SUERO Y ESCAPE
Capítulo 7
La calle estaba llena de gente de todas clases que se movían apresurados y friolentos, por las calles de la ciudad decorada con luces y ambientes festivos. Las habituales compras caóticas se tornan cálidas amenizadas por cánticos navideños y grandes arboles decorados. Souichi no se había percatado de aquellas festividades hasta este momento, había visto los adornos y las luces sin reparar en ellas. A él las fiestas le parecían una vana y entupida costumbre occidental.
_... en Japón esta es una fiesta foránea..._
Se distrajo un segundo mirando una pequeña del brazo de su madre, que cortó el paso de la limusina en la que viajaba.
El auto volvió a ponerse en marcha y el pasajero siguió inconscientemente memorizando las calles.
Cuando un sentimiento de peligro lo devolvió a su trágica realidad.
Era el contacto con una mano que súbitamente le recorrió desde la rodilla hasta el muslo, lo que hizo que el score novato se estremeciera al salir presipitadamente de su abstracción.
_Dime ... como te llamas? Le interrogó el siniestro personaje a su lado.
_Mi nombre...? No acostumbro a dar mi nombre a... clientes... señor_
_Ya veo! Eso me gusta...Aunque me gustaría llmarte de alguna forma... Que te parece "Gato"?_
_Como usted quiera señor, realmente no me importa... me gustan los gatos_
_Pagué mucho por ti esta noche, querido "Gato" Asi que ya deberías estarme pagando..._
El millonario intentó llevar su mano hasta el lugar prohibido en el boxer del muchacho, pero este con un reflejo realmente felino, le agarro la mano al vuelo , lo que hizo enfadar al hombre.
Souichi se percató del peligro de hacerle enojar y volteandose en forma coqueta le sonrió.
_ Mi señor, no soy nuevo en esto, tengo mis métodos para hacerle feliz... solo espere a llegar al hotel..._
El hombre obeso atrajo a su regalo humano tomándolo por la cintura y acercándolo para besarlo.
El chico de pelo largo apartó la cara y dejó escapar un chillido de asco. Pero lo disimuló con una sonrisa picarona.
_Aún no, mi señor..._
_Me gusta que juegues así..._
El auto recorrió algunas calles mas, hasta entrar a un parqueo subterráneo de uno de los grandes edificios.
En unos minutos el ricachón salió del auto y entró con Souichi en un elevador hasta llegar al piso 40. Se abrieron las puertas y entraron a la suite privada del viejo.
_Ponte cómodo_ le ordenó al chico
Este miró a su alrededor y dirigiéndose al suntuoso bar sirvió un trago a su cliente.
_Este es un lugar hermosos, se ve que eres un hombre de éxito. Dime, qué haces?
_Soy alguien muy poderoso_ alardeó mientras tomaba el trago recién servido.
En unos instantes el tipo comenzó a sacarle a senpai los guantes y la chaqueta de látex.
_Te ves mejor así... veamos que mas tienes para mí...
Senpai se acercó mas y comenzó a masajear la espalda del tipo,
_Sabes hace tiempo que busco un...mecenas que se haga cargo de mí, pero no sé si tú estas calificado.
_Me gustas mucho... Sería agradable contar con tus encantos a diario. Claro que puedo adueñarme de ti. Tengo muchas empresas alrededor del mundo..._
_Ah sí...? Cuéntame mas... debes tener a mucha gente a tu cargo!
_Así es! Mi compañía es la farmacéutica mas grande y prestigiosa.
_Entonces eres un científico?_
_No exactamente... pero sí pago mucho dinero a otros para que hagan lo que quiero...
_A otros científicos para que creen tus medicinas que curan gente?
_Son muchos científicos. Pero no me importa si curan gente... jaja... me interesa mas que compren mis productos...aunque la mayoría no sirven como cura.
_Entonces... mi señor, no entiendo como te compran tanto si nadie obtiene alivio para sus males!
_Sabes, eres muy hermoso...!
_Vamos, cuéntame mas... cual es tu secreto? Quiero saberlo todo...veamos si eres digno de ser mi "favorito"!
El chico se sentó en la barriga de empresario y comenzó a sacarle el saco y luego la corbata.
_Bien! Pues hacemos experimentos en algunos pueblos de Africa y países pobres. Compro gobiernos que me "facilitan" a su plebe para que podamos experimentar con ellos. Una vez tengamos los resultados que queremos... los volvemos adictos al medicamento, pero esa gente no puede pagarlo y muere... jaja exterminamos esa plaga miserable.
Es fácil mercadear con esa gentusa... total no valen nada!
_Pero... me imagino que serán adultos que se ofrecen de voluntarios. _Le siguió interrogando tratando de ocultar su odio.
_Son toda clase de perdedores... hombres sin trabajo, mujeres solas o mocosos sin hogar, pero muchas veces sometemos a familias enteras... jajaj...es divertido verlos clamar por un placebo de los nuestros. Luego lo empacamos y lo vendemos por todo el mundo_
_Vaya, mi señor, quizá yo he tomado de tus medicinas, me volveré adicto a ellas?_
_Claro! Pero puedo arreglar eso... si te portas bien, te daré un antídoto y tu cuerpo se limpiará poco a poco. Eres joven te curarás rápido... ahora ven aquí...! déjame disfrutar por lo que pagué._
El tipo intentó rodear con sus brazos al muchacho, pero notó que no tenía fuerzas.
_Sabes grandísimo cerdo... ? esta noche no vas a poseer a nadie, maldito pervertido.. asesino!_
Y rodeando con su propia corbata su cuello comenzó a ahorcarle
_Te metiste con la gente equivocada!
_Que significa est... aagh.. suéltame...
_Confesó... el puerco confesó!!!_
Escuchó la voz de Tomoe por el monitor de su arete,
_Listo nii-san lo logramos!!! Se transmitió en todo el país! Ahora sal de ahi!!!_
Pero Souichi estaba ciego de ira y le apretaba el cuello al hombre intentando acabar con su respiración.
_De pronto se abrió la puerta de la habitación, volteó y miró a Isogay que le hacía señas de salir apresuradamente.
_Soui-san.. buen trabajo! Vámonos!
_Lo mataré, déjame terminar de matarlo!_
_Basta! eso no es parte del plan! Déjalo. Ya vienen por tí!
El senpai soltó el cuello del tipo y salió corriendo por donde le indicaba su amigo. En instantes llegaron al pasillo principal, topándose casi de frente con los guardaespaldas del magnate, quienes venían corriendo a socorrerlo armados y con intensiones de molerlos a tiros.
Isogay le indicó a su compañero que se pusiera la mascarilla oculta en su disfraz.
Luego tiró al suelo una pequeña bola que al estrellarse provocó el estallido de una cortina de humo tóxico haciendo que los dos hombres cayeran al suelo revolcándose y quedando casi inconscientes.
Souichi corrió hacia el pasillo envuelto en humo verde. Su mascara tenía una tela especial que hacia las veces de mascarilla antigás.
_Corre es por aquí!_
Souichi siguió a Isogay pasándole por encima a los fortachones creyéndolos inconscientes, pero uno le agarró el pie impidiéndole la huida .
El ejecutivo no se percató de que su amigo estaba en problemas hasta que fue tarde, cuando se devolvió a ayudarle observó como de las puertas comenzaron a salir mas matones del equipo de seguridad.
_Sal por el otro lado, yo te alcanzo_
En seguida ráfagas de balas comenzaron a rozarles el cuerpo y la cabeza desde distintas partes del corredor.
_Tomoe escucha!!! ...dirige a Souichi al plan B! Tenemos que separarnos!!!_
_Entendido!_
Senpai no podía ver bien bajo la ceda, a penas pudo atravesar la cortina de humo y balas y alejarse de la habitación siguiendo las instrucciones de Tomoe en su monitor de arete.
_Niisan hacia la derecha por el pasillo, corre directo a las escaleras de emergencias. Te sacaremos!_
El muchacho siguió las ordenes, perseguido por algunos de los matones. Corrió por los pasillos que su hermano le iba indicando, esquivando las bala como podía.
Al fin llegó al final de unas gradas y en instantes divisó a Isogay que le esperaba armado en la salida de emergencias.
_Aquí Soui-san rápido!_
Souichi apuró su huida, pero de pronto una puerta se abrió delante suyo y varios hombres armados salieron por ella cortando su paso y obligándole a retroceder por donde venía.
Al momento se encontró rodeado de los matones y sin salida. Isogay en un acto desesperado lanzó una de sus bombas de gas pero esta no explotó. La humedad del clima nevado había hecho fallar el sistema de detonación que seguramente se congeló mientras esperaba fuera en las gradas de emergencia. Lo único que le quedó fue abrir fuego por encima de la cabeza de Souichi.
_Agáchate y corre!!_
Este se tiró al suelo y segundos después salió disparado pero del lado contrario de su rescatista, pues los hombres del magnate impedían su paso. Optó por entran en uno de los pasillos alternos y echar a correr ya sin rumbo y perdido en el enorme edificio.
_Mierda! Ooni_san! El Plan B ha fallado!!! Están tras de mi hermano!!_
Gritó Tomoe desde su punto base.
Kurokawa se posicionó donde el mapa de Tomoe le indicó mientras, vía micrófonos ordenaba al prófugo hacia donde ir ahora.
Souichi se alegró de ver a su cuñado en el balcón esperándole listo para saltar con él. Pero otra vez como por arte de magia salieron tres matones de otra de las puertas del pasillo justo enfrente del japonés que solo pudo lanzar la bomba de gas y huir solo por las cuerdas esquivando la metralla de los asesinos, dejando al senpai solo de nuevo corriendo por su vida.
_Isogay donde estas? Kurokawa entra por la puerta norte...! Van a matar a mi hermano!_
Tomoe intentaba activar el mayor número de bombas a control remoto para asegurarle una salida a Souichi, lo que era muy difícil puesto que este no veía nada y los matones se multiplicaban al mismo tiempo que habían logrado obtener mascarillas antiguases de los laboratorios del edificio. A todo esto algunas de las bombas no estallaron a tiempo. Así que las cortinas de humo fueron mas bien algo excesivas para la fuga.
Souichi se encontraba perdido en el edificio blindado de asesinos, mareado por el gas y exhausto sin encontrar una salida.
Cada vez que creía haber podido encontrar por donde huir unas balas le salían al paso. No podía escuchar bien lo que le decía Tomoe en su desesperación el humo y la metralla lo tenían aturdido.
_Lo siento Tomoe, no hay salida. Al menos lo hicimos. Lo atrapamos! Los quiero a ti y a Kanako... dile que...estoy orgulloso de ustedes!_.
_No! nii-san te sacaré ...como sea... no te rindas... no quiero que te hagan daño!!
_Soui-kun resiste te voy a encontrar_
Se escuchó la voz desesperada de Isogay
_Isogay sal de aquí, y Kurokawa también. Ellos son demasiados y están en todos lados No hay caso... Ya hicieron lo que tenían que hacer...!_
Se escuchó el revuelo y las balas de la turba de bravucones que echaban abajo todo apunta de balas buscando desesperadamente al fugitivo.
Souichi se dispuso a salir de su escondite y morir con honor cuando una voz conocida entró en otra frecuencia del radio de su monitor.
_Senpai estas en el pasillo C del ala norte! Debes ir hacia la tercera puerta antes de la salida. Corre!!_
Souichi reconoció la voz al instante.
_Morinaga?? Pero... como...? no estas camino a Japón??
_Hazme caso si quieres vivir. Pronto!!_
El joven hechó carrera hacia donde le indicaba la voz.
_Ahora ve al balcón del final. Se abre con un empujón fuerte. Sal a la cornisa. Rápido_
Sin pensar en nada mas siguió todas las indicaciones de su köhai. Al abrir la pesada puerta del balcón sin uso un terrible viento helado entró con bruma y nieve directo a su cuerpo casi desnudo. Pero no tuvo tiempo de reparar en ello al momento una oleada de tipos disparando se acercaban como fieras rabiosas.
_Senpai, Kanako apagó los otros monitores, solo me escucharás a mi. Solo sigue mi voz_
Souichi saltó hacia la cornisa y comenzó a deslizarse por la fría pared del angosto sendero afuera del edificio.
_Senpai sigue hasta la esquina, no mires abajo... ten calma!_
El insoportable frío se confundía con miedo en su sangre, pero su instinto le ordenaba seguir adelante y cumplir lo que aquella voz le pedía. Cuando logró llegar al borde de la esquina se detuvo como esperando un milagro.
_Y... a-ahora... q-ué???_
_SALTA!
_Ehh?? Q-quieres que m-me suicide... ¿?_
_No! Senpai... confías en mí?_
_S-Si... pe-pero...Esto? No es..._
_LANZATE... AHORA!!!_
Souichi miró a su alrededor y divisó entre la bruma helada como se asomaba uno de los matones por el balcón, al mirarlo empuñar su arma y apuntarle con ella se dejó caer si mas.
Sintió algunas centellas de pólvora pasarle de lado y luego un frió de muerte lo cubrió por completo. Entre los copos de nieve y la bruma a una temperatura bajo cero, solo alcanzaba a reconocer las luces de los letreros en los edificios cercanos y luego el alumbrado de las calles y los autos... indicio de que se aproximaba rápidamente al suelo, hacia la muerte.
La caída fue eterna en su cabeza, hubiese rezado algo de saber como. Le habria dicho muchas cosas a sus hermanos o al mismo Morinaga, pero estaba mudo, entumecido de pánico y frío. Solo recordó el nombre de un ángel al que Morinaga lo encomendaba siempre poniéndole una ridícula estampita en su bolsillo.
_< Angel Tiranita.... por favor! cuida mucho a mi senpai, líbralo de todo mal..._
_Imbécil supersticioso! No me eches porquerías en los bolsillos, no veo como un cromo hará que no me pase nada malo...! >
_Ves? Debiste haberle creído a tu amante... Sin él yo no habría venido a salvarte de morir congelado mientras caes..._
Entre la espesa bruma creyó sentir unos brazos que le minimizaban el insoportable frío
Y le calentaban el alma. No vió su rostro, pero algo le decía que tuviera fe_
Sin embargo la caída era imparable, a pocos metros del suelo cerró los ojos y cubrió su rostro con los brazos dispuesto a partirse los huesos en el impacto, pero en vez del pavimento helado fue recibido por algo como una maya de cuerdas, no muy grande pero con el diámetro justo para frenar su caída.
Las cuerdas elásticas le hicieron rebotar un par de veces hasta quedar quieto en el vacío. Casi no podía moverse y no entendía que estaba ocurriendo, solo sabía que no estaba muerto y hecho un parche en la acera.
De pronto entre la espesa niebla escuchó el corte de un cuchillo pasar por las cuerdas que lo detenían, enseguida divisó la figura de Morinaga que le extendía los brazos para que bajara de la red. Con el cuerpo entumecido se dejó girar como una bolita de nieve hasta el calor del cuerpo de su amado salvador.
Este recibió el resto de su aterrizaje con su propio pecho, cayendo los dos al suelo de cuclillas.
Souichi temblaba entre sus brazos como queriendo fusionarse con él, en su cuerpo y con su calor.
Morinaga le abrazó fuerte y lo cubrió como pudo con su abrigo. Senpai estaba descompuesto de frío, todo amoratado y cubierto de nieve. A punto de un colapso.
_Mo-ri... m-me salv-vas-t-te...!!_
_Senpai. Ya estas conmigo, no te va a pasar nada malo... no podía dejarte solo. Estuve ahí, en ese edificio infernal... sabía lo difícil que era escapar_
_C-como...lo-logra-s-t-te...?
_Kanako me ayudó. Estaba encerrada en su cuarto y yo fui a pedirle que me ayudara a interrumpir la frecuencia de Tomoe y poder indicarte como escapar. Tomé esta red de circo de la utilería del Club. Lo siento.. fue lo único que se me ocurrió en tan poco tiempo. Pobre... mi senpai. Estas congelado..._
Mientras le frotaba los brazos y el cuerpo para hacerlo entrar en calor, se escucharon sirenas de policía a lo lejos que se acercaban a toda velocidad.
Souichi sacó la cabeza del pecho de su compañero y lo miró suplicante.
_Mo-ri.. n-no dejes...
N-no los dejes... q-que me vean... a-así..._
Inmediatamente Morinaga pidió ayuda a Hiroto que se encontraba cortando y retirando el resto de la evidencia del rescate, enseguida corrió al encuentro de su amigo indicándole que lo siga.
_Es por aquí...Encontré este lugar esta tarde cuando me mandaste a inspeccionar la zona...
Es justo como querías_
Morinaga levantó a su senpai rodeando su cuello con el brazo congelado de este y lo arrastró hasta el callejón contiguo a donde había caído. Abrieron a patadas la puerta de una mini-bodega y entraron inmediatamente en ella. Morinaga lo sentó en un rincón del pequeńo y oscuro recinto y sin voltear a ver a su amigo alzo una mano para pedirle algo...
_Hiroto! Por favor la mochil...!_
Antes de que la frase acabara de ser dicha, el chico dejó caer a sus pies un morral que Morinaga tomó rápidamente y vaciando su contenido de un vuelco, sacó una camiseta, un suéter... cosas que senpai empezó a reconocer como su ropa.
Rápidamente tomó de nuevo el cuchillo con el que cortaron la red y comenzó a romper las prendas de látex que cubrían a su senpai.
_Cuida la puerta!_ le ordenó a su amigo quien como obediente soldado se volteó y entrecerró la puertecita a su espalda. Quedando en calidad de vigilante.
Senpai se vio completamente desnudo en segundos mientras tembloroso intentaba atinar ponerse algo. Inmediatamente Morinaga lo vistió como a un niño pequeño al tiempo que frotaba sus manos para que entrara en calor.
Senpai aún no podía coordinar su mente y su cuerpo, ni siquiera recordaba como, ni en qué momento su köhai logró ponerle las medias y los zapatos o el bóxer dentro de su pantalón, solo sabía que no moriría congelado en sus cálidos brazos. Sintiéndose persona de nuevo no quería salir de ese calor. Pero Morinaga lo soltó de pronto.
El Senpai lo miró a los ojos. No podía leer su expresión, no sabía si estaba alerta como un animal que huele peligro o si solo estaba contrariado por sus mentiras y promesas rotas.
_M-mori... lo s-siento.._
Su mano helada trató de acariciar el rostro del muchacho, pero este la tomó y lo levantó de pronto.
_Puedes caminar Senpai?_
_Creo-q-que s-si_
Tiritaba mientras daba pasos pequeños.
_Bien nos vamos de aquí!_
Souichi procedió a seguirle sin chistar pero Hiroto lo detuvo del pecho y le dio un frasco.
_Alto tórtolos... olvidan algo. Toma...necesitarás esto_
Eran simplemente una botellita de gel y un pañuelo. Inmediatamente Souichi lo tomó y se limpió la cara, frotando con fuerza el gel limpiador en su rostro. Cada tanto preguntaba: _ya-lo-quité... ? Salió... la -p-pintura?_
El köhai vertió todo el franco en el rostro de su senpai y frotó su cara con impaciente rudeza.
_No! te falta aquí... aquí mas...dame lo haré yo...!_
Souichi no se atrevía a quejarse ni del trato ni de sus ojos llorosos por el líquido jabonoso.
_Listo! Ni rastro de esa mierda en tu cara!! Vamonos!_
Morinaga salió de la bodeguita seguido de su senpai pegado como chicle a su espalda.
_Él... n-no viene?_
Dijo deteniéndose al mirar que Hiroto permaneció en su puesto.
_No, Soui-san! Me quedaré a ver el espectáculo y a calmar a tus hermanos...!_
_Eh? ...gra-acias!...p-por..._
Morinaga dio un silbido fuerte al salir a la esquina, lo que hizo que un taxi se detuviera cerca de ellos. Inmediatamente metió a su compañero dentro y dejaron el lugar tras de si. Lo que representaba un alivio inmenso para el confundido Souichi que aún no dejaba de temblar de frío.
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