Capítulo 18: Un Rostro Familiar
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Ya estaba aclarado. El ave que nunca en su vida habia experimentado el amor ahora se encontraba enamorado de su mejor amigo.
El cardenal caminaba hacia la salida del lugar, dando pesados suspiros y con la mirada en el suelo mientras un millón de pensamientos inundaban su mente.
¿Por qué de entre tantas aves en la isla tenía que enamorarse de Chuck?
Era la pregunta que Red no lograba sacar de su cabeza por mas que lo intentara.
¿Acaso siempre se sentiría de esa forma? ¿O quizás logrará sentirse mejor con el paso del tiempo?
El cardenal frotaba su cara con sus alas mientras se quejaba dando pequeños gruñidos.
-Oye Red ¿Que te sucede?-La voz de Chuck hizo que el cardenal levantara la mirada de un movimiento rapido.
No se había dado cuenta que ya se encontraba afuera de la cabaña, estaba tan concentrado en sus pensamientos que solo caminaba sin ver hacia adelante.
Sus compañeros Chuck y Bomb se encontraban en frente de el ave de plumas rojas con expresiones confusas, Red sacudió su cabeza tratando de olvidar en lo que estaba pensando y despejar su mente.
-¿Qué? ¿A mi? No me pasa nada-Respondió el cardenal algo nervioso con la pregunta, no quería levantar ningún tipo de sospechas en sus amigos.
-Pero, venías susurrando algo mientras mirabas el suelo...-Agregó Bomb mientras levantaba una ceja-Oh, bueno, es que, solo estaba pensando y estaba algo distraído-Contestó Red frotando su cuello con un ala.
-Ok...Si tú lo dices Red-Mencionó el ave amarilla-¿Listo para ir por esos helados?-Agregó Chuck en un tono emocionado y con una gran sonrisa.
-Em, sí, claro, vayamos-Respondió el cardenal algo indiferente a la pregunta de su compañero, al cual no pareció afectarle ya que mantenía su sonrisa intacta.
El trio de amigos comenzó a caminar hacia su destino, Bomb y Chuck iban en frente conversando entre ellos, Red por su parte se mantuvo atras de ellos sin prestarles mucha atención.
El ave roja notó como sus compañeros parecían estar teniendo una conversación sobre algo, sólo se dio cuenta de como ambos hablaban uno tras el otro mientras reían, tal vez estaban recordando algún momento gracioso o algo parecido.
Red no les dio mucha importancia y mantenía la mirada baja mientras caminaba a pasos lentos sin escuchar bien la conversación que sus amigos tenían, aún seguía con la cabeza llena de sus propios pensamientos mientras jugaba con sus dedos.
-Oye Red ¿Que querías hablar con Matilda?-Preguntó Chuck de repente hacía el cardenal, haciendo que el mencionado se asustara un poco.
Red levantó la mirada notando como Chuck ahora se encontraba a su lado, Bomb se mantenía en frente caminando algo rapido. Chuck miraba fijamente a los ojos del cardenal, lo cual hizo que este se sintiera algo nervioso.
-Oh, ya sabes Chuck, sobre próximas actividades y cosas así-Respondió Red en un tono de seguridad esperando que su compañero canario le creyera.
-¿Y que te dijo Red? ¿Alguna otra actividad en pareja?-Interrogó nuevamente el ave amarilla, al parecer confiando en lo que su compañero le dijo.
-Oh, no me dijo mucho la verdad, quiere mantenerlo sorpresa-Contestó el cardenal confiado en si mismo.
El canario le respondió con una sonrisa sincera en su rostro, nuevamente Red podía sentir como sus mejillas se calentaban otra vez, le regresó la sonrisa a su compañero sin importarle que este se diera cuenta del color de su cara.
-¡Ya llegamos chicos!-La voz de Bomb interrumpió el momento e hizo que ambas aves dirigieran la mirada hacia el ave explosiva.
Se encontraban en una pequeña plaza en la aldea, la cual era conocida por sus puestos de comida y diferentes locales, estos se encontraban en el medio de la misma.
Estaba rodeada por varias mesas y bancas donde las aves podían juntarse a comer, jugar un rato o simplemente pasar el tiempo charlando.
Alrededor había arboles por toda la plaza, unos altos, unos bajos, unos con grandes hojas y otros con más pequeñas, estos estaban en un circulo perfecto y simulaban una entrada al lugar.
Era bastante bonita al igual que concurrida, no era raro que estuviese con muchas aves o inclusive hasta llena, sobre todo en horas del atardecer o de la noche.
El puesto de helados era por mucho el más popular, sin importar la hora del día siempre encontrarias largas filas para poder comprar ahí, el día de hoy no era la excepción.
-¿Me pregunto cuál probaré hoy?-Se preguntó el ave de plumas negras a si mismo, colocando un ala en su barbilla y con una sonrisa en su rostro.
-¿No habías dicho que probarias el de menta?-Preguntó ahora Chuck hacia su compañero explosivo-No, ese lo probé la semana pasada-Contestó Bomb.
El ave veloz y el volátil comenzaron a recordar posiblemente cada sabor de helado que ambos habían probado, nombrando uno tras otro tratando de hacer memoria.
Red los miraba de manera confundida, ¿Acaso tenían tantos sabores diferentes? ¿Y que importaba si comían el mismo una vez más?
-¿Que tienen de especial esos helados?-Cuestionó el cardenal a sus compañeros los cuales detuvieron su conversación y giraron a ver a Red en seco al mismo tiempo, el ave roja se sorprendió un poco por eso último.
-Red, No me digas que nunca has probado estos helados-Dijo Bomb en un tono serio asustando un poco a Red-Pues, no de hecho ¿Que tiene?-Respondió el ave de cejas grandes.
-¿Que tiene? !¿Que que tiene?¡-Preguntó el canario de manera exaltada-Red, son posiblemente los mejores helados que hay en toda la isla, no puedo creer que no los hayas probado antes-Concluyó de decir Chuck cruzando sus alas.
-Okey, perdón-Dijo Red en un tono algo defensivo girando sus ojos-Al parecer a ustedes les gustan bastantes-Agregó el cardenal.
-¿Como no nos van a gustar? Como Chuck dijo son los mejores jeje-Dijo el ave de plumas negras con una expresión de felicidad-Además ¡Tu primer helado es muy importante Red!-Mencionó Chuck.
-¿Por qué lo es?- Preguntó el cardenal levantando una ceja-¡Pues porque el primer sabor que escojas será algo que recordarás por siempre!-Respondió el ave amarilla rodeando a Red con su ala.
-Aún recuerdo mi primer sabor, fue el de fresas ¡Y es mi favorito!- Agregó Bomb a la conversación-El mio fue el de banana y aunque no sea mi favorito es de los mejores-Mencionó Chuck aún abrazando a Red con su ala.
-Entonces ¿Cuál debería probar yo?-Preguntó Red a sus compañeros, se movió un poco para evitar el abrazo de Chuck pero el canario no lo soltó-Debes empezar con un sabor sencillo pero que sea especial, tal vez el de vainilla, no, ese sería muy simple-Respondió Chuck con un ala en la barbilla.
-¿Que tal el de limón? Ese es bueno-Comentó el ave explosiva-Meh, creo que no, conociendo a Red no le gustará-Contestó el ave amarilla, Red tuvo un pequeño sonrojo tras lo mencionado por su compañero.
¿Conocía a Red lo suficiente para saber que no le gustaría? Se le hacía algo lindo la verdad, en el rostro del cardenal apareció una pequeña sonrisa.
-Tal vez debas probar el de chocolate o quizás el de...-Chuck fue interrumpido por Red el cual tomó el ala de Chuck con las suyas-¿Que tal si pruebo el de banana también? Si a ti te gusta entonces debe ser bueno jeje-Dijo Red dándole una sonrisa a su compañero canario.
-E-Eh...-Tartamudeó Chuck notando como el cardenal tomaba su ala-¡C-Claro Red! No te arrepentirás-Respondió el ave amarilla con un sonrojo en sus mejillas y una sonrisa nerviosa.
-¡Entonces vamos a pedir esos helados Chuck!- Dijo Bomb rodeando al ave rapida con su ala-Ah, por supuesto, vayamos-Contestó Chuck frotando su cuello un poco avergonzado.
-Yo los espero por aquí-Dijo Red arrecostandose de uno de los arboles que rodeaban la plaza, quedando en un punto perfecto donde había tanto sombra como luz del sol-Ok jeje ¡Ya volvemos rojito!-Dijo Chuck entusiasmado antes de que él y Bomb dejaran a Red solo.
"Rojito", ese apodo que Chuck le había dicho a Red hace un rato y repitió una vez más, Red no se acostumbraba del todo a recibir apodos, pero sin embargo este le estaba comenzando a gustar
¿Quién lo diría?
Una gran y notable sonrisa apareció en el rostro del cardenal seguida de una pequeña risita. "Rojito" no sonaba tan mal después de todo, inclusive se escuchaba adorable.
-Así qué...¿Eres el nuevo juguete de Chuck?- Habló una voz conocida para Red, el cardenal se sobresaltó un momento tras reconocerla.
Con la mirada empezó a buscar de donde provenía, girando su cabeza desesperadamente mirando hacia los lados- Tú...-Dijo Red tras encontrar al ave que había hablado.
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Hola.
La verdad no tengo excusa por haberme desaparecido 3 meses así que no me extenderé con eso.
Pid0 perd0n.
No me peguen xfa.
Por culpa de mi ausencia me perdí el segundo aniversario de la historia.
Asi es, si eres nuevo dejame decirte que esta historia la comencé en Junio del 2018.
Y tras 2 años no la he terminado, matenme.
De hecho ni considero que voy por la mitad.
Aunquebuenonose.
Casi siempre termino escribiendo más de lo que creo o a veces menos.
Empecé esta historia con 16 y ahora tengo 18 jeje.
No se crean, sigo igual de pendejo.
No les haré promesas de cuando saldrá el próximo capítulo porque ni yo mismo lo sé.
Solo espero no tardarme tanto porque siento que a ustedes los lectores les molesta y solo quiero hacerlos felices.
Muchas gracias por las 48K lecturas, jamás pensé que llegaría a tantas.
Si estás leyendo esto te amo mucho por tomarte el tiempo de leer este libro feo.
Se merecen el cielo y más.
Sin más que decir, nos vemos en un proximo capítulo.
La cosa se pondrá buena en el siguiente, se los aseguro.
Adiosito 💕
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