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Capítulo 12. Condiciones


24 de enero 2021

Tal vez necesito dejar de pensar en ello. O tal vez solo solucionarlo alejándome.

Maldito Caleb Spencer, infeliz, desgraciado.

Ni siquiera tiene sentido toda esta situación, en lugar de dejarlo ir como si nada debí estrellarle el florero de mi escritorio en la cabeza para que dejara de hablar de esa forma, sin embargo, sé perfectamente por qué no lo hice.

—¿Qué estás haciendo? —Doy un respingo alzando la vista hacia pelinegra que se desliza por mi habitación hacia mi cama, relamo mis labios.

—Nada ¿Cómo entraste?

—Tu hermana venía llegando, seguro que la escuchaste cuando gritó "ya estoy en casa" como un esposo con panza cervecera que indirectamente pide que le traigan la cena—Rio entre dientes sacudiendo la cabeza.

Es probable, si no la hubiera escuchado inconscientemente no me hubiera tomado a la ligera que Alana estuviera dentro del departamento.

Alana Lenox vive dos pisos más arriba en el edificio, ha estado aquí desde hace un tiempo y cuando nos mudamos nos encontramos un par de veces en el ascensor antes de comenzar a hablar, descubrimos que vive sola porque sus padres están en otro país, estudiaba ingeniería química hasta un año que se gradúo y ahora solo trabaja y vive para su gata.

Lila salta de sobre mi regazo donde estuvo durmiendo desde hace un rato para encaminarse hacia ella a hacer lo mismo.

—¿Quién es? —Señala con un bolígrafo la pantalla de mi iPad, bajo la vista a su lugar en el escritorio antes de soltar un resoplido. ¿Hace cuánto estaba viendo esa maldita foto?

Honestamente, no sé cómo tomarme el hecho de que malditamente me estoy enredando con esto, tal vez solo debería renunciar y deshacerme de cualquier cosa que involucre a Spencer, su madre, sus hermanos. Todo, esfumarme de su mapa geográfico, sin embargo, no puedo.

No quiero, pero es más fácil sentirlo como un deber que aceptar que estoy cayendo en mis propios juegos que él ha usado a su favor.

—El hijo de mi jefa, nada importante—minimizo la fotografía de perfil en su correo electrónico antes de apagar la pantalla y encaminarme a mi cama para sentarme contra el respaldo, abrazo una almohada entre mis piernas.

—¿Segura? —me observa arqueando una de sus cejas y yo me encojo de hombros.

—Si ¿Qué vas a hacer el catorce de febrero?

—Mi novio estará con su esposa.

—¿Qué? —mascullo alzando las cejas, ella suelta una risita.

—Bueno en realidad no somos novios y asumo que no tiene esposa, al menos no le he descubierto una, pero el imbécil no me dijo que tuviéramos planes para ese día así que estoy libre.

—Sabes que podías insinuar algún plan ¿no? —Entrecierro mis ojos hacia ella, se deja caer de espaldas dejando que Lila se pasee sobre su abdomen mientras suspira.

—No quiero hacer eso ¿Pero por qué la pregunta? ¿tienes algo en mente para ese día?

—La boda del hijo de mi jefa, debería asistir, pero no quiero ir sola y ella dijo que podía llevar a mi novio, pero no tengo uno así que supongo que la invitación a un acompañante es abierta—Ella me observa frunciendo los labios por unos segundos.

—¿Porque no tienes novio o porque no quieres llevar a nadie para que lo vea el hijo de tu jefa?

—¿Qué tiene que ver él con lo que acabo de decir, Alana?

—Que estabas mirando una fotografía suya muy concentradamente cuando llegué ¿es él quien se va a casar? —Relamo mis labios mientras frunzo el ceño negando, esa pregunta me hace cuestionarme si he estado dejándome enredar por la bestia Spencer sin saber si está soltero.

No sería raro que estuviera arrojándose a mi teniendo novia.

—No es él.

—Pero...

—Pero nada ¿vas a acompañarme?

—Solo si mí no-novio no me invita a nada desde aquí a esa fecha—murmura girando hasta estar sobre su abdomen mientras flexiona sus piernas—. ¿Y por qué no te acompaña Breanna?

—No terminó en muy buenos términos con mi jefa, recuerda que ella tenía el puesto de asistente antes que yo, y de todas formas se supone que tenía planes, aunque no sé como ha terminado eso—Me encojo de hombros deslizando mis dedos sobre el pelaje oscuro de mi mascota.

—Bueno, ya veremos qué hacer con esos planes, aun tenemos tiempo. En veinte días puedes convencerme o sobornarme—murmura.

Veinte días es mucho tiempo según mi calendario.

Escucho una notificación en el iPad y desvío la vista viendo desde mi lugar la burbuja del correo aparecer, relamo mis labios extendiendo una de mis manos hacia la mesita de noche donde se encuentra mi celular que también tiene ese correo allí.

De: CSpencer@gmail.com

Para: BrendaCal@gmail.com

Señorita Callahan, permítame expresar mis condiciones para obtener lo que quiere.

Tiene veinte minutos para bajar.

Mi ceño se frunce con la indignación al tiempo que siento mis manos cosquillear.

¿Pero quien diablos se cree? ¿Veinte minutos? ¿Bajar?

Esta era la mierda que me faltaba, que también viniera a acosarme.

Ya ha estado aquí antes, evidentemente sabe donde vivo, sin embargo, eso no quiere decir que puede venir a mi edificio a chantajearme. En lugar de responderle arrojo el celular a la cama decidiendo fingir que no estoy, de todas formas, no puede descubrir que vi su correo.

—¿Tiene chispas o qué? —Suelto un resoplido mirando a Alana que ha vuelto a darle su atención a Lila cuando me distraje, miro el celular que he arrojado técnicamente al borde de la cama antes de resoplar.

—Es un imbécil.

—Déjame adivinar ¿El hijo de tu jefa? —Arquea una de sus cejas y las comisuras de sus labios se alzan con diversión, mi ceño se frunce mas como si fuera posible al tiempo que salgo de la cama para encaminarme a la ventana, abriendo levemente las cortinas para mirar hacia abajo.

No son ni las ocho, normalmente el lugar es tranquilo a estas horas, lo único inusual allí es el moderno Lexus negro que reconozco por la noche en la que me trajo del hospital cuando me desmayé.

Maldito bastardo infeliz.

—Esto no es divertido, Lana.

—Para mi sí, no sé nada, pero evidentemente hay algún juego entre ustedes—Se ríe como si tuviera algún chiste interno—. ¿Cuál es el problema? Ni siquiera es feo, y a ti no te parece que lo sea porque estuviste bastante rato mirando la foto sin darte cuenta de que yo estaba en la puerta—Paso una mano por mi cabello con exasperación.

Odio todo esto.

—Es un imbécil, grosero y malhumorado.

—No se llevan mucho tu y él—Llevo mis manos a mis caderas dándole una mirada de no me estás ayudando en nada—. Sigo sin entender el problema—Se encoge de hombros sentándose al borde de mi cama.

—Es el hijo de mi jefa.

—Él no tiene problemas en salir contigo ¿o sí? —No lo tiene, el imbécil está intentando hacerme caer.

—Me cae mal, Alana.

—Creo que todos los novios le caen mal a sus novias—murmura pensativa empujando su cabello detrás de su hombro—. Creo que por eso Liam y yo no funcionamos, siempre estuve ilusionada por él—suelta un suspiro.

—No estamos hablando de novios, bájate de esa nube.

—Pero no estás muy lejos de hacerlo—Suelto otro resoplido caminando por mi habitación hacia el extremo izquierdo y luego regreso sobre mis pasos hacia el lado derecho—. Vamos, admite que te gusta, Bren.

—¡No me gusta! —Presiono mis dedos sobre el tabique de mi nariz. Ella se ríe—. No es divertido, infeliz.

—¡Si lo es! —Vuelvo a acercarme a la ventana para mirar hacia abajo. Sigue allí—. Espera ¿está aquí? ¿Por eso miras por la ventana?

—¿Ahora no puedo mirar por la ventana?

—No lo haces cada vez que vengo—Ríe entre dientes poniéndose de pies para mirar por la ventana también—. El Lexus ¿cierto? Nadie tiene uno en esta calle.

—No intentes ponerte de su lado—La señalo con mi dedo índice.

—Vamos, Bren, sabes que es interesante que incluso haya venido.

—Ya estás ilusionada—Ruedo mis ojos encaminándome para sentarme al borde de la cama—. No voy a caer en la trampa de que "está interesado porque vino a verme"

—Sabes que no es una mentira.

—¡Lana! —Breanna llama desde la cocina y Alana se pone de pies.

—Tu hermana me ofreció lasaña, dijo que ayer hicieron, ya regreso—Asiento brevemente viéndola salir de la habitación, luego me pongo de pies acercándome a la ventana por tercera vez.

¿Qué tal si resuelves esto y solo tienes sexo con él, Brenda Callahan?

Evidentemente lo deseo, el imbécil sabe como mover los hilos, es lo que hizo hace dos días, y no sería la primera vez que tengo sexo casual con alguien y luego desaparezco de su vida.

El único problema es que no podría desaparecer tan fácil.

Pero eso es probablemente lo que quiere.

¿Tener sexo y luego desaparecer de mi vida? Eso sería la solución a mis problemas.

Ya ni siquiera me interesa su asistencia a esa boda, creo que dejé de pensar en eso desde hace varios días, estaba dispuesta a dejarlo estar, pero es claro que él no tiene la misma idea y esto no tiene nada que ver con la boda.

Tal vez solo tengo que darle lo que quiere y deshacerme de esta mierda. Estar martirizándome cada vez que veo un mensaje suyo o está cerca de mí no es divertido, tal vez solo tengo que deshacerme de ello, aunque eso signifique ceder ante sus malditas demandas.

Maldita mierda.

Me acerco al armario para deshacerme de la pijama que me puse hace una hora luego de ducharme y decido que no me interesa si esto es una cita para él, opto por un jeans oscuro y una camisa de seda rosa, los zapatos negros y un abrigo del mismo color junto a un pequeño bolso a juego con mi camisa.

Me detengo frente al espejo eligiendo un labial rosa de la colección en mi tocador y alboroto mi cabello ondulado antes de salir de la habitación, no tengo razones para usar nada más en mi cara, no me interesa sentirme bonita para él, si quiere verme diferente tendrá que ir a esa boda.

Alana suelta una risa en cuanto me ve mientras que mi hermana arquea sus cejas.

—¿Vas a salir? —Hago un sonido de afirmación rodando los ojos.

—Solo voy a resolver algo y regreso.

—Resolver algo—repite Alana desde su lugar sin borrar la sonrisa come mierda.

—Te odio, eres una manipuladora desgraciada.

—Yo solo te di las respuestas que tanto buscabas—dramatiza, le doy una mala mirada antes de encaminarme a la puerta para salir.

Me toma al menos siete minutos bajar porque no me apresuro en caminar al ascensor dejándolo bajar a propósito, luego presiono el botón nuevamente para llamarlo y finalmente deslizarme dentro de la caja metálica.

Cuando el ascensor se detiene en el primer piso tomo un profundo respiro enojado antes de encaminarme a la pesada puerta de cristal, ni siquiera tengo que salir para verlo, está mirando el reloj de su muñeca recargado en su auto al otro lado de la calle.

Suelto otro suspiro antes de salir y cruzar la calle para estar frente a él.

El pantalón azul cobalto a juego con el chaleco y la camisa blanca debajo de este parecen hechos a la medida, no lo dudo, teniendo en cuenta que la mayoría de los vestidos y trajes de su madre son hechos por su sastre personal.

—Buenas noches, señorita Callahan.

—¿Qué mierda está haciendo aquí?

—Me pregunto lo mismo—Cruza sus brazos sobre su pecho arqueando una de sus cejas, suelto un resoplido desviando la vista por la calle vacía e iluminada de mi vecindario.

—Que sea la última vez que me ordena hacer algo—sentencio alzando la barbilla.

—Evidentemente usted no tiene problemas en acatar ordenes, de lo contrario no estaría aquí incluso con tiempo de sobra—Relame sus labios antes de enderezarse en toda su altura, se mueve hacia la puerta del pasajero y la abre señalando el interior.

—¿A dónde vamos?—Arquea una de sus cejas—. No voy a ir a ningún lado sin saber.

—Vamos a cenar, probablemente conoce todos los restaurantes a los que mi madre asiste, este es uno de ellos ¿feliz? —Chasqueo la lengua antes de hundirme en mi lugar.

Su maldito perfume eclipsa cualquier otro aroma que pueda captar incluso antes de que finalmente ocupe su asiento tras el volante, me mira por unos segundos tirando de su cinturón, esperando que haga lo mismo. Suelto un resoplido cruzando el tirante de cuero por sobre mi pecho antes de ponerlo en su lugar.

—¿Qué se supone que es esto?

—¿Qué piensa que es? —revira girando el volante para salir a la calle.

—No es una cita—sentencio.

—Entonces no lo es, señorita Callahan.

Pero estaba segura de que solo lo decía para manipularme porque esto no parecía ser nada más que una maldita cita.

¿Y que podía esperar de una cita con Caleb Spencer? Estaba a punto de averiguarlo.

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