Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🌺𔘓 ¦ Capítulo 7

Unos días más adelante (mientras me encontraba en el descanso de mis horas laborales) me ubiqué en una de las mesas al fondo de la cafetería para relajarme y beber un café.

Y aunque no era el mejor lugar para descansar, debido a que quedaba cerca de la entrada y el insistente abrir y cerrar de las puertas me estaba desquiciando, tenía una vista perfecta de una persona a la que particularmente quería admirar.

Llevaba un aire sereno, justo como el de una persona que está sexualmente conforme y cuando las imágenes de su hermosa figura jadeante nublaron mi mente sentí el deseo de moverme unas mesas adelante y llevármelo a un lugar más privado.

Era insólito pensar en lo sexopata que me había vuelto este chico de dieciocho años, haciéndome sentir como un adolescente de nuevo.

Cerca de la cocina, Jimin se encontraba almorzando junto a un compañero (ex alumno también) que no paraba de hablarle y que parecía no darse cuenta que su atención estaba en otro lugar. En mí.

Algo que destacar fue que después de comenzar esta aventura ilícita y secreta, Jimin había comenzado a notarse más abierto con sus compañeros incluso parecía que aquel chico podría llegar a ser un amigo.

Indudablemente aquello no sobrepasaba los límites sociales, ya que Jimin parecía mantenerlo cómodamente lejos de su espacio personal, lo que de alguna manera me tranquilizaba.

Contrariamente a lo que se pueda entender, no se trataban de celos, es sólo que el que otra persona se sume a su vida sexual o romántica podría traducirse en una vigilancia más detenida de la vida de mi alumno por parte de su pareja, algo que pondría en riesgo nuestra propia relación.

Y claramente yo no estaba dispuesto a poner en amenaza mi propio beneficio. Con el tiempo encontraríamos una forma pero ahora él aún estaba siendo instruido por mí.

Por un segundo lo noté observarme hasta que volvió su vida nuevamente a su comida.

Tuve que reírme por su cortedad sobretodo cuando sé lo desvergonzado que es en la intimidad.

"Siempre fuiste bueno guardando apariencias, pequeño." pensé

De súbito saqué mi móvil de mi bolsillo sólo para recordárselo.

Para Jimin: ¿No deberías prestarle más atención a tu compañía?

Jimin se removió un poco y sacó su celular para leer el texto recién enviado. Algo parecido a la felicidad se instó en su rostro cuando sonriendo tecleó a una velocidad clara de un millenial*

Jimin: No me culpe, profesor. Tengo algo más interesante que ver... Además estoy imaginando algo que me encantaría chupar.

Para Jimin: ¿Una paleta? jaja

Jimin: Su polla.

Para Jimin: Más tarde podrás lamerla como siempre... Debes ser un buen chico.

El vínculo que tenía con JiMin había logrado avanzar superando mis propias expectativas como Dom. Incluso aunque tenga que admitir que cuando se trataba de ser dócil, él escolar no era precisamente una pluma liviana de manejar.

Jimin: Pero yo quiero ahora :(

Para Jimin: No tendrás nada si haces una pataleta. Y sabes que cumpliré mi palabra.

Era notablemente visible su brío por ser castigado sobretodo cuando preveía la fusta o el gato de nueve colas* cerca de él, igualmente era algo que no se privaba de hacer en todo momento, hasta podía decir sin dudas que para mi sumiso la mejor parte era el castigo.

Poniendo sobre-empeño en comportarse de mala manera.

Jimin: Pura mierda. Ya no quiero nada.

Y eso era otra cosa, últimamente, Mimi había tomado como hábito llenar su boca con una serie de groserías, a pesar de mis insistencias para que no lo hiciera porque los niños buenos no dicen malas palabras.

Aunque consciente de que no eran simples malas palabras sino un epítome de blasfemias. Realmente no me imaginé que alguien con apariencia tan angelical pudiera saber esa cantidad de palabras obscenas e inclusive no lograba imaginarme de dónde las habría sacado, pero allí estaba repitiéndolas con vehemencia sobre todo en los momentos más calientes.

''Fóllame más duro, hijo de puta.'' y ''Usaré esos sucios dedos para correrme.'' eran de las más suaves que salían de sus labios.

Me había cansado de reprenderlo verbalmente sin que algo cambiara, lo tanto la última vez que vino a mi casa como era pactado, había decidido que era hora de enseñarle a Mimi a ser más respetuoso con su amo.

Una vez dentro de la mazmorra, lo guié llevándolo hasta la cruz dónde situé sus manos por sobre su cabeza cerca de un aro que colgaba en el techo, entonces las até justo allí con unas esposas fijándolo en aquel aro.

Él me observó expectante sin oponer resistencia alguna (no es como si realmente lo hiciera alguna vez) Mimi adoraba justamente esta parte y a lo sumo elegía quejarse, pero nada más.

Bajé acariciando la suavidad de sus piernas desnudas sólo para rodear unos grilletes de cuero en sus tobillos, estos que estaban afianzados a un par de cadenas confinadas al suelo y algo separadas entre sí.

De este modo sus pies, tanto como sus piernas, estarían algo separadas la una de la otra, lo suficiente para ser incómodo sin necesidad de llegar a ser doloroso y brindarme un mejor acceso a su cuerpo.

-¿Qué me hará?-preguntó jugando con un tono pasivo-exigente. Tenía los ojos grandes y la boca roja sangre de tanto morder allí.

Hábito adquirido por el nerviosismo pre-escena.

-Te advertí que no me gustaba que usaras esas palabras sucias-dije con un atisbo de burla caminando detrás de él-Los niños buenos no dicen malas palabras.

Entonces me dirigí a Mimi con una venda para privar su sentido de la vista. Ahora él sería más sensitivo por la ausencia de uno de sus sentidos.

-Perdóneme, señor-repitió removiéndose un poco haciendo sonar las cadenas que reducían su movilidad-Pagaré mi penitencia si es lo que desea.

-Eso, adoro cuando eres obediente-besé su cuello y el jadeó dejando libre más piel para poder ser besada. Aquella zona erógena era la favorita de Mimi, incluso más cuando ponía mis labios sobre ella y depositaba besos placenteros.

Rodeando su cintura me encontré a mis propias manos sobre su vientre y acaricié la zona cálida con dedicación. Mimi se movió ante las caricias, y automáticamente acarició su trasero sobre mi erección, lo que era una tortura porque, a diferencia de Mimi que estaba desnudo, yo llevaba unos pantalones que ejercían una presión dolorosa sobre mi polla.

Ahora sólo podía fantasear con liberarme y situar mi erección entre sus nalgas sólo para masturbarme entre ellas.

Entonces tomaría mi polla para insertarme de una estocada en su entrada y me correría dentro de él para que mi semilla se le escurra entre las piernas convirtiéndose en una de mis imágenes favoritas.

Claro, si tan sólo supiera que aquello no terminaría precisamente con un final feliz.

Habían pasado algunos días desde que me convertí en el tutor sexual de Jimin, preparándolo para obtener su propio collar*, pero aquella pequeña parte del sexo aún no había sido culminada.

Habíamos intentado unas dos o tres veces pero él se ponía muy nervioso, lo que provocaba un dolor para nada satisfactorio, por lo que elegía frenar la escena con su conocida palabra de seguridad.

Entonces era tiempo de parar, tomarme algún tiempo para tranquilizarlo, mostrarle que estaba seguro conmigo, que jamás lo dañaría. Una conexión hermosa que sólo puede haber entre un Dom y su Sub.

Jimin debía saber que no había prisa, nos divertíamos lo suficiente como para que fuera excluyente el sexo anal.

Sobre todo cuando tenía el privilegio de masturbarlo con mis dedos y sentir su tierna carne contraerse alrededor de mis dígitos.

-Mimi, dime tu palabra de seguridad-continué acariciando, aquello era sólo para confirmar su conciencia ante la situación.

-Ro-rojo-entrecortó.

-El juego termina cuando tu lo desees, hermoso-avisé dirigiéndome a sus pezones para ceñirlos con mis dedos. El lloriquéo-Ahora...-liberé un pezón para escarbar en mi bolsillo. Justo lo que necesitaba-Abre la boca.

Saqué un paquete de caramelos de cereza dulce, aquellos que por conocimiento sabía que eran sus favoritos y los situé justo sobre sus dientes inferiores.

-Muerde-el obedeció-Vas a sostener el caramelo entre tus dientes. Tienes prohibido tragarlo-brevemente lo retiré con una mano, esperando su afirmación-¿Entendido?

-Sí, señor-abrió más la boca y antes de poner el caramelo chupé su labio inferior.

-Buen chico.

Mimi sostuvo el caramelo entre sus dientes impecablemente a mis ordenes.

Pero como a veces me gusta ser más que sádico, un hijo de puta, pensé que eso no sería suficiente si quería enseñarle una buena lección de modales a mi pequeño alumno.

Caminé unos pasos lejos de su cuerpo para observar su vientre expandirse y contraerse mostrando sus costillas algo tímidas exhibirse, guardé nuevamente los caramelos sin antes colocar uno en mi boca.

Sonriendo me detuve frente a otro de mis muebles, dónde estaba lo que yo llamaba ''mis herramientas de tortura''.

Negativo, no son látigos ni instrumentos hechos para producir dolor físico, sino para torturar en otras formas.

Entonces visualizando el más adecuado tomé un pequeño plug* color morado que funcionaba como vibrador y una botella de lubricante a base de agua.

Hermoso.

A sabiendas que por el tamaño no sentiría demasiado la diferencia a mis dedos, ya que aquí lo primordial no era otra cosa que estimular, de modo que con el caramelo en la boca sería un sobre-esfuerzo y dolor psicológico no poder gritar ni gemir con facilidad sin llegar a escupir o tragar el caramelo.

Cuando volví escuché a Mimi tragar con algo de dificultad. Su glándulas salivares trabajaban velozmente haciendo brillar un hilo de baba sobre su barbilla.

Caminé detrás de él nuevamente adorando la pomposidad de sus glúteos.

-¿Es muy díficil, amor?-me mofé con una sonrisa perversa en los labios-Voy a ayudarte.

Subsiguientemente embadurné mis dedos con aquella loción pegajosa y con una mano en su cadera dirigí la otra hasta su rugosa entrada. Mimi se quejó moviendo las cadenas de los grilletes, sin embargo se arqueó y empujó contra mis dígitos.

Puta viciosa. No hay nada que adore más que mis dedos en él.

-¿Qué pasa? ¿Estás ansioso, pequeño?-acaricié su ano sintiendo como se contraía ante mis estímulos, adentrando la punta de mi dígito en el anillo de músculos-¿Deseas que te masturbe cómo te gusta?

Mimi asintió vehemente.

-¿Sí?-acaricié sus terminaciones nerviosas adentrándome un poco más-Di ''Por favor, amo'' si así lo quieres.

Intentó pero sólo se oyó como un balbuceo.

-Tienes que decirlo claramente. No entiendo, Mimi-reí.

Era imposible para el seguir aquella solicitud con el caramelo derritiéndose en su boca, por lo que después de unos dos intentos, sólo pudo dejar salir un quejido agachando su cabeza, dándose por vencido.

Siendo consciente de su desesperación me bajé hasta estar frente a su bonito trasero, dejé un beso en su glúteo derecho, para luego morder la carne con cierta presión dolorosa.

Él gritó, o al menos eso parecía.

Curve mis dedos en su interior alcanzando a rozar su próstata, Mimi gimió en lo que parecía más un grito desesperado, al igual que yo se había puesto dolorosamente duro.

Continuando mi acción de entrar y salir de él, encendí el vibrador con una mano y lo conduje hasta su erección posicionándolo sobre él. Este acto que estaba haciendo gotear y contraerse como si estuviera por alcanzar el clímax. Él gimió y sentí que el caramelo estaba moviéndose porque comenzaba a ser más claro.

-Será mejor que no lo tragues o lo escupas...-aferré más el plug a su erección percibiéndolo más dura-O te aseguro que ya no será divertido para ti.

Mimi se quejó.

-No quiero volver a oírte decir groserías. Cuando digo para debes detenerte, así como lo haría un buen chico-continué escuchándolo llorar-¿Entendido?

Arquee aún más mis dedos dentro suyo.

-Escupe el maldito caramelo y di claramente: Lo siento, señor.

Mimi obedeció a mis ordenes sólo para continuar lloriqueando. Estaba a punto de correrse.

Con el vibrador encendido di un par de círculos sobre su erección, y finalmente lo aparté, ahora, dirigiéndolo hasta su entrada. Fue allí que lo obligué a perderse parcialmente en su ano. Él se retorció y yo pasé delante suyo.

Lo admiré humedecido por el sudor, sus cabellos despeinados, su boca jadeante y la venda negra volvía todo más perverso.

Con aquella imagen liberé mi propia erección y comencé a masajearla frente a él admirando a mi sumiso, esas costillas, ese ombligo subiendo y bajando. Bombeé desde la cabeza hasta la base mojando con mi presemen toda la extensión. El vibrador estaba enloqueciendo a Mimi.

-Por favor, por favor, ahh ¿puedo correrme?-suplicó en llanto.

-Aún no-dije tranquilamente, continué bombeándome más intensamente.

Él continuaba gimiendo.

-Córrete, amor-ordené con mi último aliento, acercándome un poco más-Córrete sobre tu amo.

Él se retorció y con un grito pintó su vientre y el mío de color crema. Aquel orgasmo que había sido tan intenso por el hecho de ser prostático* se había convertido en mi orgasmo favorito de él. Suficiente para venirme yo también.

-Buen chico-alenté justo antes de arrancarle un beso tenaz rozando ambas hombrías. Su lengua me recibió felizmente mientras yo continuaba bombeando hasta la última gota de semen sobre él-Buen chico.

Moví la venda de sus ojos de modo que pudiera verme, notando sus pupilas dilatadas. Y sus cuencas estaban mojadas de lágrimas.

-¿Volverás a decir malas palabras?

-No, señor-respondió en un suspiro agotado.

Sonreí dejando otro beso ahora en su frente.

El celular sonó nuevamente.

Jimin: Profesor, parece averiado ¿Debería llamar a la enfermera? jaja

Para Jimin: Estaba pensa...

-Oye, señor celular-interrumpió súbitamente una voz ya conocida-¿En Tinder?-intentó arrebatarme el celular pero falló en el intento.

-No, Yoongi. No estoy en Tinder-respondí hastiadamente alejando mi celular y guardándomelo nuevamente-Que raro no verte pegado a Jung.

-Estamos tomándonos un tiempo-dijo no tan emocionado.

-¿Otra vez? Hoseok no sabe como dejarte, amigo.

-Si burlate porque mi relación se está yendo al demonio.

-Yo no me burlo, sólo lo señalo como un buen observador. Vele el lado bueno, al menos no viven juntos-intenté alentarlo.

-Sí, pero dentro de unos días tendremos que compartir hotel y será muy díficil mantenerme al margen. Cuando sabemos que cada año follamos como conejos en el congreso.

-No necesitas recordarme...-lo había olvidado-El congreso.

Mierda.

Cada año la universidad acudía al famoso congreso de Universidades del país sólo para exponer su crecimiento a nivel educativo junto a demás universidades.

Lo que se traducía en tres aburridos días en otra ciudad rodeado de profesores que no hacían más que creerse la gran cosa y discutir sobre su desempeño académico. Lo había olvidado completamente.

-Sí-aseguró Yoongi-Como todos los años, ¿dónde vives? Hablamos de eso en el desayuno.

-Lo siento, estoy teniendo otras cosas en mente-a Jimin desnudo por ejemplo-¿Sabes que alumnos a aplicado como embajadores?

-No, sabes que es más nepotismo que buen aptitud académica-se quejó Yoongi-Aunque se habla de que es obvio que Kim llevará a su nieto, sólo para alardear. Sé que es un excelente alumno pero...

-¿Kim? ¿Es acaso Park Jimin?-me sorprendí esperando que mis mejillas sigan naturales como siempre y no rojas manzana.

-Duh, sí. El único nieto que tiene el viejo-Yoongi puso los ojos en blanco.

Pero era improbable.

Si Jimin estaba convocado el sabría primero que nadie justamente al ser nieto del decano de la universidad. Sin embargo a mí el no me había dicho nada, seguramente por la ignorancia del tema.

-Bueno, me voy a ver si tengo suerte con Hoseok antes de que empiece la segunda parte-se excusó Yoongi-Deséame suerte.

-No.

Gimoteando se alejó de la mesa, entonces noté que Jimin ya no se encontraba en el lugar dónde estaba anteriormente.

Un mensaje llegó.

Jimin: No puedo esperar a hacerlo en el hotel.

Él maldito ya lo sabía.

Sonreí.

Para Jimin: ¿Con qué guardando secretos a tu amo? Descansa un poco antes de ir esta tarde a casa. Lo necesitarás.

Holiis, eso es todo por el capítulo de hoy. Espero os guste y nos vemos mañana. Gracias por todo y se despide:

-almin♡

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro