Empezare diciendo que toda mi vida me obsesiono conocer a mi amor verdadero...el porqué nunca lo supe, yo quería conocer a la persona indicada para mi...esa fue la mayor de las razones por las que estoy aquí...si me hubiera detenido a pensar...nada de esto hubiera pasado, pero ya es demasiado tarde como para arrepentirse, después de todo él hubiera no existe

Siempre todos me decían que era una chica bonita, que no me preocupara, que era demasiado joven como para estar pensando en esas cosas y tenían toda la razón de el mundo, no conocía a otra chica de mi edad que estuviera igual de obsesionada por conocer a la persona correcta para ella

Cuando pasaba por el parqué, me quedaba viendo atentamente a las parejas, me fijaba muy bien en lo que hacían, con el pretexto de que así podía saber qué aria con mi novio, había veces en las que me ponía a llorar, no entendía porque todos estaban acompañados...todos menos yo, nunca me sentía feliz, supongo que pensaba que si encontraba a mi alma gemela por fin me sentiría feliz, o tal vez llenaría un hueco, me pasaba las horas pensando en cómo seria el chico ideal para mi, como seria su actitud, como seria nuestra relación....y cosas por el estilo

Esto era cuando tenia 10 años o tal vez 9 aproximadamente, para cuando cumplí los 16 seguía exactamente igual de obsesionada...aunque más deprimida por no tener a mi lado la persona destinada a mi , quería conocer a la persona que me hiciera suspirar, a pesar de todos mis esfuerzos, jamás conocí a la persona especial para mi. En el transcurso de los años conocí a varias personas, ninguna digna de merecer algo de confianza, hasta que conocí a cinco chicas...es curioso, nunca creí que ellas serían de las últimas personas que me vieran, tampoco creí que tomarían tanta influencia en mi vida

Alexa - AlexaTheDemonDrowned 

Natasha - Tikyylover

Yumi - akanemikaela

Karen - karenhatsune 

Eloísa - eloisaramirez1306 

Ellas tenían una cosa en común, a ninguna de ellas les interesaba conocer a la persona especial, me decían que estaba demasiado obsesionada con eso....que le daba más importancia de la que en realidad tenía...y ahora qué lo pienso...tenían toda la razón. Por supuesto que en su momento no me di cuenta, tal ves mi orgullo me segaba o sencillamente era demasiado testaruda o arrogante para darle importancia a comentarios ajenos...si tan solo les hubiera echo caso...no estaría así...sin vida

A causa de la misma situación...a causa de que nunca encontraba a la persona correcta para mi, mi autoestima disminuyó considerablemente. Cuando tenía 10 pensaba que era una niña muy bonita o al menos decente, cuando tuve 16...me dolía verme en un espejo, lo único que me gustaba de mi misma...eran mis ojos, verdes olivo, fuera de eso...me sentía la persona más horrenda que aya pisado la faz de la tierra, intenté de todo para sentirme mejor conmigo misma, me corte el cabello, me puse aretes o me maquillaba, hice de todo...pero el resultado era el mismo...me sentía..la persona más fea en este mundo, aunque en los días de clase era de las típicas personas que muestran una gran sonrisa y ayudan a los demás para sentirse...mejor, ahora que lo pienso...fue algo bastante hipócrita ser así...ayudar a los otros cuando yo estaba peor que ellos

Mis amigas...eran las únicas capases de ver detrás de esa actitud, sabían cómo me sentía, intentaban hacerme entrar en razón...me decían que para nada era fea...a pesar de sus intentos yo me sentía igual...

—señorita, yo solo le pedí que me contara cosas significativas en su
muerte— una señora de cabello esponjado color castaño, piel morena y ojos marrones interrumpió el relato de la chica con desgana, estaba tan acostumbrada a su trabajo de jueza y a oír a miles de almas contando cómo murieron que ya le parecían triviales los relatos, simplemente ya no les interesaba, pero tenía que escucharlos para poder sentenciarlos

—todo lo que le e contado es significativo, de lo contrario no entenderá nada— explica la chica con lágrimas en los ojos, después de todo había pasado poco tiempo desde que perdió la vida

—tome un descanso, siéntese aquí en lo que sentenció a las demás
almas— sus palabras no era para reconfortarla o para darle tiempo a tranquilizarse, sencillamente se había aburrido de ella, le fastidiaba las personas lloronas y quejumbrosas como ella

—g-gracias

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