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ONE SHOT: "ENCADENADO"

(Basada en la futura historia GoChi, titulada: "Jugada del destino")


Parado frente a una ventana un apuesto joven de cabello rubio y ojos azules, que sostenía una copa en la mano, miraba la lluvia caer, mientras pensaba: Han pasado tantos años y yo sigo encadenado a este maldito sentimiento de resentimiento que tú forjaste en mí desde que por tú culpa tuve que renunciar a mi sueño, y para mala suerte has vuelto a aparecer en mi vida maldita sea, has vuelto a aparecer en mi vida, para incrementar esta molestia, tú vienes logrando todo lo que yo quería lograr, tú vienes logrando mis sueños, y para colmo, yo tengo que ayudarte a lograrlos, que irónica es la vida, tú la chica que acabo con mis sueños, eres entrenada por la persona a la que le destruiste la vida, ¿por qué tengo tan mala suerte?, ¿por qué precisamente yo tenía que ser tú entrenador?, no imaginas como maldigo el día que fui a ese festival, no sabes cómo maldigo ese día.

-.Años atrás.-

Una mujer de cabello corto, que vestía un kimono, alistaba a un apuesto niño de cabello alborotado con un trajecito tradicional japonés, mientras le decía: Te vas a gustar mucho el festival hijo.

¿En verdad mamá? ¿y en verdad me darás ese dulce que vi que guardabas en tú cartera?, respondía con curiosidad el niño de cabello alborotado, de aproximadamente 10 años.

Si mi niño, si, te lo daré, pero se paciente, acoto la mujer.

Bien mamá, sabes que me encantan esos dulces de chocolate, respondió Gokú, cuando su plática fue interrumpida por una voz, que decía: ¿Ya están listos?

Si, ahora bajamos, respondió la mujer, haciendo una pausa para decir, mirando a su hijo: En ese festival los padres piden un deseo para sus hijos, deseo que es dirigido a nuestro Dios, y yo pues pediré que sigas desarrollándote con mucha salud física y espiritual como hasta ahora.

También puedes pedir mamá, que el próximo torneo junior, que está próximo, también lo gane, así seré bicampeón, ese es mi sueño, ser bicampeón, y luego ir por el tri...., decía Gokú con una amplia sonrisa.

Claro que lo pediré hijo, pero no creo que sea necesario, no existe nadie mejor que tú para las artes marciales mi niño, al menos nadie en tú categoría, lo has demostrado en el último torneo junior, y además así lo dicen todos los que te han visto combatir, e incluso personas expertas en las artes marciales dicen eso, por ello Bardock piensa que en un par de años más te puede ya registrar en competencias de adultos, respondió Gine sonriendo.

Sería fantástico, la verdad, los niños de mi edad son muy débiles para mí, tal vez sea porque mi padre me entrena como a un adulto, dijo Gokú con calma.

Eres muy fuerte y talentoso hijo, lo llevas en las venas, tú padre, tus abuelos, han sido grandes peleadores de artes marciales, si bien ellos ya no lo practican en su momento lo hicieron, y ganaron los campeonatos en los que se presentaron, ahora tú sigues sus pasos, y eres todo un orgullo para tu padre y para mí, respondió Gine, haciendo sonreír a su pequeño hijo.

Gracias mamá, gracias, decía Gokú.

Tiempo después:

El niño de cabello alborotado junto a sus padres caminaba por una calle, que estaba abarrotada de personas, entre adultos y niños vestidos con trajes tradicionales orientales, los niños llevaban en una de sus manos, curiosos caramelos que habían sido obsequiados por los organizadores del evento ese día.

Gokú iba mirando a las personas a su alrededor, cuando de repente una niña de cabello negro recogido, que vestía un curioso kimono llamo su atención, pues estaba parada en media calle, aparentemente sola, sin sus padres, discutiendo con otro niño, un poco más alto que ella, mientras un grupo de niños que también vestían trajes tradicionales japoneses los rodeaban.

Gokú, se soltó del agarre de su madre y empezó a caminar hacia el lugar donde estaba la niña, rodeada de otros niños y niñas.

Hijo, ¿Dónde vas?, aún podemos seguir disfrutando del festival, decía el padre del niño.

Ya vengo papá, voy a ver qué sucede allá, respondió Gokú echando a correr hacia el lugar donde estaban los niños.

Déjalo que disfrute, ha de querer jugar con otros niños, es propio de su edad, respondió con calma Gine.

Bueno, creo que tienes razón, el pobre todos los días se esfuerza mucho pese a su corta edad para ser el mejor en las artes marciales, que disfrute un poco de libertad, no es malo, dijo Bardock.

Así es, sigamos mirando, respondió Gine, con una ligera sonrisa en su rostro.

Si, sigamos mirando, vamos a los puestos de comida tradicional, dijo Bardock.

Vamos, respondió su esposa.

En tanto:

El niño de cabello alborotado llegaba junto al grupo de niños.

¿Qué sucede?, pregunto con curiosidad Gokú a uno de los niños.

Esa niña hermosa pero vanidosa e impulsiva, dice que nadie es mejor que ella, que su padre es el vigente campeón de artes marciales y que ella ha heredado el talento de su padre, respondía un niño.

Y todo empezó, porque ese niño le rompió su paleta sin darse cuenta, y como la niña se lo hecho en cara, iniciaron una pelea primero verbal y luego física, el resultado es ese,...., decía otro niño, dirigiendo su mirada hacia un niño que se tomaba la pierna tras el enfrentamiento con la niña pelinegra.

Ni el kimono le impidió que le diera una paliza al pobre, decía otro niño con cierto temor en su voz.

Sí, eso es cierto, sus puños y patadas parecen de acero, acotaba otro.

Quiero enfrentarla, dijo emocionado el niño de cabello alborotado.

¿Quéeeeee?, dijeron casi gritando los niños que estaban junto a él.

Quiero enfrentarla, respondió Gokú sonriendo, mientras miraba a la pequeña niña, arreglarse su kimono.

Pe....pe...pero, no hay motivo para que pelee contigo, decía uno de los niños.

No importa, si le gustan las artes marciales, los retos para ella son un compromiso, y yo la retare, respondió con firmeza Gokú, mientras empezaba a caminar en dirección hacia donde estaba la niña.

Ese niño está loco, decían algunos de los niños, mientras en sus rostros se mostraba preocupación.

Oye, su cara se me hace conocida, decía uno de los niños presentes.

Sí, es cierto, a mí también, decía otro niño.

Es Son Gokú, el último campeón junior, decían unas niñas sonriendo, mientras miraban al apuesto niño de cabello alborotado.

¡Son Gokú¡ decían los demás niños, mirando con detenimiento al pelinegro.

Sí, es cierto, es él, acotaban otros niños, mientras el niño de cabello alborotado llegaba junto a la pelinegra.

Oye, te reto, dijo con firmeza Gokú, mientras miraba a la pequeña pelinegra.

¿Qué?, respondió intrigada la niña pelinegra, posando su mirada en el niño que tenía al frente suyo.

Te reto, volvió a decir Gokú.

¿Qué tienes?, ¿me retas?, dijo la niña pelinegra, enarcando una ceja.

A un combate, respondió Gokú, con una amplia sonrisa en su rostro.

Tengo que ir con papá, dijo Milk, girando su rostro para continuar su camino.

No, te reto, volvió a decir Gokú tomando del brazo a la pequeña niña, para detener su avance, haciendo que esta girase furiosa.

¿Qué te pasa?, deja de molestarme, dijo furiosa la niña pelinegra.

Solo un combate para saber qué tan fuerte eres, respondió Gokú con calma.

¿Cómo te llamas?, tu rostro se me hace conocido, dijo la niña con seriedad.

Son Gokú, respondió el pequeño niño sonriendo.

El vigente campeón junior, dijo pestañando la niña pelinegra.

El mismo, acoto Gokú sonriendo.

Pues siendo así, acepto tu reto, eso sí, pongámonos más cómodos, este traje es muy fastidioso y no me permite poder medir mi talento, y tú puedes eres una gran oportunidad para saber todo lo que he mejorado y si ya estoy lista para el próximo campeonato, decía con orgullo la niña pelinegra, sacándose el kimono delante de los niños presentes, que la miraban sorprendidos.

Yo pienso igual, si eres tan buena, quiero verlo, respondió Gokú con calma.

Así, estoy mejor, así me siento más cómoda, decía la pequeña niña, tras haberse despojado del kimono y solo haber quedado con un pantalón corto y un polo flojo.

Vaya, vienes preparada, pues yo también, uno nunca sabe cuándo habrá alguien a quien retar, decía el niño de cabello alborotado, sacándose el traje que llevaba puesto mientras acotaba: Este traje es fastidioso como dices, por ello me puse mi gi a debajo, pues no pensaba llevar el traje por mucho tiempo puesto.

Claro, dijo la niña con seriedad.

Bueno, ya estamos listos, pero antes quisiera saber tú nombre, respondió el niño.

No tengo porque decírtelo, dijo la pelinegra con firmeza.

Pero yo te dije el mío, respondió Gokú con molestia.

Porque quisiste, pero yo no quiero darte el mío, mejor empecemos, si me ganas, te daré mi nombre, dijo la pelinegra con orgullo.

Bien, entonces solo tendré que esperar unos minutos, respondió Gokú sonriendo, mientras tomaba posición de batalla.

Te crees ganador, dijo la pelinegra con ironía.

Solo me tengo confianza, respondió Gokú colocándose en posición de ataque.

Tras algunos segundos, el duelo del par de niños dio inicio llamando no solo atención de los niños y jóvenes presentes, sino también de todas las personas adultas que pasaban por el lugar y que detenían su andar al ver tan fantástico duelo.

Eres fantástica, decía Gokú, mientras la pequeña niña esquivaba uno de sus ataques.

¿Pensaste que no era buena?, vaya que orgulloso, dijo la pelinegra con molestia, lanzándole una patada que por poco impacto en el cuerpo de su contrincante.

Es que eres niña, y te ves tan frágil y delicada, respondió Gokú sin ninguna mala intención.

¿Y ello que tiene que ver?, dijo la pelinegra con molestia.

Pues, pues....., decía en tono nervioso niño de cabello alborotado.

Te voy a cerrar la boca en este momento, voy a demostrarte que el ser niña, no te hace débil, luchare de verdad, respondió la pelinegra empezando a lanzarle violentas patadas y puñetes al niño de cabello alborotado, al tiempo que los padres de este se acercaban al lugar donde estaba su hijo.

Pero que está haciendo Gokú, decía Bardock mientras caminaba a paso rápido junto a su esposa al lugar donde estaba su hijo.

Hijo, escucho el pequeño niño de cabello alborotado mientras luchaba con la niña pelinegra.

Mi papá, pensó Gokú al tiempo que sintió un par de golpes en el estómago, y una patada en la pierna, que lo hizo perder el equilibrio.

Y ahora, mi golpe final, escucho el pequeño niño de cabello alborotado que no tuvo de tiempo de reaccionar ante la violenta patada que lo hizo caer al piso del dolor.

Y decías que eras mejor que yo, dijo la pequeña pelinegra mirando con ironía al niño de cabello alborotado.

Mi pierna, mi pierna, pensaba Gokú, mientras se sujetaba una de las piernas, al tiempo que trataba de no dar a notar su dolor.

Hija, escucho la pelinegra.

Hijo, escucho el niño de cabello alborotado.

Eres bueno, pero no mejor que yo, ¡ah¡ así no me hayas ganado te daré mi nombre, me llamo Milk, dijo la pelinegra, antes de echar a correr hacia su padre, al tiempo que los murmullos en el lugar decían: Lo derroto, derroto al vigente campeón junior.

Los padres del niño de cabello alborotado llegaron junto a este para ayudarlo a ponerse de pie, al tiempo que la pequeña pelinegra junto a su padre se alejaban del lugar.

Pero que paso hijo, ya te he dicho, que no debes andar retando a otros niños, decía molesto Bardock.

Cariño, no le hagas sentir mal, además creo que esta lastimado, ¿no cielo?, decía Gine, mirando a su hijo.

Me duele mucho, no puedo, no puedo, respondía Gokú, mientras se sentaba en el piso.

¡No puede ser, te lastimaron¡ decía preocupado Bardock.

Llevémoslo al médico, acoto Gine, mientras su esposo asentía.

Tiempo después:

Lo lamento, pero no podrá participar este año, decía un hombre de mandil blanco, mirando a los padres del niño de cabello alborotado.

Que mala suerte, venir a pasar esto, justo a unas semanas del próximo torneo, decía con amargura un hombre de cabello alborotado.

Ello no importa Bardock, lo único que debe importar es la salud del niño, acotaba con la mayor calma posible, Gine, mirando a su entristecido hijo.

Por su culpa, por culpa de esa niña, no podre presentarme este año, por culpa de esa niña no podre cumplir mi sueño de ser bicampeón nacional, pensaba Gokú, mientras empuñaba sus manos al tiempo que miraba su pierna lesionada.

Bueno, ya será para el otro año, decía Bardock más calmado, mientras su esposa asentía.

Semanas después:

Gokú junto a sus padres miraban la transmisión de la final del torneo nacional junior, final donde era uno de los finalistas la niña que había sido la causante de su lesión.

Es muy buena esa niña, decía Gine con calma.

Si es cierto, respondió Bardock, haciendo una pausa para continuar diciendo: ¿Me parece conocida?

Si a mí también, respondió Gine.

Mis padres no pudieron verle el rostro a la niña que me lesiono, solo saben que rete a alguien y que ese alguien me lesiono, pero yo, yo si recuerdo tu rostro y nombre, Milk, y no pienso olvidarme de tu nombre ni de ti, no pienso hacerlo, sé que la vida me dará la oportunidad de cobrarme la humillación que me hiciste pasar, el próximo año, nos veremos las caras en un nuevo torneo y allí, y allí, te demostraré lo bueno que soy, porque el que me hayas ganado, solo fue por una distracción mía, pero ello no volverá a pasar, no volverá a pasar, pensaba Gokú.

Gano, la niña gano, ella es la nueva campeona de la categoría junior, decía Bardock, sacando de sus pensamientos a su hijo.

Ella se quedó con mi corona, se quedó con mi corona, pensaba Gokú, mientras empuñaba sus manos.

Meses después:

Un apuesto niño de cabello alborotado se ataba una cinta de color azul a su gi de entrenamiento color naranja, mientras pensaba hoy vuelvo a mis amadas artes marciales, hoy vuelvo a sonreír de nuevo.

Una vez que estuvo listo, Gokú salió de su habitación con una sonrisa radiante.

Horas después: "Gimnasio"

¿Te sientes bien Kakaroto?, decía preocupado un jovencito de cabello de flama al ver a un niño de cabello alborotado, tomar una de sus piernas.

Sí, creo que sí, respondía con voz adolorida Gokú.

Eso no es cierto, no te veo muy convencido de lo que dices, acotaba el joven de cabello de flama, al tiempo que un anciano de lentes llegaba junto a ellos.

¿Qué sucede?, decía el anciano.

Nada, nada maestro, respondía Gokú mientras se ponía de pie.

Días después:

Gokú, creo que deberías consultar con un médico, decía un calvo.

No es necesario, yo estoy bien, respondía el niño de cabello alborotado poniéndose de pie a pesar del dolor que sentía.

Kakaroto, no puedes seguir así, le diré a los tíos que te lleven con un médico, decía el joven cabello de flama.

No Vegueta, no, no les digas nada, ya estoy bien, no es nada, respondía en tono de súplica Gokú.

Está bien, pero si vuelvo a ver que te pones mal en una nueva práctica, le diré a los tíos, dijo con firmeza Vegueta.

Semanas después:

Dentro de un gimnasio sobre una plataforma, un niño de cabello alborotado caía de dolor, tras haber sacado de la plataforma a uno de sus compañeros.

Kakaroto, decía Vegueta, subiendo a la plataforma.

No le digas a mis padres, respondió Gokú.

Claro que se los diré Kakaroto, tú necesitas ser evaluado por un médico, dijo con firmeza Vegueta, mientras marcaba el número de su tío.

Tiempo después: "Hospital"

No, no me diga eso doctor, decía Gokú.

Hijo cálmate, decía Gine.

Lo lamento Gokú pero es lo mejor para ti, esa vieja lesión ha vuelto a aparecer, creo que por tu bien es mejor que dejes las artes marciales, tal vez en cuanto te recuperes nuevamente puedas practicarlas como un pasatiempo, pero no de manera profesional, no puedes hacer ello....., decía el médico, mientras el rostro del niño se tornaba entristecido.

-.Tiempo presente.-

Mis sueños se terminaron por tu culpa, mis sueños se acabaron por tu culpa, tuve que resignarme a solo practicar las artes marciales como aficionado, mientras te veía ganar cada uno de los campeonatos donde te presentabas, campeonatos que deberían de haber sido míos, pero ello no es así ya, los campeonatos se acabaron para mí, por mi maestro me convertí en un maestro más para los jóvenes que deciden conocer y practicar este deporte, todo iba bien hasta que llegaste por recomendación al mismo gimnasio en el que trabajo, mi maestro sin saber que tú eras la causante de lo que me paso, me asigno de tu maestro personal, para guiarte en tu entrenamiento, eso es lo que hago desde hace algunos años, solo guiar a otros, ya que ello no demanda mucho esfuerzo, en cuanto escuche tu nombre, sentí mi sangre arder, quise renunciar a entrenarte, quise hacerlo, pero algo en mi me dijo que está es mi oportunidad para hacerte pagar el dolor que me hiciste pasar, tal vez no en un combate, pero sí de otra forma, hay maneras de hacerte pagar mi sufrimiento, hay maneras, y yo ya tengo una en mente, por ello hasta me cambie el look y el nombre en cuanto supe que volvería a estar frente de ti. Mi primo me dice que no sea tan resentido, que olvide lo que pasó y que aproveche que no me reconociste tras mi cambio de look, él dice que se te nota que estás interesada en mí, que eres una chica hermosa, yo no discuto ello, pero algo entre los dos definitivamente es imposible, yo, yo te odio, te odio, te odio, pensaba Gokú, cuando el sonido de su celular, lo saco de sus pensamientos.

Ring ring ring

Gokú tomo el celular y contesto la llamada.

Dime, dijo Gokú.

Maestro Kakaroto, le quiero pedir horas extras, siento que necesito más de su supervisión en mi entrenamiento, escucho Gokú.

No necesitas más entrenamiento, ya estás lista para el próximo campeonato, decía Gokú.

¿En verdad lo cree?, escucho Gokú.

Si, por su puesto, respondió el joven de cabello alborotado, al tiempo que se formaba una sonrisa en su rostro, mientras pensaba: Solo pretextos para hablar conmigo como dice Vegueta, solo pretextos,  tal vez sea momento de poner en práctica el plan dos, Venganza de sentimientos, esa es la mejor manera de destruir a alguien, esa es la mejor manera.





FIN





Nota:

¡Gracias a todas las personas que hayan leído este pequeño one shot que ha sido escrito con mucho cariño para ustedes¡

Espero y el mismo sea de su agrado, agradezco de antemano sus votos y comentarios, a su vez espero haber logrado plasmar el sentimiento de resentimiento de Gokú hacia Milk, en este one shot que será parte como ya mencioné al principio de la futura historia GoChi titulada "Jugada del destino", se que la historia quedo inconclusa, pero  lo que sigue de ella ya lo sabrán cuando decida empezar a escribirla.

Ahora si me despido de ustedes, que tengan buen fin de semana.

Con mucho cariño.

PrincesaLirio.

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