Capítulo 8
Deuteros comenzó a manejar lo más rápido que pudo, si esos hombres cumplían con lo que dijeron, cuenta con pocos días para sacar a Degel de ese lugar.
Necesitaba llegar, también tenía una mala corazonada que su amado esté pasando un mal momento con su esposo.
Mientras tanto en la mansión Unity discutía con Degel, quien no le apetecía desayunar con él.
Rogaba que pronto llegara Deuteros.
Nada de los alimentos que estaban servidos en la mesa quería comer, tan solo bastaba el aroma de esos platillos para que comenzara su problema de náuseas.
— ¡Estoy tratando de ser paciente Degel... ¡Y no cooperas! — Gritó molesto tirando las cosas que se encontraban sobre la mesa.
— ¡Ya te dije que no tengo hambre! — Exclamó molesto Degel mientras se levantaba de la mesa con molestia.
Unity se acercó de manera repentina a él y lo tomó de los brazos para acorralarlo a la pared más cercana — ¡Ya estoy harto de tus actitudes infantiles Degel! Sigue así y no le daré ni un centavo a tu madre.
Degel se asombró al escuchar eso...
— ¿Con que mi madre te pide dinero?— Cuestionó molesto mirando con odio a su esposo — No me extraña que se la pase insinuando que tenga un hijo contigo.
— ¡Ah vaya! Con que un hijo, si eso quieres te lo daré — En un tono de molestia lo tomó entre sus brazos colocándole una mano a su boca para que sus gritos no fueran a llamar la atención de los demás trabajadores.
Degel se sentía acorralado, sin poder moverse solamente deseaba que Deuteros llegara lo más pronto posible...
Cuando llegaron a la habitación, Unity cerró la puerta con seguro y acostó a Degel con rudeza — Más te vale que cooperes Degel, de lo contrario de aquí no sales hasta que yo lo diga.
Estaba por quitarle sus prendas cuando una llamada entrante a su celular interrumpió ese momento.
Molesto chasqueó y se incorporó de la cama para poder responder, sacó su celular del bolsillo y se dio cuenta que era una llamada sumamente importante.
— Más te vale que no te salgas de aquí, contestaré esta llamada — Después de amenzarlo con esto caminó para otra dirección y contestar.
Degel se sintió un poco más aliviado, al menos así podría hacer un poco más de tiempo para que llegara Deuteros.
Sin embargo el semblante de Unity cambió drásticamente al haber tomado esa llamada.
Rápidamente colgó y tomó sus pertenencias, listo para salir de una vez.
— Cuando regrese quiero que cedas completamente... De lo contrario lo haré a la fuerza — Respondió molesto, caminó hasta la puerta para salir, no sin antes dejar a Degel encerrado con seguro para evitar que así saliera.
Deuteros llegó rápidamente a la mansión, estacionó el auto y se bajó corriendo para buscar a Degel. Sin embargo en la puerta se encontró con Unity quien lo había pasado a empujar, reflejaba molestia y preocupación también.
— ¡Espere...! — Gritó el gemelo menor intentando alcanzarlo.
— Qué quieres Deuteros, llevo prisa... Por cierto les acabo de dar el día libre a mis empleados, hazme el favor de hacer lo mismo y largarte a tu casa — Respondió con Desdén quitándole las llaves del auto donde se llevaba a Degel.
Al escuchar esto, claro que algo no estaba bien, tampoco le preguntaría por Degel porqué sería algo obvio su preocupación por él. Simplemente se hizo a un lado para despedirse de su jefe — Está bien señor... Nos vemos mañana.
Unity simplemente asintió y se subió al mismo auto donde Deuteros había regresado.
Cuando lo perdió de vista aprovechó para entrar a la mansión sin ser visto por los demás empleados que comenzaban a salir después de que el dueño les diera el día libre.
Se escondió en una pequeña habitación que estaba justamente abajo de las escaleras y así esperar que todos se fueran.
Así estuvo por unos quince minutos, el ama de llaves fué la última persona en salir pasando a cerrar con seguro la puerta principal.
Rápidamente salió de su escondite y subió a la habitación de Degel, con la esperanza de que estuviera ahí.
— ¡Degel! — Gritó desesperado buscándolo en su recámara, pero el joven galo no se encontraba ahí.
Eso lo asustó más, rogaba a los dioses que Unity no le haya hecho nada malo.
Desesperado corrió por todas las habitaciones gritando su nombre sin éxito.
Hasta que llegó a una que estaba cerrada con seguro.
— ¡Degel! — Gritó con desesperación mientras golpeaba la puerta con sus manos, esperaba que ahí estuviera.
El joven galo al escuchar esa voz, abrió de manera repentina sus ojos y se limpió las lágrimas que aún quedaban en su rostro. Se levantó de manera repentina de la cama y se acercó también para poder hablarle.
— ¡Deuteros! — Gritó Degel más tranquilo — Unity me encerró aquí.
El gemelo menor apretó sus puños molesto, como se le había ocurrido encerrar a su amado en su habitación.
— Tiene seguro... Buscaré algo con que abrir, no te preocupes por favor, yo te voy a sacar de ahí.
Esas palabras tranquilizaron a Degel, cerró sus ojos y se llevó sus manos a su vientre. Necesitaba tranquilizarse, su pequeño Milo necesita mucho cuidado y cualquier esfuerzo puede ser perjudicial para los dos.
Unity manejaba a una velocidad muy repentina, se llevaba los reclamos de la gente por su mala manera de conducir, incluso se pasaba varios altos del semáforo con tal de llegar hasta el sitio donde Deuteros había entregado el dinero.
Hades le había pedido que negociaran con la parte del dinero que debía, por esa razón le pidió encarecidamente que se presentara lo más pronto posible con él.
Justamente cuando llegó, estacionó su auto y comenzó a prepararse para bajar arreglar ese asunto de una buena vez.
Sin embargo cuando levantó su vista, se dio cuenta de un sobre en blanco que se encontraba arriba.
De manera curiosa lo tomó y lo abrió, comenzó a leerlo pero al terminar de verlo con coraje comenzó arrugarlo...
— ¡Con que Degel tiene una sorpresa! — Exclamó molesto Unity. Ahora no sabía que hacer, si entrar de una vez con Hades y arreglar su asunto del pago de una buena vez ó ir a su mansión para que Degel le de una buena explicación del hijo que espera y sobre todo necesita saber quien es el padre.
Se quedó pensando por unos momentos...
Si la prueba estaba en el auto, eso quería decir una cosa...
— Deuteros — Murmuró molesto, nuevamente encendió el motor del auto y partió a la mansión — Hades me puede esperar... Pero esos dos no.
Deuteros tuvo que abrir la puerta derribando al no encontrar las llaves que abren esa habitación.
Con la ayuda de algunas herramientas forzó la cerradura y al final con su propio peso pudo derribarla.
Adentro se encontraba Degel acostado en la cama, estar encerrado le había causado un momento de ansiedad, rápidamente el gemelo menor corrió para tomarlo en sus brazos.
— Siento tanto dejarte solo — Le dijo en un susurro audible para ambos mientras lo abrazaba con todas sus fuerzas.
— Unity... Quería sobrepasarse conmigo — Murmuró con la voz entre cortadaz se sentía muy débil al no haber probado algún bocado desde la mañana.
— Ese imbécil, me las pagará... Pero antes debo sacarte de aquí, tu vida corre peligro.
Degel se asombró ante lo que escuchó, se aferró más al pecho de su amado mientras salían de ese lugar.
— ¡No puede ser! — Exclamó Deuteros, salió corriendo lo más que pudo de la mansión para esconderse con Degel entre las plantas del jardín, así no serían vistos por Unity.
— Está aquí — Respondió preocupado Degel, sentía su corazón latir con más fuerza, ya había llegado su pareja...
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Personitas bellas, les dejo este capítulo más, ya estamos en la recta final de esta historia, de hecho no la planeé tan larga. Espero que les guste y pronto tendré el final.
Sin más me despido y les mando un abrazo 🥰🥰🥰
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