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Capítulo 7


Clark depositó de manera gentil a Lois sobre la acera, una vez más la había rescatado, sinceramente creía que el fuera una reportera temeraria y tenaz no era la única razón por la que estaba constantemente en peligro, se sentía pésimo por empezar a sospechar que lo hacía a propósito para poder toparse con Superman.

—Gracias Superman, no sé que habría hecho sin ti —murmuró con las mejillas ligeramente sonrojadas y un brillo peculiar en los ojos que no estaba presente cuando lo miraba como Clark Kent.

Asintió dispuesto alejarse, cuando sintió su mano sobre la suya.

—Estas... ¿estas saliendo con alguien? —La atrevida pregunta lo sorprendió y lo irónico de la situación lo hizo sonreír.

—Si.

La decepción en su mirada hizo más que molestarlo.

—Por lo que sé, también sales con alguien.

Ella lo observó asombrada.

—Eso ya termino. —La rápida respuesta terminó por confirmar lo que ya sabía, Lois amaba a Superman.

Ahora más que nunca dudaba sobre decirle la verdad.

Elevándose Clark se alejó de ahí, sabía perfectamente que Lois no lo amaba, no dudaba de su cariño, pero lo que sentía por él no se comparaba por lo que aparentemente sentía por Superman. Y no le reprochaba eso, solo... No le importaba lo suficiente como para sentir dolor.

Su madre siempre le había dicho que sabría elegir a la persona correcta, porque esta lo aceptaría por completo, tal y como era.

Inmediatamente pensó en Bruce, quien al principio no lo toleraba, Batman constantemente ponía en duda sus deseos por proteger al mundo, considerándolo peligroso, pero Clark poco a poco había entendido su recelo y admirado su voluntad por traer justicia y protección no sólo a su ciudad.

Bruce era un enigma, un verdadero guerrero, había llegado a considerarlo el humano más peligroso del mundo. Bruce era más que eso, era fuerza, pasión, coraje y belleza. Bruce tenía una fortaleza que muy pocos tenían.

Clark había estado tan feliz de ser su amigo, de por fin acercarse y de que le ofreciera la suficiente confianza como para acudir a él en primer lugar.

Estúpidamente, había echado todo a perder.

Lo que más le pesaba a Clark era comprender que lo volvería hacer, si tuviera la más mínima oportunidad de volverlo a tener entre sus brazos, lo volvería a hacer.

Tener ese tipo de pensamientos era incorrecto por muchas razones.

En momentos como este, cuando se dirigía a la atalaya luego de semanas, trataba de convencerse de que no lo hacía con la única intención de quizás obtener un vistazo de Batman.

Clark observó la sorpresa y curiosidad en el rostro de más de uno de los héroes en la sala mientras ingresaba, rápidamente se dirigió hacia Diana, quien hablaba con Hal y Arthur.

—¿Alguien sabe por qué? —Logró escuchar que murmuraba Hal.

—Trabajo según informo, y eso ya es decir mucho, generalmente él nunca da explicaciones —comentó la amazona, de brazos cruzados.

—A penas se ha ausentado un par de días —comentó el rey de Atlantis.

—¿Qué ocurrio? —preguntó al llegar junto a ellos.

La amazona le lanzó una mirada.

—Al parecer Batman está tomando unas vacaciones... Por fin —dijo Diana, con cierta incredulidad en la voz.

Clark frunció el ceño, nunca creyó ver el día en que Batman se retirara por iniciativa propia.

—El de "el crimen nunca descansa", ha decidido dejar las obligaciones de lado —refunfuño Hal.

—Debe tener una razón de peso para esto —defendió Diana— ¿No crees Superman? —Lo miró en busca de respuestas.

Clark no habló, no tenía nada que decir.

—No lo sé.

—Bueno, quizás su nuevo mejor amigo sepa algo —dijo el linterna, mientras su recelosa mirada se posaba en Green Arrow y Flash.

Contemplando como Barry reía junto a Oliver, decidió escuchar un poco de la conversación cuando el de traje rojo comenzó a susurrarle al de verde.

—Entonces, ¿estás viviendo con él? —preguntó Barry.

Clark sintió su cuerpo tensarse.

—Sólo me quedare unos días. —Fue la respuesta de Oliver.

—Mmm... eres el novio de Batman —dijo con emoción y burla Flash—, sabes siempre imagine que ese terminaría siendo Superman.

La inocentemente dicho por Barry lo trastoco y lleno de enojo, Clark sabía que era probablemente una mentira, Bruce no era de los que cruzaba la línea con un compañero.

El recuerdo de Bruce mientras lo poseía borró abruptamente ese pensamiento.

—Superman es un imbécil, él podría haber sido algo más que un amigo para Batman. —Clark dirigió la mirada hacia Arrow, solo para encontrar que este lo estaba mirando con claro conocimiento— Pero debo agradecerle, ahora puedo estar con Bruce.

Se dio cuenta de como un Barry muy confundido miraba entre los dos, a pesar de la distancia la penetrante mirada de Clark hacia Oliver dejaba claro lo que podría suceder.

—No creo que debas decir eso —dijo Barry, quedito.

—Gracias Superman, te pido no vuelvas a vigilarlo.

Entendió que se refería a la fiesta en Gotham, la sonrisa chulesca del rubio lo hizo enfurecer.

Una mano en su pecho lo detuvo, desvió la mirada hacia el responsable, encontrando a Diana, quien lo observaba de manera cautelosa.

—Tus ojos —advirtió la amazona.

Entonces se dio cuenta que había estado a punto de eliminar a Oliver con su visión de calor.

Miró alrededor encontrando a más de un héroe en posición de defensa, Clark cerró sus ojos para después abrirlos y salir rápidamente de ahí.

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Bruce permaneció frente a la puerta de su hijo menor. Damián había decidido no salir de su habitación luego de enterarse d esu decisión sobre dejar el manto, por lo que después de dos días sin verlo, esperando que parte de su mal humor y sospechaba decepción disminuyera, había concluido que tan solo tenía que acercarse y hablar.

Tocó la puerta un par de veces hasta que esta se abrio e ingresó en la oscuridad de la habitación.

Sobre la cama y mirando hacia la ventana, se encontraban Damián y Rufus, el animal inmediatamente bajo de la cama al verlo.

Sentadose en la orilla, aclaró su garganta y recibió una mirada difícil de descifrar.

—Damián —comenzó, había meditado que excusa presentarle a su hijo, pero decidió hablar con la verdad—. Volveré a retomar el manto, sólo necesito un poco de tiempo.

—¿Desde cuándo comenzaste a necesitar tiempo? —Fue la mordaz pregunta que recibió como respuesta.

Suspiró.

—Algo ocurrió, comprendí que no soy invencible, que puedo sucumbir y fallar, puedo cometer errores. —Esta vez se encontró mirando sus ojos verdes, tan parecidos a los de su madre— No puedo permitir que eso afecte a Batman, no puedo fallar como Batman por algo como eso.

Bruce esperó en silencio la respuesta, Damián se le acercó un poco a través de la cama.

—Lo entiendo, padre.

Bruce colocó la mano sobre la cabeza de su hijo en un gesto casi cariñoso, aunque no estaba convencido de la respuesta.

—Lamento decepcionarte.

Damián permaneció en silencio, los dos mirando el atardecer a través de la ventana.

Bruce había comenzado a acercarse más a él, el manto le proporcionaba una oportunidad para estar junto a los chicos, como Bruce Wayne se sentía inepto a la hora de relacionarse con ellos, pero Batman era una figura a quien respetar, a quien estaban dispuestos a seguir. Le había entregado el manto de robin a Damián por más de una razón, para ayudarlo en su transición luego de abandonar la liga de las sombras, para inculcarle su política de no matar a un niño que había sido entrenado para matar en todos los estilos diferentes desde que pudo caminar, para crear un lazo entre ellos; como Bruce existía una distancia que no sabía como acortar con sus hijos, especialmente con Damián.

En esos momentos sentía a cada uno de los chicos más lejos que nunca, y hace dos días Alfred le había informado que Jason estaba en la mansión y ni siquiera lo había visto.

—¿Es por Queen? —inquirió Damián.

—Oliver no tiene nada que ver en esto —Bruce lo contemplo con el ceño fruncido debido a su confusión.

—Él te mira como si quisiera meterse en tus pantalones —refunfuño.

—Damián —reprendió, apenas pudo ocultar su asombro por el comentario.

—Es la verdad, padre. Y no es el único que te suele mirar de esa manera.

—¿Qué?

—Queen y Kent te miran así, muchos otros en las galas también, a pesar de que no saben de tu inteligencia y gran habilidad de combate te siguen deseando —murmuró con molestia.

—Estas equivocado —soltó dejando la cama, caminó hacia la puerta decidido a no prestarle atención a lo dicho—. Dick te está esperando para entrenar.

—Estará Todd —dijo con fastidio.

—Esta vez intenta ganarle. —Bruce escuchó el chasquido de su hijo mientras salía de la habitación.

En el pasillo se encontró a Oliver con expresión preocupada, cruzado de brazos.

Se apresuró a interrogarlo.

—¿Ocurrió algo con la liga?

—Tenemos que hablar, Bruce. —Pasó una mano a través de su rubio cabello— Hice una estupidez.

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Después de horas de volar tratando de ignorar su comportamiento hacia Arrow, Clark se percató de que inconscientemente había volado hasta la mansión Wayne, aún estaba suficientemente alejado de la propiedad como para ser detectado por los sistemas de seguridad que protegían la mansión.

Deseaba entrar y preguntarle a Bruce la razón por la que decidió dejar de ser Batman, preguntar si era su culpa, y sobre todo cuestionar su aparente cercanía con Arrow. Una parte de Clark se sentía mal al darse demasiada importancia, pero otra bullía por entender que quizás había afectado a Bruce de una manera profunda.

Tanto como alejarlo de Batman. Eso podría significar algo... 

Prestó atención a los sonidos en la mansión, rápidamente ubicando la voz de Bruce en su habitación, apretó los puños al reconocer en el mismo lugar a Oliver Queen.

Un chasquido y un intenso dolor en su brazo, lo hicieron bajar la mirada, extrañamente debilitado cayó al suelo, confundido y sintiendo un inmenso dolor observó un pequeño cráter a su alrededor.

Un par de botas militares color negro entraron en su campo de visión, elevando la mirada se encontró con Red Hood.

—Bien, lo hiciste demasiado sencillo —dijo Jason Todd, con un tono campante para entonces agacharse a la altura de Clark— Dime, ¿te gustan las balas de krytonita? 

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Repentinamente recordé que amo el superbat

Gracias por leer solecitos.

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