Capítulo 2: Junto Al Océano
--------------------------------------------
2
El par de compañeros se disponía a comenzar la actividad propuesta por Matilda.
-Eh, ¿Chuck?- Dijo Red mientras volteaba a mirar al nombrado.
-¿Si, Red?- Preguntó Chuck.
-La actividad era hacer un dibujo, ¿No?-
-Sí-
-Y para hacerlo necesitamos lienzos, ¿No?-
-Claro-
-Y pintura-
-¿A dónde quieres llegar Red?- Dijo el ave de ojos verdes, entrecerrandolos tras recibir tantas preguntas por parte de Red.
-¿EN DÓNDE ESTÁ TODO ESO?- Red alzó la voz mientras levantaba sus alas y miraba a su alrededor.
Y efectivamente, nada de lo que necesitaban para la dichosa actividad estaba ahí.
-¡Sabía que se me olvidaba algo!- Exclamó Chuck mientras se llevaba un ala a la cara -¡No te preocupes, vuelvo en un segundo!-
Inmediatamente Chuck salió corriendo, como un rayo en una gran tormenta, y lo que dijo fué bastante literal. En un abrir y cerrar de ojos ya había regresado al lugar en donde estaban, junto con todos los materiales que necesitaban.
-Wow...-Dijo Red perplejo -Eso fue rápido-
-Estás hablando con el más rápido de la isla cariño- Contestó Chuck mientras le guiñaba un ojo a Red.
¿Por qué Chuck le dijo "cariño"? ¿Y por qué le guiñó un ojo? ¿Acaso era una especie de coqueteo? Red no lo sabía, lo que si sabía era que se sentía un poco incómodo en ese momento.
-Lo que tú digas Chuck- Dijo el ave roja -Mejor comencemos antes de que me arrepienta de haberme levantado hoy-.
Y así se dispusieron a por fin comenzar, colocaron primero los atriles y sobre ellos los lienzos (obviamente) tomaron sus paletas con pinturas y un pincel para cada uno. Se colocaron uno en frente del otro, de esta manera no podían ver lo que dibujaba su compañero.
Red duró un largo rato pensando en un buen lugar para dibujar ¿Un lugar que le trajera buenos recuerdos? ninguno honestamente. Chuck al parecer ya tenía la idea bastante clara porque inmediatamente comenzó a dar pinceladas al lienzo una y otra vez.
Red estaba a punto de darse por vencido, no sabía que sitio escoger. Tal vez pasó buenos momentos en determinados lugares, pero no tenía alguno en específico.
-¿Terminaste?- La voz de Chuck sobresaltó a Red, haciendo que dejara caer su pincel.
-No ¿Has hecho nada?-
-No- Respondió Red un poco decepcionado -No se me ocurre ningún sitio, creo que no tengo ninguno-
-No te rindas tan fácilmente- Dijo Chuck tratando de animarlo- Estoy seguro de que tienes uno, solo que no lo sabes-
El tono de voz de Chuck era tranquilo y calmado, nada parecido a su tono de voz de siempre. Y lo que dijo realmente hizo sentir mejor a Red.
-Tal vez, no me puedo concentrar lo suficiente- Red trataba de buscar una excusa para justificar el no haber hecho nada hasta ahora.-¡Oh! si quieres te puedo dejar a solas un rato- Comentó Chuck -Así te podrás concentrar-
Podría ser eso lo que necesitaba Red, un momento a solas, simplemente él y las tranquilas olas de la playa.
-Espera ¿Y qué hay de tu dibujo?- Preguntó el cardenal levantando una ceja- No te preocupes, terminé hace un rato- Respondió Chuck.
¿Qué? ¿Ya había terminado? Pero si solo habían pasado unos pocos minutos.
Aaaaah cierto.
Chuck era el más rápido de la isla, y no solo para correr.
-Oh, está bien, si tú quieres- Dijo Red mientras recogía el pincel del suelo.
-Daré una vuelta rápida por la isla, ¡Vuelvo en un rato!- Dijo Chuck antes de irse del sitio como una bala recién disparada- Ah ¡Y no veas mi dibujo!- Chuck regresó señalando a Red con un dedo en forma de amenaza, para luego volverse a ir corriendo.
Finalmente Red estaba solo.
¿Y ahora qué?.
¿Qué lugar le traía buenos recuerdos en primer lugar?.
¿Por qué no?... ¿La playa?.
Claro. Era tan simple, el lugar donde estuvo durante toda su vida, en donde podía sentirse completamente relajado, así hubiera un completo desastre afuera, en donde creció y pudo aprender que nunca te sentirás solo por más que lo estés. Y además tenía la playa frente a sus ojos, hacer la pintura sería mucho más fácil.
Antes de comenzar su pintura dió un gran suspiro para dejar salir cualquier tipo de estrés que sintiera en ese momento, tomó su pincel primero escogiendo la pintura de color azul, quería comenzar haciendo el mar, posiblemente era lo que más le gustaba de todo el escenario.
Era tan calmado, tan sereno, podría flotar ahí por todo un día si quisiera y siempre sentiría ese sentimiento de tranquilidad junto a un profundo silencio.
Dió pinceladas suaves al lienzo, primero en línea recta y luego de una forma ondulada haciendo la forma de las olas, probó varias tonalidades de azul para lograr que se viera lo más realista posible. Al cabo de unos minutos había terminado con el mar, pero todavía le faltaba el resto.
Prosiguió ahora a dibujar la arena, mezcló varios colores para lograr un tono amarillo-anaranjado muy claro, pintarla fue bastante fácil luego empezó a hacer pequeños puntos simulando los granos, aunque esa parte era más complicada.
Para finalizar, dibujó el cielo con un azul claro y las nubes de blanco haciéndoles pequeños detalles en sus bordes, también hizo un pequeño pero colorido sol en la parte superior.
Contempló el cuadro frente a él y sonrió para si mismo, su dibujo estaba terminado, pero ahora Chuck se había ido y no había manera de informarle que podía volver. Red no quería sentarse en una roca a esperarlo, tenía que haber algo que pudiera hacer mientras tanto.
Se puso de pie y miró su pintura por un rato ¿Le podía agregar algo más? Tomó de nuevo la paleta de colores y el pincel, en una pequeña esquina del lienzo y sobre la arena empezó a dibujar su casa.
Sí, ya su hogar ahora estaba en la aldea, pero no olvidemos que durante mucho tiempo estuvo ahí, quizás dibujar eso fue la parte más difícil, la hizo relativamente pequeña pero le colocó tantos detalles como pudo.
Al momento de terminar, Red se sentía bastante orgulloso, era posiblemente la mejor pintura que jamás haya hecho.
Pocos segundos pasaron, cuando se escuchó un ruido cerca de los árboles, era nada más y nada menos que su compañero el canario corriendo a toda velocidad como siempre.
-¡Hola Red!-Exclamó Chuck con gran entusiasmo -¿Terminaste tu pintura?-
-Llegas justo a tiempo Chuck, la acabo de terminar- Respondió Red mientras se paraba a un lado de su lienzo.
-Creo que tú deberías comenzar con tu pintura- Sugirió el pájaro rojo- Te ves bastante emocionado con respecto a esto-
Lo que decía Red no era mentira, se podía ver de lejos que Chuck movía su cola tan rápido como él mientras corría. Chuck no titubeó así que se puso de pie a un lado de su pintura y le dió vuelta para que Red la pudiera ver.
El dibujo de Chuck, bueno, dibujos porque había hecho dos. Había pintado la cabaña de Matilda en donde tenían las clases de control de ira. El primer dibujo era como se veía el lugar por fuera y el segundo por dentro.
Red se preguntaba por qué Chuck había escogido ese sitio en específico, pero antes de decírselo se acercó a la pintura para verla con mayor detenimiento. Chuck también tenía talento para la pintura, a pesar de que la dibujó como en 10 segundos.
El dibujo estaba muy bien detallado, ambos de ellos la verdad, Red estaba impresionado no sabía que Chuck pudiera pintar tan bien y en tan poco tiempo.-Wow- Dijo Red sorprendido-Tu dibujo quedó muy bien Chuck-
-No es para nada, es solo un garabato- Dijo Chuck en un tono modesto.
-Y ¿Por qué escogiste la cabaña de Matilda?- Preguntó su compañero.
-Oh bueno, honestamente me gusta mucho, ahí pase buenos momentos haciendo las actividades de Matilda, aunque a veces creo que ella está un poco loca- Respondió el ave de plumas amarillas generando una risa en Red -Y lo más importante, ahí fue donde te conocí a ti y a Bomb-
Red notó algo diferente en Chuck, su tono de voz. Era muy diferente al habitual y además se le notaba nervioso. Mientras le explicaba eso a Red no hacia contacto visual, tenía la mirada hacia un lado y una de sus alas la frotaba contra la otra en señal de timidez.
¿Acaso estaba sonrojado?...
Sí, lo estaba.
Red notó un ligero rubor en las mejillas de Chuck. Se veía muy lindo.
ESPERA.
¡¿Red acababa de pensar que Chuck era lindo?!
No...Nononononono. Pensaba que SU dibujo era lindo. ¿Verdad? ¡¿VERDAD?!
-Red, ¡RED!- Nuevamente la voz de Chuck lo sobresalto -¿Estas bien, Red? Estás un poco rojo, bueno más rojo de lo normal- Ahora Chuck no era el único sonrojado en ese momento, sin darse cuenta, las mejillas de Red se volvieron de un color rojo incluso más oscuro que el color de sus plumas.
Chuck se acercó a su compañero y puso un ala en su frente -¿Tienes fiebre?- Preguntó Chuck. Esto no estaba ayudando a Red, ya estaba bastante sonrojado pensando en Chuck y ahora lo tenía a pocos centímetros de su cara.
-Esteeee...no tengo nada solo. -Red desviaba la mirada tratando de conseguir una excusa -¡HACE MUCHO CALOR!- Exclamó -Sí, es eso, el sol hace que me ponga más rojo de lo normal-
-Oh, está bien- Dijo Chuck separándose de él -¡Ahora muéstrame tu dibujo! Quiero ver qué hiciste- Dijo el compañero de Red.
-O-Ok- Respondió Red aún sonrojado y con nerviosismo en su voz.
2
---------------------------------------------------
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro