🌺𔘓 ¦ Capítulo 13
Pov Jimin.
Abrí la puerta y lo primero que me encontré fue con esta mujer de cabellos rubio cenizo, tenía algunas líneas de expresión en el rostro, un abrigo largo color vino que le llegaba hasta las rodillas y unas botas de invierno.
Parecía muy compungida, a pesar del hecho de que traía una botella de vino en la mano, algo así como si hubiera sido invitada a una cena formal pero se estuviera enterando de que el dueño de casa murió.
Seguidamente me volteé y observé a Jungkook, quien la miraba como si se estuviera enfrentando al mismo demonio al que le había vendido su alma algunos años atrás, y por alguna razón me sentí pequeño en mis zapatos, me sentí como si no perteneciera a la escena de repente.
—Entonces... ¿Me dejarás pasar?—vociferó ella con calma y de inmediato supe a quien le estaba hablando—¿O ya no soy bienvenida ni siquiera cómo una visita?
Me hizo sentir mal el hecho de que ella actuara como si yo ni siquiera estuviera ahí, y Jungkook continuaba en su estado de petrificación, hasta que finalmente asintió indicándole que pasara al interior de su residencia.
La mujer rubia caminó a paso sigiloso hasta llegar a un cuelga abrigos y se quitó el mismo depositándolo allí, pude observar su cuerpo bien formado que se acentuaba más con el pantalón ajustado y la camisa color blanco, se volteó al ras y se acercó a Jungkook abriendo sus brazos como intentando un abrazo.
Jungkook respondió apartándose de ella y tomando camino a mi lado para tomarme la mano, sujetándola con un poco más de fuerza de la que era necesaria, pero yo sentí las mariposas volando libremente en mi vientre como cada vez que el me tocaba.
—Oh que grosera he sido—se percató ella—Un gusto....
—Jimin—me presenté a mi mismo entusiasmado—Soy... Alumno del profesor Jeon.
—¿Ahora das clases privadas?—entonces eso sonó como un reclamo mientras ella dirigía la vista hacia Jungkook y volvía a mí—Soy su esposa...Park Jiyeon.
—Tu no eres mi esposa. Estamos separados hace dos años—gruñó Jungkook—Tu te fuiste.
Un leve ceño fruncido se precipitó en su rostro para entonces volver a sonreír con diplomacia.
Ella podría ser una villana si quisiera, era bella por fuera pero a simple vista podías ver algo parecido a maldad, a la inexistente inocencia brillando por su ausencia.
Ella me observó un segundo y metió sus labios para adentro como intentando reprimirse quien sabe cuantas cosas.
—Necesito hablar con mi es...con mi ex esposo—me dijo y fue más una demanda que un simple hecho—¿Podrías dejarnos a solas?
Entonces todo lo que parecía introversión y timidez en mí, se transformó intrepidez, era en un llamado a defender lo que era mío.
Como si una leona, una perra, estuviera en mi territorio.
Me molestó todo lo que no me había molestado desde que llegó de imprevisto al hogar de Jungkook y me ignoró por completo aún sin saber quién era yo, fue allí que me planté frente a ella con la cabeza en alto, aunque ella era más alta que yo, no sentí cobardía y la miré directo a los ojos.
—Lo siento, acabo de llegar y no pienso irme—respondí—Tú eres la que llegó sin aviso. Yo estoy invitado.
Mientras tanto Jungkook parecía un decorado más. Callado y pensativo, con una mirada oscura, no me movió, no hacía falta que dijera nada, yo sabía que tenía razón, Jungkook iba a pedirle que se vaya y entonces iba a subirme encima suyo y reafirmar mi lugar.
No tengo por qué sentirme menos porque ella diga que es su esposa o por la historia que hayan tenido antes.
Es parte del pasado, él dijo eso.
Él me quiere a mí.
Él me desea a mí.
Él me ama.
—Jimin...puedes ir a casa. Más tarde te llamo—habló finalmente él.
Y sentí que me congelaba allí mismo, o peor, que Jiyeon me tomaba por la cabeza como una pelota de basketball y le daba con un bate lanzándola a otro planeta.
¿Qué carajos, Jungkook?
—¿Qué?—mi pecho dolió.
Entonces él me tomó del brazo apartándome a un lado y puso sus fríos dedos sobre mi mandíbula elevándola para que nuestros ojos se conectaran.
Mis labios picaban por un beso, en parte porque lo deseaba, por otro lado porque quería que ella nos viera.
—Hay muchas cosas que hablar. No es por nada, terminaré las cosas que quedaron inconclusas. Prometo que se irá y no volverá a nuestra... a mi vida—me habló con voz calma y fue el sedante que necesitaba para no terminar de enloquecer.
Yo lo observé a los ojos, sosteniéndole la mirada, y entonces la bajé.
Él la volvió a levantar.
—Te recompensaré por esto—y me besó en la comisura del labio—Te llamaré luego.
Me hubiera sentido peor de no ser porque Jiyeon observó todo desde un rincón, vieja y fría como se sentía seguramente, me hizo sentirme poderoso. Querido.
Seguramente creyó que volvería y tendría a Jungkook en la palma de su mano una vez más, pero no, ahora ella no tenía invitación a esta fiesta.
Me despedí de Jungkook con una abrazo, mientras la observaba con brazos cruzados frente a la puerta, entonces la saludé con un adiós corto y frío y me fui.
De regreso a mi hogar, subí las escaleras con pesar, intentaba llegar con rapidez a mi habitación pero mi madre me detuvo a medio camino, parecía alterada, como para no variar con su humor habitual.
Entonces me reclamó dónde estaba y como siempre mentí.
Le respondí que estaba en casa de Baekhyun, el único ser en esta Tierra con el que podría compartir más que un saludo frío de camino a las aulas.
Al cual la señora Park conocía por ser hijo de una de las señoras de la iglesia. Sólo por eso lo toleraba.
Byun Baekhyun es algo así como el chico perfecto, completamente manipulable, es todo lo que mi madre desearía que fuera, en definitiva porque es ignorante a que Baekhyun tiene un relación furtiva con el hijo de su otra amiga, Chanyeol.
Yo era la única persona que lo sabía aunque él era ignorante a mi relación con el profesor Jeon al igual que todos, sobre todo mi madre.
Si ella lo supiera sería motivo para encerrarme en mi habitación para siempre cortándome la comunicación de todo el mundo.
Y si supiera que Jungkook me jode y me hace llamarlo señor, también me encerraría, pero un psiquiátrico.
Ella no es mala, sólo se frustra con aquello que no puede entender.
Subí a mi habitación y me encerré con llave, tendiéndome sobre la cama en busca de alguna distracción en mi techo blanco.
Tenía que confiar en Jungkook, no es como si porque ella se le apareciera estarían jodiendo en su habitación.
Bien, eso no ayuda en nada.
—Él ya no la quiere. Se terminó—me dije como mantra un par de veces para evitar sentirme como un culo.
Entonces mi celular sonó, Jungkook iba a llamarme cuando terminara con ella como prometió así que ella se había ido.
Sin embargo cuando tomé mi celular era una llamada de Baekhyun.
Sentí entre decepción y preocupación, además de miedo a que Jungkook llamara cuando estaba tomando la llamada de él, no obstante contesté a ésta.
—Jiminnie—saludó alegre.
—Baekhyun—me removí en mi lugar quedando sentado en mi cama—¿Cómo estás?
—Bien, oye llamaba para preguntarte si tienes mi libro de Gramática. Se me ha perdido y pensé que pude haberlo dejado en tu habitación esa noche que hicimos los ensayos.
—Em...—observé a mi alrededor y lo vi sobre mi mesa escritorio—¡Ya lo vi! Mañana te lo llevo.
—Gracias amigo...adiós.
—¡Espera!—lo frené antes de colgar—¿Puedo hacerte una pregunta hipotética?
—Seguro.
—¿Qué harías si un ex novio... novia de Chanyeol se apareciera nuevamente para aparentemente intentar reclamarlo?
—Supongo que nada. Chanyeol me quiere a mí—respondió tranquilo.
—Pero... ustedes tienen una relación secreta.
—¿Y eso que tiene que ver?—su voz sonó algo molesta pero intenté ignorarlo.
—¿No te cansas de ser el incógnito?—pregunté temeroso y al mismo tiempo sintiéndome como una gran mierda.
Él no contestó por unos segundos.
—Tengo que colgar. La cena ya está lista. Llévame mi libro mañana.
Sin esperar respuesta escuché que colgó.
Creo que había hecho sentir mal a Baekhyun y eso me hacía sentir incluso peor.
Pero estaba nervioso y el teléfono seguía sin sonar. Intenté relajarme, y por ello me refiero a autodarme placer pero en el momento que mis manos rozaban mis pezones, mi mente se llenaba de recuerdos de Jungkook y entonces automáticamente me sentía sin ánimos de nada, deshuesado y con ganas de dormir.
Jungkook no llamó esa noche.
Tampoco recibí los mensajes que recibía cada mañana de su parte, sólo esperaba que en la universidad no me sacara a un lado para decirme que todo terminó, que no deseaba verme más, porque regresó su alma gemela y ya no necesita un agujero con quien desahogarse.
Me sentía como un culo.
No, peor que eso.
Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:
–almin♡
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