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✦ Impulso

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Habían pasado un par de semanas más desde la última vez que pensó detenidamente sobre KyungSoo antes de dormir, porque a partir de esa noche intentó no hacerlo, no tenía caso de cualquier manera. Porque lo hecho estaba y además de que KyungSoo parecía seguir con su vida bastante bien.

No era que JongIn lo vigilara o algo por el estilo, sino que la casualidad siempre lo arrastraba a encontrárselo en algún rincón de la universidad, y era algo bastante irónico, considerando que antes de haberse liado con él, KyungSoo había pasado siempre desapercibido a sus ojos.

JongIn observó la lata de jugo y después el empaque en una presentación más grande, de cartón. Había ido al supermercado ya que esa semana le tocaba encargarse de surtir los víveres y todo lo indispensable para sobrevivir de lunes a domingo.

Era sábado y no había tenido muchas ganas de salir, Febrero se seguía mostrando demasiado frío para su gusto, además de que tenía que repasar algunas cosas de los libros que había tomado de la biblioteca, porque pese a que tuviese una computadora e internet que pudiera favorecerlo, a JongIn le gustaba seguir sacando libros de la biblioteca.

Sentía de alguna manera que le era más agradable el aprendizaje, además de un poco más sencillo. Observó entonces el montón de sabores y suspiró, sacando su teléfono para observar la larga lista de cosas que debía adquirir.

JongIn tenía esa costumbre de anotarlo absolutamente todo, como si se le fuesen a olvidar las cosas pese a la buena capacidad de retención que tenía. Se decidió por un par de jugos de naranja, manzana y uva y después, observando el carrito lleno de un montón de latas y de sobres, caja de cereal y algunos condimentos, el moreno chascó la lengua y se giró apresurado, de último minuto para tomar un cartón de jugo de mango.

Lo colocó sobre el montón de cosas en el carro del supermercado y se recargó sobre él para comenzar a empujarlo por el pasillo libre. Eran cerca de las ocho de la noche según el reloj de su teléfono, cuando levantó la mirada para girar en uno de los pasillos y su corazón se detuvo por una fracción de segundo.

Comenzó entonces a latir completamente apresurado, mientras la sangre se le helaba en sus venas y sus ojos chocolate observaban la silueta de Do KyungSoo al final del pasillo de las pastas. Sentía que podría reconocer su silueta en cualquier lado.

KyungSoo había cortado su cabello hacía un par de días, lo había sorprendido cuando lo vio en una de las veredas de la universidad. Estaban demasiado bajos para su gusto, pero por alguna extraña razón, aquel hecho resaltaba sus facciones del rostro y le hacía lucir un poco atractivo, o quizá muy atractivo.

JongIn tragó saliva cuando lo observó tomar varios sobres de pastas y después echarlos a una canastilla que traía con él. Y pensó por un momento que era el destino o algo por el destino, estando a punto de deslizarse casualmente por el pasillo hacia él, podrían toparse casualmente, pero se detuvo nuevamente cuando una silueta salió del pasillo de al lado y llegó a KyungSoo para abrazarse de su brazo.

Era la silueta de esa chica que había visto anteriormente con él, JongIn apretó inconscientemente los puños y permaneció quieto, observando detrás de una tarima llena de mercancía como un vil acosador, la manera en que esa tipa se colgaba de su brazo y él no se inmutaba, por el contrario, parecía sentirse demasiado bien caminando con ella a su lado.

Para su suerte, KyungSoo y SeungWan se habían salido por el otro pasillo, dejándolo ahí observando a la nada.

JongIn se sentía un poquito frustrado, y quería dejar de sentirse como un estúpido cuando lo veía. Pero lo cierto es que parecía que estaba empeorando y las cosas parecían ir en picada, realmente creía que así era.

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🐻🌃🐧

La realidad era que JongIn no sabía lo que hacía por primera vez en mucho tiempo. Las manos le temblaban y estaba seguro de que las rodillas también. De hecho no sabía cómo era que había llegado hasta ese lugar sin haberse desmoronado por todas las sensaciones que su cuerpo sentía en esos momentos, nada placenteras, para colmo.

JongIn estaba tragando saliva para evitar que se le resecara más la garganta de lo que ya la tenía y respiró profundamente para agarrar valor cuando el sonidillo del elevador lo devolvió a la realidad. Observó el pasillo y salió apresurado, antes de que pudiera arrepentirse.

Se metió las manos sudorosas dentro de los bolsillos delanteros de su pantalón y sus ojos se pasearon por el pasillo lleno de puertas, sus pies avanzaban lentos.

¿Cómo había llegado hasta ahí? Sus malditos pies lo habían llevado como si se supiera el camino de memoria, pese a que solo había estado ahí una sola vez. Sus pensamientos idiotas eran los responsables de que después de llevar todas las compras a la casa, JongIn se sintiera sofocado y anunciara que saldría a tomar un poco de aire.

JiMin se había ofrecido a hacerle compañía, pero JongIn se había negado rotundamente, probablemente porque sabía sus propias intenciones pese a hacerse tonto diciendo que efectivamente solo daría una vuelta por el vecindario.

JongIn se estremeció al observar el número doce frente a él y sacó todo el aire de sus pulmones para volver a inhalar aire limpio que pudiera reconfortarlo aunque fuera un poco.

¡Se estaba muriendo! Sentía que algo lo carcomía por dentro de manera lenta, la duda de saber si KyungSoo estaba solo en ese momento, si se encontraba en casa y si ya lo había olvidado pese a que según él mismo había sido cosa de un par de sesiones de sexo, sexo candente, por supuesto.

El moreno se pasó la mano por los cabellos y los revolvió, con ganas de patear la puerta para sacar su frustración, cuando creyó escuchar un ruidillo del otro lado de la puerta y como un completo imbécil se pegó a ella para ver si lograba escuchar algo.

Quería darse de golpes contra la pared, alucinando los gemidos de alguien más, de esa maldita arpía que no soltaba a KyungSoo para nada, y se sentía al límite de todo lo que podía retener. Así que en uno de sus impulsos tocó el timbre, obligándose a permanecer con los pies anclados frente a la puerta para no salir corriendo.

JongIn esperaba escuchar la bocina preguntando de quién se trataba, pero al contrario de eso, la puerta se abrió frente a él y se quedó quieto, completamente petrificado ante KyungSoo, que iba únicamente con unos pantalones puestos, mostrándole sus brazos un poco torneados y su pecho desnudo.

KyungSoo frunció el ceño en automático al verlo ahí frente a la puerta, porque lo que menos se había esperado estaba justamente frente a él.

ㅡ ¿Qué estás haciendo aqu-

KyungSoo hubiese podido terminar su pregunta, pero los labios de JongIn aplastando los suyos se lo impidieron por completo. El moreno había tenido otro de sus arrebatos, importándole poco se había lanzado prácticamente a sus brazos y le había besado, adueñándose de su boca mientras respiraba con intensidad, al igual que los latidos de su corazón.

KyungSoo estaba sorprendido, pasmado de ver a JongIn rodeándole el cuello y empujándolo un poco para arrastrarlo dentro del departamento. Y pese a que había dicho que después de su desplante todo había terminado, el mayor se dejó hacer y dejó que JongIn se encargara de cerrar la puerta a sus espaldas.

Que le acariciara el pecho y el estómago con una de sus habilidosas manos de ingeniero y que sus labios siguieran el ritmo desbocado de su corazón. Pronto les faltó la respiración, y se separaron pese a que a ambos les costó bastante hacerlo.

JongIn no dejó que se le escapara, en cuanto respiró volvió a besarlo y lo empujó un poco más hasta que sus pies se toparon con el brazo del sillón, el moreno le empujó un poco más y KyungSoo se sentó en el sillón, con las manos a sus costados, dejándose hacer.

El muchacho de piel dorada estaba que ardía de coraje, tenía muchos sentimientos encontrados, pero le molestaba muchísimo que las manos de KyungSoo no lo estuviesen tocando posesivamente como la vez anterior. Así que se encargó de tomarlas por él mismo y colocarlas en su espalda baja, mientras se abría paso entre sus piernas para estar más cerca de él, disfrutando de la piel de KyungSoo que tocaba con sus palmas lo más que podía.

JongIn ardía y KyungSoo quería consumirlo, sentía que podía enloquecer a causa suya en cualquier momento y sin embargo se contuvo, se contuvo cuando JongIn deslizó su boca de sus labios de corazón hasta el mentón y descendió sobre su cuello, con la respiración entrecortada.

ㅡ JongIn... ¿Qué estás haciendo?

La pregunta retumbó en los tímpanos del moreno, que tronó los dientes antes de separarse de él lo mínimo, únicamente para observarlo a los ojos.

ㅡ ¿Qué te parece que hago?

ㅡ No deberías estar aquí.

ㅡ ¿Por qué no? ㅡ JongIn frunció el ceño y permaneció sin moverse, retándolo.

KyungSoo suspiró, se sentía tan bien tenerlo ahí, tan cerca de él, con sus manos palpando la piel dorada que tanto le gustaba. Pero todo aquello parecía una mera alucinación, y KyungSoo no estaba listo para volver al golpe de la realidad.

ㅡ ¿Estás ocupado? ¿Hay alguien más en tu cuarto?

KyungSoo sonrió lastimeramente y JongIn se mordió la lengua porque había sido tan venenoso como para preguntarlo sin ponerle algún filtro.

ㅡ Si hubiese estado follando, no habría salido a abrir la puerta, JongIn.

El desdén en las palabras hizo que JongIn retrocediera un par de centímetros, los suficientes como para que KyungSoo lo tomara por las manos y se rindiera un poquito. Porque no pasaba nada si se rendía sólo un poco, ¿verdad?

ㅡ Ven aquí...

KyungSoo lo aproximó hacia él y sus manos se deslizaron hasta su trasero, apretándolo con fuerzas mientras JongIn soltaba un jadeo que descontroló toda la situación. El mayor no pudo resistirse y se puso de pie, arrastrando al moreno hasta su habitación de la que no habría escapatoria.

JongIn gimió cuando sintió los labios de corazón deslizándose por su cuello, mientras él caía suavemente sobre la cama, cerró los ojos para terminar de enloquecer, con cada caricia de aquellos pomposos labios rodando sobre su piel de esa manera tan exquisita.

El tacto de KyungSoo le quemaba y se aferraba a él porque quería que lo tomara todo, quería que lo follara duro y que le mostrara de lo que estaba hecho pese a todos los prejuicios del mundo y pese a todos sus malos pensamientos que había estado teniendo desde hacía casi un mes.

Nada de aquello existía en ese momento, con las manos de KyungSoo desnudándolo de a poco y su erección creciendo en sus pantalones. KyungSoo se detuvo en ese momento y JongIn abrió los ojos, se había quedado esperando a que el mayor liberara su erección para complacerlo, pero KyungSoo se había dejado caer a su costado sobre su cama.

ㅡ Creo que debes irte...

Las palabras lo enfriaron más que si le hubiesen traído aguanieve y le hubieran dejado caer el balde en el cuerpo en ese instante. KyungSoo le estaba diciendo que se fuera, lo estaba dejando a medias pese a que había sido él quien había ido ahí, prácticamente contra su voluntad y su buen uso de la razón.

ㅡ ¿Qué?

ㅡ Vete, no quieres esto. ㅡ KyungSoo suspiró y cerró los ojos sin más.

Y JongIn enrojeció de coraje por sentirse tan expuesto y que ese maldito estuviese rechazándolo.

ㅡ Quiero que me folles. ㅡ JongIn respondió como un niño malcriado y KyungSoo esbozó una sonrisa sarcástica en sus prominentes labios.

ㅡ No quiero follarte.

JongIn se sintió helado, estaba siendo doblemente rechazado por KyungSoo. ¿Por qué no podía darle lo que quería si de eso se trataba todo?

ㅡ Oh... es que ya tienes a alguien más, supongo.

KyungSoo se llevó la mano a la sien y apretó con cuidado, frustrado por las palabras venenosas del moreno que repicaban en sus tímpanos una y otra vez.

Y ese era el problema. JongIn había ido a él en un arranque de calentura o frustración, porque creía que podía obtenerlo de él si quería. Y puta madre, KyungSoo quería ponerlo en cuatro y partirle el culo para que se callara la boca y dejara de ser tan estúpido. Había estado deseándolo desde que lo vio frente a él pese a que también le había resultado doloroso por lo ocurrido.

La atracción que sentía era tal, que JongIn podría salirse con la suya si quisiera, si no tuviera esos pensamientos que lo tachaban de chico fácil, sólo por haberlo recogido de un bar, por habérselo cogido esa misma noche.

Bueno, suponía era algo factible y creíble, después de todo.

ㅡ Sí, podría ver mi lista de contactos y ver a quién se me antoja coger hoy. ㅡ KyungSoo ironizó, abriendo finalmente sus grandes ojos y afilando la mirada, girándose a verlo.

JongIn lo observó ahí y se deleitó de la manera tan seductora en que se veía. Podía notar el bulto en sus pantalones y no podía terminar de entender por qué no podían seguir con lo que habían iniciado.

ㅡ Como esa chica que se la pasa contigo todo el tiempo.

ㅡ ¿Estás celoso? ㅡ KyungSoo esbozó una diminuta sonrisa y arqueó una ceja, haciendo que JongIn se molestara aún más.

ㅡ ¿Por qué habría de estarlo? Es lo que dicen todos.

ㅡ ¿Quiénes, tus amigos? Bueno JongIn, si tan malo creen que soy no entiendo qué haces en mi cama.

JongIn bufó y se irguió hasta quedar completamente sentado, se arrastró por la cama hasta el bordo y se puso de pie, tomando su camisa y su abrigo del suelo donde KyungSoo los había dejado cuando comenzó a quitárselos.

ㅡ Bueno, supongo que tienes razón...

Y antes de que JongIn terminara de salir de la habitación, KyungSoo se llevó ambas manos a la cabeza y la apretó, porque se estaba muriendo por ir detrás de él. Por decirle que se quedara, que haría lo que quisiera si se quedaba.

ㅡ No mentí cuando dije que me gustabas... fuiste tú el que no quisiste saber de mí. ㅡ KyungSoo levantó la voz y JongIn se detuvo por completo en la puerta ㅡ Eres tú el que te avergüenzas de que alguien pueda verte conmigo, por alguna razón que desconozco.

Y ahí estaban aquellas verídicas palabras. JongIn apretó los dientes con impotencia porque en ese momento corroboró que había sido un estúpido, que se había dejado llevar por las palabras de sus amigos y que no había sido más que un prejuicioso de primera.

ㅡ ¿Quieres que follemos de vez en cuando y que hagamos como que no nos conocemos? ㅡ KyungSoo preguntó, arrastrándose por la cama para ponerse de pie.

Se tomó su tiempo hasta que sus pies tocaron la alfombra de la habitación y se encaminó hacia el moreno, colocándose detrás suyo mientras acomodaba la cabeza sobre el hombro del de piel tostada, que se estremeció de sentirlo tan cerca.

JongIn tragó saliva cuando las manos varoniles de KyungSoo le acariciaron la cintura y se rindió casi en automático a las caricias de las yemas de sus dedos.

ㅡ Lo siento, no creo que pueda hacer eso... fingir.

JongIn se giró sobre sus talones, con las manos temblorosas empuñando su propia ropa, hasta que sus ojos se toparon con los grandes de KyungSoo, que lo observaba fijamente.

ㅡ Entonces... sólo bésame.

KyungSoo lo observó por un par de segundos en completo silencio y asintió de manera casi imperceptible, acariciando su nariz con la punta de la suya mientras sus labios se apoderaban de los suyos, demandando por caricias intensas, llenas de la pasión que ambos desbordaban.

JongIn se aferró a los pantalones de cuero de KyungSoo y le recorrió el trasero con libertad, con los ojos cerrados mientras KyungSoo lo desarmaba con ese potente beso y algo dentro de él le decía que no tendría suficiente.

Que no importaba lo que quisiera, nunca tendría suficiente de KyungSoo. Lo cual lo ponía a temblar sin remedio.

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Notas:

Creo que es la primera vez que hago tanto melodrama en un fic :v bueno no, la vdd no :P

Espero que les haya gustado el capítulo, ya vendrá otro pronto ;)

Muchas gracias gente bellísima por leer, ;w; los adoro un montón ♥

Besos posholatosos

🌠Ary.

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