Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capituló 20

Subí a la segunda plata para ir al baño, había aguantado veinte minutos las ganas de orinar mientras me obligaba a quedarme dormido por no subir ni quedarme parado frente a mí puerta como un acosador sólo pensando que Jisung estaba dentro durmiendo en mi cama.

Y aunque me dije que no lo hiciera, que no mirara para allá y que sólo lo ignorara, al pasar no pude hacer más que mirar adentro.

Claro, sólo para cerciorarme de que el estuviera bien.

Jisung estaba en mi cama sin nada en la parte de arriba, acostado boca abajo mientras una de mis sábanas le tapaba directamente el trasero y dejaba un poco de sus piernas al descubierto.

Allí mismo bajé al infierno de un sólo tropezón.

La posición era tan sugestiva que mi miembro se removió en mi ropa interior, de no ser porque sabía que Jisung me odiaba, hubiera pensando que era adrede para que yo fuera allí.

O quizás si lo era para decirme: "Mira lo que te pierdes". Quien sabe.

Seguí de largo hasta el baño y me metí allí, mis ojeras estaban grandes y cansadas y mi piel lucía sin color cuando me la mojé para quitarme un poco la pesadez de encima. Los azulejos color azul lo hacían ver más verdoso que ayer.

Pensé en darme mejor una ducha para quedarme de largo despierto, debido a que ya eran casi las 6 am y tenía que despertar, llevar a Jisung a su casa, al despertar.

La temperatura del agua era lo único que me hizo sentir un poco menos estresado y al estar debajo de ella mis músculos se destensaron.

Estaba poniéndome el shampoo, y mis ojos estaban cerrados por seguridad cuando escucho la puerta, me enjuago y lo primero que alcanzo a ver es a Jisung parado fuera de la ducha, sólo con un bóxer color negro.

Su piel lucía perfecta, blanca y fría en contraste con esa marca color azulacea que llevaba en la cadera y que me ruboricé al recordar como se la había hecho la última vez que nos acostamos.

Cerré la cortina para ocultarme y el no movió un músculo de su cara, sólo me miraba fijamente.

— Pensé que dormías — le conté.

— No puedo. Sólo no dejaba de pensar.

— ¿En qué? — pregunté.

— En que podrás ser un sádico hijo de puta, pero yo soy un masoquista de mierda.

— ¿Um? — me quedé perplejo y confundido.

El sólo caminó hacia la ducha y se metió junto a mí, debajo de la lluvia de agua.

Me arrancó un beso y de repente mis sentidos volvieron a la vida, lo tenía acorralado contra la pared con sus labios presionando los azulejos y su trasero, ya desnudo, contra mi erección.

Jisung se friccionaba contra el, lo necesitaba tanto como yo lo necesitaba a el. Estaba duro, y quería follarlo hasta cansarme y correrme en el como un enfermo corrompido.

El me tenía corrompido, tanto como yo lo tenía a el.

E irónicamente jamás me sentí tan sano en mi vida.

Mis manos bajaron hasta el hueso de su cadera, presionaron sobre la marca y el gritó de dolor y quería más, porque pronto colocó su mano sobre la mía, sólo para darme a entender que lo necesitaba.

Instintivamente me arrodillé hasta quedar frente a su trasero, abrí sus mejillas para dejar al descubierto su entrada y lamí.

En respuesta Jisung gimió y eso fue la gloria misma, justo cuando sus labios se abrieron para dejar salir esos sonidos obscenos que glorificaba. Continué comiéndolo cuando lo escuché maldecir.

— Sí, papi umm — jadeó y escondió su rostro en la pared porque le había dado pena, sin embargo continuó — Mierda, me voy a correr y no quiero.

— No lo harás — dije seguro y continué estimulándolo.

— Entonces follame. Follame ahora, donde sea. Por favor.

Me levanté y corté la corriente de ducha, Jisung tenía el rostro rojo y los ojos desenfocados, la boca semiabierta y la lengua afuera, quería joderle la boca ahí mismo.

— En la cama, ahora — ordené para luego tomar una toalla y envolverla.

Yendo detrás suyo aún no podía caer del todo, pensaba en la posibilidad de estar dormido y soñando, o en que quizás realmente algo más fuerte nos unía como para no dejarnos separados mucho tiempo.

Llegamos y Jisung se enfrentó a mí, su cabello negro estaba mojado y revuelto y era más hermoso que nunca.

El me envolvió en su toalla y yo lo tomé por la cintura, mientras nuestras intimidades se acariciaban debajo de tela.

— Quizás me patee mentalmente después de esto. Cuando vea que al final del día te vas ir con el — habló con mucha tristeza — Pero aunque sea por esta vez puedo fingir que eres mío.

Respiré profundo y lo miré a los ojos, entonces lo recosté en la cama y me posicioné sobre el.

El miró hacia abajo evitando el contacto visual pero sus piernas se acomodaron para que mi polla estuviera en su entrada.

— ¿De verdad crees eso? — me moví simulando una embestida y el gimió — ¿Qué voy a irme con alguien más después de esto?

El asintió aunque estaba envuelto por el placer.

Volví a embestir y el sufrió un poco más.

— Prefiero perderlo todo antes que perderte una vez más.

Alcancé el frasco de lubricante y lo preparé primero con un masaje y luego con dos dígitos, algo diferente a lo de siempre y al mismo tiempo tan familiar para los dos, como hacer el amor después de mucho tiempo.

Y sin más estaba dentro suyo, cubiertas por una sábana, sus manos sobre su cabeza mientras yo las tomaba con una de las mías, Jisung gemía fuerte y parecía perderse mientras echaba la cabeza para atrás.

"Más, más." solamente alcanzaba a suplicar y eso era lo que hacía, darle más, porque por más que yo fuera el dom, siempre obedecía a el.

Siempre era Jisung.

Estaba embistiendo contra el, cuando sentí alcanzar mi orgasmo, podía escuchar que Jisung también estaba cerca, entonces antes de seguir lo tomé por la cintura de ambos lados y me fui hasta su boca para besarlo con dedicación, sentir sus labios, y ahora mis labios.

Estaba perdido cuando sentí mi cuerpo liberarse sobre el.

Entonces Jisung gritó y se vino unos segundos después mirándome a los ojos.

El mejor orgasmo de mi vida.

Llevé mi mano hasta su rostro y lo acaricié de arriba hacia abajo.

— Te amo — susurré cayendo sobre el.

Me revuelvo el cabello mientras las primeras gotas comienzan a caer, de pronto un dolor punzante me revuelve el estómago y se complementa con la sensación de mal presagio. Aún peor es el hecho de que Jisung no haya contestado mis últimas llamadas. Se suponía que debería haberme llamado luego de marcharse la noche anterior.

Había ido a mi casa una última vez y después de hacer el amor como tercera vez estábamos decididos..

— ¿Estás segura de lo que dices? — le pregunté mientras el yacía en mi pecho — No hay vuelta atrás, Jisung.

— Nunca estuve tan seguro de algo en toda mi vida — respondió.

De repente noto de un movimiento al alzar mi cabeza como las patrullas de policía se habían estacionado fuera de la universidad y eso termina por dejarme sin el último gramo de aliento en mi cuerpo.

¿Qué está pasando?

¿De qué me perdí?

— Profesor Lee Minho — se dirige a mí un oficial con una pequeña libreta y un bolígrafo en manos, y de nombre Shin Ryujin — ¿Le molestaría contestarnos algunas preguntas?

— Sí. ¿Sobre qué? — indago cauteloso.

— Sobre la desaparición de un alumno — responde Ryujin para luego aclarar — Han
Jisung.

Los policías son fáciles de engañar cuando eres un hombre de ley que no aparenta
romper un plato.

Y sobre todo cuando tienes la coartada perfecta.

Hace tiempo que venía hablando de mi cambio de trabajo a otra ciudad, así que nadie sospecha cuando mi carta de renuncia llega al escritorio de Kim, cuando mis armarios quedan vacíos o mi auto deja de estar en el estacionamiento de mi casa.

Llego hasta un apartado de la ciudad y veo a Jisung sostener una pequeña valija.

— ¿Me daría un aventón, señor? — bromea y se mete en el auto.

Lo beso prolongado y con necesidad, porque lo amo y así mismo lo necesito, mientras el asiento se hace hacia un poco hacia atrás y todo se torna algo caliente.

El pone su mano en mi hombro y me controlo para no hacerle el amor una vez más allí en el auto.

Hay un camino largo que seguir hasta la próxima ciudad.

Jisung dijo que quería una casa en la playa y la tendrá, sé bien que ahí podrán crecer nuestros hijos.

La buena noticia es que los policías dejaran de buscar cuando encuentren la carta de Jisung a su familia, después de todo es un adulto y no necesita más que su propio permiso para empezar de nuevo.

Con el tiempo hablaremos con los demás, ya cuando podamos acomodarnos un poco mejor a nuestra nueva vida.

Por mi parte yo también he dejado una carta.

"Querido Félix, espero que sepas que sólo me diste el valor para arriesgarme por la persona que amo y amaré toda mi vida. En el encontré lo que necesito para ser feliz. Espero que algún día puedas encontrarlo tú también y dejes de ser una persona horrible.

Pd: te dejo la casa, al menos así tienes algo de valor en tu vida."

Teníamos los ahorros de nuestras vidas, lo suficiente para costear una pequeña casa y lo más importante es que teníamos las ganas infinitas de estar con el otro, de amar a el otro, de ser.

— ¿Por qué no contestaste al celular? — pregunté preocupado una vez que nos apartamos para tomar aire.

— Lo olvidé y ya no había tiempo de regresar. Lo siento, amor — pidió disculpas tan tiernamente que lo tuve que besar en la frente.

— Sólo estaba preocupado. Ponte el cinturón, ya nos vamos — aclaré, y le sonreí, entonces me acomodé en mi asiento — ¿Listo?

— Vámonos — respondió risueño observando el anillo que su futuro esposo le había obsequiado.

Un beso más antes de empezar una nueva vida... juntos.

FIN

Y fin. Gracias a las personas que leyeron hasta aquí y apoyaron esta adaptación, espero les haya gustado, los quiero, tomen agua, coman y duerman, los veo en otra historia <3

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro