en el entrenamiento de los sayayin.

-diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco...- la pequeña iba a la mitad y las miradas entre Goku y Gohan cambiaban drásticamente, dando a entender la seriedad y la concentración que estaban sumidos los guerreros, -cuatro, tres, dos, uno, ¡YA!- con este último grito de la pequeña Akeno, Gohan y Goku se lanzaron al combate.

A velocidades que rebasaban la imaginación, estos se aproximaban el uno contra el otro. Siendo Gohan quien dio el primer golpe de puño a la altura del rostro de Goku, pero este con la palma derecha detuvo el golpe en seco, pero el mestizo no se detuvo ahí, ya que una patada circular al costado de su padre no se hizo esperar.

-no lo harás- exclamo Goku, quien dio una voltereta hacia atrás apoyándose con sus manos, las cuales fueron varias para mantenerse a distancia de Gohan, pero al momento de detenerse coloco sus manos en su costado, -haaaaa- grito Goku lanzando una ráfaga de ki de sus palmas de un color azulado.

Gohan con sus manos por delante detuvo el ataque de ki, a lo que desvió hacia el cielo. Pero Goku conto con esto, ya que se dirigió a su hijo con una patada voladora, esta con el objetivo de golpear el pleno centro del rostro de su primogénito. Gohan vio esto y reacciono tomando el pie de su padre justo a tiempo, lo que sorprendió a Goku.

-aaahhhhh- Gohan daba vueltas el cuerpo de Goku en varias ocasiones, esperando el momento exacto para soltar, el cual llego al ver una roca cercana donde estrellar a su padre.

Goku salió volando hacia las rocas, mientras que la pequeña oji violeta se ponía sus manos en los ojos, aunque esta abría un poco sus dedos para ver si Goku se estrellaría en ese lugar y con esto terminaría la pelea. Bastante alejada de la realidad estaban los pensamientos de la hija de shuri ya que Goku con una voltereta hacia atrás logro estabilizarse y caer encima de esa roca con una sonrisa en su rostro.

-vamos papá, no estas peleando enserio- se quejó Gohan con su padre, a lo que este comenzó a frotarse la parte trasera de su cabeza.

-jejejejeje, lo habías notado- decía entre risas el sayayin de raza pura, a lo que Akeno se le cayó la mandíbula al escuchar esto.

-yo pensaba que estaban peleando enserio- pensaba la impresionaba y emocionada Akeno, la cual apretaba sus puños de la excitación que le generaba esta pelea.

-prepárate Gohan, los juegos quedaron atrás- Goku al terminar de decir esto, posiciono sus puños al costado de su cuerpo, a la vez que el aura dorada lo rodeaba. El ki del son comenzaba a levarse rápidamente, lo cual causo la destrucción de la roca en que se encontraba parado.

-aaaahhh- Gohan grito lanzándose contra su padre. El sayayin mayor espero el ataque de su hijo, pero este se detuvo a unos metros de distancia de él, lo cual saco una mueca de confusión por parte de Goku.

Gohan desapareció de la vista de Goku, para reaparecer a su costado derecho, a lo que se lanzaba al ataqué otra vez, pero nuevamente se detuvo, realizando el mismo movimiento una vez más pero esta vez por detrás de su padre, quien seguía con la mirada a Gohan, tratando de comprender su estrategia. Gohan de un lado a otro hacia amagues de querer atacar a Goku pero ninguno de sus movimientos llega a alcanzar al sayayin de clase baja.

-Gohan está buscando la forma de despistarme- pensó Goku en pose de pelea, ahora siendo él quien buscaba la forma de sorprender a su hijo basándose en esta hipótesis, pero de un momento la vista le jugo en contra y no logro ver a su hijo moverse de un lado a otro.

El guerrero sayayin mayor dio un paso atrás al ser sorprendido por esto, es como si Gohan en verdad hubiera desaparecido de su vista, pero su lo podía sentir en aquel lugar. Goku comprendió lo que estaba pasando y cuál era la estrategia de su primogénito, quien sonrió al ver el rostro de impresión de su padre.

-todo ser vivo tanto como humanos y animales tienen un punto ciego, igual pasa con un sayayin, ¿verdad papá?- los conocimientos de Gohan ahora estaban haciendo efecto en esta pelea. Los estudios del pequeño sayayin dieron fruto de la manera en que milk no querría pero gracias a ella Gohan encontró una nueva forma de pelear además de usar los músculos, ahora usando su cabeza.

-¡eso es Gohan!- animo Akeno levantando su puño al aire, al igual que el puño de Gohan que iba directamente al punto ciego del sayayin mayor, pero los instintos de Goku lograron esquivar este ataque por poco. El guerrero de las artes marciales se agacho justo a tiempo antes de ser impactado de lleno en el ojo derecho.

-milk ayudo a entrenar a Gohan sin siquiera saberlo- pensó el sayayin de raza pura. Este dio un paso atrás para ponerse a cubierto, mientras que una sonrisa se reflejaba en su rostro. Saber que su difunta y querida esposa había ayudado a su hijo en las peleas y usar su cerebro para lograr vencer a sus rivales.

-uuuyyyy, casi Gohan logra ganar, ¡tú puedes Gohan!- animaba la hija de shuri al mestizo, quien aun en pose de pelea, se sonrojaba por las palabras de la pequeña niña.

-¿Por qué me siento tan feliz que Akeno me anime?- pensó el hibrido sayayin, quien se desconcentro levemente, lo que Goku aprovecho para lanzarse al ataque, -demonios, ya pensare en eso más tarde- decía el pequeño, quien se cubría con sus antebrazos por delante en forma de equis, dejando que el puño de su padre impactara contra esa barrera.

-las distracciones en el campo de batalla son muchas, pero debes saber mantener el enfoque en tu oponente hijo- aconsejo Goku a su primogénito, el cual mantenía sus dientes apretados, aguantando la fuerza de su padre.

-lo se papá- respondió Gohan, para luego dar marcha atrás, para acomodar sus manos en el brazo de su padre y lanzarlo por los aires con una técnica de judo por sobre su cabeza.

-yo también me distraigo cuando doy consejos, jejejeje- decía Goku con una sonrisa boba en su cara a la vez que volaba por los aires. Gohan por su parte, posicionaba sus manos en su frente en forma de equis.

-increíble, Gohan seguramente hará algo increíble- pensaba con emoción la pequeña pelinegra, la cual con ojos brillosos, veía al joven sayayin mestizo acumulando energía en sus manos.

-¡masenko!- grito el hibrido, lanzando de sus manos la ráfaga de ki dorada característica en ese ataque, la cual se dirigía con todo al cuerpo del sayayin de raza pura. Goku al ver que si este ataque lo impactaba, quedaría expuesto a un golpe de su hijo.

El pelos parados junto sus manos en forma de mazo y con un giro sobre si mismo, golpeo el ataque de su hijo de lleno con sus manos, enviándola directamente al cielo, logrando detener así el ataque de Gohan o eso era lo que pensaba Goku, ya que no sabía que su hijo tenía otros planes para seguir con su ataque.

-es mi oportunidad- pensó el pequeño, el cual se impulsó a los aires, dirigiéndose hacia su padre, el cual ya estaba listo para defenderse contra los golpes de Gohan, pero sorprendentemente paso a un lado de Goku y se dirigió a su propia ráfaga de ki.

-¿Qué está haciendo?- se preguntó el confundido Goku, este sin desviar la mirada de su hijo, aunque este no era el único sorprendido ya que la pequeña Akeno, atónita veía como Gohan pareciese que se quería estrellar contra su propio ataque.

-Gohan- pensó la preocupada Akeno, la cual con sus manos juntas al cielo, rezaba por la seguridad del mestizo, pero esta no tenía ninguna razón por la que se preocupase, ya que Gohan no tenía planeado estrellarse contra su masenko.

-el factor sorpresa es importante en una pelea papá- al decir esto, Gohan dio una vuelta en el aire, elevando su pie al cielo para luego impactar con su empeine a la ráfaga de ki, redirigiéndola contra su padre. Goku abrió sus ojos de sorpresa al ver esto pero reacciono de inmediato cubriéndose con sus manos a la altura de la cara.

Goku en si había sido tomado por sorpresa, jamás imagino que su hijo golpearía su propio ataque de ki, para re direccionarlo contra él, exponiéndose a que la inestabilidad de la energía estallase en su propio pie, pero al no ser así, Goku recurrió a defenderse como pudo, dejando al expuesto su torso y estómago.

-es mi chance, lo voy a lograr, solo un golpe y habrá acabado todo- pensaba el emocionado Gohan, quien caía en picada al suelo, con su puño derecho por delante el cual iba dirigido al pecho de Goku.

La mirada del sayayin de raza pura cambio a la de una seria, más que seria, de seriedad absoluta. Gohan ya estaba a solo unos metros de golpear a su padre, pero la experticia y la cantidad de peleas en el cuerpo de Goku afloraron cuando su hijo ya estaba a punto de ganar esta pelea.

En cámara lenta, Goku golpeo el puño de su hijo con delicadeza, con solo el objetivo de desviar su trayecto de impacto al suelo y no a su estómago, evitando así perder la pelea aunque esta vez como el anterior, estuvo muy cerca de perder. Gohan sorprendido se estrelló de lleno contra la tierra. La fuerza del impacto fue de tal magnitud, que levanto una enorme cortina de polvo por todo el lugar.

-Gohan, tu puedes- decía la pequeña Akeno, tapándose con sus manos la cara, esto para que el polvo no entrara en sus ojos violetas. Por su lado, Gohan tenia su mano incrustada en la tierra, quedándose así un par de minutos para pensar en otra estrategia para ganar.

-kaaaameeee...- esa voz volvió en si a Gohan, el cual como el rayo volvió su cabeza al cielo, viendo a su padre cargar una de sus más famosas técnicas.

-bien papá, si es así como lo quieres yo también puedo hacerlo- dijo el primogénito de Goku, levantando sus palmas al cielo y luego colocarlas a un costado de su cuerpo, -kaaaameeee....- Gohan planeaba contrarrestar el ataque de Goku con su propio kamehameha.

Las brillantes luces provocadas en las palmas de los guerreros sayayin y la presión del aire al acumular el ki, provocaban que el polvo alrededor del campo de batalla se desvaneciere por completo. Akeno al sentir que la polvareda se desvaneció, quito sus manos de poco a poco, quedando impresionada por lo que veían sus ojos.

-haaaaa- gritaron ambos son, lanzando de sus palmas sus técnicas más fuertes. Akeno con los ojos abiertos como platos y sus pupilas tan vibrantes como el resplandor de las ráfagas de ki, veía tal espectáculo sorprendida.

El choque de poderes de los guerreros no cedía ni siquiera un centímetro. Los ataques prácticamente estaban igualados en fuerza, lo que demostraba que Gohan y Goku no pretendían perder esta batalla de poderes, pero lo inevitable vendría tras un largo periodo de tiempo chocando sus poderes.

El estruendoso impacto de energías, estas estallaron sin el mayor remedio, creando un enorme vendaval de viento, que movía las copas de los arboles a su alrededor. Akeno recibió la peor parte, ya que el viento la golpeo de lleno y la envió a volar.

-¡aaayuuudaaaa!- grito la pequeña hija de shuri, la cual daba vuelta tras vuelta en el aire sin control. El grito de auxilio de la chica llamo la atención de los guerreros sayayin, siendo Gohan el más rápido en reaccionar e ir volando a toda velocidad a la ayuda de Akeno.

-debo ser mas rápido, debo proteger a Akeno- de un momento a otro, la fuerza Gohan cambio radicalmente. La velocidad del hibrido fue tan impresionante que hasta su padre quedo atónito al ver como su hijo daba un giro importante a su ki.

-ya no tengo dudas, Gohan ha conseguido lo impensable- pensaba con sorpresa y orgullo el sayayin de raza pura.

-Gohan, ayúdame- pensó la pelinegra al ver su inevitable golpe contra un árbol, pero de un momento a otro se detuvo, sintiendo como alguien la tomaba de su cintura y su cabeza se apoyaba en el hombro de alguien. Al mirar mejor, Gohan la tenía abrazada por la cintura sin dejarla ir.

-¿te encuentras bien Akeno?- pregunto preocupado el joven sayayin mestizo, quien veía de reojo con preocupación a la chica. Esta última se hecho algo atrás para mirar de mejor manera al hijo de Goku.

-gracias, gracias, muchas gracias por ayudarme Gohan, eres mi héroe- decía con alegría y emoción la pelinegra mestiza, la cual abrazaba efusivamente al hijo de Goku, quien se sonrojaba ante esta muestra de cariño de Akeno. El hibrido comenzó a bajar lentamente al suelo aun siendo abrazado por la himejima.

-no te preocupes por nada Akeno, yo siempre te protegeré- Gohan abrió sus ojos tras decir estas palabras, era como si estas habían salido solas de su boca, como si su corazón hablara por él sin pensarlo. La hijo de shuri al escuchar esto no pudo evitar sonrojarse como un tomate.

-ara ara, estoy a tu cuidado Gohan- decía con una dulce sonrisa y una mano en su mejilla la pequeña, la cual sacaba ese gesto de su madre. Goku por su lado llegaba volando junto a los pequeños con caras tan rojas como un tomate.

-bien está claro que no debemos hacer eso otra vez, no queremos destruir este lugar sin razón- exclamo el sayayin de raza pura con su típica sonrisa son en sus labios. Gohan asintió con la cabeza.

-volvamos a retomar la pelea papá, pero ahora sin lanzar poderes- decía el alegre sayayin mestizo, a lo que Goku levanto su pulgar derecho.

-me parece perfecto hijo, andando- así como así, los sayayin guerreros tenían las intenciones de volver a la batalla, pero Akeno tomo la mano de Gohan inesperadamente, lo que sorprendió al hijo de Goku.

-¿sucede algo Akeno?- pregunto confundido Gohan, pero antes de decir algo, la pequeña hija de shuri, beso la mejilla del mestizo guerrero. Esta más que decir que la cara de Gohan se tornó de un color carmesí profundo.

-eso fue por salvarme Gohan, kukukuku- dijo Akeno con su mano en la boca, riendo como su madre algo maliciosa. Por su lado, Gohan solo atino a sonreír y comenzar a caminar hacia el centro del campo de batalla.

-Gohan está madurando antes de lo que esperaba, lo ves milk, nuestro hijo está creciendo- pensó Goku con una sonrisa en su rostro. Este miraba al cielo mientras pensaba en su esposa fallecida.

-plaaffff- fue el sonido de Gohan cayendo de cara al suelo. Esto aconteció cuando Gohan caminaba algo atontado por el beso de Akeno, tropezando así con una roca, esto fue visto por su padre y la propia himejima.

-ups, no creí que un pequeño beso causara tanto impacto en Gohan- pensó la pequeña joven, la cual reía internamente al ver caer al sayayin mestizo.

-jejejeje, Gohan esta descubriendo lo que yo descubrí en la adultez con milk- decía el sayayin de raza pura riendo como suele reír siempre. Goku se acercó a su primogénito y lo levanto de la cintura, colocándolo a un costado de él.

-¿Qué paso papá?- pregunto un atontado Gohan, el cual tenía el rostro rojo por el golpe que se dio. El sayayin de raza pura sonrió antes de responderle a su pequeño.

-estas creciendo hijo, eso es todo- respondió Goku llevando a su hijo al centro del campo. Luego de un par de minutos, para que Gohan se recuperara, la batalla volvió a retomar su curso.

Los golpes y patadas volvían a volar entre los guerreros sayayin. Goku con un par de golpes a la cabeza de Gohan intentaba ganar, pero su hijo no se quedaba atrás y esquivaba moviendo su cabeza de un lado a otro, para luego tratar de darle un gancho ascendente a su padre, pero este con su codo detenía el golpe de su hijo. Después de ese impacto volvieron con el intercambio de golpes a toda velocidad.

Akeno se impacientaba, la pela pareciese que no tendría fin. Los minutos y hora pasaban volando, y la hija de shuri se impacientaba a cada vez más. La pequeña disfrutaba del espectáculo pero las ansias de saber de un ganador para esta pelea le carcomía los nervios, es más esta estaba rogando porque el pequeño sayayin mestizo consiguiera la victoria. Gohan por su parte se veía bastante cansado, esto por lo extenso de la pelea.

-debo hacer algo, Gohan se nota muy cansado y el señor Goku apenas está sudando- pensaba la pelinegra mordiéndose la uña. La hija de shuri pensaba y pensaba la forma de ayudar al joven mestizo.

-que sucede hijo, ¿ya no puedes seguir mi ritmo?- decía Goku entre golpes que le brindaba al mestizo, pero este estaba tan ocupado en bloquear los golpes de su padre que no respondía a esa pregunta sarcástica.

-debo hacer algo, las fuerzas de mi cuerpo de poco a poco me abandonan- pensaba el hibrido guerrero que bloqueaba con su palma derecha el puño de Goku.

-ya lo tengo- pensó Akeno chasqueando los dedos, como si el bombillo encima de su cabeza se hubiera encendido, -solo hay una cosa en el mundo que podía distraer al señor Goku- pensó con una sonrisa maliciosa la pequeña chica.

Goku consumando su estrategia para acabar con la pelea, levanto su puño por los aires y lo dejo caer con brusquedad a la tierra. La mano en forma de puño del raza pura tenía las intenciones de golpear directamente la cabeza de su hijo, pero este dio un paso atrás para evitar esto, dejando que el ataque de su padre pasara de largo al suelo.

-es mi oportunidad- pensó Gohan, tratando de darle una patada en la cabeza a Goku, pero este logro detenerlo con el antebrazo. Para Gohan esto llevo a perder levemente el equilibrio, quedando expuesto a un golpe frontal de su padre.

-es ahora o nunca- Akeno respiro hondo mientras posicionaba sus manos como megáfono en su boca, -¡señor Goku, una chuleta asada está volando sobre su cabeza!- grito a todo pulmón la hija de shuri. El grito de la pequeña de ojos violeta se escuchó o mejor dicho, retumbo por todo el bosque, lo cual llamo la atención de los guerreros, además de frenar la pelea por un momento.

-¿Dónde?- se preguntó Goku, mirando hacia los cielos. Akeno sonrió ampliamente con malicia, su objetivo se había logrado, ahora solo quedaba que Gohan le diera un buen golpe al sayayin mestizo.

-¿yo no lo veo?, ¡hey Akeno¡ ¿Dónde está esa chuleta?- gritaba Gohan moviendo su mano de lado a lado, hablándole a la hija de shuri, a la cual se le desdibujaba su gran sonrisa en su rostro, ya que Gohan también había caído con su pequeña broma. Lo inevitable pasó y la pequeña de cabello negro se cayó de espaldas con sus piernas hacia arriba.

-jajajaja, debí saber que Gohan es igual que el señor Goku- decía Akeno con una sonrisa nerviosa en su rostro. La pelinegra se refería a que ambos siendo padre e hijo, tenían el mismo gusto por la comida.

-eso fue extraño, pero bueno, en guardia Gohan- decía el sayayin de raza pura, dando un salto, poniéndose a varios metros de su hijo para empezar a retomar la pelea de donde había quedado.

-este será mi último ataque papá, así que prepárate- decía el pequeño súper sayayin, poniéndose en pose de pelea.

Las auras de cada uno se encendieron como una llamarada de color dorado. El ki de cada uno hacía temblar el lugar. Goku y Gohan ya estaba listos para terminar con la pelea y al paso de una hoja que caía al suelo, ambos guerreros se lanzaron el uno contra el otro por los aires hacia el cielo.

-aaaaahhhhh- el grito de ambos era acompañado por sus pies por delante, cada uno con su patada voladora correspondiente. Goku al ver esto, recordó la misma situación hacía ya varios años atrás en su primera participación en el torneo de las artes marciales.

-ha sido una buena pelea Gohan- con estas últimas palabras, impacto de lleno la cara de su hijo con su pie, a lo que este estiraba su pierna tratando de alcanzar el rostro de su padre, pero la constitución de sus cuerpos favoreció al sayayin de raza pura. La pelea había terminado.

[Un par de horas después]

La brisa de la tarde recorría el rostro del joven sayayin mestizo, lo que llevo a que este comenzara a despertar de poco a poco de la inconciencia. Los parpados del chico se abrieron muy lentamente, siendo lo primero que vio fue el cielo de la tarde, el cual se veía anaranjado por la puesta del sol.

-ummm, ¿Qué fue lo que paso? ¿Por qué me siento tan cómodo?- se preguntaba el hijo de Goku, quien aún sentía el cuerpo adormilado, -es verdad, perdí la pelea con mi papá- pensó con algo de decepción el hibrido sayayin, pero una mano lo hizo sacar de esos malos pensamientos, ya que esta le acariciaba la frente y su cabello.

-entonces fue que entre a la torre de la fuerza y me enfrente a grandes peleadores para salvar al líder de la aldea- la voz de Goku era escuchada por el ya despierto Gohan. El raza pura pareciera que estaba contando una de sus aventuras, lo cual confundió a Gohan, quien al fijarse mejor, su padre estaba a un lado de él, hablando a su costado.

-que emoción, usted es genial señor Goku- la voz de emoción de la pequeña hija de shuri, hizo comprender al sayayin mestizo de lo que estaba pasando y de porque se sentía tan cómodo.

-jejejeje, yo solo hago lo que me gusta- respondió el clase baja, quien se frotaba la nuca como siempre lo hace, -oh, Gohan ya despertaste- dijo el padre a su hijo, viéndolo que este ya tenía los ojos abiertos.

-hola papá- Gohan comenzó a recomponerse de poco a poco, sentándose sobre el pasto, pero antes de seguir diciendo alguna cosa, los brazos de Akeno lo atrajeron en un apretado y dulce abrazado.

-me alegra tanto de que ya estés despierto Gohan- exclamo con alivio la pelinegra de ojos violeta, a lo cual el mencionado se separaba un poco de la chica para luego sonreírle a esta.

-no te preocupes Akeno, ahora ya estoy bien, puedo seguir peleando- decía con mucha confianza el hijo de Goku, pero la mano de su padre lo detuvo de levantarse repentinamente.

-tranquilo hijo, no sobres fuerces, por hoy el entrenamiento ha concluido- exclamo Goku con una leve sonrisa en su rostro, mientras despeinaba los cabellos de su retoño.

-pero papá- trato de replicar Gohan a su padre, pero los brazos de Akeno lo hicieron volver al regazo de esta.

-ya escuchaste al señor Goku, ahora continúe con su historia- decía Akeno interesada por escuchar las aventuras de pequeño del raza pura. Gohan solo sonrió ante esto y se dejó llevar por la suavidad de las piernas de la chica.

-bien, como decía...- todo el resto de la tarde, Goku narraba sus aventuras contra la patrulla roja, mientras que el par de niños escuchaba atentamente al guerro de sayayin, así pasando un buen rato antes de dirigirse a su hogar y dar como terminado el día.

[En el templo de kami-sama]

-increíble, simplemente increíble, con solo sentir la fuerza de Goku y su hijo al pelear me lleno de esperanza de que pueden ganarle a ese monstruo- decía maravillado Michael. El ángel de cabellos rubios se llevó una grata sorpresa al ver pelear a los sayayin.

-hum, eso solo fue un juego de niños, el combate contra cell será de otra dimensión- respondió piccolo sin dejarse sorprender a la vez que se daba la media vuelta, -has crecido mucho Gohan, ya no eres el niño llorón que alguna vez entrene, ahora eres un guerrero que me ha superado en todo sentido- pensó piccolo sonriendo levemente. Michael veía como se retiraba el guerrero namek.

-ese chico realmente cambio la parte malvada de kami-sama- pensó el rubio ángel, para luego dirigir su mirada a su hermana Gabriel. La hermosa mujer miraba hacia abajo con mucho interés, -dime que piensas Gabriel- exclamo Michael a su hermana.

-ummm ese niño, el hijo de Goku es muy perseverante y lindo- dijo sin más la rubia mujer, la cual veía con interesas al hijo de Goku. Cabe aclarar que la chica veía con simple interés la personalidad y no de otra forma.

-no te diste cuenta ¿verdad?- pregunto Michael manteniendo su sonrisa tranquila en sus labios. Gabriel solo negó con la cabeza, -aaahh, no importa, ven debemos ayuda a mister popo con la limpieza del templo- exclamo el joven de rubios cabellos, caminando lejos de la baranda del templo, este siendo seguido por Gabriel.

Michael con esa batalla, y al analizar en cada detalle la forma de pelear de ambos guerreros, descubrió un poco más sobre que eran capaces los extraterrestres llamados sayayin y lo que esa raza guerrera podía hacer. Pero sobretodo una de las cosas más importantes fue el gran potencial del pequeño hijo de Goku y ese raro aumento de poder que libero.

-estoy seguro que ellos serán los héroes que salvaran este planeta- pensó Michael con una suave sonrisa en sus labios, a lo que se perdía en la puerta que llevaba al interior del templo.

[Volviendo a la casa de Goku]

-ya se están tardando- pensó algo preocupada shuri, mientras hacia la cena. De un momento a otro, de la puerta entraron Goku, Akeno y Gohan, cada uno riendo con diversión.

-ya llegamos- anunciaba Goku con alegría. Shuri al voltear a ver a los guerreros y su hija, no pudo evitar suspirar de alivio y formarse una sonrisa dulce en sus labios.

-bienvenidos a casa- shuri daba la bienvenida a estos tres personajes, a lo que Akeno como el relámpago se acercaba a su madre.

-mamá, fue realmente impresionante, el señor Goku y Gohan son muy fuertes, se movían tan rápido que apenas podía verlos- comentaba bastante excitada la pelinegra de ojos violetas.

-oooh, con que así fue, kukukuku- reía shuri con la mano en su boca, pero delante de ella tenía a un par de guerreros con los abiertos de la impresión.

-dime Akeno, ¿es verdad de que podías ver nuestros movimientos en la batalla?- pregunto Goku, hincándose sobre su rodilla mientras ponía una mano en el hombro de la pelinegra menor.

-sí, aunque me costó mucho al principio pero si me concentraba, podía ver los movimientos que hacían- decía Akeno sin pizca de mentira en su cara, la cual reflejaba una sinceridad absoluta. Goku sonrió al instante, tal vez la pequeña Akeno tenía un potencial oculto en su interior.

-ummm, dime Akeno, ¿te gustaría que te entrenara al igual que Gohan?- pregunto Goku a la niña. La hija de shuri cambio su rostro al de uno de felicidad absoluta, aunque su madre no tanto.

-¡siiiii, yo también quiero ser igual que el señor Goku y Gohan¡- gritaba con emoción la pequeña mestiza, pero su madre mostraba una mueca de preocupación.


-esperaba un poco hija, no estoy muy segura de esto- decía shuri deteniendo la celebración de su hija.

-uuuuhhh, pero mamá- Akeno dejo caer sus brazos a su costado con pesadez.

-no te preocupes shuri, ella estará en buenas manos, yo me ocupare de que no le pase nada- decía Goku colocándose de pie, mientras se ponía en frente de la mujer de cabello negro.

-umm no lo sé, ¿estás seguro de esto cariño?- pregunto la preocupada madre a su hija, la cual asentía con la cabeza en repetidas ocasiones.

-vamos shuri, di que si, si, si- Goku volvió a agacharse y colocarse detrás de Akeno. Este suplicaba con la niña de que shuri accediera a la formación de artes marciales de su hija.

-está bien- decía de forma más relajada shuri. La mujer no sabia porque, pero el sayayin irradiaba un aura de confianza en él y su hija no podría estar en mejores manos.

Gohan por otro lado, veía de forma extrañada a su padre. ¿Por qué rayos decidía esto en medio de la cuenta regresiva del torneo de cell?, para el mestizo guerrero, el comportamiento de su padre es demasiado extraño. Gohan no decidió decir nada, ya que exactamente nada resultaría de discutir con su papá, es mejor confiar en él y que el día de la pelea, Goku revelara su as bajo la manga.

Así como así, los días pasaron, la convivencia de las dos familias mejoraba cada día. El entrenamiento de Akeno continuo con algo ligero y este subía de poco a poco, fortaleciendo su cuerpo, mientras por su parte Gohan se ponía al día con sus estudias y para sorpresa de él, shuri educo en casa a Akeno y sus conocimientos la llevaron a hacer la tutora de Gohan. Esta más que decir que shuri se llevó una gran sorpresa por ver lo avanzado que estaba Gohan, pero aun así ella podría seguir ayudándolo en sus estudios. Estudios donde también se incluía su hija. Esto hasta que pasaron los primeros diez días.

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Es todo amigo, lo siguiente será que la pareja de Goku y shuri avancen en su relación y Akeno junto a Gohan se hagan mas amigo, además quien sabe, una pequeña de cabello rojo aparezca en escena, sin mas me despido de ustedes.

Antes decirles que si les gusto, dejen su comentario que me anima mas para seguir escribiendo, recuerden trato de que ustedes pasen un buen momento y si es a mas personas, la vida a lo menos por unos minutos los distraeré y los alegrare un poco, adiós a todos.

                                                                          QUE VIVA EL HAREM

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