Capítulo 15 💖
Anastasia Steele.
.
.
.
He estado aquí casi una hora y aún no puedo quitarme está sensación de incomodidad.
No solo es el vestido tan revelador en la parte superior de mi cuerpo, también son las miradas de los otros invitados, y la de el señor Grey. Sobre todo la de él.
Mantiene sus ojos fijos en mi sin parpadear, incluso puedo distinguir el color gris tormentoso en ellos antes de que otra ola de calor inunde mis mejillas. Le mira como si quisiera devorarme y no sé si estoy a favor o en contra.
Vuelvo mi vista a mi segunda copa de champán y tomo un sorbo más largo esta vez. Si lo que dice la prensa es cierto, el señor Grey solo quiere meterse en mis bragas esta noche y mañana seré otra más del montón.
Una de tantas que al Seattle Times les gusta investigar. Y esa no es la forma en que quiero comenzar en el mundo editorial.
Resiste, chica.
Ignora a tu atractivo jefe. Al menos puedo hacer un poco de conversación con su hermana Mía y su madre, mientras su padre está en el escenario terminando su discurso.
—... Entonces, Grace y yo decidimos que ayudaríamos a todas las personas que pudiéramos. Y con su ayuda, amigos y amigas, lo haremos posible. ¡Salud por Coping Together! ¡Salud por todos ustedes!
Levanta su copa y todos lo seguimos. Termino el último sorbo y casi deseo poder beber una copa más, pero entonces estaría demasiado mareada para cuidar de Albert.
—¿Christian? ¿Puedo hablar contigo un momento? —su hermana lo llama.
Ambos me dirigen una mirada rápida antes de levantarse y desaparecer entre la multitud, dejándome con el pequeño Albert y la señora Grey.
—¡Ah! ¡Esta parte será emocionante! —chilla la mujer.
Miro al escenario, el señor Grey se baja y otro hombre sube, repitiendo palabras de bienvenida para todos, dando paso a la subasta. ¿Qué rayos es eso?
—¿Todo bien? —pregunta la señora Grey y la hermana de Christian reaparece a su lado.
—Excelente. Ya verás que esta idea también va a funcionar.
Vuelvo mi atención al escenario y a las palabras del hombre.
—Como sabrán, la subasta del primer baile nos permite aportar un poco más a la causa. Y en esta ocasión, tenemos excelentes candidatos.
El hombre con el micrófono estira su mano y el resto del escenario se ilumina, al menos 8 hombres parados ahí luciendo nerviosos. Todos excepto el hermano del señor Grey que parece disfrutar la atención.
—Comenzamos aquí con el señor Redford, —el chico en cuestión da un paso al frente—. Disfruta de las caminatas al aire libre, de los paseos por la playa y de tocar su piano. ¿Cuánto ofrecen por el primer baile del señor Redford?
¿Qué? Esto es absurdo. Me río un poco, haciendo que las dos mujeres Grey me miren.
—Lo siento. —giro hacia Albert—. ¿Quieres un poco más de jugo?
Escucho algunas voces femeninas ofreciendo algunos miles por el chico, hasta que alguien ofrece 6 mil dólares. Supongo que es una buena inversión si viniste sin pareja al baile.
—¡Vendido el primer baile del señor Redford! Gracias Madame. —la luz sobre el chico se atenúa, la que ilumina al siguiente se hace más brillante—. A continuación, tenemos por aquí al señor Grey. Elliot Grey es un amante de los animales, es versado en tres idiomas y además toca la flauta con una destreza son igual.
El hermano de mi jefe frunce las cejas al tiempo que mira al subastadora, luego se vuelve hacia el público.
—¡Soy el mejor candidato! ¡Saquen sus carteras, señoras!
Muchas risas y vítores resuenan en la sala mientras el subastador dice cantidades a la audiencia. El chico rubio se pavonea en el frente del escenario, pero deja de hacerlo cuando una chica muy joven grita:
—¡12 mil dólares!
Carajo.
—¡Vendido el primer baile del señor Grey! Gracias por su aportación. —Elliot Grey guiña un ojo a la chica y vuelve a su puesto, su hermano es el siguiente en ser iluminado—. Tenemos por aquí a otro de los jóvenes Grey. A Christian le encanta el sonido de la naturaleza, su cita favorita es una comida Italiana a la luz de las velas y le gusta bailar salsa en su tiempo libre.
Ahí va otra carcajada que no puedo evitar. Esto dejó de ser absurdo y ahora es ridículo. Mi jefe es la persona menos amable que conozco y estoy segura que las flores y los corazones no son lo suyo.
—Comenzamos la subasta... ¿Cuánto ofrecen?
Las voces no se hacen esperar.
—¡2 mil!
—¡4 mil!
—¡8 mil!
Intento mirar a las dueñas de las voces, muchas de ellas chicas jóvenes y una que otra más grande. El subastador se emociona cuando la cifra supera a la de su hermano.
—¡15 mil dólares! —aplaude—. ¿Quién ofrece más por el apuesto señor Grey?
—18 mil dólares.
La voz de la mujer en la mesa de al lado me resulta familiar. Mucho. Y terriblemente odiosa. La mujer rubia, amiga del señor Grey, lanza una mirada despectiva a la sala.
Es odiosa. Antes de que me dé cuenta, levanto la mano para hacer una oferta.
—¡24 mil dólares!
Miro a la rubia, sabiendo que ella va a superar mi cifra porque obviamente está interesada en él y no dejará a nadie más tener ese baile. Su mano se mueve hacia la paleta plástica con su número, y la alza.
—¡30 m... Ay! —chilla, saltando de su asiento de un brinco.
Apenas noté que la hermana de Christian se había acercado a ella por detrás.
—¡Elena, lo siento tanto! ¡Qué torpe soy! —su copa de champán cuelga vacía de su dedo—. Déjame secarte.
—¡No me toques! —le grita, sin importar que prácticamente todos la escuchan hablarle a la hija de la anfitriona—. ¡Lo hiciste a propósito!
Para desviar la atención de la escena entre ambas mujeres, el subastador se apresura a gritar.
—¡Vendido el primer baile del señor Christian Grey por 24 mil dólares! ¡Felicidades!
Bueno, mierda.
Todos aplauden emocionados, solo entonces me atrevo a mirar a mi jefe. Sus ojos grises son intensos aún en la distancia y me provocan un escalofrío.
Dios. Cuando Ray me dijo que no debería aceptar el dinero por asistir a un evento benéfico, prometí que lo devolvería, solo no creí que sería de esta forma.
—¡Arajo! —chilla Albert a mi lado, y estoy completamente de acuerdo.
.
.
.
3/3 🙌✨
(◍•ᴗ•◍) 💙
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro