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Capítulo 9: La venda se cae de los ojos

Hanne se fue por la noche cuando todos dormíamos, se fue dejando una nota, se fue cuando le pedí que no lo hiciera, se fue para...darnos espacio. Me siento como un asco de persona, me siento como una mierda de hombre que no es capaz de afrontar sus problemas. Esta etapa es la peor de todas, ¿Cuántas etapas debo pasar en la vida para ser capaz de decir esas dos palabras?

Te amo, Bae Hanne.

¿Tan difícil es decirlo en voz alta? Mi madre me aconsejó no escribirle, no insistir ni presionarla, sabía que estaba preocupado, me vio llorar cuando terminé de leer la carta, ella se había ido por mi culpa, no por el bebé, el feto ni siquiera tenía consciencia de lo que pasaba a su alrededor. Nos dejamos llevar por las emociones y los sentimientos del momento, dejar que las cosas fluyeran de ese modo no fue lo correcto.

Estoy cansado de vivir con miedo, Hanne se fue, la perdí, sí, pero fue por culpa de mí mismo.

De nadie más.

...

— ¿Seguro que estarás bien? —mi madre parece dudosa en dejarme. Estamos en la estación del tren, dicho tren saldría directo a Busan.

—No voy a suicidarme.

—No lo digas jugando—reprocha para luego abrazarme—A veces las cosas pasan para hacernos madurar, JungKook—la escucho con atención—El tiempo te dará la respuesta.

— ¿Crees que ella vuelva?

—Si lo hace no creo que sea ahora, pueden pasar meses...o incluso años.

—Hubiera preferido acompañarla durante el embarazo—suspiro bajando la vista. Ella me suelta retrocediendo—Incluso mis inicios de padre están siendo horribles.

—Oye—la miro. Toma mis brazos viendo mis ojos—No te presiones, todo pasa, piensa en eso.

—Todo pasa.

Cinco meses después

El tren llegó a la estación a la hora que tenía en mente, todos están muy bien abrigados debido al invierno. Se siente raro estar en Busan después de tantos años, me fui cuando me gradué de secundaria, una vez llego al pueblo donde nací muchos recuerdos vienen a mi mente, hay adornos navideños por todos lados, la nieve cubre cualquier rincón, me animé a pasar estas navidades con mi familia porque mamá y Somi insistieron mucho, parece que papá estaría presente.

— ¡Feliz navidad, oppa! —me recibe Somi abrazándome con fuerza casi sofocándome—Me alegra verte aquí de nuevo.

—Vaya, vaya, por fin puedo ver a mis dos hijos juntos—aparece papá. Hace tanto que no lo veo que verlo ahora sólo me parece un extraño, acepto su abrazo sintiéndome de repente muy incómodo.

— ¡JungKook! —mamá tiene la misma reacción. Ella es la más contenta de tenerme en casa después de tantos años, estar de nuevo en el pueblo donde crecí con Dae trae muchos recuerdos, pero por otro lado ahora mis pensamientos también van dirigidos a Hanne.

De quien no sé nada desde hace cinco meses.

...

La nieve cae afuera en el jardín, veo los copos de nieve caer uno tras otro reuniéndose en el suelo, no quiero entrar a casa porque han venido algunos vecinos para visitar a mis padres y claro, llenarme de preguntas sobre lo que he hecho y no he hecho en mis treinta años. Hace dos meses los había cumplido, no dejé de imaginarme a Hanne preparando un pastel para mí mientras se quejaba de cualquier tonta cosa de la cocina.

Respiro profundo cubriendo mejor mi cuello con mi bufanda negra, no duré mucho sin escribirle a Hanne, luego de que se fue esperé un mes para escribirle. Nunca tuve respuesta, ella no quería verme todavía, sé que debía darle espacio, pero su ausencia más la noticia del embarazo aumentan mis ganas de verla. Amo a Hanne y quiero decírselo.

Todo esto pasó por mi culpa, por mi estúpido miedo. Hanne no es DaeYoon, eso lo he comprobado muy bien.

—Aquí estás—Somi cierra la puerta que se desliza del jardín. Tiene una copa de vino en su mano, su cabello castaño está recogido en una coleta alta, cae completamente liso—Papá quiere hablar contigo.

—Esperaré que los demás se vayan para entrar—apoyo mis brazos del barandal. Mis manos están heladas.

—Ya que estamos aquí quería hablar contigo—se acerca imitando mi posición— ¿Quieres beber conmigo?

Acepto la copa dando un sorbo al vino.

—Espero que no bebas tanto esta noche.

—Siempre he tenido buen soporte al licor—sonríe para luego ponerse un poco más seria—Antes de que lo olvide, ¿Dejaste a Bam solo?

—Una vecina iba a estar echándole un ojo—muevo el líquido oscuro en la copa— ¿Eso querías decirme?

Somi toma una bocanada de aire viendo hacia la nieve.

— ¿Has pensado mucho en Hanne?

—Cada día. Lo hice aún más en mi cumpleaños.

— ¿Cómo van tus sentimientos con eso?

— ¿Vas a juzgarme por eso? —levanto una de mis cejas—Quiero aclarar que nunca eché a Hanne del departamento, mucho menos rechacé a ese bebé.

—Eso no fue lo que pregunté—me mira recuperando su copa dando un sorbo— ¿Tus sentimientos se han aclarado?

Dejo salir algo de vapor de mi boca por el frío, se supone que esta navidad la pasaría a su lado junto a una chimenea, Bam estaría acostado entre nosotros mientras ella no dejaba de decirme cuanto me amaba, yo la abrazaría y el momento se sellaría con un dulce beso. Esto ni siquiera se trata de Dae.

Ya ni siquiera pienso en ella. ¿Eso significa superar su muerte?

—Amo a Hanne—admito por primera vez en voz alta y se siente bien decirlo. Imagino como se sentirá decírselo en persona—Amo todo de ella, realmente la amo como no tienes idea, no sé qué hizo, pero se ha quedado en mi corazón hasta el punto de hacerme pensar sólo en ella—Somi se mantiene en silencio bebiendo—La amo y fui un idiota, sé que se fue por mi culpa, supongo que las relaciones nunca son perfectas.

—No lo son, lo importante es reconocer los errores en ella—me sonríe un poco—Oppa, quiero que mi sobrino o sobrina crezca con sus padres juntos.

—Yo también, pero no tengo idea de donde se está quedando.

— ¿Serías capaz de decirle en persona que la amas?

Ya no necesito pensarlo.

—Se lo repetiría las veces que sea necesaria.

Somi termina de beber de la copa, el silencio no es incómodo, pero si me hace recordar la última vez que la vi. Ella estaba decepcionada de mí, le dije que no la dejaría sola y eso hice. Me preocupo el doble cuando sé que está embarazada.

—Hace cinco meses una chica me llamó llorando diciendo sentirse poca cosa al no ser capaz de brindarle seguridad, amor y estabilidad a su pareja—volteo a verla. Somi no me mira, juega con su copa vacía—Le dije que debía calmarse, debía respirar, antes de que me enterara por mamá de lo sucedido ya sabía que Hanne estaba esperando un bebé.

— ¿Ella te llamó?

"Conseguí un lugar a donde ir, saldré de Daegu. Una amiga me ayudará"

Ella era la amiga. Jamás me hubiera pasado por la cabeza, sé que Hanne y ella se llevaban bien, pero...

—Le hice un depósito a su cuenta, le dije que viniera a Busan, que yo le ayudaría con un alquiler de un mini departamento—me mira. No está jugando—Ella realmente está enamorada de ti y está dolida no contigo, sino consigo misma.

"Hanne está aquí en Busan"

— ¿Ella y el bebé están bien?

—Lo están, la he acompañado a los chequeos que se hacen mensualmente—asiente—No te dije nada de esto porque quería escucharte decir que la amas, quería que tu mismo descubrieras lo que sentías, ahora que lo sabes no lo vuelvas a joder.

— ¿En dónde se está quedando?

—En la ciudad, no quiso venir al pueblo y ambos sabemos por qué.

"Por Dae"

—Ir a la ciudad me tomaría unos minutos en auto, le pediré a papá que me preste el suyo—ella me detiene cuando ve que pretendo irme.

—Si la haces llorar te voy a golpear—amenaza—Hanne es una chica muy fuerte, la aprecio y la quiero como la hermana que nunca pude tener. Hablo enserio cuando te digo que no lo vayas a joder, oppa.

Sus ojos grandes tienen una chispa. Ella no está jugando.

—Tomaré las llaves del auto de papá, dile que hablaremos cuando vuelva, envíame la dirección por mensaje, iré a verla.

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