Capítulo 1: la nueva mujer en la vida de Goku, una amiga para Gohan.
La muerte siempre fue lo más doloroso para los guerreros z, un sentimiento de horror que invadía los cuerpos de cada guerrero aun siendo estos tremendamente poderosos. La muerte siempre les estrujaba sus corazones, partiendo con el primer deceso que sufrieron nuestros guerreros y esta fue la de krillin en ese fatídico torneo de las artes marciales.
El día en que piccolo daimaku volvió a desde su prisión en forma de termo eléctrico, enviando a su fiel hijo tambori, un monstruo horripilante que buscaba la lista de los peleadores de las artes marciales y la esfera del dragón que pertenecía al nieto de son Gohan, el pequeño Goku. Este último tuvo el peor presentimiento posible, el cual se hizo realidad, su mejor amigo había muerto gracias a tambori.
En ese instante, los recuerdos del deceso de su abuelito volvieron a su corazón. La tristeza y amargura llenaron su mente, pero por sobre todas las cosas la ira, una ira asesina hacia el monstruo que derroto a su mejor amigo. Goku busco venganza y lo consiguió con creces al matar a piccolo y sus hijos, además de ser este quien también había sido la causa de la muerte de su maestro, Goku sufrió mucho pero al fin logro revivir a sus amigos, la tristeza ya no era parte del corazón del sayayin de raza pura.
El tiempo pasó, Goku volvió a salvar al mundo deteniendo al hijo de piccolo mayunia, quien intento apoderarse del planeta al igual que su difunto padre. Buscando la forma de revivir a la familia del mal, pero no lo logro pero Goku no lo mato y le perdonó la vida, lo cual también dejo vivo a kami-sama de la tierra. Todo volvió a la normalidad por cinco años, ya que la amenaza sayayin invadió a la tierra.
El pequeño Gohan llego a este mundo, heredando el nombre del abuelito de son Goku. El niño era un reflejo de su padre, un chico bastante alegre y muy inteligente gracias a su exigente madre milk, la cual hacia estudiar al pequeño incontables horas, dejando de lado el entrenamiento con Goku. El sayayin de raza pura le fastidio no poder entrenar a su hijo, pero el carácter de la mujer era demasiado para el pobre Goku, pero este amaba a esa mujer. La mujer con quien se casó y formo una familia, la mujer la cual le enseño el significado del amor.
Goku amaba a esa mujer, no importa que se casara con ella por una simple promesa, los ratos que pasaba con milk eran sensacionales, por dios, ella le enseño sobre el sexo y eso se lo enseño muy bien. Tan bien que a solo unos meses de casarse milk ya estaba en cinta. Milk podía gritarle, regañarle, enojarse, molestarlo, etc, pero Goku jamás se enfadaba con ella y es por ese motivo que el más grande dolor de su vida fue perderla.
En el momento en que raditz toco la tierra, Goku aprendió sobre su descendencia, además de conocer en carne propia, lo doloroso que se sentía dejar este mundo. Por más fuerte que fuese Goku murió aquel día, ese día que Gohan comprendió su potencial a solo cuatro años de vida, pero su entrenamiento para liberar su poder fue el infierno. Un infierno que se extendió cuando vegeta y napa arribaron al planeta por las esferas del dragón.
Gohan vio como cada guerrero caía uno por uno. Yamcha, tenshinhan, chaos y finalmente su maestro y amigo, quien estuvo entrenándolo por medio año, mientras que el otro medio año sobrevivió por sí mismo a las más terribles criaturas, pero su estancia con piccolo lo hizo más fuerte y encariñarse con el namek. En el momento en que este se interpuso pare recibir un ataque mortal de napa, Gohan sufrió el mismo dolor que su padre cuando murió krillin. Este niño vio la muerte de cerca al igual que su padre.
Cada muerte, cada deceso, cada caída de un guerrero en el campo de batalla fue doloroso, pero gracias las míticas y mágicas esferas del dragón tanto como las de la tierra como las de namekusei, revivieron a estos guerreros, lamentablemente las esferas tan poderosas como son, no tenían el poder de revivir a una persona que moría por causas naturales. Shen long o porunga no tenían el poder de intervenir en el destino de las personas.
Esta tragedia sucedió durante el tiempo en que los androides arribarían en una pequeña isla a nueve kilómetros de la capital del sur. Trunks del futuro había informado de este seceso, además de la enfermedad del corazón que sufriría el sayayin de raza pura, pero no dijo nada sobre la tragedia que se avecinaba para la familia son. Un año después de que Trunks diera aviso sobre los androides, un tiempo después de que Goku sacara su licencia para conducir con piccolo. Milk comenzó a sufrir de fuertes dolores en su pecho, a esta le costaba respirar y cada día empeoraba.
Goku, Gohan, ox satan y hasta el mismo piccolo llevaron a la mujer del sayayin al hospital, donde recibieron la peor noticia para todos. Milk sufría de una enfermedad desconocida, la cual debilitaba el estado de sus pulmones y su ritmo cardiorrespiratorio se deterioraba lentamente, a lo que los médicos internaron a la mujer de inmediato en el centro médico, donde milk era ayudaba por las maquinas del hospital a respirar.
Estos síntomas los sufrió al igual que ella, su madre, la cual murió a causa de esta cuando solo era una bebé, dando como resultado de que milk había heredado esta enfermedad por parte de su familia materna, pero esto no importaba en nada, Goku dolo quería salvar a su esposa, verla en ese estado eran como dagas en su corazón, una tras de otra. Por parte de Gohan, el pequeño lloraba en silencio, pero piccolo como su maestro y casi segundo padre lo apoyo incondicionalmente, hasta el momento que el cuerpo de milk ya no soporto más la carga de su enfermedad.
El día nueve de septiembre, al mediodía, milk paso al otro mundo, mientras que Goku sostenía su mano y sentía como su ki desaparecía lentamente hasta que este ya no se podía sentir. La muerte de la pelinegra esposa de Goku fue un golpe duro para todos, sobre todo para Goku y Gohan, quienes perdían a la mujer más importante en esta vida. El sayayin de raza pura perdía a su esposa, el pequeño sayayin mestizo perdía a su madre, ox satan a su hija, para los demás una buena amiga. La mujer tuvo todos los honores posibles después de su muerte, sepultada en un bonito campo de rosas, bajo un árbol cerezos, para que cada primavera este floreciera. Esto se consiguió en un prado cercano a la montaña paoz, milk a la distancia cuidaba a su esposo e hijo.
Dicen que las heridas se curan con el tiempo, eso no es verdad, bueno para Gohan y Goku no era de esa manera, para ellos solo eran palabras y nada más, tal vez superaron la muerte de milk, pero el dolor de sus corazones jamás los dejo. El entrenamiento ayudo a curar sus penas, sus ratos con piccolo y las visitas de sus amigos los hacia reír y tener más ánimos para seguir, pero cada noche, cuando Goku entraba a la habitación que compartió alguna vez con su esposa, esos recuerdos invadían su mente.
No es tan raro decir que la vida sexual de estos dos era bastante activa, milk no desaprovecharía el cuerpo y vigor del sayayin de raza pura. Lamentablemente esos recuerdos de noches de pasión entre los amantes, llegaban a la cabeza de Goku, el rostro de su esposa dormida sobre su pecho hacia al sayayin dejar caer un par de lágrimas de sus ojos. Goku no era un hombre de mostrar sus sentimientos más profundos a los demás, ni siquiera a su hijo. En su cuarto y en silencio, con una foto de su esposa en sus manos, dejaba aflorar el agua que recorría sus mejillas. Aunque no lo crean, Goku lloraba a su esposa aun en estas instancias en la vida.
Bulma y sus amigos trataron de convencer de que Goku debía rehacer su vida con otra mujer, buscar una madre para Gohan, pero el sayayin de raza pura era reacio a esta idea, la cual la encontraba absurda. Milk fue la mujer de su vida, él solo podía criar a su hijo, no necesitaba la ayuda de una mujer, para eso o para nada. Milk fue la mujer de su vida y quien había robado su corazón.
En fin, los tres años pasaron, Gohan ya tiene sus nueve años de edad y Goku ya cumplía sus tres décadas. Listos y dispuestos, junto a piccolo partieron hacia aquella isla, lugar de la aparición de los androides. Los sucesos se llevaron a cabo, aparecieron los dichosos androides, pero no eran como se los describió el joven del futuro. La pelea llego a su climax y la enfermedad de Goku se hizo presente y gracias a yamcha, el maestro roshi y los demás de kame house, Goku recibió las atenciones y la medicina que le entrego Trunks del futuro.
Mientras Goku estaba inconsciente, el androide cell había emergido de su capullo, causando muerte en cada ciudad o pueblo cercano, absorbiendo la energía de estos, todo para poder convertirse en el ser perfecto. Para lograr su objetivo debía absorber a los androides del doctor maki-gero, pero aún eran muy fuertes para él, además de tener a los guerreros z detrás de su pista.
Los acontecimientos para nuestros héroes no fueron de lo mejor, ya que cell era un insecto escurridizo que se les escapaba de las manos. El tiempo pasó y el despertar de Goku no tardo, pero aun despierto, el sayayin de raza pura no era oponente para los androides. Por estos problemas, Goku decidió junto a vegeta y su hijo entrenar en la habitación del tiempo, pero el salvador del mundo tenía una conversación pendiente con Trunks. Lamentablemente el tiempo apremia y el entrenamiento era lo más importante.
El día de la llegada de los androides a kame house llego más tarde de lo esperado, pero Goku ya se encontraba en el templo de kami-sama, esperando su turno para entrar a la habitación del tiempo, mientras que piccolo ayudo a entretener y en el proceso tratar de eliminar al androide numero diecisiete, pero aunque estuviera fusionado o mejor dicho asimilado con el dios de la tierra, lo cual le daba una gran fuerza, pero aun así diecisiete estaba a la par.
La batalla fue intensa que destrozo una isla por completo, dejando a los dos peleadores bastante agotados, sin saber que una amenaza se aproximaba velozmente hacia ellos. Cell arribo al campo de batalla con las intenciones de convertirse en el ser perfecto, ya teniendo el poder de miles de almas humanas en su cuerpo. Tantas que su energía supero con creces a los androides y sin siquiera estar fusionado con ellos.
El par de guerreros intento lo necesario para detener al androide cell, pero este era demasiado fuerte para ambos. Este monstruo no era el oponente indicado para diecisiete o piccolo, a lo que este último término gravemente herido, casi al borde la muerte. Esto llevo que el androide pacífico y amante de la naturaleza saliera a pelear, demostrando todo su poder que puso en aprietos al androide cell.
Dieciséis no lo consiguió, este no logro detener al androide verde, el cual gracias a un descuido del robot de mohicano rojo, atrapo al chico de cabello negro y lo absorbió con su cola en forma de aguijón. Aumento su fuerza a límites insospechados, ya nadie era rival para él, pero esto no era suficiente para cell, él quería ser un androide perfecto, ya teniendo las células de los mejores peleadores de la tierra y hasta del universo, busco aumentar más su poder tratando de absorber a numero dieciocho.
Para este androide ambiciosos de poder, los baches en su camino fueron de lo peor, ya que el poder que ganaron vegeta junto a Trunks, sobrepasaron su fuerza actual. Una gran paliza se llevó por parte del príncipe de los sayayin, que estuvo a punto de morir si su inteligencia y orgullo de vegeta no hubieran jugado en contra del príncipe sayayin.
Con la promesa de una gran pelea cuando cell fuera perfecto, alabando a vegeta para que este demostrara toda su fuerza ganada en la habitación del tiempo y probara que era el sayayin más fuerte del universo al derrotar a cell perfecto, el príncipe de la raza guerrera accedió a que cell absorbiera a dieciocho y demostrara todo su poder contra el arrogante sayayin de raza pura.
Vegeta cometió un craso error al dejar que cell se perfeccionara, ahora su poder era inmenso, una fuerza de otra dimensión poseía este monstruo, la cual destruyo por completo al arrogante príncipe, quien no pudo hacer nada contra la enorme fuerza, velocidad y técnica del androide perfecto. Trunks tuvo que intervenir en la pelea o su padre hubiera muerto sin remedio.
Trunks aun usando su máximo poder, solo su fuerza bruta aumento, sus reflejos y velocidad decayeron drásticamente por la inmensidad de sus músculos. El androide perfecto acabo con toda esperanza que tenía Trunks por la victoria. El hijo de vegeta se dio por vencido, esperando a hacer ejecutado por cell, quien después de un par de preguntas sobre la fuerza de Trunks, tomo una decisión que dejaba un rastro de esperanza para la humanidad.
-un mes, un mes completo le daré a la humanidad para salvar sus miserables vidas- esas fueron las palabras de cell al hijo de vegeta, el cual cambiaba su rostro a uno de confusión y terror.
Por supuesto que el hijo del príncipe sayayin le hizo el cuestionamiento necesario a cell, esperando saber cuál era el nuevo objetivo de este y por qué esta decisión. Cell solo sonrió mientras miraba la cara de pavor del sayayin mestizo, a lo que pasaba a responder sus preguntas, diciendo que quería ver el rostro de terror en las personas cuando sus esperanzas de sobrevivir murieran junto a los guerreros que lo desafiaran en su torneo de las artes marciales. El torneo de cell quien respetaría las reglas del típico torneo que se realizaba en la tierra.
El chico del futuro bastante desconcertado, fue a dar la noticia al templo de kami-sama, pero cell tenía su propia forma de informar las cosas y de paso causar el mayor pánico posible a cada habitante de la tierra. Por su lado Trunks se dirigió a gran velocidad hacia el templo, donde el padre como el hijo, salían de entrenar un año completo en la habitación del tiempo.
[En el templo de kami-sama]
-ese maldito de cell, ¿a qué rayos juega?- decía piccolo con enfado, quien gracias a la habilidad de su contraparte, veía desde los cielos al androide perfecto.
-tal vez esta sea una oportunidad para derrotarlo, si entrenamos una vez más en la habitación del tiempo y lo atacamos todos juntos, puede que lo derrotemos- decía un poco más positivo el peli lavanda, mientras que su padre chasqueaba la lengua ante la declaración de su hijo.
-yo no necesito la ayuda de sabandijas como ustedes, con entrenar una vez más en esa extraña habitación, seré tan fuerte que le devolveré a esa cucaracha la golpiza que me dio- hablo vegeta con ira en su voz, recordando cada golpe y humillación sufrida en la pelea contra el ser perfecto.
-esto es el fin, maldición, ese monstruo es invencible- dijo tenshinhan apretando sus puños con frustración, ya que nada podía hacer. En ese instante de desesperación, la puerta de la habitación del tiempo comenzó a abrirse y un par de kis se sintieron en todo el templo.
-¿de quién es este ki tan poderoso?- pregunto a la nada el impresionado namek. Los demás guerreros también veían con rostros de sorpresa y confusión en dirección de la habitación, donde un par de figuras comenzaron a emerger de este lugar.
-¿Qué sucede chicos? Parecen a ver visto un fantasma, jajajaja- comento el sayayin de raza pura y rival de vegeta con su típico tono despreocupado, a la vez que se frotaba la nuca. Pero quien podía culpar a los guerreros, ya que como el padre y el hijo, estaban en su estado súper sayayin o esto pareciera ser, además de tener sus ropas hechas añicos.
-¿eres Gohan?- se atrevio a preguntar el namekusei, quien se acercaba junto a los demás hacia el par. El verde extraterrestre veía de arriba abajo a su antiguo alumno, quien en esa habitación había crecido un poco, pero el cambio más drástico fue su poder.
-jejeje, si soy yo señor piccolo- respondió el hijo de Goku con una sonrisa en su rostro. En el interior del namek sintió un gran orgullo de su alumno, en tan poco tiempo y su fuerza lo sobrepaso por absoluto, sus genes sayayin eran muy fuertes en la sangre del chico.
-increíble- respondió el pasmado namek.
-vaya kakarotto, te has hecho más fuerte que antes- decía en un tono de superioridad vegeta, quien se cruzaba de brazos mientras veía de pies a cabeza al padre de Gohan.
-tú lo has dicho vegeta- exclamo Goku con un tono más bajo. El sayayin mas alto no despegaba los ojos del príncipe sayayin hasta el momento que de repente sintió el ki de cell, -aun puedo sentir el ki de cell, pero ahora es mucho más poderoso que antes, ¿Qué demonios está pasando?- pregunto Goku con los labios cerrados y el ceño fruncido en sus ojos, los cuales viajaron de inmediato a vegeta y Trunks.
-se lo explicare todo en detalle señor Goku- exclamo Trunks con un dejo de tristeza en su voz, ya que este se sentía muy responsable sobre la perfección del cuerpo de cell.
-espera un poco Trunks, antes...- dijo Goku con seriedad, colocando su palma derecha en frente del hijo de vegeta, -me estoy muriendo de hambre- dijo Goku cómicamente con sus manos en el estómago, haciendo caer de espaldas a todos los presentes.
-mister bobos les has preparara algo de comer- decía el ayudante de kami-sama con una gran sonrisa en sus carnosos labios rojos.
-gracias mister popo o una cosa más, ¿aun conservas mi dogi de pelea?- pregunto Goku al ayudante del dios de la tierra, el cual asintió con la cabeza para luego dirigirse al interior del templo.
[Unos momentos después]
Goku y Gohan engullían los alimentos como si no hubiera un mañana, esto bajo la mirada atónita de los demás guerreros, quienes veían como padre e hijo se terminaban la guarnición para treinta personas en solo unos minutos, a lo que piccolo les pregunto si comieron durante su estancia en la habitación del tiempo, pero la respuesta de Goku solo fue balbuceos por toda la comida de su boca.
-traga antes de hablar- decía molesto el namek por los modales del sayayin de raza pura, el cual de un trago sorbió los fideos, -que asco- exclamo el extraterrestre verde con una mueca que reflejaba sus sentimientos de repugnancia.
-si comimos, pero como Gohan y yo no sabemos cocinar bien, probar esta comida es de lo mejor- respondió Goku, a lo que píccolo solo atino a cruzarse de brazos y desviar su mirada del sayayin Goku.
[Luego de comer]
Trunks paso a explicarle la situación a Goku y Gohan, quienes bueno por más impactantes que fueran las noticias que les daba el hijo de vegeta, Goku ya se esperaba esa reacción del orgulloso sayayin. El sayayin de raza pura no podía culpar a su archirrival de dejar a cell perfeccionarse, ya que pelear contra alguien fuerte era la máxima emoción de un sayayin guerrero y amante de las peleas.
-ya me lo esperaba, aun así, estoy ansioso por pelear contra cell- decía el son mayor mientras se vestia con su dogi favorito.
-señor piccolo, a mí me gustaría usar un traje de pelea similar al suyo si es posible- pidió Gohan a su maestro, quien sonrió ante la petición de su pupilo.
-no hay problema enano- dijo piccolo quien colocaba su mano en la cabeza rubia de Gohan, a lo que en un instante el traje de pelea sayayin que portaba Gohan, fue reemplazado por el traje purpura del namek.
-gracias señor piccolo- agradeció el pequeño sayayin. Pero de un momento a otro, una voz se oyó desde el templo de kami-sama, esta perteneciente a un joven mientras pareciese que hablara con alguien más.
-hace mucho tiempo no visitábamos a kami-sama, espero que se encuentre bien- desde las puertas del templo, apareció un joven de cabellera dorada larga, ojos color esmeralda, además de una aureola sobre su cabeza. El hombre vestía con una túnica de colores roja y blanca con adornos y grabados en forma de cruz y una capa con unas hombreras anchas y desproporcionadas.
-te doy toda la razón hermano Michael- la voz angelical de una hermosa joven dijo estas palabras. La mujer tenía el cabello dorado y rizado, ojos verdes y su atuendo era de lo más escaso, ya que prácticamente usaba un bikini de tela dorada que dejaba poco a la imaginación aunque su mayor virtud era la voluptuosa figura de la chica, quien era coronada con una aureola sobre su cabeza.
-ajajajaja, pero si es Michael y Gabriel, hola chicos, es genial volver a verlos- exclamo animadamente Goku, aproximándose al par de jóvenes extraños, quienes veían a estos con detenimiento, pero por sobre todo piccolo. El namek sentía un dejo de nostalgia al ver a estos seres.
-que emoción más emocionantes- decía mister popo, el cual se acercaba a los jóvenes rubios junto a Goku, pero estos veían de rara forma al sayayin de raza pura que los saludaba, pero ahora que se fijaban bien, el templo albergaba mas personas que alguna vez vieron.
-mister popo, ¿Qué sucede aquí y quien es este señor?- decía el joven hombre de ojos amables, quien saludaba al ayudante de kami-sama con un apretón de manos, al igual que la joven chica.
-soy yo, soy Goku, ¿no me recuerdan?- decía el sayayin de rubio cabello apuntándose a él mismo, mientras que estos seres con aureolas en la cabeza abrían sus ojos de la impresión, a lo que trataban de asimilar esta impactante noticia.
-eres el pequeño niño que vino esa vez a entrenar con kami-sama, ahora lo recuerdo- decía Michael analizando el ki de Goku, reconociéndolo al instante, aunque su apariencia había cambiado era Goku, -discúlpame por no reconocerte Goku, pero ahora eres todo un hombre- comento Michael con una sonrisa afable y bastante relajada.
-sí, he cambiado mucho- dijo Goku frotándose la cabeza, mientras que la chica amiga de Michael se acercó al sayayin, para luego darle un tierno y cálido abrazo fraternal.
-qué bueno que volviste Goku, te extrañe- decía la pelirrubia con una sonrisa sincera en sus labios. Goku sonreía de oreja a oreja mientras devolvía el abrazo a la chica.
-se me olvidaba que a Gabriel le gusta dar abrazos- pensó el padre de Gohan, mientras que este se aproximaba a su papá, viendo que estas personas no eran malas, sino todo lo contrario, su ki era bondadoso y amable.
-estos tipos poseen un ki increíble, pero no tanto como el de un sayayin- pensó vegeta analizando a los dos jóvenes de rubios cabellos.
-papá, ¿Quiénes son ellos?- pregunto el joven sayayin mestizos, quien veía al joven de rubia cabellera el cual le ofrecía una sonrisa, a lo que Gohan sonrió de igual forma.
-es verdad, él es mi hijo Gohan- presento Goku a su primogénito con sus amigos, quien dio una leve reverencia a los jóvenes de aureolas en su cabeza. Michael también hizo una reverencia como Gohan, mientras que Gabriel al igual que ha Goku, le dio un abrazo al pequeño sayayin.
-es un chico muy lindo, como Goku cuando pequeño- decía Gabriel colocando al hijo del sayayin entre sus pechos. El contacto suave entre los almohadones de la mujer, sacaron un sonrojo en las mejillas de Gohan.
-hola mi nombre es Trunks y él es mi padre vegeta, un gusto conocerlos- se presentó el joven del futuro, a él y al orgulloso sayayin, quien apenas y le daba importancia a estos jóvenes recién llegados.
-oh, este, yo soy tenshinhan, un amigo de Goku- el hombre de tres ojos no se quedó atrás y también se presentó, mientras que Gabriel dejaba a de lado a Gohan y se presentaba junto a su hermano. Pero a vegeta esto le colmo la paciencia, no soportaba el no saber quiénes eran ellos y porque desprendían una energía tan pura de sus cuerpos.
-ya basta de cursilerías, ¿Quiénes son ustedes par de insectos?- pregunto violentamente el príncipe sayayin, pero los jóvenes de cabellos dorados veían al colérico hombre con ojos apacibles y sin malicia.
-no soy un insecto, mira...- decía con un tono angelical la chica. Esta libero doce alas blancas de finas plumas de su espalda, lo cual saco muecas de sorpresa de cada uno de los presentes, exceptuando a Goku y mister popo, pero piccolo volvía a sentir esa familiaridad al ver las alas de la chica.
-somos ángeles- hablo el chico de cabellos dorados y capa blanca, quien liberaba sus propias alas.
Luego de esto, los llamados ángeles explicaron el porqué de su aparición en el templo de kami-sama, su papel en el otro mundo, su objetivo y asociación con el dios de la tierra. En fin en un simple resumen, los ángeles eran ayudantes de kami-sama y guardianes del paraíso, donde mantenían todo bajo control en ese lugar, pero cada cierto tiempo volvían al templo para informar de los acontecimientos en el otro mundo o alguna que otra novedad. Estos conocieron a Goku antes de volver al paraíso, donde se encariñaron con el simpático chico.
-eso es increíble, jamás pensé que los ángeles existieran de verdad- comento el amigo de chaoz, quien veía con impresión en sus ojos al par de jóvenes. Aun este mientras entrenaba con kaio-sama, no había escuchado de los ángeles.
-debes saber que también existen los ángeles caídos y los demonios- decía el rubio chico con serenidad reflejada en su voz.
-agh, son solo insectos- decía vegeta con una mezcla de burla y enojo en su tono, lo cual hizo que la chica frunciera el ceño.
-Michael, ese hombre me enoja- dijo la rubia mujer con un lindo mohín en sus labios, lo cual era extraño ya que esta poseía una total calma, lo cual caracterizaba a esta chica.
-no le prestes atención- dijo casi como un susurro el mencionado, a lo Gabriel asintió de inmediato y vegeta chasqueo la lengua de fastidio, -y dime mister popo, ¿Dónde se encuentra kami-sama? No lo veo por ningún lugar- el mencionado bajo levemente su mirada al tener que explicarle la situación con el dios de la tierra.
-kami-sama volvió a donde pertenecía- exclamo piccolo mientras se apuntaba a él mismo, lo cual saco muecas de confusión por parte de los jóvenes ángeles.
-eso quiere decir que...- michael entendió de inmediato a lo que se refería el namekusei, mientras que Gabriel tenia una cara de confusión, a la vez que miraba a piccolo y su hermano.
-¿Qué quiere decir?- pregunto con un tono inocentón la bella chica. Mister popo explico la situación en que se encontraba la tierra, el motivo de la asimilación del dios de la tierra y piccolo, pero por sobre todas las cosas, el motivo primordial del peligro en que se encontraba el planeta.
-ya veo, esto es una catástrofe sin precedentes- decía en un tono analítico michael, quien se acercaba al borde del templo para mirar con más detenimiento al androide.
-el ki de ese sujeto me aterra hermano michael- decía la chica de grandes pechos, la cual se abrazaba a ella misma, mientras que temblaba levemente. Su hermano estaba igual que ella, con un terror profundo al sentir la energía maligna de cell.
-son Goku, ¿crees poder derrotar a ese monstruo?- pregunto tajante el ángel, quien ahora cambiaba su rostro a uno más serio y duro.
-ten por seguro que lo intentare- exclamo confiado el sayayin de raza pura. El ángel no tomo más de un segundo en darse cuenta de que Goku hablaba seriamente y que las dudas de salir victorioso de esta pelea, se reflejaba en su rostro.
-bien si dejaron ya tanta palabrería de lado, este será el orden de entrada a la habitación del tiempo- interrumpió el namek, a lo cual todos le prestaron la atención necesaria, -primero iré yo, luego vegeta, el siguiente será Trunks, Goku y Gohan podrán entrenar juntos otra vez- decía piccolo en tono de orden, como si el capitán de un escuadrón de soldados se tratara.
-eso no será necesario piccolo, yo Gohan entrenaremos a nuestra manera en la montaña paoz- exclamo muy quitado de la pena Goku, lo cual impresiono al namek, quien comprendía lo obsesivo que era Goku con el entrenamiento.
-¿te volviste loco?- pregunto alertado el ser verde, a lo que Goku solo sonrió como respuesta para el namek.
-suenas muy confiado kakarotto- exclamo sarcásticamente el príncipe sayayin, el cual veía con un rostro de superioridad al sayayin de clase baja.
-no tiene sentido entrenar como locos si solo consigues el mismo resultados- respondió con mucho sentido el sayayin de raza pura, pero a vegeta no le hizo ninguna gracia las palabras de Goku.
-hablas como si tuvieras un nivel superior a un sayayin de clase alta como yo- vegeta hablo con el ceño fruncido y su típica pose de brazos cruzados, mientras que Goku sonreía tranquilamente. Gohan por su parte pensaba en que estaba, valga la redundancia, que estaba pensando su padre, si tenía alguna estrategia en mente o algo.
-puedes entrar si quieres vegeta, no habrá mucho cambio con tu poder actual- decía Goku confiado, lo cual impresionaba a sus amigos ya que pocas veces veían esta faceta de Goku. Un Goku confiado aun sabiendo que las posibilidades estaban en contra.
-ya verás kakarotto, me volveré más fuerte que tú, solo te quedara irte a llorar a la tumba de tu esposa- vegeta había hablado demás, ya que en ese instante el ambiente se volvió gélido y la mirada en los ojos de Goku cambiaron a las de un asesino frio e iracundo.
-¡cállate vegeta! si vuelves a mencionar a milk, te matare antes de que cell lo haga- grito en primera instancia Goku, para luego amenazar de muerte al príncipe de los sayayin. El instinto asesino que enviaba Goku a vegeta dejo sin pablaras a los demás.
-el poder de Goku es abrumador, puede que le ganemos a cell con su ayuda- pensó piccolo mientras que una leve chispa de esperanza se reflejaba en el hijo de bardock.
-vámonos Gohan, nos vemos en un mes chicos- hablo un poco más calmado Goku. Gohan obedeció a su padre y comenzaron a retirarse del templo de kami-sama. Pero el sayayin de raza pura se detuvo en seco, para luego mirar sobre su hombro a Trunks, -una última cosa Trunks, ¿tu sabias sobre la enfermedad de milk cuando llegaste del futuro?- esa pregunta puso los pelos de punta al hijo de vegeta, quien en su corazón ya esperaba ese cuestionamiento de parte de Goku.
-no saco nada con mentirle señor Goku, si tenía el conocimiento de la enfermedad que aquejo a la señora milk- esas palabras hicieron que los ojos se abrieran de par en par. Su poder se elevó y su cólera aumento, -pero al contrario de su enfermedad, no se encontró cura alguna para ella, no quería decirle nada para que no sufriera el tiempo que le quedaba de vida- decía Trunks apenado y triste por esto. Goku bajo su nivel de batalla y dio un largo suspiro, sabiendo en su interior que Trunks tenía la razón.
-gracias por contestarme Trunks, vámonos Gohan- dijo en tono serio Goku, quien junto a su hijo partieron del lugar.
-son Goku, el futuro de la tierra nuevamente esta en tus manos- pensó el ángel de cabello rubio y largo, quien sonreía al ver como el sayayin de raza pura se retiraba junto a su hijo. Pero solo Goku sabía cuáles eran las posibilidades de derrotar al androide perfecto.
[En la torre karin]
Goku hablaba con el gato de color blanco, quien discutía la situación actual con cell, a lo que Goku le pidió que viera su verdadera fuerza luego del entrenamiento en la habitación del tiempo. El maestro karin debía hacer una comparación del poder de Goku y cell. El sayayin de clase comenzó a expulsar su ki, haciendo que yajirobe y por poco el maestro karin salieran volando. El gato blanco pidió que este se detuviera o la torre colapsaría por la cantidad de energía que expulsaba el sayayin mestizo.
-y bien maestro, ¿cree que con este poder puedo ganarle a cell?- cuestiono Goku a su antiguo maestro. Karin comenzó a caminar de un lado a otro, analizando la situación.
-ummm, lo lamento Goku, pero por más fuerte que seas no le podrás ganar a ese monstruo, su fuerza es de otra dimensión- daba las malas noticas el gato blanco, aunque la actitud de Goku no cambio en nada.
-ya me lo esperaba, jajaja- reía Goku mientras se frotaba la cabeza, mientras que yajirobe pensaba si Goku era un tonto o alguna clase de idiota que no siente el peligro y no comprende la situación.
-no entiendo Goku, la tierra está en peligro y tú te tomas todo a la ligera- decía el gato blanco a su antiguo discípulo, pero Goku no cambiaba de actitud, solo ponía sus manos en las caderas y baja su vista para ver de mejor manera al maestro karin.
-digamos que tengo un as bajo la manga, nos vemos maestro- se despidió rápidamente Goku, quien junto a su hijo partieron a su hogar en la tranquila montaña paoz.
Por su parte los guerreros que se mantuvieron en el templo sagrado, estaban boquiabiertos al sentir tal fuerza emanar de Goku luego de la demostración de este último con el maestro karin. Vegeta frunció el ceño al ver que las palabras de Goku no eran falacias, este era más fuerte que él y su orgullo fue golpeado una vez más por este guerrero de clase baja. Aunque este se desquito con piccolo apresurándolo a que entrara de una vez por todas a la habitación del tiempo.
[Hogar de los son]
Durante el camino de regreso a la montaña, el silencio reino entre el padre y el hijo. Uno de estos motivos fue que Goku estaba pensando sobre el itinerario de entrenamiento en este mes antes de los juegos de cell, pero también estaba el motivo personal para los son. Volver al lugar donde no los esperaba nada más y nada menos que la soledad absoluta. Goku al llegar casi tumba la puerta al entrar, ya que su fuerza en ese estado aun no la controlaba por completo.
-¡ya llegamos a casa milk!- gritaba con todo animo Goku. Gohan bajo su mirada al ver que su padre seguía haciendo eso. Llamar a su esposa cuando esta ya había muerto.
-papá...- dijo suavemente Gohan tomando la mano de su padre. Goku bajo su mirada levemente, la tristeza regreso unos instantes antes de volver a sonreír, aunque esta era una sonrisa fingida.
-jajaja, discúlpame Gohan, creo que es por un habito que tengo, aunque en mi mente sepa que ella ya no está con nosotros- esta última parte, Goku la dijo con un tono más suave y melancólico, pero este sabía que no debía mostrarse así con su hijo, ya que lo pondría triste y le haría recordar lo doloroso de la partida de milk, -bueno, que tal si vemos que hay de comer en el refrigerador- decía con una actitud mas positiva Goku, tratando de distraer al pequeño son.
-pero papá, acabamos de comer en el templo sagrado de kami-sama- decía Gohan con un leve tono de reproche a su padre, quien haciendo caso omiso, se dirigía a la cocina. Es más, Goku casi no tomaba en cuenta el desorden de su hogar, provocado por los androides luego de buscarlo en su casa de arriba abajo.
-tranquilo hijo, nunca esta demás un pequeño refrigerio antes de la cena- decía el clamado sayayin de raza pura. Goku continuo con su búsqueda de un bocadillo, pero al abrir la puerta del refrigerador, solo encontró un bote de leche y apenas uno que otro vegetal.
-creo que debemos ir por víveres al pueblo papá- decía Gohan con una leve sonrisa nerviosa.
-no es tan necesario Gohan, además tenemos algo de leche- Goku dijo bastante quitado de la pena y sin pensarlo, le dio un gran sorbo a la botella de leche. En el instante que el líquido blanco entro en contacto con la boca de Goku, este la escupió de inmediato.
-jejejeje, creo que esa leche esta pasada papá, jajaja- Gohan no pudo evitar reírse de la reacción cómica de su padre, mientras la leche salía de su boca.
-vamos de compras Gohan- dijo con un tono de tristeza y derrota Goku, quien bajaba sus hombros en señal de molestia.
-jajaja, oh un momento, no creo que deberíamos ir con estas ropas, la gente pensara que somos unos rebeldes- decía Gohan tomando su dogi morado y capa blanca, a lo que Goku sonrió al escuchar una de las palabras más dichas por su esposa.
-está bien hijo, vamos a cambiarnos- exclamo Goku con una sonrisa sincera en sus labios. El sayayin de clase baja sabía que a su antigua esposa no era del agrado de salir con él con su dogi puesto. Tal vez no fue un esposo normal, pero por su hijo y honrar a su esposa, trataría de ser un hombre menos obsesivo con las peleas y el entrenamiento.
[En uno de los pueblos cercanos a la casa de Goku]
Ahora nos centramos en otro lugar, donde la existencia de los guerreros z era nula, donde la gente vivía en paz y prosperidad. Aunque el pueblo no nos importa mucho, ya que donde las protagonistas de esta historia, se alojaban en un antiguo templo shinto. Una mujer vestida con un traje de una tradicional miko, de cabello negro y largo, una bella piel de porcelana y ojos de color avellana, veía la televisión sentada sobre sus rodillas. Pero el programa que veía esta, no era uno muy inocente si se podría decir, era uno de compras exóticas.
-y recuerde llevar su fino látigo de cuero sintético, con cada latigazo que dé, cortara el aire al solo movimiento de su muñeca- vendía el vendedor de la televisión su producto, mientras daba un par de latigazos al aire.
-ara ara, podría agregar un par de esos látigos a mi colección- decía la mujer de grandes pechos, con una mano en la mejilla y una sonrisa suave en su rostro.
Mientras que en el jardín, se encontraba una pequeña casi idéntica a la mujer en el interior del templo, dando a entender que esta era su pequeña hija de aproximadamente unos nueve o diez años de edad. Lo único que diferenciaba a esta niña con su madre, era el color de sus ojos. La pequeña tenía los ojos violetas y usaba un kimono rojo, con un cinto amarillo en su cintura, además de tener el cabello amarrado en una coleta.
-jajajaja- reía la pequeña muchacha jugando con un balón rojo, el cual hacia botar de un lado a otro, pero sus tripas la traicionaron cuando hicieron el estruendoso sonido del hambre, -tanto jugar ya me abrió el apetito, será mejor que vaya a ver qué hay de comer- decía la feliz pequeña, que dejaba su balón de lado, mientras que los últimos rayos del sol caían sobre el templo, dando paso al atardecer y su anaranjado ocaso. Lo que ella no contaba, era que desde las escaleras, una tropa iracunda de hombres vestidos con trajes sacerdotes japoneses subía al templo.
-Akeno, recuerda que pronto estará la cena, no te llenes con golosinas- advirtió la pelinegra a su hija, quien tenía intenciones de asaltar el jarro de galletas en la alacena de su hogar.
Pero de un instante a otro, el sonido de un rayo estrellándose con el techo del templo resonó al interior de la habitación donde se encontraba la mujer. Pronto la casa de la pelinegra y su hija, fue invadida por las llamas, lo cual puso en alerta a la mujer. Esta fue sin pensarlo al rescate de su hija para sacarla del templo.
-¡Akeno! ¡Akeno! ¡Akeno!, ven hija salgamos de aquí- gritaba la mujer con desesperación, mientras tomaba a su hija entre sus brazos y se dirigía a la salida del templo. La mujer al salir, se encontró de frente a frente con el peor escenario posible. Sus ojos se abrieron de par en par al reconocer a la gente que los atacaba.
-al fin te encontramos traidora, deshonraste a tu clan casándote con el enemigo y ahora tú y tu hija lo pagaran- dijo uno de los sacerdotes, usando su dedo índice para apuntar a la mujer acusadoramente.
-shuri himejima, por tu alta traición, serás condenada a muerte en estos instantes- decía otro de los hombres, mientras que ahora la mujer llamada shuri abrazaba protectoramente a su hija.
-por favor, se los suplico, mi niña no tiene nada que ver por lo que hice, se los pido, déjenla en paz- decía la pelinegra mujer con un rostro que reflejaba terror y preocupación.
Lo sacerdotes del clan himejima comenzaron a discutir entre sí, consultándose entre ellos sobre el último deseo de la mujer. Pero esta última maldecía el día en que encontró a ese hombre herido a las afueras de su hogar. El día en que se decidió a irse con él. El día que se entregó por completo a él. El día en que la desterraron de su clan por tener al bebé de un caído en su vientre. El día en que este hombre la abandono sola con su hija, dejándoles solo este templo como refugio y sin más jamás volvió a aparecer.
-bien, tu último deseo se hará realidad, tu hija vendrá con nosotros y será entrenada para ser una sacerdotisa del clan himejima- exclamo el que pareciese el líder de esta banda de hombres.
-Akeno, quiero que sigas viviendo, no cometas los mismos pecados de tu madre, se feliz mi niña, tu mamá te ama con todo el corazón- decía la pelinegra con lágrimas en sus ojos, a lo que le daba un último abrazo a la choqueada Akeno.
Shuri le dio un beso en la frente a su pequeña, la cual con los ojos abiertos de par en par, veía como su madre comenzaba a alejar se de ella. Shuri iba a enfrentarse a su destino, sabía que algún día su clan vendría por ella, solo esperaba que no fuera pronto, ya que esta entrenaría a su hija ese tiempo para que se pudiera valer sola cuando fuera el momento adecuado.
Shuri vio crecer a su niña, esta se sentía orgullosa de lo que había conseguido por si sola y la vida vivida con su niña estos años. La pelinegra no se arrepentía de nada en su vida, excepto por una cosa, haber conocido a ese hombre que lo único bueno que saco de él fue su pequeña y amorosa hija.
-mamá, mamá, ¡mamá!- grito la pequeña intentando alcanzar a su madre, saliendo de su estupor, pero uno de los sacerdotes la sujeto por detrás, impidiendo que esta fuera con su madre. Shuri vio de reojo a su hija y supo que cometía un error, pero que más podía hacer, huir ya no era una opción.
-lo siento Akeno, espero que algún día me perdones- pensó shuri. La mujer bajo su mirada mientras las lágrimas caía de sus ojos, llenos de pesadumbre y desconsuelo, aceptando su destino.
-que el trueno de los cielos absuelva tu pecado- dijeron un grupo de sacerdotes, quienes invocaban el rayo desde los cielos. El ataque mágico de las crueles personas iba directamente a la cabeza de shuri, con las intenciones de darle muerte con solo un golpe o eso pensaban los sacerdotes.
Shuri no sintió ningún golpe, tal vez fue tan rápido que murió al instante. La mujer al no sentir nada más que el viento en su rostro y escuchaba a los arboles bambolearse de un lado a otro. La madre de Akeno comenzó a abrir sus ojos para ver lo que aconteció y donde se encontraba, pero sus ojos le reflejaron la silueta de un hombre de cabellos dorado en punta, el cual usaba un chaleco anaranjado de mangas negras, pantalones verde limón y unos tenis negros.
-¿Qué rayos creen que hacen?- pregunto con molestia Goku con una mirada de enojo en sus ojos. Los sacerdotes estaban impresionados de que este hombre recibiera de lleno el trueno y no le afectara en nada.
-mamá- decía la pequeña Akeno, que se abrazaba a las piernas de su madre. Shuri vio a su hija y de inmediato la envolvió en sus brazos.
-mi niña, ¿Cómo fue que te liberaste?- pregunto la mujer de cabello negro, alejando un poco a su hija para verla a los ojos.
-ese lindo niño me ayudo- decía con una sonrisa en la cara la hija de shuri. La pequeña apuntaba con su dedo a un joven de la misma edad de Akeno tal vez menor, el cual tenía al sacerdote en el suelo frente a él.
-hola- saludo el chico vestido con un traje tradicional chino de color blanco y pantalones negros. Este era muy parecido al hombre que la había protegido.
-¿Quiénes son ustedes?- pregunto finalmente la mujer, quien buscaba saber la identidad de los hombres que intervinieron en su destino, que habían cambiado en si su vida, los hombres que la prácticamente salvaron a ella y su hija. A ella de la muerte segura y a su hija de una vida infernal con su clan o mejor dicho ex clan.
-hola soy Goku....- exclamo el sayayin con su típica sonrisa en su rostro.
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una nueva historia amigos, a que no se lo esperaban, para aclarar de inmediato, esta es una historia independiente a las demás, no se conecta con ninguna otra. Ahora solo puedo decir, que gocen esta historia, además de seguirme en mi perfil, importante es comentar ya que eso me inspira a seguir escribiendo, dejen su voto y recuerden compartir amigos, sin mas yo soy alucard77 diciendo.
QUE VIVA EL HAREM
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