Capítulo 17. Una invitación
28 de enero 2021
—¿Qué sucede contigo?
Hago un sonido desconcertado mientras Breanna levanta mi mano sosteniendo el cuchillo, su ceño se frunce cuando la miro y luego bajo la vista a la papa que estaba rebanando, la cual de hecho se terminó y yo estaba a punto de cortarme los dedos.
—Gracias.
—No respondiste mi pregunta.
—Solo estoy pensando en el trabajo, puede que se me haya acumulado un poco—murmuro arrojando las rebanadas de papa en la sartén con aceite, lavo mis manos y voy al plato de mi hermana con papas que ya están fritas.
—No lo creo, te quedaste hasta tarde ayer para que eso no sucediera.
—Si, pero no me dio tiempo a terminar y cuando llegué aquí solo me fui a dormir—Voy al refrigerador para tomar una de las pequeñas botellas de jugo de naranja antes de sentarme sobre la barra mientras Breanna mueve las papas.
—¿Y pasó algo en la oficina para que no te diera tiempo? Normalmente terminas incluso antes de la hora que debes salir—Tuerzo los labios ladeando la cabeza mientras bebo el jugo para ocultar la manera en que siento la piel de mi cuello calentarse.
No es un sonrojo de vergüenza, es sonrojo de "recuerdo lo que pasó y puede que quiera repetirlo". Afortunadamente no me he arrepentido de lo que sucedió con Caleb, sin embargo, no puedo evitar sentir que este no es el camino correcto.
Probablemente es por lo que mencionó mi hermana, mi pasado con Mike, sin embargo, esta vez es diferente. La verdadera premisa de ello es: ¿Y si tenemos sexo y luego no puedo dejar de pensar en él?
Es terreno peligroso, definitivamente.
—Nada, solo no me dio tiempo—Me encojo de hombros y ella se queda en silencio sopesando mis palabras o tal vez pensando en sus propios asuntos, por lo que decido sacar el tema—. ¿Qué ha pasado con Adam? —Breanna se encoge de hombros.
—No he vuelto a verlo.
—¿Desde cuándo?
—Desde que llegué a su departamento y había toda una fiesta de gemidos en su habitación —Contengo la respiración antes de que el jugo se vaya por el lugar equivocado y ella resopla cuando la miro —. ¿Por qué me miras así?
—No pareces muy triste por ello.
—Te dije que no estábamos bien y puede que esté pensando más en como volver a darle una oportunidad a Levi.
—¿Una oportunidad?
—Si, porque realmente puede que le haya dicho algunas cosas cuando me besó aun estando con Adam, pero no lo sé, me parece que el ambiente se puso tenso luego de eso, en cambio, Lincoln me invitó a salir en cuanto supo que Adam y yo lo dejamos.
—Espero que sea más bonito que su nombre—murmuro bebiendo el resto de mi jugo.
—¡Brenda!
—Mi preocupación es válida, hermanita, necesito sobrinos lindos que pueda presumir en redes.
—No vas a presumir a mis hijos, ten los tuyos para subirlos a Instagram, te voy a demandar si publicas los míos —Resoplo arrojando la botella de jugo al fregadero antes de robar otra papa.
—No vas a hacer eso.
—Hazlo y verás —Me señala con una cuchara de madera antes de volverse hacia las hornillas volteando el pollo en la otra sartén —. ¿Por qué no dejas que Caleb te haga uno antes de abandonarlo? —Me atraganto con la papa, palmeo mi pecho tosiendo y me cuesta recuperarme mientras escucho a mi hermana reír aún en mi ataque de tos.
—Estúpida—siseo acercándome al refrigerador para beber agua.
—Soy la mayor Brenda, respétame.
—Para eso deberías comportarte como la hermana mayor.
—Y lo estoy haciendo, mi deber es molestarte con tus parejas y eso es lo que hago.
—Caleb no es mi pareja.
—¿Crees que no vi el chupón que traías anoche? Y resulta que con el único hombre que te has relacionado es con él, además de que venías de la empresa de su madre, no soy tonta, Brenda.
—Lo eres porque te estás creando historias sin sentido.
—Pero no negaste que fue él quien casi te chupó la sangre por esa marca—Resoplo arrojando una cuchara que golpea su espalda y ella resopla arrojándome la suya, pero la esquivo.
La marca se desvaneció esta tarde, o al menos intenté que eso sucediera, antes de cubrirla con maquillaje, ni siquiera la noté cuando pasé por el baño antes de salir de la empresa anoche y honestamente no es que estuviera pensando demasiado en cualquier cosa que no fuera las imágenes que se quedaron en mi memoria desde que las puso allí.
—¿Y si fue él qué? ¿vas a poner un anuncio en el periódico?
—Es posible—Ruedo mis ojos arrojándole un pañuelo de cocina antes de abandonarla escuchando a Lila venir detrás de mí.
Cecile me dio el viernes libre, mañana, y no tengo clases en la universidad, así que, además de mis tareas honestamente no tengo mucho qué hacer.
A veces me asusta la manera en la que solo me dedico a ello y cuando no tengo que hacer tareas o trabajo temprano en la noche no puedo dormirme hasta tarde o, como ahora, no tengo otras cosas que hacer. No es como que en realidad no hiciera cosas aparte, pero por alguna razón me sale más fácil sacar algo de tiempo entre el trabajo y la universidad en lugar de tener tanto tiempo libre para elegir qué hacer.
Después de cenar con mi hermana y terminar mi trabajo al igual que mis tareas es casi medianoche, pero aún no tengo sueño a pesar de mi cansancio, por lo que relamo mis labios observando atentamente las mascarillas alineadas en mi caja rosa junto a mis otros productos de la piel. Saco la mascarilla de fresa y uno por uno los botes en el orden que debo usarlo antes de llevar la caja al baño nuevamente para sentarme frente al espejo a seguir los pasos.
Mientras lo hago no puedo dejar de pensar en Caleb, como cada hora desde ayer.
¿Qué mierda me pasa? Fue solo sexo oral, no una maldita mierda romántica.
No sé cuánto tiempo paso haciendo los pasos de la rutina antes de colocar mi mascarilla y, como si lo hubiera invocado veo de reojo una burbuja de correo aparecer en el iPad.
Tiene mi número, pero siento que no es divertido hablar por allí a menos que sea una llamada como la otra noche solo porque a través del correo no puede hacerla.
De: CSpencer@gmail.com
Para: BrendaCal@gmail.com
Señorita Callahan, permítame recordarle sus palabras sobre no tener miedo, entonces ¿Por qué está huyendo de mí?
Pd. Pasado, presente y futuro.
Arqueo una de mis cejas negando con la cabeza sin entenderlo ¿Huyendo de él? Y ¿Qué pasa con ese posdata?
Suelto un resoplido tomando el iPad para responder.
De: BrendaCal@gmail.com
Para: CSpencer@gmail.com
Señor Spencer, permítame solicitar que sea más claro con sus palabras porque mi memoria no falla para recordar haberlo visto anoche.
Pd. Ambos sabemos que, si alguno de nosotros huiría, ese es usted.
No estoy segura de cuánto tiempo pasa luego de enviar el correo, pero el timbre del departamento suena y mi ceño se frunce.
Normalmente no nos visita nadie, mucho menos un jueves a medianoche por lo que me quedo en mi lugar, el timbre suena nuevamente y yo suelto un resoplido cuando una notificación hace sonar mi celular en algún lugar de la habitación.
Breanna probablemente está dormida ahora y su habitación está al fondo por lo que es improbable que escuche y venga a revisar, me pongo de pies para ver mi celular en el momento en que algo hace clic en mi cabeza y suelto otro resoplido adivinando quien puede ser.
"Espero por usted" —Caleb.
—Imbécil—siseo abandonando mi habitación para encaminarme a la entrada. Observo a través de la mirilla antes de abrir y cruzo mis brazos sobre mi pecho.
—Buenas noches, muñeca—Lo observo desde mi lugar enfundada en mi conjunto de pijama rosa de seda y pantuflas que parecen gatos. Afortunadamente ya me había quitado la mascarilla hace unos minutos, de lo contrario también me hubiera visto con ella.
—¿Qué está haciendo aquí? —Alzo la barbilla entrecerrando los ojos.
—Visita amistosa, señorita Callahan
—¿Eso o está esperando que se repita lo de la oficina...? —Recarga uno de sus brazos en el marco de la puerta inclinándose hacia mí al tiempo que pasea su lengua por sus dientes superiores, arqueo una de mis cejas clavando mis ojos en los suyos.
—No voy a negarle que no puedo olvidar sus gemidos para mí, sin embargo, no es la única razón por la que siempre quiero verla—murmura demasiado cerca, resoplo llevando una mano a mi cabello cuando siento la piel de mi nuca erizarse.
—¿Qué está haciendo aquí, Spencer? Cecile nunca le dijo que es mala educación visitar a la hora de dormir.
—Tengo la impresión de que usted no duerme temprano, señorita Callahan.
—Maravillosa impresión, pero no responde mi pregunta—Un sobre rojo aparece en mi campo de visión cuando lo obtiene de su bolsillo, mi ceño se frunce tomándolo de entre sus dedos para abrirlo—. ¿Qué es esto?
—Sé de buena fuente que tiene el día de mañana libre al igual que el fin de semana.
—¿Buena fuente se traduce a la chismosa de mi jefa?
—La cual también es mi madre.
—No me voy a disculpar por llamarla chismosa, evidentemente no hizo caso a la advertencia que hice y ha estado contándole todo sobre mi.
—¿Advertencia?
—¿Ah no se lo dijo? Finalmente, algo sobre mí que no tiene el gusto de ventilar—Levanto la tarjeta blanca del interior del sobre para ver la invitación.
Van Archibald invita a su cumpleaños número cincuenta y la presentación de su mas reciente adquisición.
En color dorado se encuentra la silueta de un yate, por lo que esa debe ser la "nueva adquisición"
Mis ojos bajan por las letras impresas para ver la dirección, eso ni siquiera es aquí.
—El vuelo sale mañana a las siete—murmura Caleb cuando alzo la vista.
—Buen viaje—Me limito a responder, él arquea una de sus cejas con diversión—. Si en realidad está invitándome a acompañarlo no voy a ir.
—¿Por qué no? Por lo que sé no tiene trabajo, no va a la universidad en fin de semana y este domingo en la noche ya estará aquí para retomar su rutina.
—No...Es que solo usted se le ocurre que puedo viajar con un completo desconocido—ironizo llevando mis manos a mis caderas mientras resoplo.
—Usted me conoce, más de lo que debería, señorita Callahan—Golpeo la invitación contra el dorso de mi mano sacudiendo la cabeza, regreso sobre mis pasos dejando la puerta abierta para detenerme en medio de la sala, volteo a verlo frunciendo los labios.
Mi mascota lo observa, le gruñe, le sostiene la mirada y luego se amedrenta yendo a esconderse a su cesta.
—No sé qué tanta libertad tiene usted, Spencer, pero yo no la tengo. No hay manera en este jodido mundo que me vaya de viaje con usted.
—Pero con mi madre sí.
—Son circunstancias distintas —me encojo de hombros y él suspira finalmente entrando al departamento. Tres grandes zancadas eliminan la distancia entre nosotros y una de sus manos ahueca el costado de mi cuello mientras su rostro se inclina al lado contrario de mi cara dejando un beso en mi mejilla.
Aprieto los labios removiéndome en mi lugar.
—Pero ambos sabemos que tiene más posibilidades de terminar muerta con mi madre que conmigo—Jadeo abriendo mucho los ojos mientras lo observo y él ríe.
Cómo una maldita risa profunda y gutural que eriza mi piel por completo.
—No es divertido, Spencer.
—No es un chiste, muñeca—murmura todavía sonriendo.
—No voy a ir—reitero, sus dedos empujan mi cabello detrás de mis hombros y luego rastrean los botones de mi pijama.
—¿Por qué no?
—¿Por qué cree que puedo confiar en usted tanto como para viajar?
—No lo creo, probablemente es muy pronto para que tengas razones por la cual confiar en mí, sin embargo, creí que era evidente la manera en la que usted resulta importante para mí—Sus dedos empujan un mechón de mi cabello que se suelta del moño —. Créame que mi madre me mataría si descubre que le he hecho algún daño, no solo porque es su asistente —Se encoge de hombros
—No tengo un boleto y no voy a conseguir uno tan pronto.
—Creo que usted no ha entendido el concepto de invitación.
—Explíquemelo.
—Su maleta y sus documentos, la invitación está hecha y saldremos puntual, solo en caso de que cambie de opinión—Suelto un suspiro sacudiendo la cabeza y vuelvo a bajar la vista a la invitación.
—¿Lo hiciste tu?
—El proyecto es de mi empresa, sí, pero no me especialicé en recreación flotante.
—¿Recreación flotante?
—Es para ello para lo que sirven en general—Se encoge de hombros, inclina su rostro nuevamente, esta vez un beso cae sobre mi barbilla antes de alejarse—. ¿Entonces?
—No—Él alza las cejas.
—¿Por qué?
—Ya le dije por qué, espero que tenga buen viaje—Alzo la barbilla y él relame sus labios.
—Ya sabe a qué hora nos vamos, solo en caso de que cambie de opinión.
—Spencer, no...—siseo y él se encamina a la puerta haciéndome resoplar cuando me mira por sobre su hombro con diversión.
—Nos vemos mañana, señorita Callahan.
Me quedo mirando su espalda cuando abre la puerta y sale, presiono mis dedos sobre el tabique de mi nariz dando algunos pasos antes de que esta se cierre y lo miro mientras se encamina al ascensor, cruza sus brazos cuando está dentro y me observa alzando las comisuras de sus labios antes de que las puertas se cierren.
Suelto un resoplido ingresando en el departamento nuevamente mientras observo la invitación.
California, hay una jodida presentación de un yate en California. Eso se traduce a un vuelo de unas cinco horas desde aquí.
Me siento en el sofá pasando una mano por mi cabello mientras observo la invitación como si fuera una maldición para mí.
—Caleb ni is mi piriji—Doy un respingo ante la burla de mi hermana desde algún lugar detrás de mi antes de que se arroje al sofá.
—¿Qué mierda haces despierta? —mascullo.
—Tiene que estar muy flechado como para llevarte a viajar.
—No te hagas ilusiones —mascullo desde mi lugar, observando todavía la invitación sobre la mesa de centro.
¿Que se supone que significa esto?
Por supuesto tiene dinero suficiente como para llevarme de viaje por su cuenta, pero esto no tiene sentido, lo tuviera si estuviéramos en una relación, pero alguien con quién solo he hablado menos de un mes no tiene razones para hacer esto.
—Casi puedo escuchar los engranes de tu cabeza, Bren.
—Cállate.
—¿Cuál es el problema con esto?
—El problema es que parece que ni tú ni él saben cuál es el problema. ¿Pretendes que viaje con una persona que conozco hace menos de un mes? ¿Y cómo se supone que obtengo un boleto a estas horas?
—¿Boleto? El hombre técnicamente diseña aviones y si no lo hace pues es algo similar, pero ¿de verdad piensas que necesitas un boleto para viajar con él? creo que eres tú la que estás buscando inconvenientes, aunque quieres ir—Le doy una mala mirada mientras me pongo de pies—. Si me lo preguntas confío en Cecile, la mujer es una desgraciada, pero estoy segura de que no crío malos escuincles.
—Sigues sin entenderlo.
—Porque ni siquiera tienes un punto que explicar, solo te estás negando ¿Por qué?
—Es muy pronto para algo como esto. Ni siquiera tenemos algo real.
—Tal vez, pero vamos, Brenda, tienes semanas sin ir a ningún lado, ni siquiera has ido a la academia solo estudiando y trabajando, te servirá para despejarte y descansar.
—No puedo descansar si tengo que volar, Breanna.
—¡Deja de poner peros!
—Deja de darme soluciones.
—Tu, le gustas bastante—me señala con su dedo índice antes de encogerse de hombros poniéndose de pies—. Y dice mucho que quiera llevarte a pasar tiempo con él aun cuando "no son nada"—resoplo recogiendo la invitación para encaminarme a mi cuarto—. ¡Buenas noches! —grita antes de que pueda cerrar la puerta.
Breanna tiene razón, en los últimos meses solo salí al cumpleaños de mi amiga, a la cena con Caleb y una que otra cena de navidad el mes pasado, lo demás solo ha sido trabajo y estudio para mí.
Pero esto no es correcto ¿o sí?
29 de enero 2021
—Buenos días, señorita Callahan.
Abro completamente la puerta mientras lo señalo con mi dedo índice.
—No sabía que necesitaba compañía para ir a cualquier lado, señor Spencer.
—¿Quien dijo que lo necesito, señorita Callahan?
—¿Entonces por qué insistió para que viniera? —Cruzo mis brazos sobre mi pecho alzando las cejas.
—Porque me gusta la manera en que parece correcto que esté a mi lado—Le sostengo la mirada tratando de calmar el golpeteo constante que se vuelve ruidoso detrás de mis orejas, sacudo la cabeza.
—Eres un imbécil, Spencer—Las comisuras de sus labios se alzan en una casi sonrisa y yo ruedo mis ojos.
Hace menos de dos horas me desperté por un correo de Cecile y puede que también me haya llamado para decir que yo debería ir a California a cubrir no sé qué cosa porque ella no puede y es mi deber como su asistente reemplazarla.
Por supuesto que no, de hecho, su hijo puede hacer eso teniendo en cuenta que él lleva su apellido.
En fin, si el hijo es un completo chantajista manipulador para obtener lo que quiere es porque definitivamente salió a su madre.
Infelices.
—Espero que usted también haya dormido bien ¿Nos vamos? —Toma mi maleta para arrastrarla por el pasillo hacia el ascensor.
—¿Se supone que va a llevarme a viajar sin boleto de avión?
—No necesitas un boleto, el jet sale en una hora—Presiono mis dedos sobre el tabique de mi nariz, sonó algo descabellado cuando mi hermana lo dijo anoche, sin embargo, es bastante evidente que no lo es.
—Por supuesto ¿por qué no lo había pensado?
—¿Porque estaba ocupada buscando excusas para negarse a la invitación? —Resoplo entrando en el ascensor cuando las puertas se abren, cruzo mis brazos sobre mi pecho abrazando mi abrigo rosa.
—Cállate, Bestia.
—Pensé que ya habíamos pasado esa fase, muñeca—murmura recargando la espalda contra la pared mientras descendemos.
—No pasamos ninguna. ¿Obligó a su madre a darme el día libre?
—Hice una sugerencia y puede que ella la aceptara—Se encoge de hombros.
—No le creo, además, fue a quejarse con ella como un niño caprichoso para que me obligara a ir con usted a California dándome trabajo que ni siquiera tenía agendado.
—Medidas desesperadas, señorita Callahan—murmura y las comisuras de sus labios se alzan de manera casi imperceptible—. Y no tengo razones para mentir—Entrecierro mis ojos hacia él antes de que las puertas metálicas se abran, lo sigo hacia la salida saludando brevemente al portero y encaminándome al auto en cuanto salimos.
—¿Qué hubiera pasado si le tuviera miedo a volar? ¿o si mis documentos no estuvieran el orden?
—A ambas preguntas la respuesta es Cecile—Chasquea la lengua abriendo la puerta del auto para mí, resoplo hundiéndome en mi lugar y antes de que pueda cerrar la puerta murmuro:
—En algún punto la voy a demandar por invadir y difundir mi información personal—Caleb ríe entre dientes dejando mi maleta en la cajuela.
El camino hacia el aeropuerto—o donde sea que se encuentre el jet— es silencioso y yo me pregunto por qué se supone que acepté esto mientras observo por la ventana, bien pude negarme al "trabajo" que me dio Cecile, pero la muy desgraciada sabe que funciono mejor por ordenes que me obliguen a trabajar o estudiar.
Maldita sea la hora en que no pensé la desventaja que era salir con el hijo de mi jefa.
Pero de nuevo, él y yo no estamos saliendo, han sido solo una serie de eventos no planeados que nos han juntado y nada más.
Caleb se estaciona en un lugar subterráneo al que apenas le presto atención, abro mi puerta para salir optando por ponerme mi abrigo cuando algo de frio me cala las prendas de ropa y me uno a él cuando obtiene mi maleta nuevamente.
—¿Por qué vendremos el domingo?
—Para tener tiempo de hacer otras cosas.
Otras cosas.
¿Cómo cuáles? No tenía ni idea, sin embargo, en mi cabeza se pasaron imágenes que nada tenía que ver con el viaje. Aprieto mis dedos alrededor del tirante de mi bolso siguiéndolo hasta un ascensor a la izquierda del estacionamiento.
No estoy segura de cuantos minutos pasan antes de que nos permitan salir.
He viajado con Cecile antes e incluso antes de trabajar con ella lo he hecho con mi hermana, sin embargo, mi jefa normalmente elige helicóptero porque no vamos muy lejos, no estoy segura de que el jet sea muy diferente a un vuelo comercial.
—Este si lo diseñé yo...—Un jadeo abandona mis labios y me detengo sobre mis pasos para mirarlo, alcanzo a ver sus labios curvarse en una sonrisa de satisfacción ante mi sorpresa mientras continua su camino hasta las escalerillas donde se detiene para mirarme arqueando una ceja—. La espero, señorita Callahan.
—¿Hablas enserio? —Asiente sin dejar de verme—. ¿Pero has volado en esta cosa antes?
—¿Está poniendo en duda mi capacidad de trabajo, señorita Callahan?
—Evidentemente porque ¿y si se cae?—Resopla cuando me detengo a su lado frente a la escalerilla observándolo.
—Si, he volado en el antes ¿feliz?
—La verdad no—Tomo un suspiro antes de comenzar a subir escuchándolo seguirme—. ¿Esto no cuenta como recreación voladora?
—A diferencia de un yate este facilita más cosas, como por ejemplo llegar a un destino más rápido, el yate no es más que exhibición para disfrutar en el agua—Asiento a pesar de que estoy segura de que no veo mucha diferencia, sin embargo, asumo que él habla desde su lado ingeniero para ambos medios de transporte.
Me detengo en el pasillo del jet observando alrededor, es relativamente pequeño en comparación con un avión comercial, sin embargo, tiene espacio suficiente para unas ¿10 personas? No tengo idea.
Caleb se detiene detrás de mí y siento mi piel erizarse ante la calidez que desprende su cuerpo contra el mío. Trago saliva reanudando mi paso hasta ocupar un asiento frente a la mesa que se encuentra ubicada justo antes de los asientos más amplios que casi lucen como sofás.
—¿Qué otras cosas se supone que haremos en California? —cuestiono luego de unos segundos, cuando ocupa el lugar frente a mí. Se encoge de hombros mirándome mientras recarga la espalda en su asiento demasiado relajado para mi gusto, alzo las cejas echando mi cabello detrás de mis orejas.
—Cosas como salir a cenar.
—A cenar—repito entrelazando mis dedos por sobre la mesa.
—A cenar y, a diferencia de la última vez, esta si la puede considerar una cita—Mi corazón se vuelve ruidoso detrás de mis orejas y la sangre corre vertiginosa bajo mi piel, sin embargo, ignoro todas las sensaciones mientras respondo:
—Nunca acepté una invitación a una cita, Spencer.
—En ese caso hay suficientes horas de vuelo para convencerla de aceptar, señorita Callahan.
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