Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 40 💖

Anastasia Steele.

.
.
.

¿Dije algo incorrecto?

Christian permanece inmóvil, solo mirándome y empiezo a preguntarme si está sufriendo de algún infarto.

—¿Christian? —echo un vistazo rápido al bulto en sus calzoncillos y, Dios, juraría que ha crecido—. ¿Estás bien?

Lo veo pasar saliva y asiente, levantado el envoltorio metálico entre sus dedos.

—Si. Solo me preguntaba si estabas segura de esto.

¿De nosotros haciendo el amor? He estado soñando con sentir su cuerpo sobre el mío desde que me dí cuenta de lo mucho que lo extrañaba, y temí que había perdido mi oportunidad con él.

—Estoy muy segura.

Le toma un par de segundos reaccionar, luego se lanza sobre la cama con un gran suspiro, sus labios buscando los míos en un apasionado beso.

Había imaginado muchas veces cómo sería mi primera vez con un chico, pero no me permití esperar demasiado porque mi madre siempre dijo que los hombres tienden a arruinar las cosas. En favor de Christian, arruinó las cosas antes de que llegáramos aquí y aún así estoy emocionada por cómo está resultado todo.

El beso me obliga a recostarme en la cama, sus manos empujan las mías sobre mi cabeza y luego se aparta para mirarme. Me gusta la forma en que lo hace. Sus ojos grises recorren el borde de encaje de mi sostén y sus dedos le siguen.

Antes de que pueda bajar los brazos para tocarlo, los empuja de nuevo sobre mi cabeza.

—Alto ahí, señorita Steele. Quiero apreciar la vista.

Su dedo índice se mueve entonces entre mis pechos, empujando la tela hacia abajo para revelar el pezón erecto. Apenas lo toca, un delicioso escalofrío me recorre el cuerpo.

—¿Te gusta? —me sonríe.

—Si.

Se mueve al otro lado y hace lo mismo, sus ojos fijos en mis tetas expuestas. La vergüenza me calienta el pecho con sus atenciones, y más aún cuando baja la cabeza y lo mete en su boca.

Oh, Dios.

Sus ágiles dedos bajan por mi estómago y recorren con la misma delicadeza el borde del encaje de las bragas, haciéndome sufrir con la anticipación de él tocándome ahí.

—Es Christian. —dice antes de chupar el otro—. También puedes llamarme Señor Grey.

Eso trae mi cabeza de vuelta a la tierra.

—¿Señor Grey? ¿Tienes alguna clase de fetiche?

Su boca se detiene y me mira, sus ojos intensos se oscurecen un poco más.

—Tal vez. Pero eso será para la cita número 5, no quiero asustarte.

¿Qué?

Mi atención se pierde de nuevo cuando siento sus dedos deslizarse más profundo dentro de mis bragas, tocando, acariciando con lentitud y recorriendo el exterior con un solo dedo.

—Pronto seré yo ahí. —susurra contra mi cuello—. Te prometo que te va a gustar tanto.

No soy capaz de coordinar mis pensamientos porque su piel irradia calor junto a la mía, mis pechos duelen y la temperatura está aumentando.

—Christian, por favor. No me hagas esperar.

Se empuja de horcajadas sobre mis piernas y quita con una angustiosa lentitud el sostén de mis brazos. Lo desengancha y lo lanza, luego baja más y engancha las bragas.

—Quería tomarme mi tiempo, pero me preocupa que sufras de una combustión interna.

Gracioso.

Aunque siento que mi vientre se calienta y se humedece de excitación, solo con la intensa mirada de sus ojos sobre la tela de encaje. Las baja lentamente hasta que las saca por mis piernas.

—Ah, mierda. Tan jodidamente perfecta.

Me gusta como me mira, me hace sentir hermosa. Mis labios vacilan un poco porque tengo dudas, sobre nosotros, sobre Albert, sobre el futuro. Nada que debería estar en mi cabeza en este momento pero no puedo evitarlo.

Christian se endereza un poco, apoyando una rodilla sobre el colchón y sonríe, acercándose lentamente. Detengo su movimiento con la leve presión de mis dedos sobre su pecho.

—Christian, ¿Es este un truco para que sea la madre de Albert?

Sus bonitas cejas se fruncen, probablemente desconcertado por el rumbo de mis pensamientos.

—No, Ana. No lo es. Te dije que esto era sobre nosotros, iremos con calma. ¿Está bien?

Asiento en comprensión y algunas de esas dudas salen de mi cabeza cuando sus manos se enganchan en la cinturilla de sus boxers en color negro y los baja con una tormentosa lentitud.

No puedo evitarlo, mis mejillas se sonrojan y el calor me sube por el cuello porque nunca antes he visto un pene. Incluso puedo escuchar un pequeño jadeo saliendo de mi boca.

Ahora ambos estamos desnudos y, aunque estoy un poco nerviosa, me alegra que mis temores no lo hayan apartado y nos esté dando una oportunidad.

Justo ahora, solo me quedaré aquí y dejaré que el mandón del señor Grey me muestre lo maravilloso que podemos ser juntos.

.
.
.

1/2

¡Día de actualización!

Muchas felicidades a mi Cerecita Isa por su cumpleaños, un poquitín atrasado hermosa, pero te mando un abrazote 🥳

💙✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro