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Prefacio

—¿Por qué no comes por lo menos un bocado de está carne de calidad... Error?. —Preguntó un albino tan sonriente a su pareja el cual comía verduras y una manzana.

—Ya te lo dije Ink, no estoy interesado por comer la carne de ningún ser vivo. —Llevó un pedazo de tómate a su boca para después masticar lo.

El silencio volvió a reinar en aquel comedor, fuera de su casa se escuchaban gritos de agonía de humanos o monstruos mientras las luces de color rojo daban a entender que aquel fin de semana era para llenarse las manos de sangre y saciar sus más oscuros deseos. Claro que tenían reglas para eso, pero la razón que los llevó a cometer canibalismo fue la sobrepoblación en el mundo y la falta de alimentos.

Pero cambiando de tema, Ink era en opinión de Error una persona muy extraña; le encantaba comer la carne de los humanos y aveces comía carne de distintos monstruos, sus ojos al mirarlos veía un vacío y un ser que no tenía alma, pero demostraba emociones demasiado reales que aveces hacían cuestionar al moreno. Pero no pudo evitar enamorarse de aquella persona que lo protegió de niño, cuando las demás personas lo querían inducir a caer en el canibalismo y en las sensaciones satisfactorias de parecer un "Dios" y quitarle la vida a otra persona, disfrutando de como lentamente su cuerpo se enfriaba mientras bailaban al rededor muchas personas y despedazando cada parte de ese cuerpo.

Aveces él moreno podía apreciar esa práctica y sentía una sensación, la sensación extraña de probar algo que parece prohibido, aveces quería alejarse del peligro pero otras deseaba estarlo. Pero sabía que no era correcto y aún así no pudo evitar enamorarse.

—¿Qué tanto piensas Error?. —Sin darse cuenta, él albino ya había terminado de comer mientras que él moreno rallaba el plato con aquel tenedor. —No siempre es bueno pensar tanto.

—Simplemente estoy pensando en el pasado.

—Cariño el pasado es pasado, ahora sólo queda vivir el presente... —Él albino se levantó de su silla para ir a la cocina a lavar los platos. —Mañana voy a viajar a Holanda por unos días, ¿éstas seguro que te quedarás aquí?.

—Claro que sí Ink, bien sabes que no soy para nada débil; pero tampoco demasiado fuerte para ganarte en una pelea cuerpo a cuerpo. —Aveces le enojaba al moreno que creyeran que era débil que ni siquiera pudiera protegerse de los demás cuando era todo lo contrario.

—Bueno, antes de que lo olvidé, ¿podrías ir mañana al hospital por los resultados de tú enfermedad?, yo olvidé ir por ellos.

—Está bien. —Sintió como su contrario "beso" su pómulo para irse al fregadero para lavar los platos. —¡¿Ink ya lo has pensado bien?!.

—¡Si tú deseas adoptar, está bien!. —Grito él albino para que se escuchará bien.

—Tal vez vaya a comprar en el mercado algunas verduras... —Él moreno se habló a si mismo, no quería ir al mercado pero tendría que hacerlo o si no moriría de hambre ya que él albino es quien va.

Caminaba lo más rápido posible en aquel mercado, el olor a carne siendo cocinada era muy atrayente pero lo peor de todo; era ver las cabezas colgadas de monstruos y humanos con una expresión de horror, tristeza, desesperación y sobre todo con una mirada vacía que pedía piedad a sus perpetradores.

Era una vista tan desagradable para Error que sin darse cuenta chocó con alguien, afortunadamente era una persona conocida lo malo es que era su acosador.

—¿Ah?, Error es una sorpresa verte aquí. —Aquel ser sonrió, estaba convertido en un humano; su piel no era ni tan blanca ni tan morena, con esos ojos cerrados y cabello negro que aveces se trataba la luz, pero en su mejilla había un rastro de sangre. —¿Qué te parece si vamos a tomar?.

—Lo siento, pero tengo prisa... Ofris. —Se alejó lo más rápido posible de aquel chico, no le gustaba encontrarse con él ya que ¿a quién le gustaría encontrarse con un acosador que bien podría aprovechar cualquier momento y hacerle algo a tú cuerpo?.

—Bueno, adiós luego nos vemos. —La sonrisa del chico simplemente lo hizo temblar, esperaba no verlo de nuevo por un buen tiempo.

Creía que no llegaría a la sección de verduras y frutas pero se equívoco obviamente; suspiro dejando desaparecer el peso de miedo, asco e incomodidad por todo lo que había visto en el camino, el viento se los llevó. Camino por el lugar, parando, eligiendo, comprando todo lo que necesitaría por dos semanas y si era necesario tres; el alivio de saber que después que volviera Ink no regresaría de compras en aquel mercado por mucho tiempo. Su momento de tranquilidad fue interrumpido por los gritos de algunas personas y disparos; esa era otras de las razones por las que no le gustaba ir.

Los disparos no paraban y las personas que estaban en aquel lugar se habían agachado y tapado sus oídos, la mayoría estaban demasiado tranquilos ya que pasaba casi siempre  todos los días. Cuando pararon se escucharon gritos de personas siendo sujetados por la policía.

—¡Suelteme maldito asesino!. —Uno intentaba tener resistencia a los policías.

—Tiene derecho a guardar silencio. —Habló uno de los oficiales.

Error sabía que era del grupo de la resistencia, personas que se oponían ante las reglas que tenían en aquella sociedad, los que no estaban de acuerdo con las acciones de las personas. Era entendible, la sociedad donde fueron educados para crecer había cambiado; el infanticidio, la pedofilia, el canibalismo, los asesinatos hacia gente con pocos recursos, todo aquello era permitido. Hacer que los niños no tengan infancia y que estén en un estrés de no ser alguien en la sociedad para que tengan un buen trabajo y no estar en las calles sin dinero, pero también con un miedo enorme de tener un defecto en su cerebro que los llevarán a ser destruidos.

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando el sonido de un arma de fuego se escuchó, la bala había rozado su pierna. Un monstruo tenía en sus manos un arma que rápidamente callo cuando un oficial le disparó a la cabeza matándolo al instante, Error sintió un impulso de querer golpear aquel cadáver pero no lo hizo, no era lo correcto aunque lo quisiera.

—Uno, dos, tres, cuatro... —Contó los números para calmarse y distraerse de los susurros y las risas cínicas de algunas personas. —Nueve y diez.

Ahora tenía que ir al hospital para recoger sus resultados, había ido para que le hicieran una prueba no recordaba de que pero era mejor asegurarse de no tener nada.

Él albino se encontraba en aquel avión, totalmente aburrido y rodeado de varias personas que estaban dormidos o comiendo algo; ahora lo que más deseaba era volver a casa; morder los huesos y saborear la sangre de su pareja mientras le dice palabras provocativas, lastima que eran esqueletos y no podían tener relaciones sexuales, si no fuera así Error ya estaría mordiendo la almohada mientras era penetrado por él albino, obvio con sus debidas precauciones para evitar dañar a su amor o transmitir una enfermedad de transmisión sexual.

—Señor, ¿no desea algo para tomar en el transcurso del viaje?. —Una persona bien vestida con su smoking le preguntó lo más amablemente.

—Por el momento no. —Respondió él esqueleto blanco.

—Está bien, por cierto alguien me dijo que le entregará esto. —Aquel humano le dió un sobre de color crema. —Me lo dió un chico, pero quiere que lo mantenga en secreto su nombre, si me disculpa me retiro.

Antes de que Ink hablará, aquel humano camino hacia otros lugares para atender a las personas; no podía sacarse la curiosidad y abrió la carta sin ningún cuidado alguno, después de eso empezó a leerla.

" Hey, hola Ink en el momento que estés leyendo está carta tal vez el avión ya haya despegado a tú destino. Seré lo más breve posible; se que en el fondo tú tarde o temprano le harás daño a Error, no lo niegues... Quieres... No, DESEAS sentir la sensación de haber matado a alguien que amas mientras te ve de una manera suplicando por piedad para luego comer cada parte de él una vez que su alma se una a la nada misma.

Sabes muy bien eso, ahora es parte de tí esa dulce tentación tan insanamente satisfactoria la que hará que mates a Error. "

Cada letra creaba en Ink, un tipo de vacío en su corazón; en parte era cierto pero muchas cosas eran mentiras. Sus emociones se empezaban a descontrolar, enojó, luego miedo, después felicidad para acabar sintiendo un gran vacío que lo carcomia por dentro. Pero sabía que no era verdad y nunca lo sería.

—Uno, dos, tres, cuatro... —Todos esos sentimientos desaparecieron con pronunciar esos números.

Eʟ ᴘᴀʏᴀsᴏ ɴᴏ sᴏʏ ʏᴏ, sɪɴᴏ ᴇsᴀ sᴏᴄɪᴇᴅᴀᴅ ᴛᴀɴ ᴍᴏɴsᴛʀᴜᴏsᴀᴍᴇɴᴛᴇ ᴄɪ́ɴɪᴄᴀ ᴇ ɪɴᴄᴏɴsᴄɪᴇɴᴛᴇᴍᴇɴᴛᴇ ɪɴɢᴇɴᴜᴀ ϙᴜᴇ ɪɴᴛᴇʀᴘʀᴇᴛᴀ ᴜɴ ᴘᴀᴘᴇʟ ᴘᴀʀᴀ ᴅɪsғʀᴀᴢᴀʀ sᴜ ʟᴏᴄᴜʀᴀ.

De Salvador Dalí.


Bueno mis lectores aquí con una historia más, espero les haya gustado el prefacio y en un futuro la historia.

Va a ver escenas de violencia, groserías y no sabría decirles si también contenido para adultos.

En está historia los humanos y monstruos conviven juntos, en una sociedad de mucha injusticia pero desarrollada.

Se recomienda discreción ante todo.

No se si aparezcan otros shipps de Error uke pero si quieren dejen nombres aquí.

Sin más que decir adiós.

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