Capitulo 7.
Después de haber firmado mi expulsión de acercaba la hora de ir para el encuentro con mi viejo compañero, cojí un pomo pequeño para recordar los tiempos con Han. Al llegar a la casa tenía preparado una cena, lo tenía todo pensado para platicar de nosotros y ver los caminos tan distintos que habíamos tomado los dos.
Han estaba muy distinto había salido de las drogas y su aspecto había cambiado totalmente, a diferencia de mí. Me dijo que su hermana no dejaba de preguntar por mí, Ericka estaba trabajando de bailarina para una compañía canadiense.
Después de toda la conversación le rogué que recordármos los viejos tiempos y él se negaba rotundamente, decía que quería ayudarme a salir de mi condición y ser lo que mis padres querían que fuese, y le había comentado ya que mi familia habían encontrado algo de consuelo en una iglesia cristiana.
La charla era para mí un tanto aburrida, ya que quería que nuestro encuentro se volviera inolvidable; coloqué unas gotas en su trago y mientras estaba drogado tuve una noche con él divina, que sería la última.